dieciocho | enferma
dieciocho | enferma
— ¿Segura que estás bien? —preguntó Ace por milésima vez.
—Lo estoy, fue un simple mareo. —habló ella sonriente. —Debió ser por el fuerte calor y el extremo cambió de temperatura. —le sonrió tratando de tranquilizarlo.
—Está bien, pero cualquier cosa me lo dices enseguida. —la apuntó con el dedo, Haru rió en voz baja y dejó un corto beso en sus labios.
—Lo haré. —Ace sonrió.
— ¡Oye, tú! —escucharon gritar a Luffy. — ¡Soy yo! ¡Soy yo! ¡Gracias por lo de aquella vez! —todos se miraron extrañados, miraron al frente hacia donde el capitán gritaba.
—Ese es...el tipo de la casa de subastas que nos encontramos en Sabaody hace dos años. —habló Zoro.
—Es Trafalgar Law. —dijo Robin luego de mirarlo.
— ¡Sí, sí, Trafa...Torao! —gritó Luffy. —Él nos ayudo hace dos años a escapar de la batalla con Shirohige, curó nuestras heridas. —explicó él brevemente.
—Con todo lo que ocurrió esa vez no pude hablarle, ni siquiera pude agradecerle. —habló Haru poniéndose de pie.
Ella y Luffy saltaron de la espalda de Chahige y avanzaron hasta quedar delante del Shichibukai, este los miró agachando la cabeza ya que ambos eran más bajos.
—Así que, Torao. Gracias por lo que hiciste hace dos años, nos salvaste la vida. —sonrió Luffy.
—Es cierto, aquella vez no pude agradecerte, enserio, muchas gracias por todo lo que hiciste por nosotros. —Haru se inclinó ligeramente y luego le sonrió. —Por cierto, ¿dónde está tu tripulación?
—Sí, el oso que habla y los demás. —Law frunció ligeramente el ceño.
—Así que...lograron sobrevivir a las heridas mortales. —habló él completamente serio. —No deben agradecerme por eso, me dejé llevar por el momento, somos piratas y enemigos...no lo olviden.
—Sé que ambos somos enemigos porque vamos en busca del One Piece, pero me salvaste y salvaste a mi hermano y a mi nakama. —habló Luffy sonriente, Law posó su vista en la rubia.
— ¿Ahora eres su nakama? —preguntó. — ¿Qué hay de tu antigua tripulación?
—Con la muerte de mi padre la tripulación se separó, ahora estoy con Luffy. —sonrió orgullosa.
— ¡Oi, chicos, la marina está aquí! —gritó Usopp, una chica de cabello oscuro se acercaba corriendo junto con muchos marines detrás, había un hombre tirado en el suelo y no lo habían notado hasta que la muchacha se agachó a revisar cómo estaba.
—Lo sabía, es humitos. ¡Ha pasado mucho tiempo! —gritó Luffy saludando como si nada.
— ¿Humitos? —preguntó ella extrañada. —Oh, el vicealmirante Smoker. Del que Hancock te salvó en la guerra. —Luffy asintió con una sonrisa.
La chica entró en un ataque de enojo al ver a Smoker en el suelo, sacó su espada y corrió dispuesta a hacerle daño a Law, este hizo uno de sus ataques, primero metió a ambos en un Room y los cambió con Shambles.
— ¿Qué acabas de hacer? —preguntó Haru extrañada al ver a la chica caer al suelo.
—No le den tanta importancia...diríjanse a la parte trasera del laboratorio, nos encontraremos en un momento. —comenzó a caminar dentro del edificio.
—Sí, vamos, Haru. —la rubia asintió y ambos comenzaron a correr hasta la espalda de Chahige, este comenzó a andar sin esperarlos.
Mientras Haru seguía corriendo sintió algo extraño, su respiración comenzó a entrecortarse y sus piernas no la dejaban andar, fue bajando de a poco la velocidad cosa que Luffy notó rápidamente.
— ¿Qué pasa? —preguntó él parando en seco, la rubia se detuvo y apoyó las manos en las rodillas mientras trataba de recuperar el aire.
—No lo sé. —cerró los puños. —Me sentí cansada de repente, no puedo correr.
—Qué raro, tú nunca estás cansada. —razonó Luffy.
— ¡Oi, apresúrense! —gritó Usopp mientras más se iban alejando.
