cinco | dolor
cinco | dolor
— ¿Aún no despierta? —preguntó el chico con el sombrero de paja al pelinegro, este negó.
—El shock la dejó inconsciente, ya te lo dije, es difícil saber cuándo despertará, pueden ser días, horas o hasta semanas. —Respondió él, el muchacho asintió y miró a su hermano, tenía la mirada perdida hacia el mar, no había mencionado palabra desde que despertó.
—Ace... —le llamó su hermano, pero fue interrumpido por un fuerte estruendo que parecía venir del centro de la isla donde se encontraban, Amazon Lily. — ¿Qué fue eso?
— ¡Revisen a Haru! —gritó Law a sus nakama, estos asintieron y entraron corriendo al barco, un segundo después salieron asustados.
— ¡No está, capitán! —gritó uno de ellos. — ¡Todo sigue intacto pero la chica despareció! —gritó de nuevo, otro estruendo se oyó seguido de la caída de un árbol gigante.
—Maldición...es ella, ¡vayan a buscarla! —dio la orden el capitán pero tanto Hancock, como sus hermanas y la abuela Nyon les impidieron el paso ya que Amazon Lily es la isla sagrada de las mujeres.
— ¡Hancock, déjanos pasar, debemos ir por Haru! —pidió Luffy, Hancock no pudo negarse ante los "encantos" que Luffy provocaba en ella pero la abuela Nyon se negó completamente.
—Déjenme ir. —habló Ace por primera vez, su voz sonaba más ronca de lo normal por lo que todos se sorprendieron al escucharlo. —Está así por la muerte de padre, iré a calmarla.
—Pero... —comenzó la abuela Nyon de nuevo pero Ace la calló.
—Si la dejan así destruirá toda la isla, tiene el poder para hacerlo. —Musitó él antes de comenzar a caminar adentrándose en la isla.
—Ace... —habló Luffy.
—Mugiwara-ya. —le interrumpió Law, se sentó en el suelo y se recargó en Beppo, su oso navegante. —Tiene razón, si continúa así destruirá la isla.
Luffy se quedó mirando como su hermano caminaba, simplemente se quedó callado hasta que desapareció de su vista. Por su lado, Ace, continuó caminando escuchando los golpes y estruendos monstruosos que resonaban por la isla, cuando de pronto llegó a un claro en medio de la selva.
Quitó una par de plantas que se interponían en su camino y echó un vistazo, la rubia, que permanecía tirada en el suelo en cuclillas, como su típica posición, escondía su cara entre sus manos, Ace se acercó a ella y quiso tomarla del hombro pero esta fue más rápida y tiró a Ace al piso.
—Haru... —comenzó a hablar él, algo adolorido por el golpe.
La chica, con un gruñido, levantó a Ace y lo arrojó hacia una roca gigante haciendo que esta se parta en dos, Ace se levantó con dificultad, al principio, en sus primeras peleas, no entendía porque los golpes que Haru le daba sí le afectaban siendo un usuario tipo Logia; un tiempo después se dio cuenta de que aquella chica rubia poseía Haki, con lo que podía vencerlo fácilmente.
—Haru, cálmate... —le pedía Ace adolorido.
La chica lo ignoró y soltó un puñetazo con el que derribó un árbol gigante, este estuvo a punto de caer sobre el pelinegro pero Ace prendió en llamas el árbol, convirtiéndolo en cenizas.
— ¡Espera, maldición! —gritó él desesperado tomando las manos de la chica, esta forcejeó con él pero dejó de intentar un segundo después, tirándose de rodillas al piso. El muchacho supo de inmediato que la chica fácilmente pudo haberlo golpeado de nuevo pero se rindió, lo que significaba que había descargado su ira ya. —Haru...
—Vete de aquí, Ace, a Hancock no le gustará verte por acá. —dijo ella sin ánimos, ni siquiera levantó la cabeza, Ace se hincó frente a ella y le tomó las manos.
—Idiota, estoy aquí para detenerte antes de que destruyas la isla. —dijo él tratando de ponerle humor, la chica no dijo nada. —Oye, a todos nos duele lo que pasó, pero aún así...
—No quiero hablar de eso ahora, por favor, simplemente volvamos con los demás, prometo no destruir otra cosa. —dijo ella poniéndose de pie, Ace asintió poco convencido, se levantó y corrió para seguirle el paso a la chica que lo había dejado atrás.
Caminaron un par de minutos, llegaron hasta la orilla de la isla, pero esta vez había una montaña gigante de comida de donde Luffy no se separaba, Law y su tripulación se habían ido y una persona extra estaba ahí.
—Volvieron. —habló Jinbe cuando los vio, Luffy, las guerreras Kuja y los demás se giraron a verlos.
—Rayleigh. —habló Haru sorprendida cuando lo vio.
—Vaya, Haru, me alegra que estés bien, aunque me da curiosidad saber el porqué tienes esas vendas. —dijo él exprimiendo su camiseta.
— ¿Llegaste nadando hasta acá? —preguntó ella acercándose a él, ignorando las vendas que apenas se daba cuenta que tenía por todo el hombro y el pecho, este asintió con una sonrisa.
—Las ventajas de no tener una akuma no mi. —habló él, luego se puso serio. —Lamento lo de tu padre, fue un gran hombre, de verdad.
—Gracias. —dijo ella en voz baja, trató de no mostrarse herida pero fue casi imposible. — ¿Qué haces por aquí?
