extra cuatro.

extra tres.

n/a: tiene mención LuNa (Luffy y Nami) y ZoRo (Zoro y Robin), si no les gusta pueden dejar pasar este extra, no tiene relevancia en la trama.

Ann y Natsu. Ambos con ocho años de edad.

— ¡Porque la marina no se cansa! —gruñó la navegante alterada, se tomó fuertemente de la baranda del barco sosteniendo a un pequeño peli-negro en brazos.

— ¡Nami, ve adentro, es muy peligroso aquí! —gritó Luffy tras caer a la cubierta.

— ¡Ann, Natsu, no se separen de su tía Nami! —ordenó Ace poniendo ambos puños envueltos en fuego.

—Siempre es lo mismo con ellos. —gruñó Haru en voz baja, dejó en el piso al más pequeño de sus hijos, Ann no tardó en tomar su manita.

— ¡Hanako, no te separes de Ann y Natsu! —gritó Zoro apretando la espada entre los dientes, la pequeña peli-negra asintió y se tomó de la camiseta de Natsu.

—Entren con la tía Nami y protéjanla. —ordenó Haru.

—A la orden. —hablaron ambos, Natsu corrió y tomó la mano de Nami, ambos caminaron adentro seguidos de Ann, Hanako y el pequeño Rin.

—Robin, tú también ve adentro. —habló Haru poniéndose en posición de ataque, la peli-negra estaba en posición para usar la habilidad así que sin inmutarse respondió.

—No es necesario, a comparación de ti puedo atacar desde aquí. —sonrió. —Cruch. —Haru asintió sonriente y saltó en el aire.

Geppo. —voló en el aire donde Sanji mandaba de regreso balas de cañón y le siguió el paso, imitándolo.

Desde que Luffy fue proclamado Rey de los Piratas la cosa era así, la marina estaba sobre ellos más que nunca, tanto como la vez que se dio la noticia mundial del nieto de Roger. Los pequeños Ann y Natsu tenían ocho años, mientras que Rin aún tenía cinco.

Nami tenía un pequeño peli-negro de tan solo un año y pocos meses, además de estar embarazada de nuevo. Robin tenía una niña peli-negra y estaba esperando a otro pequeño ahora.

Se habían decidido a separarse por completo, sólo esperaban el momento ideal para salir del Nuevo Mundo y pasar desapercibidos de la Marina, cosa que se les dificultaba mucho ya que no los dejaban tranquilos, su plan era desaparecer por separado en la Isla Gyojin.

—No te preocupes, tía Nami. —sonrió la pequeña Ann sentándose en una de las sillas de la cocina. —El tío Luffy y los demás estarán bien.

—Lo sé. —sonrió ella. —Además, ustedes me protegerán, ¿o no? —ambos asintieron felices.

—Yo también. —sonrió el pequeño Rin poniendo una pose épica, Nami rió ligeramente y le acarició tiernamente la cabeza, su bebé comenzó a llorar de pronto haciendo que comenzara a mecerlo.

—Ya, Eddie, no te asustes. —calmó Nami al pequeño, su panza apenas comenzaba a notarse lo que le daba un aspecto más maternal.

Los impactos de las balas de cañón y explosiones, además de los golpes, pararon luego de unos minutos, todo quedó en silencio, Nami y los niños salieron a la cubierta encontrándose con todos sus nakamas tirados y sentados en el piso, había muy pocos heridos pero todos estaban bastante cansados.

La pequeña Hanako corrió a los brazos de su padre, este la levantó dándole un abrazo. Nami se acercó a Robin y le preguntó si se encontraba bien, Chopper no tardó en ir a revisarla, por suerte no le había pasado nada.

—Esto se está volviendo una rutina. —gruñó Haru levantándose con ayuda de Ace, sus hijos se acercaron y los abrazaron a ambos. —Perdón si se asustaron.

—Nos alegra que estén bien. —sonrió Rin, Ace lo levantó en brazos y lo abrazó.

—Sunny-go no terminó tan dañado esta vez. —avisó Franky mirando los escasos daños del barco.

—Esa costumbre que tienen de atacar cuando estoy tomando una siesta. —gruñó Zoro acercándose a los demás con su pequeña en brazos.

—No dejan cocinar en paz... —habló Sanji encendiendo un cigarrillo.

—Deberíamos...

— ¡Mamá! ¡Papá! —gritó Rin desde los brazos de Ace, apuntaba al cielo asustado.

Todos giraron la mirada rápidamente poniéndose en posición de ataque por si fuera necesario, una bala de cañón caía directo hacia el centro de la cubierta, tanto Haru como Luffy, Ace y los demás estuvieron a punto de saltar y retenerla, pero no fue necesario.

