veintiséis | versus

veintiséis | versus

Haru tomó aire profundamente mientras veía a su enemigo acercarse lentamente hacia ella, hacía mucho que no tenía una pelea enserio con alguien a su nivel, sabía el poder que escondía Doflamingo, pero eso no la asustaría, ella no se mostraría débil ante nadie.

Logró distinguir que en el suelo quedó el aparato que controlaba los choques eléctricos de su collar, lo pateó alejándolo del alcance de cualquiera, se cruzó de brazos y se posicionó delante de Law, dispuesta a protegerlo de cualquiera mientras se encontrara así de vulnerable.

— ¿Por qué haces esto, Princesa Pirata? —escuchó la voz de Doflamingo, centró su vista en él mientras sonreía de lado.

— ¿A qué te refieres, Doffy? —pronunció su apodo con cierta burla, el nombrado volvió a fruncir el ceño.

—Sabes a qué me refiero. —Haru enarcó una ceja. — ¿Por qué enfrentar enemigos con el fin de ganar tiempo? —la rubia entrecerró los ojos. —La pregunta correcta sería, ¿por qué no luchar con el fin de ganar? ¿Acaso lo único que puedes hacer es ganar tiempo? ¿Distraer? ¿Estorbar? —Haru tensó la mandíbula. —Parece que no entiendes lo que es una verdadera pelea.

—El que no entiende eres tú. —Haru comenzó a caminar lentamente alrededor de su oponente, con pasos lentos y seguros, demostrando que iba enserio, Doflamingo solo la seguía con la mirada. —A mis cortos veintiún años vivo feliz, no puedo quejarme de mi vida, ni de las personas que me acompañan, pero lo más importante...la única cosa que quería cumplir en mi vida ya lo hice hace un par de años. —sonrió de lado.

— ¿A qué lleva esto? —Haru se quedó de pie justo al costado de Doflamingo.

—Esto lleva a la respuesta a tu pregunta. —separó sus brazos y apoyó sus manos sobre su cintura. —Al contrario de mí, Luffy tiene su meta muy en claro, ser el rey de los piratas. Para lograr esa meta debe derrotarte a ti... —Haru afiló su mirada mientras sentía la furia flamear en los ojos de Doflamingo debajo de aquellos lentes. —...a la marina, al Gobierno Mundial, a los Yonkous, debe pasar por encima de todos.

—Él no... —esta vez, Haru no dejó que la interrumpiera.

—Lo hará, Doffy, Luffy derrotará a todo aquel que se interponga entre él y su destino. ¿Qué caso tendría que yo te derrotara a ti o a cualquier otro si yo no soy la que quiere llegar a la cima? Los grandes piratas no llegaron hasta donde se encuentran dejando que sus nakamas lucharan por ellos, porque eso no es ser un capitán.

Doflamingo lanzó un hilo y lo ató alrededor del cuello de Haru, jaló de ella hasta él y la apretó fuertemente entre sus dedos, Haru batalló un poco para tomar aire al principio pero aún así sonrió.

— ¡Haru! —escuchó el grito de sus nakamas aún dentro del Coliseo.

— ¿Qué sabes tú sobre ser un capitán? —gruñó él en voz baja, el cuerpo de Haru se encontraba a medio metro del suelo, sólo sostenida por el cuello, sus manos fueron inmediatamente a la mano de Doflamingo pero no hizo el esfuerzo por zafarse del agarre.

—No olvides que mi padre era capitán, y el más temido en el mundo. —rió ligeramente, Doflamingo tensó la mandíbula realmente molesto. —Ahora, ¿por qué me enfrento a los enemigos con el fin de ganar tiempo? Sencillo, Luffy es el capitán, Luffy debe derrotarlos, debe pasar por sobre ti y todos, yo solo estoy aquí para ayudar. —sonrió. —Espero haber respondido tu pregunta. —Doflamingo rió.

—Tu respuesta no tiene sentido, Mugiwara no sobrevivirá ni un segundo tras enfrentarse a los verdaderos jefes del Nuevo Mundo, se le ha subido la confianza a la cabeza. —Haru gruñó en voz baja. —Tú, Mugiwara y sus estúpidos nakamas están jugando con la muerte al enfrentarse a mí.

—Algunas veces necesitas rozar la muerte para darte cuenta de que sigues vivo, más vivo que nunca. Puede que no lo creas ahora, así que te sorprenderás cuando ocurra este fenómeno, pero créeme, yo tengo total confianza en mi capitán, sé que lo hará...Luffy es el hombre que se convertirá en el único rey de los piratas. —Doflamingo gruñó pero Haru no lo dejó responder, alzó las piernas con un pequeño esfuerzo y pateó fuertemente el estómago de Doflamingo, este la soltó retrocediendo un par de pasos, cosa que Haru aprovechó para impulsarse desde su cuerpo con las piernas y saltar hacia atrás.

