treinta | final

treinta | final

— ¡Ace! —llamó la rubia tras aterrizar en tierra, justo sobre el tercer nivel para llegar al palacio, había volado desde el otro lado usando el Geppo y ahora buscaba a su novio, sabía que estaba ahí ya que todo se encontraba en llamas.

Una barrera de llamas se apagó enseguida dándole la vista del peli-negro sentado al borde del nivel cinco, le sonrió y la invitó a que se sentara a su lado.

— ¿Por qué estás tan tranquillo aquí...? —se quedó callada al ver la sonrisa de Ace.

—Luffy se ha vuelto realmente poderoso. —habló él sonriente.

—Me sorprende ver la cuarta marcha de Luffy, aunque en parte me preocupa.

—A mí igual, pero trato de no pensar en eso, Luffy derrotará a Mingo en cualquier momento. —habló con cierto orgullo.

—Lo hará. —sonrió. — ¿Qué hiciste mientras estabas aquí? —preguntó ella extrañada.

—Bueno, tenía ciertos asuntos pendientes con un mocoso rubio. —habló con humor, Haru abrió la boca sorprendida al escucharlo.

— ¿Peleaste con el rubio? —preguntó ella, Ace se encogió en hombros.

—No sé cómo fue que lograron curarlo totalmente, volvió y atacó a muchos aliados, alguien tenía que hacer algo. —rió. —No fue tan increíble, parecía muy confiado de su fuerza y tenía por qué, era bastante fuerte, pero nunca lo habían lastimado antes de que tú lo hicieras, desarrolló una cierta fobia hacia ti, cada que mencionaba tu nombre temblaba. —carcajeó más fuerte.

Un pequeño alboroto se armó justo frente al palacio, cinco pisos debajo justo en la ciudad, Luffy estaba ahí rebotando como loco.

— ¿Qué ocurre? —en eso un estruendo bastante fuerte se escuchó cerca de ahí, alguien fue brutalmente estrellado detrás de ellos, Ace cubrió a Haru cuando varios pedazos grandes de piedra cayeron sobre ellos, logró evitarlos y tomó a Haru de la mano ayudándola a levantarse. —Ese es... ¡Doflamingo! —exclamó Haru sorprendida al verlo ahí.

—Lo hizo. —sonrió Ace, la gente en la ciudad comenzó a murmurar y todo quedó en silencio.

—P-Pero... —Haru señaló la jaula, la sonrisa de Ace se borró al instante, tomó a Haru de la cintura y saltó al piso de abajo, donde los demás los esperaban, entre ellos Robin.

Ace cayó de pie al suelo, Haru estaba fuertemente aferrada a su cuello, ya que no se esperaba para nada que Ace saltara así como así.

—Luffy está completamente indefenso ahí abajo. —habló Haru preocupada.

—La cuarta marcha lo dejó casi muerto, no puede ni levantarse. —esta vez fue Ace, se giró a mirar a Haru. —Iré con él, asegúrate de no separarte de Robin y los demás, ¿está bien? —Haru asintió, su novio se dio la vuelta y dio un gran salto.

Haru se quedó mirándolo hasta que sintió un presencia extraña, cuando se dio vuelta logró ver por qué lo había sentido, se acercó lo más que pudo a la orilla sin caerse y gritó.

— ¡Ace! —el nombrado alcanzó a caer al suelo y se dio la vuelta, aunque no duró mucho de pie ya que un golpe de Burguess lo mandó al suelo.

Haru estaba dispuesta a saltar pero no fue necesario, otra persona atacó a Burguess y comenzó una pelea, sonrió al ver a Sabo cubrir a Ace mientras este se aseguraba de que Luffy estaba bien.

Doflamingo volvió a despertar y continuó con el infierno en Dressrosa, Haru tenía prohibido pelear o atacar, tanto por Ace como por Torao, obedeció ya que también le preocupaba que algo pasara.

A lo que había resultado, necesitaban ganar diez minutos, diez minutos para que Luffy recupere el Haki y pueda continuar peleando...los diez minutos más largos y pesados que se habrían imaginado.

