veintiocho | juego
veintiocho | juego
—Debimos ir con Luffy. —se quejó el peli-negro, la rubia le dio un zape en la cabeza.
—Confía en él. —volvió a pasar los brazos alrededor de su cuello, ya que se encontraba aún sobre su espalda. —Además, no va solo, Kinemon y Zoro están con él. —Ace asintió, la chica sonrió y dejó un beso sobre su mejilla. —Parece que lograste calmarte al fin. —le acarició el hombro suavemente.
—Aún me cuesta asimilarlo, no puedo creer que...este vivo. —sonrió haciendo suspirar a la rubia.
—No sabes cuánto me alegra verte así de feliz. —Ace simplemente carcajeó bajo, continuó corriendo por las calles de Dressrosa buscando a sus demás nakamas, cuando un gran león apareció frente a ellos, paró en seco y esquivó dando un salto cuando el animal se abalanzó hacia ambos.
— ¡¿Qué diablos hace un león en medio de la calle?! —exclamó Ace luego de esquivar el ataque del animal.
—No hay tiempo de esquivarlo, golpéalo y sigue corriendo. —habló Haru desde la espalda de Ace, este asintió y con una patada sacó de combate a la bestia, obedeció a su novia y siguió corriendo. —Esto debe ser a lo que se refería Diamante y el rubio. —murmuró ella al ver que en las siguientes calles había todo un caos. —Alguien debió de haber derrotado a Sugar, la que convirtió a todos en juguetes.
— ¿Sugar? —Haru asintió. — ¿Quién habrá sido?
—No lo sé, tal vez Robin o Usopp, de Franky todavía no sabemos nada tampoco. —Ace tragó en seco y aceleró el paso.
Continuaron avanzando en busca de sus nakamas cuando algo los interrumpió, Ace se detuvo en seco y se giró a mirar el cielo, al igual que su novia y todos a su alrededor. Una serie de hilos había dejado la isla dentro de lo que daba la impresión de ser una jaula, ellos inmediatamente supieron de quién se trataba.
—Nos dejó encerrados a todos. —gruñó Haru, de pronto su Haki la hizo presentir algo. —Ace, corre.
El muchacho entendió al instante y obedeció al ver a un gran grupo de personas correr hacia ellos con armas y espadas, continuó corriendo esta vez adentrándose más en la ciudad, aunque no pasaron ni dos minutos cuando la tierra comenzó a temblar.
— ¿Qué mierda pasa ahora? —gruñó él, Haru se bajó de su espalda y le tomó del brazo para no caerse.
—Debe ser el tal Pica, Diamante mencionó que Pica es usuario de la Ishi Ishi no Mi, puede controlar la superficie de piedra. —explicó ella brevemente, Ace la tomó de la mano y se alejó de ahí rápidamente ya que una construcción se derrumbó.
—Casi todo en esta ciudad es de piedra. —gruñó el peli-negro.
Cuando todo paró de moverse la ciudad quedó en un silencio que les ponía los pelos de punta a todos, los gritos comenzaron a hacerse presentes al igual que otros sonidos de terror.
El campo de flores, el palacio, el Coliseo y la famosa Fábrica de Smile quedaron por sobre la superficie, quedando al centro de la ciudad, cuando Haru iba a hablar se escuchó el sonido de una voz resonando por toda la isla.
—Queridos habitantes e invitados de Dressrosa... —la mandíbula de Haru se tensó al escuchar esa voz, su imagen apareció en un Den Den Mushi proyector. —Sé que después de saber la verdad, muchos de ustedes querrán matarme...así que por eso he preparado un juego, un juego para asesinarme. —Ace entrecerró los ojos.
— ¿Juego?
—Estoy en el palacio, no huiré ni me esconderé, si logran asesinarme el juego habrá terminado, pero hay otra forma de terminar con el juego. —esta vez fue Haru quién hizo esa expresión extrañada. —Deben matar a todas las personas que nombraré, y además...ganarán una recompensa por cada uno.
—No me gusta para nada esto. —murmuró Haru apretando la mano de Ace.
