extra cinco.

n/a: me encontré con un word donde tenía algunos extras de esta historia, los corregiré y los publicaré, no siguen ningún peso en la historia original por si quieren leerlos u omitirlos no afecta en nada.

al final tiene ligera mención de smut, nada gráfico.

–Chicas, ¿les molesta que regrese al barco? –preguntó Haru.

–Para nada, ¿ocurre algo malo? –preguntó Robin, Haru negó.

–Estoy algo cansada, quisiera descansar un rato. –respondió ella, llevaban desde temprano en la isla de compras, la noche anterior le había tocado la guardia a ella por lo que sentía que los parpados le pesaban.

Se despidió de ellas y quedaron de verse en el barco para la cena, caminó en silencio hasta el Sunny, saludó a Usopp y Chopper que se habían quedado a cuidar el barco y les dejó que se fueran a explorar la isla, estos no esperaron otra invitación y salieron volando hasta la isla.

Haru dejó todas las bolsas en la cama de Nami y se tiró boca arriba en su cama, tan solo su cabeza tocó la almohada se quedó rápidamente dormida.

Corría por el ya conocido piso de Marineford, a su alrededor todo vibraba, sus nakamas y aliados peleaban a muerte contra el otro bando, a su lado se encontraba Ace y Luffy dejándola mucho más tranquila y con esa chispa de esperanza floreciendo en su interior. Lo van a lograr.

De un momento para otro tuvo que detenerse en seco, sentía el cuerpo pesado como si hubiera un imán que la atrajera hacia abajo y no le permitiera moverse, frente a ella se formaron las conocidas siluetas de Luffy y Ace además de una extra.

Se le llenaron los ojos de lágrimas al ver a Luffy en el suelo y a Ace siendo atravesado brutalmente por el puño de lava de Sakazuki, no entendía cómo, hace un momento todo iba bien. Intentó moverse pero seguía estática, Ace estaba sufriendo frente a ella, Luffy lloraba mientras lo sostenía, y ella no podía hacer nada.

Gritó sus nombres, incluso maldijo a Sakazuki, no podía hacer nada mientras el amor de su vida moría ahí mismo en brazos de su hermano.

Abrió los ojos bruscamente mientras se sentaba de golpe en la cama, se restregó los ojos con sus puños mientras se mordía el labio inferior. Se tiró de espaldas a la cama luego de algunos segundos, no sabía cuánto tiempo se había quedado dormida, cerró los ojos mientras suspiraba.

–Vaya mierda de sueño. –susurró para sí misma, de pronto sintió como se hundía en la cama y un peso extra caía sobre ella. –Ace, muévete.

–No quiero. –habló él de forma infantil, se había acostado sobre ella, dejándola completamente debajo de él, escondió su cara en el cuello de ella moviendo su nariz para hacerle cosquillas.

–Estas pesado. –gruñó ella.

–Ochenta kilos no son nada comparado con las diez toneladas que puedes levantar. –se excusó, Haru bufó. – ¿Qué fue lo que soñaste? –preguntó él luego de un rato, ella se quedó en blanco. –Haru.

–No lo recuerdo. –inventó una excusa, Ace dejó un corto beso en su mejilla y volvió a recostarse.

–Sí lo recuerdas. –contradijo él. –Vamos, dime. –ella suspiró.

–Sobre aquella vez en Marineford. –sintió como Ace se tensó.

– ¿Y por eso dijiste "vaya mierda de sueño"? –preguntó aún sin mirarla.

–La situación fue diferente, Ace...en mi sueño ni Luffy ni yo logramos salvarte. –la respiración de Ace se cortó. –Sakazuki te alcanzó en esta ocasión y colapsaste justo en los brazos de Luffy. –unas pequeñas llamas de fuego aparecieron en la espalda de Ace, Haru suspiró. –Pero sólo es un sueño, Ace.

–Sí que es una mierda de sueño. –las palabras se escucharon ahogadas contra su cuello, causándole escalofríos.

– ¿Todo está bien? –él negó. – ¿Qué significa el fuego en tu espalda?

–No es nada malo contigo. –tomó sus manos enredando sus dedos con los de ella y apoyó sus brazos en la cama, mientras con la punta de su nariz rozaba su clavícula. –Cada vez que escucho el nombre de ese bastardo me es imposible controlarme, sólo me dan ganas de matarlo con mis propias manos. –gruñó en voz baja, Haru sonrió.

–No te preocupes por él. –habló ella segura. Ace asintió poco convencido por lo que Haru frunció el ceño. – ¿Ace? –él se separó lo suficiente para juntar sus frentes, rozó la punta de su nariz con la de ella mientras sonreía.

Unió sus labios en un dulce beso que comenzó tierno y lento, poco a poco comenzó a subir la intensidad, Ace adentró su lengua en la boca de Haru, esta no se negó y le siguió de la misma forma.

