veintiuno | derrumbe

veintiuno | derrumbe

— ¡Ese maestro es un demonio! —gruñó el renito desde los hombros de la rubia.

—Lo es, Chopper, pero Luffy se encargará de darle su merecido. —sonrió ella mientras continuaba corriendo por el pasillo. —Salvaremos a los niños y continuaremos nuestra aventura, ya verás.

— ¿Estás segura que no quieres que te cure primero esas heridas? —preguntó él tomándose de su cabello para no caerse.

—Estoy segura, lo más importante ahora es encontrar la puerta R-66. —se puso seria mientras aceleraba el paso. —Ya tienes lo necesario para curar a los niños, Trafalgar dijo que él se encargaría de que los niños salieran de la isla, debemos confiar en él. —Chopper asintió aunque sabía que no lo veía.

—E-Espera, detente. —jaló su cabello haciendo que ella frunza el ceño, se paró en seco y tomó al renito entre sus manos. — ¿Por dónde debemos ir? —preguntó él viendo los cuatro caminos a su alrededor.

—No lo sé. —miró a todos lados y suspiró. —Debemos buscar un mapa del laboratorio o encontrar a alguien que sepa cómo llegar al edificio R. —se rascó la nuca. —Vamos por aquí. —comenzó a correr aún con Chopper en brazos.

Un extraño llanto se hizo presente en el pasillo haciendo que la chica se detuviera en seco por segunda vez, tanto ella como el doctor miraron a todas partes buscando el lugar de donde provenía.

— ¡Es una niña! —avisó Chopper señalando hacia el frente. —Subiendo las escaleras.

—Sólo es una voz, significa que hay una sola niña, pero... ¿dónde estarán los demás? —habló Haru mientras corría escaleras arriba.

—No lo sé, pero parece asustada, debemos salvarla. —Haru asintió mientras aumentaba el paso.

— ¡Déjenme salir de aquí! —ambos llegaron al lugar donde, además de estar una niña como lo habían dicho, varios hombres con trajes amarillos estaban rodeándola.

— ¡Mocha! —gritó Chopper bajándose de los brazos de Haru y comenzando a correr hacia ella.

— ¡Aléjate de la puerta o tendremos que dispararte, niña! —amenazaron los hombres levantando sus armas apuntado a la niña gigante.

—Hey. —todos los subordinados de Cesar se giraron al escuchar la voz de la rubia, esta sonrió y los dejó a todos desmayados un segundo después usando el Haki del Rey.

— ¡¿Estás bien?! —preguntó Chopper a Mocha, quién admiraba todo sorprendida.

— ¡Un monstruo! —gritó la niña asustada, se dio la vuelta y continuó golpeando la puerta pidiendo que la salven.

— ¿Qué pasa, Chopper? —preguntó Haru acercándose a él.

—Son los síntomas de abstinencia. —explicó él brevemente mientras se quitaba la mochila de la espalda. —Debo sedarla, puede que duela un poco.

Chopper sacó una pequeña aguja con un líquido de color verde, subió al hombro de Mocha y le inyectó el líquido en el cuello, la niña tardó unos segundos en reaccionar pero cuando lo hizo sus ojos volvieron a la normalidad.

— ¿Qué estaba haciendo? —preguntó ella extrañada.

—Intentabas salir de aquí. —explicó Chopper aún sin bajar de su hombro.

—Ya recuerdo. —habló ella bajando la mirada. —Quería escapar de aquí. —Haru se acercó a ella para mirarla de cerca pero Mocha avanzó primero y abrazó a Haru casi partiéndola por la mitad. — ¡Onee-chan!

—M-me ale-gra verte, M-Mocha. —habló con dificultad por el agarre tan fuerte, Mocha la soltó y la dejó en el suelo. — ¿Qué pasó con los demás?

—Los demás niños están en el Biscuit Room, ahí es donde les dan los dulces. —informó Mocha.

—Ellos no pueden comer más dulces. —habló Chopper enojado, saltó del hombro de Mocha y tomó su mochila. —Llévanos hasta el Biscuit Room, por favor. —pidió el renito.

—Claro, conozco un atajo, síganme. —la niña comenzó a correr seguida de los otros dos.

—Espera, Mocha. —la nombrada giró su cabeza sin dejar de correr. —Necesito llegar al edificio R, ¿sabes dónde queda? —preguntó Haru.

