quince | banquete
quince | banquete
La rubia abrió los ojos pesadamente, al principio no recordaba nada, pero al tratar de moverse y sentir su cuerpo hecho mierda lo recordó todo. Giró su cuello y logró ver a Ace sentado en una silla a un lado de la cama donde estaba recostada, estaba dormido sobre un plato de ramen que había sobre la mesita de noche.
Carcajeó ligeramente pero inmediatamente cambió a un gemido de dolor, hasta reírse le dolía, miró todo su cuerpo, hasta sus dedos los tenía vendados, estaba cubierta con una ligera manta mientras el sombrero de Ace descansaba sobre su pecho.
—Ace. —llamó, pero el muchacho no hizo nada. —Ace, despierta.
—Makshalj... —balbuceó, Haru rodó los ojos.
— ¡Portgas D. Ace, despierta! —gruñó ella, el nombrado saltó de pronto haciendo que cayera al suelo con todo y silla, y para terminar el plato de ramen terminó sobre su cabeza, normalmente se reiría, pero además de que le dolía hasta el alma el reírse, no le parecía lo mejor. —Gracias, señor Hiken, es muy amable por dar al menos una señal de vida.
—Ha-Haru, lo siento. —se levantó rápidamente mientras quitaba la comida de su cara y cabello. — ¿Cuánto llevas despierta? —se acercó a ella y se sentó en la cama a su lado.
—No mucho. —hizo su mayor esfuerzo para levantar su mano y tomar el sombrero, estiró el brazo y se lo puso a su dueño, evitando que se viera el ramen en su cabello, sonrió y luego tomó su mano. —Mucho mejor.
—Me asustaste mucho, idiota. —suspiró y le acarició el dorso de la mano con su pulgar. —Cuando vi que tú y Luffy estaban...bueno, ugh, sentí esa fea presión en el pecho. —admitió girando su cabeza hacia el otro lado, Haru sonrió.
— ¿Dónde está Luffy?
—Salió a traer el oro que Caribou se robó, Nami lo mandó a él, Zoro y Sanji. —carcajeó ligeramente, Haru quiso reír pero se aguantó las ganas. —Jinbe le donó sangre a Luffy para demostrar que no importa la ley de donar sangre a los humanos, tú llevas dormida desde entonces. Según Chopper, hiciste mucho esfuerzo y tu cuerpo ya no respondió, supongo que aún no te puedes levantar. —sonrió, Haru asintió con una mueca. —Bueno, llamaré a nuestro doctor para que te revise. —avisó, se levantó de la cama y vio todo lo que había tirado. —Además...me daré un baño. —Haru rió ignorando el dolor.
—Espera. —lo detuvo antes de que saliera. —Ace acabó con mil cuatrocientos cincuenta y seis enemigos... —sonrió.
—Haru acabó con mil cuatrocientos sesenta enemigos. —murmuró evitando su mirada.
—Te vestirás como yo quiera. —sonrió orgullosa, Ace gruñó. —Pero, quiero darme una ducha y no me puedo mover, tendrás que ayudarme. —dijo con una voz inocente, Ace sonrió de lado. —Tómalo como un regalo de compensación. —le guiñó un ojo.
—Si así me compensarás cada que pierdo una apuesta...estoy dispuesto a perder siempre. —sonrió de lado.
—Ya vete a buscar a Chopper. —él asintió y salió de la habitación.
***
— ¿Segura que puedes tú sola? —preguntó Ace inseguro al ver como Haru trataba de bajar las escaleras.
—Por supuesto. —dijo orgullosa, los primeros escalones bajó normal pero al llegar al cuarto sus piernas flaquearon, se sostuvo de la pared un segundo mientras recuperaba fuerzas.
—Chopper dijo que aunque seas muy resistente y fuerte sería normal que no pudieses caminar, al menos por un par de días. —volvió a hablar él con voz tranquila, mientras que Haru se carcomía la mente por dentro.