Haru notó algo más en ese beso, Ace le transmitía todo lo que sentía en ese momento, más que amor era impotencia, miedo y un toque de desesperación. De pronto algo húmedo cayó sobre sus mejillas, se separó de Ace para mirarlo pero este escondió su cara en su cuello, dejándolo pequeñas lágrimas humedeciendo su cabello.

–Nunca me habías besado así. –susurró un poco aturdida. – ¿Qué pasa? –él ahogó un sollozo y se abrazó fuertemente a ella, Haru comenzó a acariciarle el cabello mientras con la mano libre se abrazaba a su espalda.

–Yo también tuve un sueño de mierda anoche, justo como el tuyo. –susurró. –Estaba en el pódium de Marineford. Padre, los chicos, Luffy, tú...todos luchaban por salvarme, uno por uno iban cayendo a manos de la marina, Marco, Jozu, Vista, todos... –sorbió la nariz y continuó. –Luffy estaba frente a Teach, él lo...lo había matado. –sollozó. –Tú peleabas contra los almirantes, por concentrarte en mí, Padre había muerto y...tú caíste al igual que él, no pude salvarte, no pude salvar a nadie. –Continuó llorando y lamentándose.

–Tranquilo, Ace, fue sólo un sueño. –intentó calmarlo. –Mira, Luffy está bien, Marco, Jozu, Vista, Izo, Haruta, los demás, nuestros nakamas están bien. –Haru suspiró. –Yo estoy aquí, Ace, no me iré nunca. Todos nos arriesgamos sabiendo nuestro posible final pero tú no tendrías que cargar con esa responsabilidad y esa culpa, lo bueno de ser piratas y de ser tan fuertes como lo somos es que tenemos la opción de elegir dónde y cuándo morir.

–Ahora entiendo cómo se sentía Luffy aquella vez que le prometí no morir. –habló Ace con voz un poco más calmada, Haru sonrió de lado. –Prométeme que no morirás, Haru. –se separó un poco de ella y le dio un corto beso en sus labios.

–No moriré, lo prometo. –sonrió, Ace se quitó de encima de ella y se recostó a su lado.

–Necesitaba desahogarme con eso. –admitió.

– ¿Qué hora es? –preguntó ella luego de un rato.

–Aún faltan un par de horas para que todos lleguen a cenar, Nami y Robin dijeron que regresaste al barco ya que estabas cansada, así que quise venir a ver como estabas. –Haru rió en voz baja por el ligero sonrojo de Ace.

–Bueno, estoy bien. –sonrió.

– ¿Qué quieres hacer ahora? –preguntó él mirándola, ella cerró los ojos aún cansada. – ¿Quieres salir al pueblo un rato o prefieres quedarte?

–Quiero dormir. –susurró, Ace carcajeó ligeramente.

–Está bien, duerme, yo simplemente me recostaré aquí para que no tengas frío y te protegeré de los monstruos que hay bajo la cama. –dijo divertido, tomó a Haru de la cadera y la movió hasta que recostó su cabeza sobre su pecho.

–Gracias, mi héroe. –le besó cortamente los labios y se recostó de nuevo.

–Descansa, princesa. –comenzó a acariciarle el cabello, poniéndolo detrás de su oreja mientras escuchaba como su respiración se hacía cada vez más pesada, se había dormido con una sonrisa, arrullándose mientras escuchaba los latidos del corazón de Ace.

***

– ¿Dónde crees que hayan terminado Haru y Ace? –preguntó Nami cargando bolsas, ella y Robin estaban fuera de su habitación. – ¿Sería lo correcto entrar y que estén...? Ya sabes. –se sonrojó un poco y Robin rió.

–No escucho ruido, así que lo dudo. –habló la peli-negra, utilizó la llave y abrió la puerta.

Ambas entraron sigilosamente, lo primero que notaron fueron todas las bolsas que Haru había traído, estaban sobre la cama de Nami, Robin sonrió dejando las bolsas sobre su cama mientras Nami hacía lo mismo.

–Que tiernos. –habló Robin en voz baja, ambas admiraban a la pareja dormir tranquilamente sobre la cama de Haru, ella descansaba su cabeza sobre su pecho mientras este tenía sus brazos alrededor de ella. –Será mejor salir para no despertarlos.

–Tienes razón, los llamaremos cuando esté lista la cena. –salieron de ahí cerrando la puerta.

–Se la creyeron. –susurró Haru aguantando una carcajada, se sentó en la cama aún cubriéndose con la sábana ya que estaba desnuda, Ace se sentó a su lado y revolvió su cabello. –Hubiese sido vergonzoso que llegaran antes. –admitió un poco sonrojada.

– ¿Y por qué lo sería? –preguntó él divertido. –Es normal que una pareja tenga...

–Cállate. –musitó aún sonrojada. –Puede que sea normal pero que tus amigas te descubran a la mitad de eso sería horrible. –él asintió divertido. –Ahora cámbiate la piyama, debemos dar la impresión de que estábamos durmiendo.

– ¿Pero qué no dormimos desnudos todo el tiempo? –preguntó pícaro, Haru le dio un puñetazo en el hombro.

–Eres caso perdido. –susurró divertida.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top