—Vamos, te llevaré yo. —tomó a Haru enrollando un brazo alrededor de ella y siguió corriendo.
Todos miraron extrañados cuando Luffy subió a la espalda de Chahige de un salto, dejó a la rubia sentada y Ace se acercó de inmediato.
— ¿Qué pasó? —preguntó él.
—Nada, sólo que estaba un poco cansada. —habló con una mueca, Ace le tomó la mano.
—Hablarás con Chopper de esto, ¿está bien? —ella asintió, continuaron su camino hasta la parte trasera del laboratorio, sus nakamas junto a un montón de niños y niños gigantes los esperaban.
— ¡Me alegra verlos, chicos! —gritó Sanji haciendo un bailesito raro, todos los que acababan de llegar miraron extrañados al rubio.
— ¿Qué le sucede a ese cocinerucho? ¿Se volvió loco de frío? —preguntó Zoro.
— ¡Espera, detente Franky! —gritó Luffy viendo como el cyborg levantaba el puño dispuesto a pegarle a Nami, quién solo se toqueteaba los pechos.
—Algo anda mal. —susurró Haru.
***
—Bien, ¿cómo empezar...? —habló Chopper.
—Es sencillo, creo, Torao usó su habilidad para cambiar sus cuerpos...o a ustedes, no lo sé. —habló Haru viendo el cuerpo de Nami tirado en el suelo con un gran chichón.
—Lastimé mi frágil cuerpo. —lloraba Franky.
— ¡Recuperé mis piernas! —gritó una extraña cabeza que acompañaba a Sanji y a los demás sobre las piernas que Luffy había conseguido.
—Perdí mis piernas. —sollozó Luffy con un aura deprimida.
—Esto se está volviendo muy extraño. —susurró Ace con una gotita cayendo de su cabeza.
— ¡Nami-Sanji despertó! —gritó Sanji...o Chopper...Chopper en el cuerpo de Sanji.
—Bien, entonces ¿quién es quién? —preguntó Luffy retomando su postura.
— ¡Yo soy Franky! —habló Chopper. — ¡No cuenten conmigo si están heridos!
— ¡Yo soy Chopper! —habló Sanji. —Yo curaré sus heridas. —tomó la mochila azul entre sus manos.
—Yo soy Nami, y no lanzaré rayos aunque muera. —habló Franky.
—Y yo soy... —Nami exhaló humo de un cigarrillo, se abrió el abrigo y comenzó a toquetearse los pechos. — ¡...Nami-san!
— ¡Yo no hago esas cosas indecentes! —gritó Franky, bueno...Nami en el cuerpo de Franky.
***
— ¡Hazlo de nuevo, Haru-nee-chan! —pidió una niña.
—Sí, yo también quiero. —pidió otro niño.
—Y yo. —continuaban pidiendo, Haru suspiró.
—Sólo esta vez. —todos sonrieron felices, tomó a una niña gigante y a otros dos niños y comenzó a aventarlos hacia arriba y abajo, todos reían felices.
Ella y Luffy jugaban con los niños, Luffy hacía monos gigantes de nieve y los niños se aprovechaban de la habilidad de Haru para pedirle si podía cargarlos o pasearlos.
— ¿Torao es un Shichibukai? —preguntó Luffy extrañado, Haru bajó a los niños y caminó hacia el grupo quienes hablaban sobre todo lo que acaba de pasar.
—Sí, se unió en los dos años. —habló Robin.
—Entonces, ¿Torao te cortó en tres partes? —preguntó Ace mirando a las piernas con cabeza.
—Así es, mi cabeza fue encerrada donde me encontré con ellos. —habló mirando a Sanji y a los demás. —Mi torso fue abandonado y mis piernas fueron perseguidas por un monstruo.
— ¿Un torso? Yo encontré a un torso fuera de aquí, debió ser el tuyo. —habló Brook.
— ¡Mi torso! ¿Dónde está? —preguntó el samurái.
—Haru, puedes atar a Wani-Tauros por allá. —habló Nami en el cuerpo de Franky, la rubia asintió.
—Claro, Franky... ¿Nami? ¿Nami-Franky? ¿Cómo debo llamarte? —preguntó ella poniéndose de pie.
— ¡Soy Nami! —gruñó, Haru rió y le sacó la lengua.
La rubia tomó unas cadenas y las enrolló alrededor del gigante Chahige, llamado Wani-Tauros ya que a nadie le interesaba su nombre. Apretaba las cadenas mientras escuchaba la conversación que tenían sus nakamas con el rehén.