—Vine a hacerle una propuesta a Luffy. —dijo él.
Pasaron unos minutos, todos estaban en silencio escuchando lo que el viejo decía, la verdad sorprendió bastante, ¿llevarse a Luffy para entrenarlo por dos años? Una locura.
— ¿Entonces qué dices? —preguntó Rayleigh mirando a Luffy, este estaba callado, como si estuviera pensando, algo raro en él.
—No puedo, debo reencontrarme con mis nakama en Sabaody. —dijo él serio, Rayleigh sonrió, acababa de tener otra idea.
Al final todo resultó así, Jinbe, Rayleigh y Luffy irían a Marineford de nuevo, el 3D2Y fue el plan perfecto para hacerle saber a sus nakama que se reencontrarían en dos años, todos estaban conformes con eso. Ace y Haru los acompañaron en el barco de la marina que robaron y una vez que todo estuvo hecho las guerreras Kuja los llevaron hasta una isla desierta para que iniciara el entrenamiento.
—Supongo que nos veremos después, Luffy. —dijo Ace con una sonrisa, este asintió y abrazó a su hermano, se separaron y Luffy guió su mirada hasta Haru.
—Luffy. —dijo ella estirando los brazos, Luffy sonrió y saltó hacia ella abrazándola. —Te retaré dentro de dos años para probar tu entrenamiento, espero y no me decepciones.
—No lo haré. —dijo él. —Gracias por salvar a mi hermano.
—No es nada, no dejaría que Ace muriera, prometo cuidarlo por ti. —el chico sonrió y se separó de ella.
—Shishishishi, nos vemos. —dijo antes de salir corriendo para alcanzar a Rayleigh.
Todo lo que pasó después fue triste, no tenían a donde volver, su tripulación se había deshecho sin ningún capitán, no sabían qué harían después pero sí lo que seguía por hacer en ese momento, le pidieron un barco a las guerreras Kuja y ambos partieron hacia su siguiente destino.
***
—Gracias, Shanks. —Murmuró Marco mirando la tumba de su ahora fallecido capitán.
—Es muy especial lo que hiciste. —dijo esta vez Ace.
—No es nada, yo igual admiraba al viejo por quién era. —Dijo Shanks, a su lado izquierdo estaba situada Haru, de su lado derecho estaba Marco, y en la orilla izquierda, junto a Haru, se encontraba Ace. —Supongo que debo irme. —dijo él, se dio la vuelta y antes de caminar miró a Haru, esta le devolvió la mirada.
—Shanks... —comenzó a hablar, pero inmediatamente se calló al sentir el brazo de Shanks pasar por su espalda.
—Escucha bien, Haru, debes conocer la victoria y la derrota. —susurró él en su oído, a Haru se le aguaron los ojos. —No tiene nada de malo llorar por algo que te duele, mientras sigas adelante puedes hacerlo.
La chica apretó los labios mientras las lágrimas comenzaron a caer, puso ambos brazos en el pecho del pelirrojo y comenzó a sollozar mientras él la abrazaba. Pasó unos minutos así, tanto Ace como Marco la veían con compasión, Shanks le acariciaba lentamente la cabeza hasta que la chica se calmó y se separó de él limpiando sus lágrimas.
—G-Gracias, Shanks. —dijo ella separándose un paso atrás, un poco avergonzada, Shanks sonrió y se despidió antes de comenzar a caminar alejándose de ellos. La chica miró un segundo más la tumba de su padre y bajó la mirada. —Ahora vuelvo.
Tanto el rubio como el pelinegro no despegaron la vista de la chica, esta había saltado y con su Geppo se había alejado de ahí, Marco giró su vista hacia la tumba de su capitán y suspiró.
—Supongo que...los piratas de Shirohige...se terminó. —Dijo él. —Sin nuestro capitán no somos nada.
—Creo que así es. —murmuró Ace distraído, mirando en la dirección en que la chica había salido volando.
— ¿Qué harás después de esto? —Ace giró su mirada encontrándose con los ojos de Marco, suspiró y puso sus manos en sus caderas. — ¿Conseguirás una nueva tripulación?
—Estoy seguro de qué haré desde ahora...tengo una tripulación a la que unirme, pero, debo esperar un par de años para eso. —dijo con media sonrisa.
— ¿Llevarás a Haru contigo? —Ace se sonrojó inevitablemente y esquivó su mirada.
—Supongo que si acepta... —dijo incomodo, Marco sonrió.
—Bien, aún actúa como una niña pequeña, no me gustaría que estuviera sola.
—No es una niña. —gruñó defendiéndola.
—Oye, tranquilo, me refiero a que es muy impulsiva y desobligada, como tú, así que ambos podrán cuidarse. —Ace enarcó una ceja. —Debo irme, despídeme de Haru, Ace.
—Claro, Marco, espero que nos veamos de nuevo. —Habló Ace, Marco asintió sacando algo de su bolsillo trasero.
—Ten esto. —dijo él entregándole un pequeño sobre. —Es una vivre card. De ser posible, consuela ahora a tu chica, necesita el apoyo de alguien.
— ¿M-mi chica? —preguntó, Marco asintió. —Bueno, creo que iré tras ella...
—Hazlo, la dejo en tus manos, compañero. —Dijo él, luego de eso se transformó en un Fénix y salió volando. Ace miró el sobre una vez más antes de ponerlo en su bolsillo, caminó hasta el borde de acantilado por donde Haru había salido volando y saltó.
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