veinte | plan

veinte | plan

—Mmm...escucho mucho ruido afuera. —murmuró la peli-verde con el ceño ligeramente fruncido. —La pelea debe de estar poniéndose interesante. —sonrió relamiéndose los labios.

Las nauseas habían desaparecido, por suerte, así que ahora estaba recostada simulando estar desmayada o al menos dormida. De pronto, Law comenzó a quejarse de que le dolía mucho el pecho, se tiró al piso adolorido mientras Monet se levantaba para verlo bien.

— ¿Qué pasa? Pareces estar sufriendo. —habló ella sin quitar su sonrisa, Haru abrió los ojos sólo para verlo gimiendo de dolor en el piso, una fuerte explosión se hizo presente haciendo que la rubia se sentara bruscamente, provocando un pequeño mareo por la rapidez en que lo hizo.

— ¡Trafalgar! —exclamó ella preocupada.

—Vaya, la princesa pirata despertó. —se escucharon unos pasos luego de aquella voz masculina.

— ¿Qu-quién...? —Law se quedó callado cuando cierto hombre entró a la habitación. — ¡¿Q-Qué haces...tú aquí?! —escupió un poco de sangre haciendo que Haru se preocupara.

—Han pasado algunos años...Law. —habló él con una voz bastante fría. — ¿En verdad pensaste que él no se daría cuenta? —preguntó sin cambiar su expresión seria. —De hecho, jamás confiamos en Cesar, por eso enviamos a alguien para vigilarlo...a Monet. —sonrió, Haru se hincó en el piso y se acercó para ver mejor a Law, no entendía mucho de la conversación pero ella confiaba en el peli-negro.

— ¿Cuándo llegaste, Vergo? —preguntó Law.

—Afortunadamente estaba en Dressrosa, así que llegué hace un momento en uno de los buques que transportaba el SAD. —Haru trataba de guardar toda la información que podía para luego unirla en su mente.

El SAD era algo que conocía por ciertos contactos, algo muy común en los bajos mundos, utilizado para la fabricación de las akuma no mi artificiales. Sabía que el que las utilizaba era el Yonkou Kaido, al que su alianza se enfrentaría, pero aún pensaba que había algo que no concordaba con todo eso, ¿quién era ese hombre y por qué Law lo conocía? ¿Quién era del que hablaban?

—No podemos permitir que hagas algo, Law. —volvió a hablar el hombre. —Por eso estoy aquí.

— ¡Entonces tendré que acabar contigo! —Law se levantó y sacó su espada en cuestión de segundos, saltó sobre Vergo pero antes de poder hacer algo cayó al suelo adolorido de nuevo.

—Olvide mencionarlo. —sacó detrás de su espalda un corazón.

Tomó un bambú y lo envolvió en Haki de armadura, le dio un golpe bastante fuerte a Law en la cabeza haciendo que este no pueda levantarse.

— ¡Trafalgar! —gritó ella rompiendo las cadenas, separó los barrotes de la celda y comenzó a correr hacia Vergo.

Cuando envolvió sus manos en Haki soltó un puñetazo directo a su cara pero este lo paró utilizando su bambú.

Qué Haki tan poderoso...

Pensó mientras frunció el ceño, soltó un par de puñetazos pero él seguía reteniéndolos, aplicó un poco más de fuerza pero cuando parecía que iba a ganar sintió un golpe en la cabeza, cayó al suelo mientras la cabeza le daba vueltas, fue entrecerrando los ojos poco a poco mientras veía la sonrisa de la mujer pájaro.

***

—Vaya, por fin despiertas. —habló Trafalgar mirando a Luffy.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó él aún desorientado. — ¿Qué hacemos todos aquí?

—Nos capturaron. —habló Haru restándole importancia. — ¿Cuánto más debo esperar, Trafalgar?

—Yo te diré. —fue su respuesta.

— ¿Esperar para qué? —preguntó Ace extrañado, Law lo ignoró viendo como el vicealmirante Smoker [que en realidad era la chica del cabello oscuro que encontraron antes dentro de su cuerpo] trataba de liberarse.

—Es inútil, son cadenas de Kairoseki. —habló Law serio.

—Vaya, parece que están bien. —se escuchó una voz acercándose, todos giraron la mirada.

—Ah, sólo eres tú. —habló Haru rodando los ojos.

— ¡El comandante del G-5, Vergo! —gruñó Smoker sorprendido, ambos, tanto Monet como Vergo, se alejaron y continuaron platicando ignorando a todos los que estaban encerrados, él y la chica estaban bastante sorprendidos, comenzaron a hablar sobre algo que realmente a Haru no le importaba.

—Que decepción, fueron capturados, chicos. —habló Haru negando ligeramente refiriéndose a sus nakamas.

— ¡Tú también estás aquí! —gruñó Ace.