—Ustedes ya están muertos, Law vendrá a salvarme. —decía él. —Odio a todos los mocosos de su generación, pero Law es la excepción.
— ¿A qué te refieres con "su generación"? —preguntó Luffy sin entender.
— ¿No lo sabes, idiota? Hace dos años surgieron once supernovas que causaron un revuelo en Sabaody, estuvieron para el final de la era y comenzaron una nueva. —Haru terminó de atar las cadenas y subió a su hombro interesada en la conversación. —Ustedes más Kurohige, los doce formaron la peor generación de piratas, luego de la muerte de Shirohige vinieron a poner de cabeza el Nuevo Mundo. —Haru rió.
—El nuevo mundo siempre ha estado de cabeza. —habló ella restándole importancia.
— ¡Bájate de mi hombro! —exclamó él enojado.
Chahige continuó hablando sobre cómo llegó a Punk Hazard, sobre la nueva generación y sobre su maestro, el cual iba a derrotarlos y a mandarlos de regreso por donde vinieron, cosa que Luffy no escuchó porque se quedó dormido a mitad de la conversación, Zoro terminó despertándolo y este continuó jugando con los niños.
—Un momento, ¿dónde está el samurái? —preguntó Sanji en el cuerpo de Nami.
—Oh, le dije donde encontré su torso y salió a buscarlo. —habló Brook con toda tranquilidad.
— ¡¿El samurái está afuera?! —gruñó Sanji. — ¡Creí que se quedaría quieto, maldición! Bajé la guardia por prestarle atención al maravilloso cuerpo de Nami-san~ —se abrazó.
— ¿Por qué te preocupas por él?
—Porque yo fui quien lo trajo aquí, si algo le pasa será por mi culpa, ya que era mi responsabilidad. —suspiró. — ¡Luffy, saldré un momento, ¿está bien?!
—Sí, está bien. —respondió él distraído mientras jugaba.
—Bien, te mostraré el camino. —habló Brook, ambos comenzaron a correr. —Por cierto, ¿podrías mostrarme tus bragas?
—Claro, necesitamos una cámara también.
— ¡Esperen un momento! —gritó Nami. —No pueden ir ustedes solos, lastimarán mi cuerpo y no quiero que le pase nada...además de que no puedo dejarlos solos con mi cuerpo, quién sabe qué le harían. —murmuró. — ¡Haru, ¿puedes ir con ellos?! —pidió Nami.
—Por supuesto. —sonrió dispuesta.
— ¡Claro que no! —gruñó Ace. —Ni creas que he olvidado que te sentías mal hace un rato. —la señaló acusadoramente. —Zoro, acompáñalos. —ordenó serio.
— ¿Y quién eres tú para mandarme? —preguntó él con el ceño fruncido.
—Alguien que te hará cenizas si no vas. —gruñó envolviendo sus puños en fuego, ambos comenzaron a pelear pero Nami los paró con un golpe a cada uno, al final Zoro terminó yendo con Sanji y Brook.
Haru comenzó a sentirse extraña otra vez, un pequeño mareo se hizo presente al ver hacia abajo, ya que aún se encontraba en el hombro de Chahige, se tomó la cabeza tratando de parar el dolor pero otro síntoma se hizo presente.
Saltó del hombro de Chahige y se alejó rápidamente con el Geppo hasta salir del escondite en el que se hallaban.
— ¡Haru! —gritó Ace al verla. —Chopper, ven conmigo. —comenzó a correr seguido de Chopper [en el cuerpo de Sanji].
Salieron pero no vieron a la rubia en ningún lugar, Ace comenzó a preocuparse. Comenzaron a gritar su nombre pero no aparecía, de pronto, vieron a la chica caminar acercándose a ellos, Ace corrió hasta ella y la abrazó.
—Estoy bien, Ace. —habló ella separándose de él.
—Estás más pálida. —le tocó la cara.
—Vomité un poco, debió ser el dragón que comimos, nada más. —trato de calmarlo pero el peli-negro no se quedó tranquilo.
—Chopper, Haru se ha estado sintiendo mal desde hace un tiempo, ¿puedes revisarla? Por favor. —pidió él.
—Lo haré, pero antes, necesito ver lo que tienen los niños, ¿crees poder aguantar? —preguntó él un poco preocupado mientras le tomaba una mano a Haru.