Cayó al piso e inmediatamente saltó hacia atrás esquivando los hilos que Doflamingo comenzó a lanzar hacia ella, retrocedió un par de metros a base de saltos y se impulsó para saltar hacia Doflamingo, este retuvo aquellas patadas de la rubia con Haki, cosa que comenzó a molestar a Haru.

— ¡Haru, cuidado! —escuchó la voz de Ace, Doflamingo la tomó del pie y lanzó hacia las barras del Coliseo, ella se dio la vuelta rápidamente y se impulsó tomando como base los barrotes, dejándolos considerablemente abollados por la fuerza que usó.

Levantó la pierna y le puso Haki, observó como Doflamingo la imitaba pero con sus brazos, poniéndolos en forma de cruz frente a su cara, Haru no se contuvo y pateó fuertemente sus antebrazos.

Al chocar el Haki de ambos una extraña onda atacó todo el lugar, Haru sintió un ligero temblor recorrer por su espalda al sentir el poderoso Haki del Rey de Doflamingo. Ambos salieron disparados hacia lados contrarios por la fuerza que emanaban, Doflamingo se mantuvo en pie y Haru logró caer al piso doblando ligeramente las rodillas. Cuando apoyó los pies en el piso sólo se alcanzó a escuchar un "crack" antes de que la rubia se tambaleara.

Dirigió su mirada a sus pies para luego gruñir una maldición, se desató rápidamente los zapatos mientras escuchó a Doflamingo reír.

— ¿Enserio te preocupa más un tacón roto que tu vida? —rió él.

—Lo que más me preocupa ahora no es el tacón. —se quitó ambos zapatos y los sostuvo en su mano, sonrió y los tiró lejos de ahí. —Mi mayor preocupación es que la dueña de este me lo cobrará como nuevo y con un setenta por ciento de interés, y yo no tengo dinero. —poco le importó no tener zapatos y comenzó a acercarse hacia él. —Entonces cuando se entere mi vida en verdad estará en peligro.

—Me estás subestimando mucho, Princesa Pirata.

—Así como tú subestimas a mi capitán, Doffy, estamos a mano. —Rió ligeramente.

—No te tengo miedo, ni a ti ni a Mugiwara. —Haru negó lentamente.

—Sí le tienes miedo, pero no sólo a él. —Doflamingo frunció el ceño. —Monkey D. Luffy, Portgas D. Ace, Trafalgar D. Law, Edward D. Haru. —vio la ligera sorpresa en su rostro al mencionar esos nombres, en especial el de Law, creía que nadie conocía ese nombre. —A eso es a lo que temes, Doffy. El clan D. causará una revolución esta era.

Doflamingo no soportó otra palabra y la atacó con sus hilos otra vez. La pelea continuó, puñetazos y patadas por parte de ambos adornaban la vista de los pocos presentes ahí, entre ellos sus nakamas, luego de retroceder un par de pasos para poder impulsarse de nuevo comenzó a sentir aquel dolor que la tenía paralizada.

Cayó al suelo de rodillas por segunda vez tomándose desesperadamente el cuello, los choques eléctricos pararon un par de segundos después, haciendo que la rubia se apoyara sobre las palmas de sus manos aún en el suelo para poder respirar mejor.

— ¡Kyaa~ mi juguete regresó! —chilló Dellinger con el aparato en las manos.

— ¡Déjala en paz, maldito! —gruñó Ace tomándose de los barrotes del Coliseo.

—Dellinger, encárgate de ella. —habló Doflamingo limpiándose la sangre que le salía del labio, se acercó lentamente a Law, Haru quiso levantarse e impedirlo pero Dellinger se acercó rápidamente y se puso en cuclillas frente a ella, mostrándole el aparato.

—El joven amo no quiere que interfieras más. —sonrió el rubio, Haru gruñó estrellando su frente en el piso, sintiéndose humillada por cómo no la dejaban ni siquiera levantarse.

Un extraño hombre mayor se acercó, Haru levantó la mirada y lo alcanzó a reconocer, el hombre ciego que estaba en el restaurant, vio la capa que llevaba y sus ojos se abrieron a lo doble, era un almirante de la marina, eso explicaba su enorme fuerza.

Él y Doflamingo se alejaron por el aire llevándose a Law con ellos, Haru quiso ir tras él pero otra descarga de tres segundos la mando al suelo otra vez.

— ¡Kyaa~ que divertido es esto! —rió aquel rubio, Haru dirigió su mano a su cuello tocando el collar, pero al simple hecho de hacerlo este daba choques de nuevo, sabía lo que tenía que hacer, debía destruir ese aparato.

— ¡Haru, ¿estás bien?! —escuchó a Luffy, ella bufó levantando la cabeza, era más que obvio que estaba en problemas.

— ¡No le hagas nada, hijo de...! —Ace guardó silencio al ver a Haru gemir de dolor otra vez. — ¡Basta!

Nop. —carcajeó y volvió a presionar el botón.

