Capítulo 6: Trucos fallidos.
Dos días, eso era el tiempo que Sasuke había pasado en ese trabajo. Por suerte para él, Naruto le había hecho caso y había puesto las cámaras de seguridad que le pidió. Era cierto que no estaba del todo seguro de aquello, pero era la única forma de ver lo que su hijo planeaba a cada minuto, y más cuando Sasuke le planteó que lo que realmente buscaba su hijo era una oportunidad para que su padre pudiera despedirle.
No le costó mucho tiempo convencer al rubio. Las cámaras estaban en la habitación de Asahi, en el salón y la cocina, podía ver todo lo que ese niño planeaba pero también había un lugar donde Asahi solía resguardarse, la habitación de su padre y ésa había sido más complicada. Hasta Sasuke aceptó la idea de que Naruto se negase, sin embargo, tras pensarlo delicadamente, Naruto aceptó diciendo que tendría cuidado, al fin y al cabo, él sí sabía que la casa tenía las cámaras.
Eran las nueve de la noche y acababa de terminar de duchar y acostar a su hijo. Él apenas había cenado nada, un vaso de leche, pero sí le había preparado un delicioso ramen a su hijo, mezclando el instantáneo con algo de verdura fresca que aún tenía por casa. A Menma le encantaba el ramen y eso le hacía recordar a ese idiota de Naruto, siempre pensando en ir al Ichiraku Ramen a comerlo.
- Todo ha cambiado demasiado, Naruto – susurró Sasuke tumbado sobre el colchón de su cama. Sabía que en breve debería marcharse a trabajar pero esperaba a que Ino llegase para poder quedarse en casa por si acaso ocurría cualquier cosa con su hijo, no podía dejarle solo.
Tumbado como estaba en la oscuridad de su habitación, mirando el techo y con su estómago rugiendo levemente, decidió que era mejor comprobar si Asahi estaba planeando algo nuevo para el día siguiente. Ya le había pillado un par de trucos y seguramente el pobre no sabría cómo había sido capaz de anticiparse antes de que el cubo de agua cayese sobre él. También había evitado sentarse sobre cojines de pedorretas, no asustarse con la rata de goma que colocó bajo una de las mesillas del comedor, tampoco cayó en los insectos de papel que había recortado y pegado tras las lámparas para que creyera que había un bicho allí y, por supuesto... pudo evitar el comerse aquella apetecible manzana que le ofrecía y que en realidad era una cebolla pintada de manzana. Ese crío tenía cada idea malévola que le hacía recordar a Naruto en su adolescencia.
Abrió la aplicación en su teléfono y perdió los ojos en la luz brillante de la pantalla. Toda la casa parecía en calma. Revisó la habitación de Asahi y sonrió al ver cómo el niño dormía como todo un angelito, debía estar muy cansado después de haberle llevado esa tarde al parque y haberle desfogado todo lo que pudo jugando con él. Era un niño tan incansable como su padre. Su sonrisa, sin embargo, se borró y su rostro reflejó sorpresa al ver una sombra que se movía por otra de las pantallas, la de la habitación de Naruto.
Parecía que acababa de terminar de ducharse, porque aún iba con la toalla y su cabello completamente empapado, mirando su móvil seguramente por algún tema de trabajo.
- Serás idiota... ni siquiera de noche sueltas el móvil y desconectas del trabajo – susurró Sasuke buscando con su dedo el botón para apagarlo todo, no quería seguir invadiendo así su intimidad.
Sin embargo, al ver cómo Naruto se quitaba la toalla y aparecía aquel terso trasero, Sasuke se quedó helado. Quizá Naruto no recordaba que allí estaba la cámara y supo que era así cuando a los cinco segundos, el rostro de Naruto enrojeció, miró hacia donde se suponía que estaba la cámara y se tapó corriendo con la toalla que había lanzado al suelo, intentando encontrar con rapidez el pijama para cubrirse.