—Estaré bien, los niños importan más ahora. —le sonrió tranquilizándolo, le dio un ligero apretón en la mano y Chopper asintió, la soltó y comenzó a correr hacia adentro.
—No me está gustando para nada esto. —admitió él pasando su brazo por sus hombros, abrazándola ligeramente.
—Ya te lo dije, el dragón debió haberme caído mal. —ambos entraron.
—Todos comimos dragón y a nadie más le hizo daño. —Haru iba a responder pero fue callada por la escena que se encontraba adentro.
— ¡Shindo, ¿qué pasa?! —gritaban los niños viendo a uno de los pequeños gigantes caer adolorido al suelo.
— ¡Chopper, dice que le duele, cúralo! —gritó Luffy tratando de ayudar al niño, Haru y Ace se miraron un segundo y corrieron a ayudar a los niños.
— ¡Mocha! ¡Chicos! ¡¿Qué les sucede?! —exclamó Nami asustada viendo como todos comenzaban a caer.
— ¡Tú, ¿qué sabes de esto?! —gritó Chopper enojado mirando a Chahige, quien seguía atado con cadenas.
—No sé qué pasa, mi puesto es afuera, no sé qué es lo que hacen en el laboratorio.
— ¡¿Cuáles son los planes de tu maestro?! ¡Estos niños no están enfermos! —gritaba él realmente enojado.
— ¿Tienes algún problema con nuestro maestro? Él ayuda a estos niños con su enfermedad, míralos, están sufriendo porque fueron sacados del laboratorio, interrumpieron su tratamiento...
— ¡No! —todos miraron a Chopper. —NHC-10, encontré esto en sus cuerpos... ¡esto es una droga!
— ¡¿Droga?! —exclamó Haru sorprendida.
—Sólo unos cuantos doctores están autorizados para usarla, lo sé porque Doctorine lo usaba, pero su uso es con fines curativos y en cantidades medidas, ya que son extremadamente adictivas...estos niños han ido ingiriendo pequeñas cantidades diariamente hasta volverse adictos, su sufrimiento es por la abstinencia a la droga... ¡¿Por qué le está haciendo esto a unos niños?!
— ¡Chopper, ¿qué hacemos?! —preguntó Luffy. — ¿Quieren dulces? ¿Voy por ellos al laboratorio?
— ¡No lo hagas! —exclamó Chopper, corrió a ayudar a los niños. — ¡No podemos permitir que ingieran más de esa droga!
—Mugiwara-niichan, ¿puedes traernos esos dulces? —preguntó Shindo, un niño gigante mientras lloraba.
—No puedo, Chopper dijo que no, es nuestro doctor, confía en él. —dijo Luffy totalmente confiado.
— ¡Acabas de decirlo! —gritó el niño enojado, todos lo miraron sorprendidos. — ¡Dijiste que irías por ellos! —Soltó un manotazo hacia Luffy mandándolo a volar hasta estrellarse con la pared del laboratorio.
— ¡Luffy! —gritó Ace.
— ¡¿De dónde saca tanta fuerza?! —preguntó Robin sorprendida.
— ¡Es obvio viniendo de un gigante! —exclamó Usopp.
Shindo tomó un gran tubo de metal que pesaría al menos media tonelada y lo levantó sobre su cabeza, lo arrojó sobre Usopp, Robin, Nami y Franky, quienes se encontraban frente a él, todos alcanzaron a correr a excepción de Usopp, quien no podía hacer nada luego de caer al suelo.
—Soru. —murmuró Haru al mismo tiempo que se movía a gran velocidad hasta quedar frente a Usopp, saltó en el aire y tomó el gran tubo entre sus brazos, sosteniéndolo fuertemente, arrojó el tubo hacia el otro lado evitando que dañara a alguien. —Muévete, Usopp. —le tomó del brazo y comenzó a correr con él.
— ¡Estos niños fueron sujetos de pruebas! ¡¿En qué pensaba ese maestro?! —preguntó Chopper enojado, una niña lo tomó entre sus manos y lo lanzó al piso.
— ¡Los niños se vuelven peligrosos! —gritó Franky.
Todos se reunieron al centro mientras los niños los rodeaban, tomaban grandes piedras y tubos y los arrojaban hacia ellos, dispuestos a hacerles daño, mientras los Mugiwaras se defendían todo lo que podían sin dañarlos.