—D-De-ten-te. —logró articular Haru tras caer duramente al piso tras otra descarga. —Por favor. —susurró casi sin voz, sus ojos comenzaron a cerrarse mientras veía como Dellinger se ponía de pie y levantaba su pierna dispuesto a patearla.

— ¡Haru, no puedes morir ahora! ¡Recuerda que me prometiste que jugaría con el be...! —gritó Luffy interrumpiéndose al final, causando que tanto a Haru como a Ace se les enfriara la sangre.

—Idiota. —murmuró Haru en voz baja.

— ¿Con el qué? —preguntó Ace incrédulo, Luffy se cubrió la boca rápidamente mientras comenzaba a sudar.

— ¡Kyaa~ qué patéticos! —rió Dellinger, afiló la mirada volviéndola una mirada sádica y sonrió.

El pie de Dellinger fue directo al estómago de Haru, ella cerró los ojos utilizando su Haki de armadura y esperando lo peor, aunque el golpe nunca alcanzó a llegar. Algo hizo que Dellinger cayera hacia atrás y se arrastrara lejos de Haru, un ataque a distancia lanzado por una espada pasó cerca de él.

— ¡Eso pudo cortarme el pie! —gruñó Dellinger, Haru sonrió mientras utilizaba la fuerza que las palabras de Luffy le habían dado, porque era cierto, ahora no sólo debía luchar por ella.

Apoyó ambos codos en el suelo mientras poco a poco se reincorporaba, Dellinger gruñó molesto y levantó el aparato, cuando estaba a punto de apretar el botón algo lo detuvo, una mano lo sostuvo fuertemente de la muñeca impidiéndole moverse, Dellinger gritó como una niña y giró su cabeza al instante.

—Suelta esa maldita cosa. —gruñó cierta persona con una voz pausada y aterradora, Dellinger extrañamente obedeció.

— ¡Zoro! —gritaron Ace y Luffy aliviados.

El peli-verde sacó una espada con todo y su funda, utilizó la punta inferior de la espada para destruir de un golpe seco el aparato, Dellinger gruñó en voz baja aún sin ser soltado por Zoro, forcejeó con él y se liberó, Zoro lo dejó escapar y se acercó a Haru.

—Levántate. —le extendió la mano, Haru la tomó y se apoyó en él para reincorporarse, Kinemon estaba detrás de él combatiendo a la marina.

—Llegaste justo a tiempo. —sonrió, se dio media vuelta y vio al rubio alejarse corriendo afeminadamente de ahí, con un Den Den Mushi en la mano, parecía hablar con alguien. —Cobarde. —frunció el ceño, se tomó de las fuerzas que tenía y sonrió. —Soru.

Desapareció de su lugar y reapareció frente a Dellinger, este no alcanzó a reaccionar cuando Haru ya tenía su cara entre sus dedos y lo estrellaba fuertemente contra el piso, rompiendo este. Dellinger no reaccionó al principio, el dolor lo aturdió y el golpe le hacía ir perdiendo la conciencia poco a poco, Haru sonrió de lado y se puso en cuclillas junto a él.

¿Por qué esa cara, rubio? Si nos estamos divirtiendo. —murmuró ella las mismas palabras que había usado él cuando la torturó, Dellinger claramente no pudo responder.

La mano izquierda de Haru se dirigió al instante a su cuello, tomó el collar con toda libertad y lo presionó entre sus dedos, el collar terminó trozado un segundo después. Tomó al rubio de la ropa y se levantó, Zoro estaba junto a Kinemon frente al Coliseo, hablando con Ace y Luffy.

—Haru, amor. —Ace sacó el brazo entre los barrotes y Haru tomó su mano, Ace se encargó de entrelazar sus dedos y sonrió. —Eso fue muy arriesgado, tonta. —Haru carcajeó ligeramente, entonces recordó que Sabo la llamaría por el Den Den Mushi, suspiró al recordar que el caracol se lo había dado a Trafalgar y ahora lo tenía él, pero supo que le estaría esperando dentro del Coliseo. — ¿Ocurre algo?

—Nos vemos adentro en dos minutos, vayan buscando alguna salida. —tiró a Dellinger desmayado al piso y se puso en cuclillas un poco alejada del Coliseo.

— ¿Por qué? Debemos ir a... —Haru interrumpió a Zoro.

—Hay un asunto pendiente, será solo un minuto, ustedes mientras tanto distraigan a la marina. —señaló a un grupo de marines que se acercaban corriendo. —Los alcanzó adentro. —puso Haki en su mano derecha y con un puñetazo abrió un hoyo en el piso, se acercó a Dellinger y lo tomó por la ropa una vez más, dispuesta a llevarlo con ella.

—Haru. —la nombrada volteó y miró a su novio, este tenía una mirada de curiosidad y preocupación. —Tienes mucho que explicarme. —la rubia tragó en seco y asintió.

—Nos vemos. —y con eso saltó al hoyo, directo al sótano del Coliseo.

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