—Por supuesto, debes cambiar de dirección unos pasillos antes de llegar al Biscuit Room. —Haru asintió. —Yo te diré hacia donde debes ir.

***

—Trafalgar pudo tener acceso al SAD. —habló Haru sonriendo luego de escuchar la alarma que resonaba por todo el laboratorio, iba volando con el Geppo para alcanzar una mayor velocidad.

Se dirigía al edificio R justo como Trafalgar le había indicado, cuando iba a dar vuelta en un pasillo comenzó a escuchar mucho alboroto, se detuvo poniéndose de pie en el piso para identificar de dónde provenía tanto ruido, frunció el ceño al sentir dos presencias en la habitación vecina y comenzó a caminar hacia allí.

—No permitiré que vayas tras él, si le pasa algo al maestro...Joker me matará. —reconoció la voz inmediatamente, apretó los dientes con fuerza mientras cerraba los puños.

—Maldita mujer pájaro. —gruñó en voz baja mientras se ponía de pie frente a la puerta, dudó un poco en entrar, por la voz que se escuchaban sabía que Luffy se estaba enfrentando a ella y no podía interrumpir su pelea, pero se moría de ganas de darle aunque sea un golpe a la peli-verde.

Estaba dispuesta a irse y seguir con el plan de Trafalgar, pero cuando dejó de escuchar a Luffy se preocupó, dejó ir todos sus pensamientos a la basura y entró, lo primero que notó fue que la temperatura había bajado notablemente, además de que dentro de la gran habitación estaba nevando y había al centro algo parecido a un gran bloque de hielo.

—Buena idea dejar mi abrigo atrás. —murmuró para sí misma. —Esa mujer debe ser usuaria. —se acercó al bloque y lo tocó, unas pequeñas vibraciones se hicieron presentes al tocarlo, frunció el ceño extrañada. —Me pregunto si...

Dio un paso hacia atrás y cerró los ojos mientras activaba su Haki de Observación, sí, como creía, la odiosa mujer pájaro estaba dentro de ese bloque mientras abrazaba a Luffy, si Haru estaba en lo cierto y esa mujer era usuaria...ella planeaba congelar a Luffy.

—Estás realmente loca si crees que te dejaré hacerle daño a mi capitán. —sonrió de lado. —Rankyaku. —murmuró el ataque antes de soltar una patada al aire, haciendo que una hoja afilada de aire comprimido rompiera el muro, aunque no sólo era uno, sino una decena.

El ataque alcanzó a rozar el ala de aquella mujer haciendo que soltara a Luffy y se alejara adolorida, el gran bloque de hielo se partió y cayó hecho escombros al suelo, se le hizo extraño no ver a Luffy así que se acercó al centro, un gran hoyo en el suelo delataba hacia donde había escapado su capitán.

— ¡Luffy! —gritó ella asomándose para poder ver mejor, aunque por la profundidad no podía distinguir nada.

— ¡¿Haru?! —escuchó de vuelta, la rubia sonrió. — ¡Me alegra que estés bien!

—Tú, niñita estúpida. —gruñó Monet dejando de lado el dolor de su ala, un gran corte aunque no tan profundo la había hecho sangrar gracias al Haki de Haru.

— ¡Luffy, concéntrate en salir de ahí! De esta mujer me encargo yo. —sonrió de lado. No obtuvo respuesta pero sabía que Luffy estaría de acuerdo, se giró a ver a su oponente, ahora mantenía esa típica sonrisa que comenzaba a odiar.

—Vaya tonto, no podrá salir de ahí a menos que pueda volar. —carcajeó ligeramente. —Qué torpe es.

—Por más torpe que sea él saldrá de ahí. —habló Haru acercándose lentamente a Monet, dirigió su mirada a su ala lastimada y sonrió.

—Que tengas Haki no significa que puedas ganarme. —se relamió los labios y extendió las alas, un fuerte viento junto con nieve comenzó a azotar toda la habitación, haciendo que la rubia se cubra la cara con los brazos.

—Yuki Yuki no mi, ¿uh? —sonrió de lado. —Si pude pelear contra Kuzan que no puedo hacer contigo. —carcajeó ligeramente.

Puso Haki en sus dos brazos y corrió hacia la peli-verde, esta la miró asustada pero aún así alcanzó a esquivar un par de puñetazos convirtiéndose en nieve, Haru gruñía en voz baja, odiaba enfrentarse a alguien que solo escapa de ella.