— ¿Asesinar o ser asesinado? —volvió a hablar el Shichibukai. — ¡Ahora todos son cazadores!
—Es un monstruo. —gruñó Ace presionando inconscientemente más fuerte la mano de Haru, al contrario esta no se quejó.
— ¡No puedo controlar mi cuerpo! —gritó un hombre cerca de ahí levantando una espada, Haru tragó en seco al ver que no era el único.
—No hay donde huir, mi Torikago durará por días hasta que algo ocurra, ya sea que mueran o que termine el juego. —Ace jaló ligeramente a Haru.
—Este no es un lugar seguro. —habló él mirando a su alrededor. —Sigamos avanzando. —hizo un ademán de subir a Haru a su espalda otra vez pero ella se negó. — ¿Qué ocurre? —preguntó al ver que la rubia no despegaba su vista de la fábrica.
—Si la fábrica viene de abajo...nuestros nakamas deben estar ahí. —razonó ella, se separó de Ace y se hincó en el suelo, aplicó Haki en sus puños y golpeó el piso destruyéndolo, saltó hacia atrás y tomó la mano de Ace, todo para luego saltar dentro del hoyo que había hecho.
Haru levantó a Ace al estilo nupcial y aterrizó de pie en el piso tras parar el golpe usando el Geppo, Ace gruñó por ni siquiera avisarle lo que iba a hacer mientras Haru le daba un beso en la mejilla.
—Esto luce extraño. —se escuchó una voz femenina a su lado.
— ¡Robin! —Haru soltó a Ace y saltó a abrazar a su nakama.
—Por eso te amo. —gruñó Ace irónicamente levantándose del suelo. —Oh, todos están aquí. —habló avergonzado tras ver a los presentes.
—Linda relación la de ustedes. —murmuró Sabo gracioso, Koala le soltó un golpe en la cabeza.
—Se ven lindos juntos. —reclamó ella.
—Vaya, Rebecca también está aquí. —habló Ace sorprendido, se giró a mirar a la castaña que había golpeado a su hermano, ella sonrió.
—Así que Ace-kun. —extendió la mano. —Soy Koala, compañera de Sabo-kun, él es Hack. —señaló al Gyojin a su lado
—Mucho gusto, Koala, Hack. —correspondió al saludo.
—Haruland, Aceland. —su vista se desvió al suelo y miró a los pequeños enanos en el suelo, enarcó una ceja y levantó a uno de ellos sobre la palma de su mano.
—Son los tontattas. —avisó Usopp también desde el suelo, Ace puso al enano sobre su hombro y miró a su nakama.
— ¿Qué pasó contigo? —preguntó él, Haru se dio la vuelta y miró al nariz larga.
—Es cierto, luces medio muerto. —unos pasos los interrumpieron.
—Robin-dono, Haru-dono, Ace-dono. —llamó el samurái al estar a su lado.
—Kinemon, me alegra que estés bien. —sonrió Robin, la vista del samurái se desvió al cuerpo de la peli-rosa.
— ¿Sujetador de acero? Qué tradicional. —habló él con cara de pervertido, Haru lo golpeó en la cabeza.
— ¡No seas acosador! —exclamó ella. — ¡Es una niña!
—P-Princesa pirata... —habló Rebecca sorprendida. —Creí que seguías en el Coliseo. —luego de dejar a Kinemon en el piso, Haru se giró a verla.
—Sabo me ayudó a escapar. —sonrió y extendió la mano hacia ella. —Ace y Luffy me hablaron de ti, Rebecca, puedes decirme Haru.
— ¿Ace? —preguntó ella, se giró a mirar al peli-negro y este levantó la mano en forma de saludo. —Pero... ¿tú no eras Mary?
—Larga historia. —habló él cansado.
— ¡Senpais, puedo hacerles una pregunta! —todos prestaron atención a Bartolomeo. —La nariz de este tipo es igual a la de Sogeking-senpai, quien incendió la bandera de la torre de la justicia.
—Es él, su nombre es Usopp. —afirmó Haru orgullosa de su nakama. —No creí que fuera enserio eso del Fan número 1.