—Estoy bien. —volvió a bajar dos escalones más pero sus piernas no respondieron, Ace la tomó antes de que cayera y carcajeó bajo. —Deja de burlarte. —gruñó, el moreno la cargó como a una princesa y bajó los escalones que le faltaban.
—Eres muy orgullosa. —le dio un beso en la mejilla y se dirigió a la burbuja que había en el patio trasero, donde estaban los demás. —Vamos al patio trasero, Nami y los demás están allá.
—Llévame con ellos. —ordenó, Ace se detuvo en seco y la miró con una ceja en alto. — ¿Qué?
— ¿Cuáles son las palabras mágicas? —ella bufó.
—Bien, iré yo sola. —se retorció en los brazos de Ace hasta quedar de pie, dio un par de pasos y se detuvo otra vez.
— ¿Por el simple orgullo prefieres ir tu sola? —preguntó Ace exagerando su reacción sorprendida, ella gruñó y volvió a caminar. —Caminas como si acabaras de parir. —se burló.
—Te golpearía pero no estoy en condiciones para eso. —continuó caminando hasta llegar al patio trasero, vio a todos ahí y sonrió.
—Vamos, amor, son sólo cinco escalones, puedes bajarlos por ti sola, ¿no es así? —preguntó Ace burlón al ver la expresión de Haru mirando los escalones asustada.
— ¿Qué clase de novio eres? Sabes que no puede moverse y no la ayudas a bajar. —gruñó Sanji, levantó a Haru en brazos y bajó los escalones, la dejó sentada sobre la baranda de las escaleras y le sonrió.
—Gracias, Sanji-kun. —le sonrió amablemente mientras Sanji bailaba por ahí, escuchó el gruñido de Ace cuando se sentó a su lado.
—Gracias, Sanji-kun. —repitió lo que dijo ella pero con voz de niña retrasada, Haru rió y le pellizcó la mejilla, él se apartó molesto.
—Está bien, lo siento. —le tomó la mano, pero Ace miró hacia otro lado. — ¿Ace-kun se molestó conmigo? —preguntó con voz de niña pequeña, él no respondió. —Bien, si no vas a hablarme le pediré a Sanji-kun que me regrese a la habitación.
—Ni se te ocurra. —la apuntó con un dedo, ella sonrió y lo beso cortamente en los labios. —Yo te llevaré a donde necesites.
—Gracias, y yo prometo decir por favor. —Ace sonrió y pasó un brazo alrededor de sus hombros, dejó un beso sobre su cabello y recargó su mejilla sobre su cabeza.
Cuando comenzaron a prestar atención a la conversación que tenían sus nakamas, notaron que era sobre el oro que se supone le quitarían a Caribou, Luffy explicó que se lo habían dado a Big Mom, pero que además de eso...Luffy la retó al llegar al Nuevo Mundo.
— ¿Por qué retaste a una Yonkou? —preguntó Nami comenzando a molestarse.
— ¿Y qué se supone que hacían ustedes dos? —gruñó Usopp mirando a Zoro y Sanji, quienes se supone iban a cuidar a Luffy.
—Ya lo dije, la derrotaré y haré de la isla Gyojin mi territorio. —habló Luffy orgulloso, Nami terminó golpeándolo a él, a Zoro y a Sanji, dejándolos tirados en el piso.
—Esta isla era territorio de papá, recuerdo la primera vez que vine todos me trataban como si estuviese hecha de cristal o algo parecido. —habló Haru.
— ¿Ya habías venido antes? —preguntaron todos extrañados.
—Por supuesto, he venido varias veces. —carcajeó por las reacciones de los demás. —Me gustaban mucho los dulces de la fábrica principal, así que compraba raciones para varios meses cada vez que venía. —sonrió recordándolo. —Ser hija de Shirohige tiene sus ventajas, ¿saben? —sonrió de lado.
— ¿Como qué ventajas? —preguntó Usopp. — ¿Alguna vez amenazaste a alguien diciendo quien era tu padre?