— ¿No piensas atacar? —preguntó Haru ocultando su enojo en un semblante despreocupado.

—Pienso retenerte aquí lo más que pueda para que no sigas con el plan de Law. —se relamió los labios. —No pienso ir rápido.

—Bueno, yo quería pelear un poco pero creo que tendré que acabar contigo de una vez. —la expresión de la mujer pájaro cambió a una de miedo.

Sabía que continuaría así a menos que cambiara su táctica, utilizó el Soru haciendo que Monet dejara de moverse, la mujer pájaro miró asustada a su alrededor, lograba distinguir a su oponente pero no podía seguirle el paso con la mirada, cuando menos lo esperó cayó al piso adolorida, su respiración comenzó a entrecortarse al mismo tiempo que un dolor agudo le atacaba en la espalda y se extendía por todo su cuerpo.

Shigan. —Haru sacudió su mano para quitar la sangre de su dedo, se agachó en el piso y se acercó a Monet, esta intentaba huir arrastrándose, Haru rió sarcásticamente. —Patética. —Monet se levantó pero volvió a caer de rodillas mientras su espalda continuaba sangrando, hacía mucho que alguien no la hería profundamente por ser tipo Logia, el dolor la tenía aturdida. —Sé que esto no te detendrá mucho tiempo, pero debo irme.

Se levantó y salió de la habitación sin siquiera mirar atrás, ya había retrasado un poco el plan pero aún quedaba tiempo.

Con Law.

— ¿Esto es necesario? —preguntó Ace.

—Sí, este es el carro en el que transportan el SAD, todos podrán subir aquí. —habló el peli-negro.

—Este laboratorio se derrumbará pronto, a este paso no alcanzaremos a llegar. —habló Smoker.

El vicealmirante junto a Ace y Law jalaban unas cuerdas atadas a un gran carro que debía pesar al menos un par de toneladas. Ninguno se quejaba en voz alta pero en sus mentes ya habían matado a todos.

—Se suponía que Haru-ya haría esto, no sé porqué se retrasó. —dijo Law mirando de reojo a Ace, este mantenía su vista al frente pero la preocupación resaltaba en sus ojos.

Todos continuaron con su trabajo de mover el carro hasta el edificio R, algo los distrajo de pronto, un extraño sonido repetitivo hacía eco en el pasillo, todos se detuvieron y se giraron hacia atrás.

—Algo se acerca. —habló Smoker.

—Un momento, ese sonido... —Ace entrecerró los ojos y subió al carro para tener una mejor vista hacia atrás.

— ¿Qué ves? —preguntó Law cruzándose de brazos.

— ¡Ace! —al nombrado se le iluminaron los ojos de pronto, una gran sonrisa apareció en su rostro al ver quién se acercaba utilizando el Geppo.

— ¡Haru! —extendió los brazos y la rubia se apresuró a abrazarlo, el moreno la estrechó entre sus brazos y besó dulcemente su mejilla. —Me alegra que estés bien.

—Oigan, enamorados, el edificio está a punto de derrumbarse y nadie ha logrado salir aún, quieren dejar el teatro para después. —gruñó Smoker, Ace lo miró fulminante.

— ¿Por qué tardaste tanto? —preguntó Law una vez que la chica bajó al piso.

—Me encontré con un par de problemas pero ya estoy aquí. —sonrió.

—Lo notamos, ahora apresúrate a mover esto. —Haru rodó los ojos tras las palabras de Smoker.

—Suban, yo me encargo. —Law y Smoker subieron donde Ace, Haru sonrió y tomó ambas cuerdas amarrándolas alrededor de su cuerpo. —Sujétense.

Sin esperar ninguna señal comenzó a correr haciendo que el carro junto con los tres hombres se movieran a una velocidad diez veces mayor a la que avanzaban anteriormente. Por el pasillo resonaban las carcajadas de la chica tras las reacciones de los pasajeros.

Luego de un par de minutos corriendo se alcanzaban a distinguir una luz al final del pasillo, Haru paró de correr subiendo sobre el carro. Salieron a una especie de salón lleno de destrozos y cosas por el estilo, todos los niños estaban ahí pero no sólo ellos, sus nakamas también.

— ¡Haru! —gritó Nami feliz y aliviada de verla.