— ¡Uno de los nakamas junto a Robin-senpai y Haru-sama-senpai que estuvieron al inicio de la guerra contra el mundo! —comenzó a correr dando vueltas alrededor de ellas, Haru rodó los ojos mientras Robin reía en voz baja. — ¡Los grandes de Enies Lobby!
— ¡¿Por qué estás tan emocionado, maníaco?! ¡Guarda silencio! —exclamó Sabo molesto.
—Pagaré 100 millones por cada estrella... —la voz de Doflamingo los interrumpió a todos, guardaron silencio y prestaron atención. —Estos son los criminales de Dressrosa, primero los de una estrella...
En la pantalla fueron apareciendo las fotografías de cada uno junto con sus descripciones y número de estrellas.
Gladiadora convicta, nieta del Rey Riku. Rebecca. Una estrella.
— ¿Eres nieta del Rey Riku? —preguntó Haru cruzándose de brazos, Rebecca asintió.
Pirata, banda de los Mugiwaras. Niña demonio, Robin. Una estrella.
Samurái de Wanokuni. Kitsunebi Kinemon. Una estrella.
Dressrosa, antigua princesa. Viola. Una estrella.
Pirata, banda de los Mugiwaras. Cyborg, Franky. Una estrella.
—Espero que Franky esté bien. —murmuró Haru.
—Y ahora, los de dos estrellas...
Dressrosa, antiguo comandante. Kyros. Dos estrellas.
Pirata, banda de los Mugiwaras. Cazador de piratas, Zoro. Dos estrellas.
Pirata, banda de los Mugiwaras. Puño de fuego, Ace. Dos estrellas.
— ¡Están la banda de los Mugiwaras entre los criminales! —se escuchó un grito en general de todos los que se encontraban en el sótano, además de los Mugiwaras, revolucionarios y Tontattas.
—Los de tres estrellas, líderes del caos...
Revolucionario, jefe de división. Sabo. Tres estrellas.
Pirata, banda de los Mugiwaras. Capitán, sombrero de paja, Luffy. Tres estrellas.
Pirata, banda de los Mugiwaras. Princesa pirata, Haru. Tres estrellas.
Piratas del Corazón. Capitán, cirujano de la muerte, Law. Tres estrellas.
Dressrosa. Antiguo Rey. Riku Roldo lll. Tres estrellas.
— ¡300 millones! —se escuchó el grito en el sótano.
— ¡La alianza que hizo estremecer al mundo, Law y Mugiwara! —Haru entrecerró los ojos al escuchar los gritos.
— ¡El jefe de división de la Armada Revolucionaria!
— ¡La princesa pirata, hija de Shirohige! ¿No se supone que era el premio de la competencia en el Coliseo Corrida?
— ¡¿También yo?! —exclamó Sabo sorprendido
—Nos descubrieron muy pronto. —habló Hack.
— ¡Y además, el hombre que ha logrado enfurecerme más...! —todos se miraron extrañados al ver que aún no terminaba. — ¡El culpable de este juego sangriento, quien logre matarlo ganará 500 millones!
— ¿Qué? —murmuró Ace sorprendido.
Pirata, banda de los Mugiwaras. Dios Usopp. Cinco estrellas.
— ¡¿Eh?! —exclamaron los Tontattas y Usopp realmente sorprendidos.
—Cinco...cinco... —Haru no pudo evitar carcajear tras ver la reacción de Usopp, esto llamó la atención te todos los que se encontraban ahí.
— ¡Cinco estrellas!
—Además hay tres de una estrella, uno de dos estrellas y dos de tres estrellas. —todos ellos comenzaron a correr hacia allá. Koala y Hack se pusieron en posición de ataque mientras Ace y Haru daban un paso al frente dispuesto a atacar.
—Sabo-kun, ¿qué hacemos? —preguntó Koala, Sabo dudó unos segundos.
—No hay tiempo para enfrentar a nadie, debemos salir de aquí. —habló él.
—Usemos el camino a la superficie que dejó la fábrica. —señaló Ace, Sabo asintió y juntos comenzaron a correr, Haru rodó los ojos y corrió a la par de Koala y Robin.
