extra dos | smut

extra dos | smut

n/a: relato con escenas explícitas, no me considero especialmente buena con el lemon pero espero les guste

Era de noche, los Mugiwaras disfrutaban de un merecido banquete tras derrotar a Hody Jones y salvar la isla Gyojin, todos hacían lo suyo divirtiéndose en la fiesta...a excepción de dos personas.

– ¿Por qué subimos? El banquete está muy divertido. –habló Haru mientras era arrastrada por Ace hacia la habitación.

–Hace mucho que no tenemos un tiempo a solas, ¿no crees? –dijo él con un tono pícaro en la voz, Haru medio sonrió. –Será un rato, debemos aprovechar el ruido que hay abajo y que la princesa nos haya dado una habitación para los dos. –Haru carcajeó en voz baja, dejó que Ace la llevará jalando su mano hasta la habitación y entraron.

–Cada vez lo confirmo más, eres un desesperado. –puso sus manos sobre los hombros de Ace mientras este bajaba el volumen de la luz de la habitación. –Pero te amo aún así.

–Me encanta que digas que me amas. –susurró él pegado a los labios de ella.

–Te amo, Ace. –los besos comenzaron, Ace puso sus manos en las caderas de la chica pegándolo más a él, disfrutando su cercanía.

La lengua de Ace pasó sobre el labio inferior de Haru, haciendo que esta abra más la boca, dándole el espacio a la lengua de Ace para entrar. Continuaron así varios minutos, solo separándose para tomar aire de vez en cuando. Las manos de Ace bajaron a los muslos de Haru, levantándola y enrollando sus piernas en sus caderas, la cargó tomando su trasero y apretándolo, haciendo que los gemidos de Haru comenzaran a salir.

Los pasos torpes de Ace los guiaron hasta la cama, tiró a Haru sobre esta y él se tiró encima sin aplastarla. Las manos ahora libres de Haru pasaron por el pecho y la espalda de Ace, disfrutando de cada centímetro del cuerpo de su novio. Ace se separó y se quitó las botas, quitándoselas también a Haru.

–No, no, no. –habló Haru deteniendo a Ace que iba a recostarse sobre ella de nuevo. –Quédate así...me gusta lo que veo. –se mordió el labio divertida.

–Sé que te gusta...puedes disfrutar todo lo que quieras. –sonrió él tomando la mano de Haru y pasándola por su pecho. –Al fin y al cabo...es tuyo.

Haru se levantó un poco alcanzando los labios de su novio, aún sin dejar de acariciar su pecho continuó besándolo. Ace la recostó de nuevo y fue directo a su cuello, besando y lamiendo cada parte de él, le dio un pequeño mordisco haciendo que Haru gimiera y se aferrara a su cabello.

Los besos de Ace bajaron por la clavícula de Haru, pasando por su cicatriz que le quedó luego de que Sakazuki la quemara en la guerra de Marineford, pasó la punta de su nariz por el cordón que unía su bikini, en medio de sus pechos y lo atrapó entre sus dientes, estiró un poco jugando con él mientras con una mano lo desataba de la espalda de Haru.

Levantó la cabeza dirigiendo su mirada a Haru, esta se sonrojó un poco al ver que Ace sostenía su bikini entre sus dientes, él sonrió y aventó el bikini lejos, aterrizando este en alguna parte de la gran habitación.

Ace comenzó a besar y chupar los pechos de Haru, esta se abrazaba a él sin dejarlo separarse de ella. Luego de un rato bajó sus manos hasta el short de Haru, desabrochó los botones y lo sacó con todo y bragas, el pantalón de Ace no tardó en desaparecer tampoco. Haru obligó a Ace a que se recargara en la cabecera de la cama y se sentó sobre su cadera.

–Hoy estás un poco más salvaje. –carcajeó Ace, Haru sonrió.

–Esta noche es mi turno. –susurró en su oído, besó su cuello mientras recargaba sus brazos sobre sus hombros, se levantó un poco y con su mano tomó la erección de Ace, lo puso en su entrada y se fue sentando sobre su cadera de nuevo, ignorando el dolor de sus ya adoloridos músculos.

–Muévete. –pidió Ace jadeando. Haru no esperó ni un segundo para comenzar a subir y bajar lentamente, las manos de Ace sostuvieron a Haru de las caderas ayudándola a moverse más rápido.

Los gemidos se fueron haciendo más fuertes, mientras aumentaba la velocidad de los saltos que daba Haru sobre Ace. Haru apoyó su mano en la cabecera de la cama, la cual un segundo después de llegar al orgasmo –gracias a su agarre tan fuerte– se rompió entre sus dedos.

–Ace... –murmuró Haru con la voz entrecortada. –Enserio necesitábamos un tiempo a solas. –Ace carcajeó.

–Me encanta que tomes el control... –susurró él en los labios de Haru. –...pero, mientras estemos desnudos... –la aventó hacia atrás recostándose sobre ella de nuevo. –...yo llevo el control.

De un momento a otro Haru aventó a Ace hasta el otro lado de la habitación, con un poco de fuerza extra, este cayó al piso adolorido, apenas iba a reclamarle cuando ella le hizo una seña con los dedos de que guardara silencio, tomó su ropa interior y comenzó a vestirse.

– ¿Qué ocurre? –preguntó él acercándose a ella y entregándole su bikini.

–Alguien viene. –susurró, en eso la puerta sonó con tres pequeños golpecitos. Ace ayudó a Haru a ponerse el bikini rápidamente y ella se levantó, Ace se recostó en la cama y simuló estar dormido.

