5• La "madre" del bebé
Estuvieron buscando por horas. Al parecer, en el hospital en el que estuvo Lee, no habían dejado nada de información, más que una dirección.
Apenas era el segundo día de la semana y ya la habían jodido en grande, ¡y con un bebé!
Llegaron a la puerta que les habían mostrado en recepción —Sí, recepción—. Era como un fraccionamiento de pequeños departamentos y hasta allí fueron. Detrás de esa puerta de color azul, se oían voces, discutían sobre algo.
God, quién era el que traía ahora a Justin, fue el que tocó la puerta al frente de los cuatro. Las voces cesaron y luego la cerradura sonó, apareció un chico bajo, de piel canela, castaño con facciones finas y delicadas; guapo...muy guapo.
— ¡Goddie, Chimonie! —Habló éste con alegría y sonrió inmediatamente.
Tomó al bebé, lo abrazó y le dio muchos besitos, pero eso no fue lo que sorprendió a los cuatro hombres.
Sino que después de eso, se lanzó a God para comenzar a besarlo sensualmente.
Se separó con una brillante sonrisa y luego le plantó otro beso.
—Bebé, chicos, estábamos preocupados por ustedes y por Chimonie... —Jaló al pelinegro de la mano y lo adentró al departamento— ¿Qué esperan?, pasen.
Observaron todo, había otra chica allí, una bonita morena de llamativas curvas que tomó al bebé en brazos mientras el chico castaño llevaba al menor a un sillón y lo sentaba.
—Estuvimos buscando a Chimon toda la mañana, a ustedes también. —Dijo la chica.
—Jenny tiene razón. —Apareció el castaño, pero ahora con una bandeja de plástico y cuatro vasos— Fuimos a la Suite a buscarlos, pero ya no estaban allí. —Repartió y luego se sentó en el regazo de God.
—Bas, ¿llamaste a Gun? —Dijo otra vez la chica.
—Sí, ya viene para acá. —Contestó y luego plantó un beso en los labios del azabache— ¿Qué tienes, cielo? —Le habló cariñosamente— Tú y los chicos han estado algo raros.
—Lee carraspeó —Eh... nosotros...hmm, bueno...estuvimos buscando algo que se nos perdió...
—S-sí —Fue ésta vez, Mew —Bueno... más bien, se le perdió a O-Off.
—Hmm... —Suspiró la chica arrullando al bebé— Si se les perdió fuera de la Suite, es muy poco probable que lo encuentren. Esta parte de Busan es pura ciudad, y no creo que sea fácil encontrarlo.
Off carraspeó y analizó la situación actual.
Estaban en Busan, eso era seguro porque allí se había llevado a cabo la primera noche de su despedida de soltero. Habían encontrado a un bebé en la Suite que rentaron y ahora, al parecer, lo habían dejado con su madre, había un castaño muy, muy cariñoso con su hermano menor y había perdido el anillo que le tendría que dar a Ploy en su boda.
Y lo peor era que no recordaba ¿Cómo mierda había llegado hasta allí?
—Mira, Jenny —Carraspeó y ella sonrió— Nosotros N-no...
Se vio interrumpido por el sonido de la puerta siendo golpeada con desesperación. El chico castaño sonrió y beso a God para levantarse e ir hacia el bebé.
—Oye ¿Quién llegó, Chimonie?... —El infante rió y él lo tomó entre sus brazos.
Caminaron a sus espaldas y ellos solo escucharon una voz, al parecer de ¿una chica?, luego de que la puerta fuese abierta.
—¡Chimonieee, mi amor! —Se escuchó— Mi bebé, perdóname. Sólo salí un rato y-y luego no estabas...no volverá a p-pasar, lo prometo. —Sonidos de besos se escucharon—. Bas, ¿dónde estaba? ¿c-cómo llegó? —Primero oyeron la risa del castaño
—Gun, cálmate. God, Off y Lee lo han traído. —Luego pasos.
—¿Y-Off...Off está aquí? —Se oyó nuevamente esa voz...
Y luego no se oyó nada, era como si cuatro corazones hubieran dejado de latir.
«No era una chica»
Al lado de... Bas... había un chico, uno muy bonito, a decir verdad, era hermoso. Traía en sus brazos al que había identificado como Chimon, algo así, y en su cara se veía la reciente preocupación.
Era castaño, tenía mejillas voluptuosas y sonrosadas, labios gruesos y hermosos. Y ni hablar de su cuerpo. Casi parecía una caliente chica. Tenía unas preciosas curvas, piernas gruesas bien formadas y un trasero redondito.
El chico, al verlos sonrió y le dio el niño a Bas, para luego caminar hasta ellos. Bueno, hasta uno en específico.
Off era el único, aparte de God, en estar sentado; y sintió sus nervios y pánico florecer cuando vio que el chico de linda sonrisa y trasero de infarto se dirigía hacia él.
Quedó congelado, y las mandíbulas de los otros casi caen, cuando el recién llegado se sentó sobre él y enrolló sus brazos en su cuello.
—Debí suponer que tú lo traerías —soltó una risita— estaba con ustedes, claro.
Off sentía su cara ardiendo furiosamente.
—Gracias, amor —y se acercó—. El castaño besó a Off.
Calientemente.
Con sensualidad.
Con esos labios gruesos.
Y con lengua.
¡El chico castaño lo estaba besando a él!
𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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