—Esos dos creen que van solos. —gruñó ella, se aseguró de que todos avanzaran y se fue quedando atrás a propósito. — ¡Robin, ¿dónde está Kinemon?! —preguntó ella al notar que faltaba.
— ¡Fue a buscar a Kanjuro! —Haru asintió y continuó corriendo.
Tras los primeros segundos corriendo notó que sus pies comenzaban a arder, buen momento para darse cuenta de que aún seguía descalza, además de que el cansancio por el embarazo comenzaba a hacer que disminuyera el paso.
— ¡Haru-san! —llamó Koala preocupada mientras se paraba en seco.
—Ustedes sigan, estoy bien. —tranquilizó ella, Koala dudó un poco pero asintió y continuó corriendo.
Haru paró en seco y se tiró de rodillas al suelo, las plantas de sus pies ardían y su respiración no se calmaba, apretó los puños sintiéndose débil, cosa que odiaba. Se puso de pie con algo de esfuerzo y sacudió la cabeza.
—Bien, Ace Jr., Mini-Haru. —llamó ella comenzando a elevarse con el Geppo. —Eres fuerte, tan fuerte como tu madre, resistirás un poco más. —cortó la "conversación" con su vientre mientras comenzaba a moverse hacia el frente.
A la velocidad que avanzaba igualó rápidamente a Rebecca, Bartolomeo y Usopp, quién este último era llevado por los enanos. Bartolomeo al verla volando comenzó a gritar como el Fanboy que es. Adelantó hasta llegar con Hack, Robin y Koala, esta última sonrió con orgullo y con cierto brillo en sus ojos.
Por pura diversión adelantó a Ace y Sabo, el primero gruñó tomándolo como un reto y acelerando el paso, mientras su hermano reía por su reacción. Haru no tuvo piedad y aceleró el paso del Geppo, mientras Ace batallaba por correr a la par de ella.
— ¿Por qué compiten? —preguntó Rebecca un poco cansada, Robin sonrió.
—No te preocupes, así son ellos. —rió ligeramente.
—No me retes. —gruñó Ace alcanzando a Haru.
—Por dejarme atrás, idiota. —le mostró el dedo de en medio de una forma divertida, aplicó más fuerza en sus piernas y aceleró la velocidad.
Ace hizo un último esfuerzo y saltó al aire, tomó a Haru de la cintura logrando cargarla con una mano, sonrió orgulloso al caer al piso y continuar con su carrera, esta vez sosteniendo a su novia con el brazo derecho.
—Así está mejor. —habló él ayudándola a que se subiera sobre su espalda. —Olvidé que no puedes correr. —admitió. —Lo siento.
—Estás con tu hermano, es normal que te olvides de mí. —carcajeó.
— ¡Haru! —llamó Robin, la rubia giró la cabeza, Rebecca lloraba desconsoladamente mientras la peli-negra levantaba el Den Den Mushi. — ¡Es Luffy!
— ¿Luffy? —preguntaron Ace y Sabo deteniéndose, Robin aceleró el paso junto a Rebecca y cuando alcanzaron a escuchar notaron que sí era Luffy el que hablaba.
—Escúchame, Rebecca...tú querías hacer un trato con Haru para que derrotara a Doflamingo, pero no será necesario, ella no puede pelear, pero yo sí. Derrotaré a Doflamingo, Rebecca. —la sonrisa de orgullo de sus hermanos fue única. —No te separes de mis nakamas.
Luffy terminó la llamada, todos continuaron corriendo mientras Bartolomeo y Hack detenían a los que se acercaban por detrás queriendo matar a los que tenían recompensas, Haru se aferró a los hombros de Ace mientras comenzaban a subir a la superficie.
—Haru. —la nombrada se extrañó al escuchar a Ace susurrar. — ¿A qué se refería Luffy cuando dijo que tú no podías pelear? —preguntó de pronto, Haru tragó en seco. —No quiero preocuparme, pero sé que Luffy sabe algo que yo no. No quiero imaginarme cosas, prefiero enterarme de todo por ti. —admitió con cierto miedo, Haru suspiró y se abrazó más fuerte a él.
—La verdad es que...
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