—Por favor, esta chica odiaba que se guiaran por el poder de su padre. —habló Ace recordando la primera vez que se conocieron. —Yo la hice enojar la primera vez que nos vimos y terminé con un plato de sopa caliente en toda la cara. —todos rieron.
—Nunca hice eso de decir que Shirohige era mi padre, no era como "Oh, sí, soy la hija del hombre más fuerte del mundo, todos inclínense ante mí o haré que mi padre destruya esta isla". —todos carcajearon. —Lo mejor que pude conseguir de ser hija de Shirohige fueron secretos o historias ocultas al mundo. —todos se quedaron callados mientras la veían interesados. —Así fue como supe quien era Tom-san, el que construyó el Oro Jackson, y supe sobre sus aprendices, Iceberg y Cutty Flam.
—Me reconociste en Enies Lobby con sólo escuchar mi nombre, también conociste a Robin. —ella asintió tras las palabras de Franky.
—Por supuesto, lo que pasó en Ohara lo supe por una plática que tuve con el almirante Kuzan hace como cuatro años, el hombre no es malo pero su habilidad es un poco molesta. —hizo una mueca, vio la cara sorprendida de Robin y continuó. —Sé lo de las armas ancestrales y supe que Cutty Flam tendría los planos del Plutón, aunque dudo mucho que los hayas destruido porque sí. —Franky sonrió de lado afirmando las sospechas de la chica. —Tenemos el poder de construir un arma ancestral, por eso la Marina nos quiere ver muertos a todos.
—Espera, ¿sabes todo sobre las armas ancestrales? —preguntó Usopp sorprendido.
—Sé más de lo que debería. —sonrió. —No me está gustando el rumbo que está tomando esta plática, mejor conversemos de otra cosa. —trató de ponerse en el lugar de sus nakamas, ellos querían saberlo todo, todo lo que ella ya sabía, si continuaba hablando no podría parar y terminaría arruinándolo todo. — ¿Enserio piensas enfrentarte a una Yonkou nada más de entrar en el Nuevo Mundo?
***
—Somos los invitados especiales del banquete. —sonrió Ace, miró a Haru quien trataba de abrocharse la parte de arriba del bikini pero por el dolor de sus brazos no podía, se acercó a ella por detrás y tomó los cordones del bikini. —Te ayudé a ducharte y ahora debo ayudarte a vestir, sé que suena mal pero ojala y sigas adolorida por otra semana más. —le besó el cuello cuando terminó de abrochar los cordones.
—Muy gracioso. —bufó. —Ya no me duele tanto, puedo caminar y moverme, puedo usar el rokushiki, pero para cosas estúpidas como vestirme no puedo aún. —infló las mejillas molesta, Ace carcajeó y dejó un ligero beso en su nariz. —Sólo han pasado dos días, no sé cuánto tiempo más seguiré adolorida de los brazos. Hacía mucho que no utilizaba toda mi fuerza.
—Sólo aguanta, además, yo estoy aquí para ayudarte en lo que quieras. —sonrió pícaro, Haru rodó los ojos.
—Vamos al banquete. —esta vez Ace se negó. —Aún estoy muy adolorida para tus cosas cochinas, sólo quiero tomar todo el sake que pueda y volver a dormir, andando. —lo tomó de la mano y obligó a caminar.
—Yo quería quedarme un poco más contigo. —hizo berrinche.
—Si bajamos, cenamos y bebemos lo suficiente como para olvidar lo adolorida que estoy subiremos pronto. —Ace no necesitó otra palabra para cargar a Haru en brazos y comenzar a correr hacia el primer piso donde el banquete los esperaba.
Pasaron un par de horas en el banquete, había música en vivo, mucha comida deliciosa y mucho sake, todos estaban en lo suyo bastante divertidos. Haru estaba en medio de una competencia de sake con Zoro, con Nami, Ace y Franky como árbitros.