—No puedo creer a los personajes que tenemos capturados. —habló Vergo acercándose de nuevo a la celda/jaula donde estaban encerrados pero con una cuchara pegada sobre su mejilla. —Una linda vista.

—Lástima no poder decir lo mismo. —murmuró Haru sonriéndole a Vergo. —Hacia tanto que no me capturaban, que nostalgia. —Luffy comenzó a reír, Robin sólo sonrió, Franky estaba curiosamente dormido sobre sus piernas.

—Me recuerda a Enies Lobby, donde conocimos a Haru, justamente estaba encerrada en la torre judicial. —habló Robin con media sonrisa.

—Buenos tiempos. —suspiró sonriente.

—Oigan, idiotas, estamos en una situación crítica, quieren tomarse esto enserio. —gruñó Smoker dentro del cuerpo de la chica.

Comenzaron a hablar sobre Vergo y su relación con Joker y la marina, todos se sorprendieron mucho cuando escucharon que él siempre estuvo aliado a Joker, y siempre había sido un pirata. El cerebro de Haru trabajaba rápidamente procesando la información, ahora todo cobraba sentido, Joker era el líder de los bajos mundos, quien hacía negocios con el Yonkou Kaido para la comercialización de las akuma no mi artificiales y el SAD.

—Oye, Torao, ¿quién es Joker? —todos giraron su vista a Luffy, Law suspiró.

—Mi antiguo jefe, Joker es un sobrenombre utilizado en el bajo mundo, alguien que tú conoces muy bien...Donquixote Doflamingo. —todos se quedaron perplejos al escuchar su nombre.

— ¿El Shichibukai? —preguntó Ace.

—Ese mismo. —afirmó Law.

—Ya veo. —murmuró Haru para sí misma.

—Doflamingo... ¿Quién es ese? —preguntó Luffy inocentemente.

— ¿Acaso no lo viste hace dos años en Marineford? —preguntó Smoker arqueando una ceja.

— ¿Marineford? —se quedó pensando y recordando unos momentos. —No, no recuerdo...

—El tipo de las plumas. —habló Ace rodando los ojos por la estupidez de su hermano.

— ¡Es cierto! Lo recuerdo... —todos lo miraron sorprendidos sarcásticamente. —Parecía un flamenco...

—No deberías subestimarlo... —advirtió Law.

—Escuché que durante la guerra intentó matar a Moriah. —habló Tashigi.

—Doflamingo intentó matar a todos. —habló Haru divertida. —No tenía idea de que él era Joker, aunque tiene sentido que lo digan.

Siguieron hablando mientras Monet servía café y hablaba por el Den Den Mushi con Cesar, avisó algo de comenzar su plan y que liberarían a su creación llamada Smiley. Unos minutos después llegó Cesar, estuvo hablando con Vergo y Monet sobre algunas cosas sin importancia, el Maestro se acercó a la jaula y miró con una sonrisa burlona a Law.

—Ves lo que hiciste, Law, ¿acaso pudiste ponerle una mano encima a Vergo? —preguntó él. —Pero claro que no, pues nuestro trato fue muy convincente. —Haru rió en voz baja ya que ella sabía el trato a la perfección, Law se lo había contado ya. — ¿Pasa algo, princesa pirata?

—Sólo tengo una pregunta, ¿por qué darle el corazón de tu secretaria, Monet, y no el tuyo? —preguntó con media sonrisa. — ¿Acaso eres un cobarde o te dejas manipular por otros como Joker? —Vergo se acercó en silencio y presionó el corazón de Law.

—Otra palabra más y aplastaré el corazón de Law sin piedad. —habló Vergo con voz tranquila, ignorando que Law se retorcía en el suelo de dolor.

— ¡Torao! —gritó Luffy asustado al verlo, el nombrado dejó de gemir de dolor, pero en vez de quejarse o algo, sonrió.

—Dejaste que tu eficiente secretaria te salvara, después de todo su "maestro" sólo es una marioneta sin importancia. —habló él herido sin quitar esa sonrisa. —Haru-ya, ¿cobarde o manipulado? Ambas son correctas. —Cesar gruñó enojado, le dio un golpe a su corazón causando que Law volviera a gemir adolorido.

— ¡Ya basta! —gruñó Haru dispuesta a levantarse y pelear, pero Law la detuvo.

—Aún no, Haru-ya. —susurró para que sólo los que estaban cerca lo escucharan, Haru se detuvo en seco.

— ¡Cuiden sus palabras, mocosos! —gruñó él, iba a hablar de nuevo pero Monet lo interrumpió diciendo que la transmisión esta lista, Cesar se alejó al igual que Vergo.

— ¿Qué planean ustedes dos? —preguntó Smoker luego de que se fueran, Law se calmó tras el dolor y sonrió de lado.

—Ya lo verán.

