2. Club de strippers
La parte difícil no fue entrar al bar, no, claro que no, porque al parecer todo el mundo conoce a Mix, todo el mundo ha cenado en el restaurante de Fluke, y todo el mundo tiene algo en contra de que Gun drene su luto de amor a base de helado y películas chick—lit.
La parte difícil fue detener a Gun de salir huyendo de un club de strippers. Pero debemos aplaudir a Luke por el magnífico despliegue de madurez que soltó cuando le dijo a Gun: "Si no te sientas ahora mismo juro que le diré a Fluke que fuiste tú quien rompió su ensaladera." y ahí lo tienen, obediente y sentadito porque le debe un favor a su amigo. Uno muy grande y no porque le tema a morir al pequeño Fluke, cuando está enojado.
¡No señor, eso jamás!
La conversación fue bailando desde que el Rissoto del restaurante sabe a demasiada sal para gusto de Mix, —una vil mentira porque apenas entra en el restaurante, el primer lugar al que corre es a la cocina a devorarse todo lo que encuentra, siempre con un salero en la mano— hasta que Fluke compró un juego de cubiertos de plata nuevos y el cuchillo de la mantequilla quedaría perfecto dentro del ojo de Mix si seguía criticando sus habilidades culinarias en arroz italiano, porque él era el mejor chef, y, que Luke, definitivamente concordaba con todos en que el pianista no sabía hacerle un cover digno a Michael Bubble.
Gun se entretuvo la mayoría del tiempo jugando con la rebanada de limón en su vaso, agradeciendo que sus amigos no hablaran acerca de su situación y escuchando como clamaban la primera y segunda llamada para que los strippers hicieran acto de presencia.
El lugar está repleto y eso debe ser bueno para los strippers, pues al parecer, en la mayoría de los casos, sólo reciben propinas; no tienen un sueldo fijo con el cual contar en caso de que su actuación no haya sido exitosa. En otras palabras, tienen que trabajar mucho para ganar el dinero a diario. Debe ser difícil duro, llegar a casa después de cada presentación y medir el impacto que han tenido con el público al contar el dinero que lograr recepcionar en sus diminutos trajes todas las noches.
Poco más y se le sale el corazón al pequeño pelinegro, cuando a quien primero vio era el anunciador, que hizo acto de presencia y ¡oh, mierda! Pa' comer y pa' llevar, el tipo era demasiado para su salud.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top