***

—Bueno, Luffy lleva dormido casi tres días. —rió Haru.

— ¿Seguro que no quieres que le despertemos? —preguntó Robin.

—No, no, no se preocupen. —sonrió él.

—Me hubiese gustado que se quedarán más tiempo con nosotros, Sabo. —admitió Ace.

—A mí igual, pero Dragon nos necesita allá, además, Koala... —la castaña tomó la mejilla de Sabo y la jaló.

— ¿Koala qué, Sabo-kun? —preguntó ella con el ceño fruncido.

—Nada, nada. —habló rápidamente, Koala le soltó para luego Sabo comenzar a sobarse. — ¿Por qué nos llamaste justo ahora, Haru? Se supone que nos iríamos hace una hora.

—Bueno, teníamos algo que avisarles a todos. —admitió ella con una sonrisa. —Aunque me hubiera gustado que Nami y los demás estuvieran aquí también. —hizo una mueca.

— ¿Avisarnos algo? —preguntó Koala.

— ¿No sería mejor despertar a Luffy? Así podría despedirse y escuchar su noticia. —opinó Zoro.

—No, Luffy ya lo sabe. —sonrió Haru mirando a su capitán tirado en el piso de la pequeña casa de Kyros, el gladiador padre de Rebecca.

— ¿Y bien? —preguntó Franky, un pequeño ruido se escuchó, todos giraron su vista a Usopp quien acababa de despertar también.

—Vaya, justo a tiempo para escuchar la gran noticia, Dios Usopp. —rió Ace, Usopp bostezó y comenzó a rascarse la cabeza adormilado, Ace pasó un brazo por los hombros de Haru y dejó un beso en su frente. —Bien, ¿listos?

—Sólo díganlo. —gruñó Zoro.

—Tendremos un bebé. —hablaron los dos al mismo tiempo, las barbillas de todos cayeron al piso, hasta la de Usopp quién apenas se enteraba de todo.

— ¡¿EH?! —exclamaron sorprendidos.

—Fufufu~ un bebé en el barco animará las cosas. —rió Robin tranquilamente, se levantó y estiró los brazos, Haru se levantó y la abrazó. —Felicidades, Haru.

—Gracias, Robin. —sonrió, se iba a separar de ella pero otros brazos las unieron.

— ¡La princesa pirata tendrá un bebé! —canturreó Koala dando saltitos, Haru rió.

—Vaya, hermano. —rió Sabo nerviosamente, se acercó a Ace rascándose la nuca. —No sé cómo reaccionar a esto.

—Mientras no te moleste... —murmuró él.

—No, no, no. —rió. —Por supuesto que no, estoy feliz, seré tío. —ambos se abrazaron, Sabo le palmeó la espalda en señal de felicitaciones. —Además, Haru es la indicada. —susurró en su oído, Ace sonrió y asintió.

—Eso lo tengo muy claro. —rieron y se separaron, Koala fangirleaba de aquí para allá, lo que les hizo reír aún más.

Franky estaba empapado en lágrimas mientras Usopp trataba de procesar todo, parece que su cerebro seguía dormido. Zoro comenzó a ver el lado negativo de aquella noticia y del próximo bebé, pero terminó por aceptarlo y felicitarlos a ambos, a su manera, claro está.

Luffy despertó poco después, Torao, Kyros, el Rey Riku, todos estaban reunidos en casa de Kyros hablando, obviamente Sabo y los demás ya se habían ido. Haru y Robin habían salido ya que Viola mencionó que, como agradecimiento, les daría ropa directa del castillo, tomaron para ellas y Nami, por supuesto, y ahora caminaban por el país, que seguía en reconstrucción.

— ¿Has pensado en un nombre? —preguntó Robin de pronto, Haru hizo una mueca.

—Aún es muy pronto. —admitió, Robin asintió estando de acuerdo.