– ¿Chopper, pasa algo? –preguntó ella al abrir la puerta y ver al renito.

–Necesito ir al baño pero Usopp me dijo que hay monstruos y fantasmas habitando el castillo. –dijo él asustado, Haru sonrió con ternura. – ¿P-Podrías acompañarme?

–Por supuesto, Chopper. –sonrió, cerró la puerta tras ella y tomó la manita/pesuña del renito, comenzaron a caminar por el pasillo en dirección al baño.

–Espérame aquí. –pidió Chopper, Haru asintió y el renito entró al baño, mientras esperaba escuchó pasos acercándose, se giró encontrándose con Usopp.

– ¿Pasa algo, Usopp? –preguntó ella.

–No los vimos abajo, así que me mandaron a buscarlos. –dijo él, Haru se sonrojó.

–Bueno, estábamos...resolviendo unos asuntos. –Usopp asintió, Chopper salió del baño y los tres caminaron hacia las escaleras.

–Entonces, los esperamos abajo, Zoro va por el décimo séptimo tarro de sake y comienza a decir incoherencias. –carcajeó Usopp, Haru asintió y prometió bajar en un rato.

Caminó hasta la habitación y entró sin hacer tanto ruido, llamó a Ace pero no obtuvo respuesta, cerró la puerta extrañada. Cuando menos se lo esperó, una mano le cubrió la boca, un brazo pasó por su cintura y la levantaron, la persona que la levantó caminó hasta la cama, pero en lugar de recostarla, se giró hacia la mesita de noche y tiró todo lo que había en ella. Sentó a Haru sobre ella y se posicionó entre sus piernas.

–Ace, prometí a Usopp que bajaríamos. –dijo ella, siendo callada después por los labios de Ace. –Nos están esperando. –habló separándose de él.

–Pueden esperar un poco más. –acercó a Haru hacia él, pasó sus manos a su espalda desabrochando su bikini.

–Tienes suerte de gustarme tanto. –gruñó ella mientras Ace besaba su cuello, sintió la sonrisa de victoria de su novio.

Luego de un rato en la misma posición, Ace bajó a los shorts de Haru, desabrochándolos con una mano, mientras la otra la ayudaba a bajarse de la mesita. Los shorts y bragas de Haru desaparecieron en un segundo, terminando en el piso, Ace la subió de nuevo a la mesita y sonrió con picardía.

– ¿Alguna vez te he dicho lo mucho que me gusta tu sabor? –susurró con la voz ronca, Haru tragó en seco.

–Ace. –gimió en voz baja cuando el muchacho la tomaba de los muslos y abría de piernas. Le dio un beso corto para luego agacharse, hincándose en el piso. – ¡Ace! –gimió más fuerte al sentir la lengua de su novio pasar por su clítoris.

– ¿Te gusta? –escuchó venir de él, las manos de Haru tomaron el cabello de Ace, jalándolo y enredando sus dedos en él.

–Sí, joder. –gruñó aventando su cabeza hacia atrás por la excitación, sus jadeos y gemidos retumbaban en la habitación. –Sigue, por favor.

–Cómo ordenes. –carcajeó ligeramente, pasó sus manos por los muslos de Haru acercándola más a él, si eso era posible, se concentraba solamente en darle placer a su novia y parecía estar haciéndolo muy bien.

Poco después Haru llegó al orgasmo, su respiración era demasiado rápida, su cara estaba ligeramente sonrojada y estaba sudando. Ace tragó hasta la última gota de sus fluidos y se levantó, Haru se abrazó a él sin poder controlar su respiración.

–Te odio. –murmuró en su oído, Ace carcajeó pasando sus manos por la cadera de ella y le dio un beso apasionado.

–Pues yo te amo. –dijo él pegando su frente a la de ella. – ¿Lista?

–Hazlo ya. –pidió ella, Ace no esperó un segundo más para poner su miembro en su entrada. Movió la cadera lentamente hacia adelante mientras suspiraba.

El pelinegro comenzó a moverse, cada vez más y más rápido. Haru estaba abrazada a él, como si no quisiera separarse nunca, ya que realmente no quería separarse de él. Las torpes manos de Ace acariciaban la espalda desnuda de Haru, recargaba su barbilla en su hombro, aspirando su olor natural.

–Maldición, te amo. –gruñó Haru tomando las mejillas de Ace, estampando sus labios con los de él, ambos llegaron al orgasmo y ahogaron sus gemidos en la boca del otro, varios segundos después del orgasmo siguieron besándose, Ace tenía una mano en la nuca de Haru, para pegarla más a él.

–No me amas tanto como yo a ti. –susurró él bajando su mano al cuello de Haru, pegando su frente con la de ella.

–Buen momento para ponerse romántico, Mr. Portgas. –sonrió.

Dos minutos después ya estaban vestidos, Haru había convencido a Ace de que bajaran un rato más al banquete, este no quería ya que quería pasar toda la noche a solas con ella.

–Sólo será un rato, quita esa cara. –le tomó la mano a su novio y abrió la puerta. –Vamos, podrás ver sirenas sexys abajo.

–Bien, pero te advierto que si una sirena se enamora de mí y trata de seducirme no quiero tus reproches. –advirtió, Haru negó.

–No habrá reproches, pero sí una sirena con la cara destrozada. –carcajeó junto con Ace. –Y un pelinegro durmiendo al otro lado de la habitación.

– ¿Por pelinegro te refieres a Luffy? –preguntó divertido. – ¿O es a Usopp?

– ¿Acaso quieres que ambos duerman en mi habitación? –enarcó una ceja, Ace frunció el ceño y negó. –Eso creí.

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