— ¡Ahora, Ann! —exclamó el pequeño Natsu, la niña rubia junto a su hermano saltaron al aire, hicieron el Geppo juntos hasta llegar a la bala de cañón y mandarla de regreso con una patada.

Haru sonrió con orgullo tras ver a sus hijos, Ace suspiró de alivio al ver como ambos bajaban sin ninguna herida y chocaban puños.

—No sean tan impulsivos. —les dio un pequeño golpe en la cabeza de cada uno, Haru carcajeó fuerte.

—Tú eres igual de impulsivo. —rió ella, Ace negó, se giró a mirar a los demás, ellos asintieron estando de acuerdo con Haru, entonces resopló. —Eso lo heredaron de ti.

—Sí, sí. —rodó los ojos, Haru se acercó y dejó un beso en su mejilla.

— ¡Iugh! —exclamaron Natsu y Rin asqueados.

— ¡Ustedes están tan enamorados! —gritó la pequeña Ann emocionada, Haru rió y chocó puños con su hija.

***

Luego de unos días las cosas pasaban como siempre, cada quién haciendo lo suyo en el barco, Franky junto a Usopp estaban en el taller terminando una pequeña sorpresa de ambos para la tripulación.

Nami se estaba dando una ducha junto a Chopper, Haru y Robin, mientras Luffy cuidaba al pequeño Eddie, Zoro estaba en la sala de entrenamientos, pero simplemente sentado descansando, Sanji en la cocina preparando unos bocadillos para los niños.

Brook tocaba una canción lenta para Luffy y Eddie, quienes dormían tirados a mitad de la cubierta. Todos hacían algo relajante...excepto Ace.

— ¡Rin! —el tranquilo silencio fue interrumpido de pronto por esa voz. — ¡¿Dónde estás?!

— ¿Qué ocurre, Ace-san? —preguntó Brook dejando de tocar, Ace miró al pequeño Eddie y a Luffy dormir en la cubierta y trató de ya no gritar...aunque sí lo hizo pero en susurro.

— ¡Desapareció! —exclamó en voz baja. — ¡Me ganó el sueño durante un par de minutos y Rin ya no estaba en la habitación!

—Posiblemente esté...

— ¿Ace? —el peli-negro se erguió de pronto al escuchar esa voz, se dio la vuelta claramente nervioso y alcanzó a distinguir a su esposa recién salida de la ducha. — ¿Por qué llamas a Rin? —preguntó la rubia con el entrecejo fruncido, Ace balbuceó algunas cosas mientras sonreía nerviosamente. — ¿No lo habrás dejado escapar por accidente, no?

—N-No, mi amor. —se acercó a ella y la tomó de los brazos. —Él y yo jugamos a las escondidas.

— ¿Jugar? Se supone que estudiaría hasta medio día, ¿por qué están jugando? —preguntó molesta.

—Bueno, estudia mucho, merece un poco de descanso. —sonrió tratando de calmar a Haru, la rubia suspiró.

—Bien, ¿en dónde están Natsu y Ann? —preguntó mirando alrededor.

—Estaban jugando con Hanako en el cuarto de juegos. —avisó él.

Cuando la tripulación comenzó a crecer llenándose de pequeños, Franky construyó una habitación especial para ellos, había una alberca de pelotas, muchos juegos y cosas para niños, se la pasaban la mayor parte del tiempo ahí.

Ace se encargaba de darle clases básicas a Rin, ya que Haru lo hizo con Ann y Natsu, le enseñaba a leer y a escribir, además de algunos buenos modales como la adorada Makino le había inculcado a él.

Sí, bastante avanzado para un niño de sólo cinco años.

—Está bien. —habló ella rendida, dejó un suave beso sobre los labios de Ace y le sonrió. —Iré a vestirme a la habitación, no dejes que nadie entre. —le guiñó un ojo y caminó sosteniendo la toalla sobre su cuerpo.

—Claro, mi amor. —sonrió y una vez que desapareció de su campo de visión su expresión cambió a una de miedo. — ¡Debo encontrar a mi hijo!

Mientras en el cuarto de juegos.

—Esto está mal, Natsu. —se quejó la rubia. —Si mamá y papá saben que Rin está con nosotros y no está estudiando se molestarán con nosotros. —puso ambas manos sobre sus caderas adaptando una expresión molesta.

—Deja de preocuparte tanto, Ann. —habló él confiado mientras ayudaba a su hermano a entrar en la alberca de pelotas. —Además, si mamá se molesta le echará la culpa a papá.