***

— ¿Qué mierda es eso? —preguntó Smoker sorprendido.

—Las personas...son petrificadas. —habló Luffy en el mismo estado.

Todos estaban sorprendidos mirando la pantalla donde Cesar mostraba su experimento, un extraño humo violeta cubría totalmente la superficie de la isla, y este dejaba petrificadas a las personas, de pronto en la pantalla apareció la imagen de sus nakamas escapando del humo.

— ¡Zoro y los demás! —habló Luffy emocionado.

— ¿Qué hacen esos idiotas ahí? —habló Ace al verlos.

— ¿Qué forma de correr es esa? —preguntó Franky al ver la velocidad monstruosa a la que iban.

—Parece que Samurái-san está completo. —sonrió Robin alegre.

—Es verdad, supongo que ya no tendré piernas traseras. —habló Luffy triste.

—Eso no es lo importante ahora, ¿no creen? —preguntó Haru viendo a sus nakamas.

—Cada vez me siento más débil, maldito Kairoseki. —gruñó Luffy tirándose al piso.

—No eres el único. —se quejó Ace.

—Así que esos son sus nakamas. —habló Cesar acercándose a la jaula. —No esperaba menos de tu tripulación, son difíciles de matar. Aunque no durará mucho, el gas los alcanzará, todo el que esté fuera del laboratorio morirá. —rió. —Y ustedes no se salvan.

Unas extrañas compuertas se abrieron detrás de ellos, el frío comenzó a entrar al igual que la nieve, la jaula comenzó a caer con ellos dentro, dejándolos sorprendidos a todos, la jaula fue extraída y sujetada en el aire frente a la entrada principal, donde todos los marines esperaban.

—Ahora es cuando, Haru-ya. —avisó Law, Haru no esperó otra señal para romper las cadenas simplemente extendiendo sus brazos, todos la miraron sorprendidos, hasta el mismo Cesar, ya que las compuertas que se abrieron aún no se cerraban.

— ¡¿Eh?! —hasta el mismo Ace se sorprendió. — ¡¿No era Kairoseki?!

— ¿Le dejaste el mensaje a Chopper? —habló ella poniéndose de pie, abrió un gran hoyo al techo de una patada y sonrió orgullosa.

—Está hecho, vete antes de que cierren las compuertas. —Haru sonrió.

—Buena suerte. —sonrió mientras comenzaba a elevarse con el Geppo, salió de ahí y entró justo un segundo antes de que las compuertas en el laboratorio de Cesar se cerraran.

— ¿Qué acaba de pasar? ¿Ese era su plan? ¿Un suicidio? —preguntó Smoker.

—No es un suicidio, y sí, ese fue nuestro plan desde el principio. —habló Law.

—No lo entiendo del todo, Trafalgar, ¿cómo estás tan seguro de que te capturarán? —preguntó ella extrañada mientras el cirujano de la muerte le ataba con las cadenas.

—Es sólo una suposición, y este plan es por si acaso. —fue su respuesta.

— ¿Qué debo hacer yo entonces? —preguntó Chopper desde la espalda de Law aún, este lo ignoró.

—Escucha, Haru-ya, cuando yo dé la señal tú deberás escapar y asegurarte de quedar dentro cuando cierren todas las puertas del laboratorio. —habló él. —Los Mugiwaras y yo entraremos por la puerta principal y necesitaremos apoyo una vez que entremos, tú eres la mejor para esto. —Haru asintió. —Conozco el laboratorio a la perfección, y necesitaremos tu fuerza bruta para poder salir de él directo a la costa.

—Entiendo, aunque ¿cómo sé que estaré atada con cadenas normales? ¿No son todas de Kairoseki? —preguntó poniéndose de pie, Law la levantó y la colgó sobre el hombro mientras tomaba su espada con Chopper atado a ella.

—Eso ya lo tengo cubierto, sólo procura esperar mi señal.

— ¿Un plan B? —preguntó Luffy.

—Ingenioso. —habló Robin sonriendo.

— ¿Pero por qué Súper Haru entró sola? Pudo haber liberado a alguno de nosotros. —habló Franky, acababa de despertarse pero ya estaba al tanto de todo.

—Por eso no hay problema, debo admitir que me sorprendí un poco al ver a Vergo, no lo incluí en el plan, será más complicado para Haru-ya pero podrá arreglárselas sola. —habló Law. —Nosotros igual seguiremos con el plan.

— ¿Por qué mandarla a ella a hacer las cosas más peligrosas siempre? —preguntó Ace en voz baja, para que sólo él y Law lograran escuchar.

—Haru-ya es la persona más confiable que conozco. —respondió él de forma seria. —Deberías dejar de cuidarla tanto, ella puede hacerlo sola. —Ace se quedó perplejo al escuchar eso. —Muy bien, es hora del contraataque, esta vez no lo arruinen. —avisó él en general.

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