— ¡Deténganse! —pidió Chopper.
— ¡¿Quieres que los detenga?! —preguntó Luffy poniéndose en posición de ataque.
— ¡No los lastimes! —gritó el doctor.
—Háganse a un lado. —ordenó Usopp, lanzó una semilla y de esta comenzó a salir un extraño humo azul con el que los niños cayeron dormidos al suelo.
—Luffy, estos niños están pasado un infierno sin tener ninguna culpa, sólo quieren ver a sus padres y volver a casa. —habló Chopper tomando en brazos a una pequeña niña. —Quiero ayudarlos.
—Yo igual quiero ayudarlos. —habló Nami quedando a la altura de un niño, acariciándole la cabeza.
—Lo haremos, los llevaremos a sus casas. —decidió el capitán.
—Pero no es tan fácil, tenemos muchos problemas encima. —habló Haru. —Debemos encontrar a Trafalgar y pedirle que les regrese sus cuerpos a nuestros nakamas. También debemos encontrar a ese maestro.
—Es cierto, además, no podemos basarnos en suposiciones. —dijo Robin. —Debemos estar seguros antes de hacer algo.
—Bien, ya lo decidí. —habló el capitán posicionándose frente a sus nakamas. —Iremos al laboratorio por ese maestro.
—Yo me quedaré. —habló Chopper. —Debo cuidar a los niños.
—Sería peligroso dejarlos así, no sabemos cuándo despertarán. —habló Ace.
—Se me ocurre una idea, pero siento que es un poco cruel. —murmuró Haru.
Al final estuvieron de acuerdo, encadenaron a los niños, sólo a los grandes, ya que podían ser peligrosos cuando despertaran.
—Bien, vamos. —habló Haru comenzando a caminar, aunque no avanzó mucho ya que Ace la paró tomándola del brazo.
—Tú no irás. —habló él con voz dura.
— ¿Qué? ¿Y por qué...? —fue interrumpida por el mismo.
— ¿Acaso olvidas lo de hace un rato? Puedes estar enferma, lo mejor será que te quedes.
—Pero quiero ir, aquí me siento una inútil.
—Puedes ayudar a Chopper.
—No sé nada de cosas de doctor. —contradijo ella. —Iré.
—No irás. —ambos se miraron retadores por un segundo antes de que Nami los interrumpiera.
—Haru, quédate, si los niños despiertan podrás detenerlos. —habló ella con una sonrisa nerviosa, Haru miró a Ace quién mantenía una cara seria.
—Así podré revisarte, a mí tampoco me gustaría que te enfermaras, podría ser algo malo. —habló Chopper, Haru suspiró.
—Está bien. —Ace sonrió y dejó un beso en su mejilla. —Tengan cuidado.
—Lo tendremos. —habló él más tranquilo.
Todos se fueron a excepción de Nami, Chopper y Haru, quien parecía bastante aburrida sentada sobre un montón de nieve. Hacía figuras en la nieve con su dedo, Nami se acercó a ella y se sentó a su lado, presionó su brazo ligeramente, pero por estar en el cuerpo de Franky se le pasó la mano.
—Controla tu fuerza, ahora estás en el cuerpo de un robot. —habló ella con media sonrisa mientras se sobaba el brazo.
—Lo siento. —sonrió, de pronto a Haru le vinieron unas enormes ganas de vomitar, se alejó un poco de Nami cubriendo su boca mientras trataba de calmarse, cuando se le pasaron las nauseas Nami le preguntó si se encontraba bien, pero ella no pudo responder.
— ¿N-Nami...e-es mi imaginación o...mis pechos están más grandes? —preguntó de pronto con miedo, su amiga la miró extrañada unos momentos. —Debo estar sola un rato. —se levantó y se alejó rápidamente de ahí, puso su mano sobre su estómago mientras sentía como las nauseas volvían pero en un grado menor. — ¿No será que...?
Comenzó a analizar los sucesos de las últimas semanas, era más que obvio, las nauseas frecuentes, los mareos y el vértigo, el aumento considerable de sus pechos, el pequeño dolor en el vientre, el cansancio, los cambios de humor, las inmensas ganas de orinar, la temperatura elevada al despertar...si no estaba sufriendo de una enfermedad mortal que atacaba por partes...estaba embarazada.
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n/a: aclaro que no soy médico así que no se tomen muy enserio esto jajaj tenía como quince años cuando lo escribí.
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