Una extraña presencia alcanzó a distinguir la rubia detrás de ellas, paró en seco haciendo que Robin se dé la vuelta hacia ella.

— ¿Sucede algo? —ella negó.

—Olvidé hacer algo, vuelve a casa de Kyros, dile a Ace que estaré ahí en unos minutos. —Robin la miró extrañada pero le hizo caso, tomó las bolsas llenas de ropa y siguió caminando.

Haru se dio la vuelta y distinguió una calle cerrada, caminó hasta ahí y se recargó en una pared justo a un lado del callejón oscuro, cruzó los brazos y cerró los ojos.

— ¿Querías hablar conmigo? —preguntó ella directa.

—No necesariamente, pero ya que estás aquí... —se escuchó como movían un pedazo de madera y como alguien se sentaba.

—Doflamingo será llevado a Impel Down, ¿no? —preguntó ella.

—No debería decirle eso a una pirata.

—Doffy es mi enemigo, tanto como lo odias tú le odio yo. —habló, se puso en cuclillas y recargó la espalda en la pared, sintiendo a su lado aquella presencia. —Aunque realmente no me importa, simple curiosidad.

— ¿Piensas seguir ocultándolo? —preguntó fríamente, Haru abrió los ojos y entrelazó sus propios dedos apoyando los codos sobre sus rodillas.

—Ya lo sabes tú, ¿qué más da ahora? —habló ella, rió sarcásticamente. —No tengo miedo de decirlo, la marina tarde o temprano lo descubriría.

—Preferible que sea tarde, ¿no lo crees? —Haru chasqueó la lengua.

—Ya se lo estoy confesando a un almirante, no hay marcha atrás. —admitió. —Pero escúchame bien, Issho. Mi bebé no ha hecho nada, al menos no aún, si crece y se convierte en pirata, lo cual seguramente será, ya no podré intervenir por él, pero mientras tanto...así venga el mismísimo Sakazuki en persona a querer matarme, este bebé nacerá. —dijo decidida.

—El almirante de la flota te tiene cierto rencor, tanto a ti como a Mugiwara y a Hiken, si viene él no llegará solo.

—No me importa que sea toda la Marina completa. —frunció el ceño. —Ya lo dije, mi hijo nacerá y lo criaremos para que sea lo que quiera ser en un futuro.

—Me gusta ese valor y actitud, Princesa Pirata. —admitió. —Me gustaría haber visto el nacimiento de ese bebé, y el revuelo que causará en el mundo, aunque para un hombre ciego es imposible, ¿sabes?

— ¿Qué puedo decirte? —habló con cierto humor. —Tienes la ventaja de no ver a ciertos bastardos bastante molestos.

—Supongo que estoy agradecido por eso. —hubo un ligero silencio ahogado entre el ruido de la ciudad. —No le diré a Sakazuki que estás embarazada, Princesa Pirata, aunque mi silencio no valdrá mucho ya que en un par de meses será una noticia mundial.

—Lo agradezco, Issho. —sonrió de lado. —Aunque si puedo preguntar, ¿por qué tu silencio? ¿Qué no eres fiel a la Marina?

—Shirohige lo dijo aquella vez... "Los hijos no deben pagar por los pecados de sus padres", acabas de recordarme esas palabras, la guerra entera. —Haru tragó en seco. —Tu hijo no ha hecho nada. Hay que darle el derecho de nacer si así lo deseas.

—No puedo responder a eso. —se levantó. —Tengo que irme, sino Ace se preocupará.

—Buena suerte enfrentándote al mundo entero otra vez, Princesa Pirata. —Haru se mordió el labio inferior.

—Gracias. —susurró antes de alejarse a paso rápido de ahí. Una sonrisa se formó en su rostro al mismo tiempo que varias lágrimas comenzaban a caer.

***

Habían pasado dos días desde aquella plática, Issho prácticamente los corrió de Dressrosa, ahora iban en el barco de Bartolomeo. Que por cierto, Bartolomeo, Cavendish, Leo de los Tontattas y otros más se volvieron capitanes aliados de los Mugiwaras.