—Vamos, Haru, bebe más rápido. —la animó Nami; Zoro y Haru bebían tarros de sake y ganaba el que se los terminara más rápido.
— ¿Esto es humanamente posible? —preguntó Franky al ver todos los tarros vacíos de sake en el piso.
—Terminé. —hablaron al mismo tiempo mientras tiraban el tarro al piso. —Yo terminé primero. —se gruñeron el uno al otro.
—Disculpen. —llegó de pronto Robin.
—Robin, ¿dónde estabas? ¿Por qué no vienes con nosotros? —preguntó Nami.
—Lo siento, ¿puedo llevarme a Haru-san un momento, Zoro? —preguntó Robin al espadachín.
—Llévatela, de todos modos ya sabemos quién ganó. —sonrió de lado, Haru le dio un zape en la cabeza.
—Es obvio que gané yo, cabeza de brócoli. —habló ella.
— ¡No soy un brócoli! ¡Soy Marimo! —todos soltaron una carcajada. — ¡No, no soy Marimo tampoco!
—Ahora vuelvo para la revancha. —se miraron retadores un segundo antes de que Haru se alejara con Robin.
Robin la guió hasta el patio trasero donde el Rey Neptuno esperaba también, comenzaron a charlar un rato sobre un hombre llamado Joy Boy y su relación con el arma ancestral Poseidón hace ochocientos años, el Rey Neptuno afirmaba todo lo que Robin informaba sobre sus teorías creadas gracias al Poneglyph que encontró en el bosque marino. Haru cada vez se sorprendía más, no por la información, ella ya la sabía, si no porque Robin logró descifrar exactamente el secreto del arma ancestral que ahora era la princesa Shirahoshi.
—Me sorprendes cada día más, Robin. —habló ella cuando el rey Neptuno confirmó que Shirahoshi era Poseidón. —Ahora veo porque el Gobierno Mundial te quiere muerta.
—Lo mismo debería decir, si sabes lo de las armas ancestrales, sabes exactamente qué es y dónde se encuentra Uranio. —la rubia asintió. —El siglo vacío y la voluntad D., ¿lo sabes?
—Sé todo lo que tiene que ver con el siglo vacío, la voluntad D., el Gobierno Mundial y el Gorosei, los Nobles Mundiales...todo. —suspiró. —Y, no le digas a Luffy ni a los demás, pero también sé todo sobre el tesoro de Roger. —evitó su mirada.
— ¿El One Piece? —preguntó el Rey Neptuno, la rubia asintió.
—Si sabes qué es, dónde está... ¿por qué no lo buscaste? Eres bastante fuerte y tenías una tripulación poderosa con tu padre, ¿por qué...? —Haru la interrumpió.
—Soy conocida como la Princesa Pirata porque mi padre era considerado el hombre más fuerte del mundo, el más cercano al One Piece, el posible rey pirata...pero él, en vez de buscar aquel tesoro, se inclinó ante el antiguo rey de los piratas, porque eran amigos. —miró hacia el mar y sonrió pensando en su padre. —Tenía esas mismas preguntas, no lo entendía. Seguí con el legado de mi padre, me incliné ante el que fue el único rey. —miró a Robin a los ojos. —Además, ahora soy nakama del que será el próximo Rey de los Piratas, ¿qué más podría pedir?
—Eso es...increíble. —habló ella. — ¿No le dirás a Luffy?
—Claro que no, no conozco a fondo a Luffy como ustedes, porque han pasado más tiempo con él, pero lo conozco lo suficiente como para saber que no aceptaría la oferta de llevarlo directamente al One Piece, por algo Rayleigh lo entrenó, vio en él lo mismo que vio mi padre en Marineford, cuando Luffy lo retó. —miró adentro donde la fiesta seguía. —Si Luffy quiere ser Rey debe ascender con sus propios méritos, ganarse el pseudónimo de Rey de los Piratas. —Robin sonrió. —Confío en mi capitán, sé que no defraudará a nadie...Luffy será el Rey de los Piratas.
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