—Buenos días.

Gun abriría los ojos si pudiera, pero cierto castaño le besa los párpados con insistencia, sobre su cuerpo. Una enorme sonrisa es lo primero que Off ve al despertar, una sonrisa en forma de rectángulo y con los relucientes dientes de su esposo, que para él son perfectos, a pesar de que descubrió la primera noche que hicieron el amor, que están algo disparejos.

—Buenos días. —Gun abre los ojos, encontrando la preciosa sonrisa defectuosa y brillante de su novio. Delinea el contorno de sus labios con un dedo y baja hasta el pecho desnudo del ex bailarín, observando el trazo imaginario sobre la piel— ¿Irás a la florería hoy?

Off parece meditarlo por un segundo, pero una serie de besitos en su cuello tratan de convencerlo para que diga No.

—Hay tiempo de sobra...

Parece que fue ayer cuando le preguntó:

«—¿Me prometes que estarás aquí cuando despierte?

y él le respondió

—Te lo prometo.»

Y lo cumplió.

Porque el dolor pasó tan rápido que ya ni siquiera es un recuerdo, ahora que han pasado algunos años y él le sigue demostrando cuánto vale y lo precioso que es, día con día, y no lo ha dejado ir.

No lo hizo esa noche cuando durmieron abrazados en el cuarto del club, ni las miles que han pasado desde entonces.

Lo llena de flores —de su propio jardín en la casa que le regaló— de besos, de caricias y de cuentos de amor.

Sigue ahí cada amanecer, cuando llueve, cuando los saluda el sol, cuando está enfermo, cuanto está feliz, cuando no quiere despertar y cuando despierta... porque su pequeño hijo tiene sueños feos y debe salir corriendo a su habitación y contarle un cuento para que se vuelva a dormir.

—Soy tan feliz a tu lado...

—Te amo Gun.

—Te amo más que a nadie en el mundo, Off.

Sigue siendo su stripper de bastón, pero eso, eso es sólo suyo y de su corazón.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