—Sabes que papá se queda dormido todo el tiempo inconscientemente, no es su culpa. —defendió ella.

—Yo soy tu hermano, debes estar de mi lado. —frunció el ceño cruzándose de brazos.

—Ese no es el punto. —rodó los ojos. —Iré a decirle a papá que Rin está con nosotros. —se dio la vuelta y quiso salir de ahí.

—No lo hagas, Ann. —la tomó del brazo y tiró al piso, la rubia gruñó y arrojó a su hermano lejos, volvió a levantarse pero no duró mucho de pie ya que su hermano volvió a tirarla, comenzando así una pelea.

***

—Bien, es mi última esperanza. —susurró Ace nervioso, tomó el pomo de la puerta y giró lentamente, justo cuando abrió la puerta una pequeña silueta salió disparada del cuarto de juegos, seguida por otra del mismo tamaño. — ¡Niños!

Las dos siluetas cayeron a mitad de la cubierta, llamando la atención de quienes se encontraban cerca, o sea Luffy, el pequeño Eddie y Brook, el hijo de Luffy comenzó a reír al ver a Natsu y Ann pelear, Luffy no tardó en seguirle.

— ¡Ann, Natsu! —se acercó Ace corriendo, tomó a Natsu de la camiseta y a Ann del brazo, ambos soltaron una patada hacia el otro pero esta llegó directo a la cara de Ace, haciendo que los soltara, cayera al piso y se tomara la cara adolorido.

Ambos niños ignoraron a su padre y continuaron peleando, pero cuando ambos se separaron para tomar aire y volver a saltar a atacar al otro...un golpe los paró a ambos.

— ¡Duele! —gritaron ambos sobándose la cabeza, en la cual comenzaba a crecer un gran chichón.

— ¿Qué está pasando aquí? —preguntó Haru con una voz lenta y aterradora, ambos niños se pusieron de pie rápidamente y se escondieron detrás de Ace, quien continuaba sobando sus mejillas. —Les hice una pregunta, niños.

—E-E-Ella empezó, mamá. —se quejó Natsu apuntando acusadoramente a su hermana.

— ¡Eso no es cierto! Él estaba ocultando a Rin de papá y planeaba culparlo a él...

— ¡Cállate, bocazas! —se acercó a querer golpearla de nuevo pero Haru los tomó a ambos de las orejas.

—No sólo trataban de engañarnos, sino que pelearon y se golpearon entre ustedes... ¡también golpearon a su padre! —exclamó ella molesta, Ace gruñó.

—Me tomaron desprevenido. —se excusó.

—No te excuses, señor "estamos jugando a las escondidas". —Haru imitó su voz molesta, Ace hizo pucheros y se cruzó de brazos aún sentado en el suelo. —Ya hablaremos después.

Los dos niños comenzaron a carcajear en voz baja tras ver la "pelea" de sus padres. Haru les dio otro pequeño jalón de orejas haciendo que ambos se quejaran adoloridos, el pequeño Rin se acercó justo en ese momento y al ver la escena comenzó a reír.

—Bien, niños, ustedes y su padre recibirán un castigo, Natsu por tratar de engañarnos y Ann por pelear con él. —avisó Haru. —Ustedes deberán limpiar toda la cocina esta noche, le diré a Sanji que no limpie, porque ustedes lo harán.

— ¡¿Toda la cocina?! —exclamaron ambos.

—Así es, limpiarán la mesa y lavarán los platos, me aseguraré de que Luffy tenga una ración doble. —ambos niños comenzaron a quejarse, Haru les dio otro pequeño jalón y ellos guardaron silencio tras un bajo "Sí, mamá".

—Pero... ¿papá qué castigo recibirá? —preguntó Rin extrañado, Haru soltó a los niños y se acercó a Ace, quien ya se encontraba de pie.

—De eso me encargo yo. —se cruzó de brazos frente a él, le guiñó un ojo pícaramente y se dio la vuelta hacia sus hijos. —Rin, tú y yo terminaremos de estudiar, Ace, encárgate de los pequeños castigados. —ordenó ella, Rin le dio la mano y juntos se alejaron.

—Shishishishi, ella los castigó~ —se carcajeó Luffy, el pequeño Eddie no tardó en reír también.

— ¡Luffy! —el grito de la peli-naranja resonó en todo el barco, un escalofrío recorrió la espalda de Luffy, la risa de Eddie paró también de sonar.

—Tal parece quealguien está en problemas. —rió Ace, él y sus hijos chocaron puños y sealejaron de ahí.

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