epilogue

・:*:・゚☆∥ epilogue.

"Despite your best efforts,
people are going to be hurt
when it's time for them to be hurt."*


Haruki Murakami

CUATRO MESES DESPUÉS.

MORGAN TOMÓ SU PAÑUELO DE SEDA DE CAMINO A SU ESCRITORIO. La tela se enredó entre sus dedos con facilidad, reluciendo un diseño de colores rosas y naranjas. Una vez que tomó asiento frente a su computadora, deslizó la mascada por su nuca y con éste anudó su cabello fuera de su cara. El propósito de este accesorio no era simplemente protegerla del calor producido por el verano parisiense, sino que también la dotaba de apoyo emocional.

            Apoyo emocional que verdaderamente necesitaba.

            Cuando su abogada la había contactado con la intención de enviarle un paquete que ella debía revisar con urgencia, Morgan se había picado de curiosidad. Ahora, momentos después de haber recibido el esperado lote y de leer su breve nota, ella se preguntaba si en realidad la curiosidad había matado al gato. Observaba la pequeña memoria USB como si esta fuera a explotar en cualquier momento.

            Chasqueó la lengua. Introdujo la memoria a su computadora. Despotricó por lo bajo, deseando que Wells le hubiera advertido sobre su testamento vital. Presionó el botón de reproducir.

            Para cuando el Dr. Wells apareció en el marco de visión, la meta-humana ya se encontraba aferrando sus manos en los descansabrazos de su silla inconscientemente. Eran sus lentes. No, era esa playera negra. Era su cara.

            ―Hola, Morgan ―comenzó―. Si estás viendo esto, significa que algo ha salido terriblemente mal. Estoy muerto y los últimos 15 años han sido por nada. Qué mal.

            Su ligero tono sarcástico molestaba a Morgan. Con una mueca de disconformismo, cruzó sus brazos sobre su pecho y se dejó caer en su respaldo para seguir escuchando.

            ―Asumo me traicionaste, porque no hay forma de que algo hubiera salido mal si tan solo me hubieras escuchado. Tendrás tus razones incorrectas. Como probablemente te has dado cuenta, el desarrollo de tus poderes es lineal y no reversible. No puedes deshacerte del poder que ganas. Me enorgullece pensar que tuve buena participación en ese proceso. Espero sepas lo que haces para navegar tu poderes de ahora en adelante, no quisiera que pusieras en peligro a nadie.

            »Ahora, sea cual sea la vida que Allen te haya prometido a su lado, quiero que sepas de una buena vez que jamás se comparará con el prospecto de alcanzar todo tu potencial; de lo que hubiéramos logrado juntos. No te subestimes, porque tarde o temprano dejaré de ser el único en verlo y tu pequeño equipo se verá en verdaderos problemas.

            Morgan sabía que era una pantalla, pero los ojos azules del contrario tenían una forma particular de hacerla sentir observada.

            —No importa qué tanto hagas, Morgan, no eres como ellos. Sé que lo sabes, pero no lo quieres aceptar, porque te aterra quedarte sola. Así que puedes intentar jugar tu pequeño juego de imitación y seguir el estilo de vida que Barry Allen se creó para sí mismo, pero sabes que no encajaras por siempre. Es solo cuestión de tiempo. No aplaces lo inevitable. No hay forma de que tengas el final feliz que deseas, solo tendrás el que te mereces.

            El labio inferior de Morgan tembló, sabiendo que no era cuestión de tiempo. Estaba sucediendo en esos momentos. Wells inspiró aire un par de segundos, mientras acomodaba sus lentes de regreso al puente de su nariz.

            ―En fin, eliminemos eso. Hay algunas propiedades...

            Morgan dejó de escuchar. Arrancó la memoria USB de la computadora y con un solo lanzamiento hizo que ésta cruzara la ventana de su loft, donde le esperaba una caída de seis pisos. Ella parpadeó unas cuántas veces más, sintiendo las lágrimas que habían nublado su vista derramarse finalmente.

            ―Qué hijo de puta ―murmuró bajo su aliento, teniendo problemas para respirar correctamente.

            Ahora tenía una urgencia palpable de escapar de su propia piel. ¿Cómo es que lo hacía? ¿Cómo se metía en sus pensamientos de esa forma? Era inquietante darse cuenta de lo transparente que ella era para Wells. Para Thawne. La enfurecía. Se suponía que estaba muerto, ¿por qué quería asegurarse de atormentarla aún? ¿Cómo es que había previsto su aislamiento del equipo? No es como que usar a Thawne como brújula de veracidad sea la mejor de las ideas, pero Morgan no pudo evitar sentir que todo lo que pensaba se confirmaba de alguna forma.

            Morgan frunció finamente los labios, succionando sus dientes con amargura. Una de las tablas de madera que cubrían su piso crujió detrás de ella bajo el paso de algo o alguien. Con ambos dorsos de sus manos, se limpió las lágrimas de la cara justo a tiempo como para atrapar un objeto que silbaba por el aire con velocidad a la altura de su oreja. Era un lápiz.

            ―Buenos reflejos.

            ―No era necesario.

            La castaña encaró a su visitante con los ojos ligeramente cristalinos. Él le enarcó una ceja.

            ―No quiero preguntar, pero sabes que tengo que hacerlo ―advirtió con un deje de consternación―. ¿Estás bien?

            Ella asintió desganada.

            ―¿Escuchaste algo? ―Él negó―. Bien.

           ―¿Podemos irnos ya?

            ―Vaya, ¿quién diría que Oliver Queen estaría tan impaciente por visitar el Museo del Louvre? ―murmuró con un tono burlesco, reuniendo las cosas que se llevaría en su bolsa de mano.

            ―Es por Felicity.

            ―Ajá.

            ―Vámonos ya.

            ―¡Espera!

            Oliver ya estaba por salir de ahí, pero decidió concederle un momento más de su atención.

            ―¿Sí?

            Entre las cosas de Morgan, la visión de un periódico parisino del día anterior había saltado. Ella mordisqueó su labio ante el título:

SE AVISTA CLAN SCHMITZ DE NUEVO

            ―¿Qué tanto sabes sobre tratar con mafiosos? ―cuestionó con una chispa de peligroso interés en sus ojos.

             Oliver ladeó la cabeza, apoyándose en el marco de la puerta.

            ―Un par de cosas, ¿por qué?

            Ella le sonrió inocentemente.

            ―Estoy en busca de un nuevo hobbie.

            Oliver la miró de arriba a abajo con desconfianza. Su propósito no era concederle un nuevo hobbie, lo que sea que eso significara en sus términos, sino que pretendía convencerla de regresar a casa. Desafortunadamente, la voluntad de Morgan Whitmore solía ser una fuerza natural que él nunca tenía la energía suficiente para luchar.

*"A pesar de tus mejores esfuerzos,
las personas saldrán lastimadas,
cuando sea hora de que se lastimen."

(n/a) pERO ESTOY SIN PALABRAS.

GRACIAS POR 10K AAAAAAAAAAAAAA, AHORITA LES PUBLICARÉ UN APARTADO CON MÁS INFORMACIÓN, NO MANDEN ESTO A ARCHIVADOS TODAVÍA JAHSHAJA.

besitos,
NIAM ROCA

[ editado 05 de julio de 2024 ]

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