— ¡Hey, Luffy! Nuestras recompensas subieron de nuevo. —avisó Zoro con una sonrisa, estaba sentado sobre un barril leyendo el periódico.

— ¿Oíste eso? —preguntó Ace sonriente, le tomó la mano a Haru y se levantó. —Vamos a ver.

— ¡¿No lo sabían?! —preguntó Bartolomeo, él y sus nakamas hicieron una gran fila dejando el camino libre para que pasaran adentro los Mugiwaras. —Adentro tengo todos los carteles de "Se busca".

Tanto Ace como Haru y los demás entraron, tal como dijo Bartolomeo, los once carteles de recompensa estaban pegados en la pared. Todos se sorprendieron al notar los carteles enmarcados y todo, afirmando que el fanatismo del Gallo iba enserio.

—Mugiwara no Luffy, recompensa: 500 millones de berries. —leyó Ace sonriente.

— ¡500 millones! —exclamó Luffy feliz.

—Cazador de piratas, Roronoa Zoro, recompensa: 320 millones de berries. —leyó Usopp.

—Niña demonio, Nico Robin, recompensa: 130 millones de berries. —leyó Franky.

—Vaya que subieron. —habló Robin.

—Mi recompensa es de 94 millones de berries. —leyó Franky. — ¿Por qué usaron la foto del Franky Shogun?

—Olvida eso, ahora valgo 700 millones de berries. —habló Ace sorprendido y feliz, giró su cabeza y frunció el ceño molesto. —Haru me superó de nuevo. —gruñó, la rubia rió.

—Sólo por cincuenta millones, amor. —le besó la mejilla. —Los demás subieron sólo cincuenta millones, excepto Sanji, él subió cien millones. —razonó, giró su cabeza un poco más a la derecha y su boca se abrió a lo doble. — ¡Dios Usopp, 200 millones!

— ¡¿Eh?! —exclamó el narizón dándose cuenta, este comenzó a ser horcado por Franky.

— ¡¿Por qué todos superaron los cien millones pero yo no?! —exclamó él molesto.

Comenzaron a hablar de otras cosas además de la recompensa de Sanji, que fue la que más llamó la atención de todos, Haru se separó de ahí y salió a la cubierta de nuevo, donde se encontró con Torao.

—Así que no podré pelear de nuevo durante nueve meses más. —murmuró ella. —Confiaré en ti por ahora, Trafalgar.

—No estaré con ustedes todo el tiempo, controlaré lo del embarazo mientras nos reunimos con Tony-ya y los demás.

—Confío plenamente en Chopper, pero admito que en ti no confiaba del todo.

— ¿Confiabas? —enarcó una ceja, Haru sonrió.

—Planeabas traicionarnos al principio. —Law frunció el ceño.

—Si lo sabías, ¿por qué no dijiste nada? —ella se encogió en hombros.

—Porque, planeabas arriesgarlo todo por matar a Doflamingo, por eso mandaste a tus nakamas directo a Zou, estabas dispuesto a morir por conseguir tu meta. —sonrió de lado y se cruzó de brazos. —No sé cual sea el motivo por el cual querías acabar con él, pero debe ser un motivo bastante fuerte para dejarte con esa fuerza de voluntad. —se dio la vuelta y miró al mar. —Me agrada tu forma de pensar, Trafalgar, por eso confié en ti a pesar de querer traicionarnos.

—Estuviste con la guardia alta todo el tiempo. —razonó él. —Así que no confiaste del todo.

—Soy confiada, no estúpida como... —se quedó callada un segundo. —...otras personas.

—Lo sé, ahora ve adentro, si Hiken-ya nos ve solos aquí afuera querrá golpearme, y no estoy para celos estúpidos ahora. —habló tratando de quitarle importancia, Haru rió.

—Gracias, Trafalgar. —agitó la mano y corrió adentro. Law suspiró.

—Cuídala bien, Hiken-ya. —y simplemente se quedó mirando al mar en silencio.

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