— ¡Ace, Torao...y humitos también! —esta vez fue Luffy.

Haru saltó del carro y lo tomó por detrás, con un último esfuerzo puso ambos pies en el suelo e intentó frenarlo, las llantas chirriaron un poco pero se alcanzó a detener el auto quedando a un metro de la pared y los escombros, Haru suspiró aliviada y se dio la vuelta sintiendo los brazos de Nami rodearla inmediatamente.

—Creí que habías muerto. —lloró Nami falsamente en su hombro, Haru rió y le correspondió al abrazo.

—Mugiwara-ya, ¿dónde está Cesar? —preguntó Law bajando del carro y acercándose a Luffy.

—Lo mandé a volar hacia allá, aunque no sé qué tan lejos llegó. —dijo él tranquilo.

— ¿Y qué hay del plan? Sólo debías secuestrarlo, ¿qué haremos si escapa? —gruñó Law.

—Lo hice porque ya me había cansado de ese tipo. —habló frunciendo ligeramente el ceño.

Smoker iba de aquí para allá regañando a los marines del G-5, Law regañaba a Luffy y Nami a Haru, preocupada creyendo que le había pasado algo. Cuando las cosas se calmaron un poco todos se reunieron, se les notaba nerviosos ya que aún faltaban la mitad de sus nakamas y el gas arrasaba con todo a su paso por los edificios vecinos, además de que el derrumbe no tardaba en llegar.

—Ellos llegarán. —habló Luffy completamente seguro.

—Será mejor que vayan subiendo a los niños al carro. —habló Ace, se acercó a Smoker y le dijo algo, este dio la orden a los marines de ayudar a los niños.

— ¿Sucede algo, Trafalgar? —preguntó Haru viéndolo preocupado.

—Si Cesar escapa, el plan se viene abajo. —fue su respuesta, Haru asintió. —Todo lo que hemos hecho no habrá servido de nada.

Haru iba a responder pero un gran pedazo de techo cayó justo delante de ella, logró esquivarlo por un segundo, Law se dio la vuelta y miró todo con una expresión desesperada.

—Los escombros taparán la única salida. —murmuró acercándose a Haru. —Mueve el carro, ahora.

—Nuestros nakamas aún no llegan. —se acercó Ace por detrás.

—Los esperaremos, pero no podemos quedarnos en este lugar. —Law pasó a su lado y continuó dando órdenes.

—Ayuda a Zoro a subir a Chahige al carro, ¿sí? —Ace asintió y se acercó a Chahige dispuesto a ayudar.

Haru tomó las cuerdas y una vez que Chahige y los niños estaban sobre el carro comenzó a moverlo, esta vez a una velocidad normal para evitar chocar contra los escombros caídos. Un extraño sonido metálico llamó la atención de todos, se giraron a ver lo que estaba sucediendo.

— ¡Las puertas se están cerrando! —gritó Nami asustada. — ¿Quién lo habrá hecho?

—Debemos salir de aquí ahora. —gruñó Smoker, Haru sabía que tenía razón, pero si sus nakamas no llegaban ella no avanzaría, todos estaban concentrados en la puerta que estaba a punto de cerrarse, cuando unas sombras comenzaron a hacerse visibles.

— ¡Luffy! —se escuchó la voz del renito.

— ¡Llegaron! —habló Luffy con una gran sonrisa, todos llegaron a tiempo, un segundo antes de que las puertas se cerraran, Usopp no tardó en aparecer, estaban observando todo desde el principio por los Den Den Mushi.

—Ahora sí, suban rápido. —gruñó Law al verlos festejar por su regreso, Haru suspiró aliviada mientras saltaba sobre el carro. —Haru-ya...

—Tranquilo, Trafalgar. —sonrió de lado. —Ayudaré a los demás a subir y empujaré desde atrás.

Law solo asintió, Haru hizo lo que había dicho, ayudo a subir a sus nakamas rápidamente y a los demás subordinados de Cesar que quedaban ahí, además de Mocha, quien venía desmayada sobre los brazos del G-5.

— ¿Listos? —preguntó Haru poniendo ambas manos en el carro, no esperó respuesta y comenzó a correr por el pasillo empujando el carro cargado de personas. —Un par de toneladas extra no son nada. —sonrió de lado y aumentó el paso, dispuesta a sacarlos a todos cuanto antes de aquel laboratorio en Punk Hazard.

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