- ¿Por qué siempre acabo viendo primero tu trasero? – se preguntó Sasuke con una gran sonrisa, recordando la primera vez que conoció a Naruto.
***
Flasback
Clase de música... eso era lo que le tocaba a Sasuke a primera hora. Era nuevo en el instituto y tan sólo tenía doce años. Su padre finalmente le había metido en ese instituto privado al que él no quería ir, pero que no le quedaba más remedio que asistir. Simplemente tenía un objetivo en mente, ser el mejor, porque así eran los Uchiha, su padre no se conformaría con menos y su hermano mayor ya era de por sí todo un genio, él tenía que estar a la altura, no podía defraudar ni decepcionar a su estricto padre. Tan sólo deseaba una cosa... la más difícil de todas, escuchar a su padre decir "estoy orgulloso de ti" tal y como siempre le repetía a su hermano pero que él jamás escuchó para sí mismo.
- Perdonad... ¿Sabéis quién es Naruto Namikaze? – preguntó Sasuke a uno de los estudiantes, enseñándole el papel con el número del aula y el nombre del chico – me han dicho que es el delegado de la clase.
- Eres el nuevo, sigue por este pasillo y lo encontrarás, aunque es posible que conozcas antes su trasero que a él – sonrió uno de los chicos, haciendo sonreír al otro y sorprendiendo a Sasuke que no entendía nada.
Siguió caminando por el pasillo, intentando no pensar en aquella afirmación que habían lanzado esos dos chicos. En una de las esquinas miró un pequeño mapa de su ubicación, generalmente utilizado en casos de incendios para saber las salidas más cercanas, pero que le servía ahora para intentar ubicarse.
- Debe ser esa clase – comentó en susurró.
La puerta estaba abierta y se escuchaba bastante escándalo, seguramente porque el profesor no estaba en su interior. Se acercó hacia allí y sus sonrojo se hizo presente al ver exactamente... el trasero de un chico que gritaba y trataba de pillar a otro chico de gran sonrisa que corría por el salón tratando de evitar que le alcanzase, mientras éste aún trataba de subirse los pantalones.
El mismo chico se detuvo en seco al ver que toda la clase se había quedado en silencio y miraban hacia la puerta. ¡Si había algo que odiaba era ser el nuevo! Siempre llamaba la atención demasiado cuando él sólo quería pasar desapercibido. Estudiar era su prioridad, ser abogado como su padre, médico como su madre o licenciarse en economía como iba a hacer su hermano.
- ¿Naruto Namikaze? – preguntó Sasuke algo confuso hacia el chico que se subió los pantalones al instante algo sonrojado por aquello.
Las chicas se sonrojaron aún más al escuchar la profunda voz de Sasuke pero a la vez... tan seductora y entonces, fue cuando Naruto dejó de perseguir a su compañero para ir hacia ese chico moreno que iba a ser su nuevo compañero.
- Me han pedido que te diera esto en secretaría – dijo Sasuke.
- Ya... voy a ir a buscarte una mesa a la otra aula – comentó – creo que les sobraba una y... lamento la escena de ahí – dijo algo sonrojado.
- No pasa nada. No es lo que esperaba de un instituto pijo, pero bueno...
***
Recordando aquello, Sasuke sonrió aunque apagó la cámara. ¿Cuántas veces le había visto el trasero a Naruto? ¡Demasiadas! Kiba siempre solía bajarle los pantalones en público y cuando no era eso... era Naruto llevando los pantalones caídos y enseñando medio trasero cuando se agachaba. En algo tenía razón la gente... ¡Se conocía primero al trasero de Naruto que a él mismo! Sin embargo, ahora todo había cambiado, vestía con trajes, se arreglaba y tenía un buen trabajo, ya no enseñaba el trasero por ahí.
También él había cambiado, ya no buscaba la aprobación de su padre con desesperación, tampoco le importaba no haber terminado sus estudios, era posible que todos sus sueños se hubieran quedado en la estacada y en parte... suponía que ser stripper o niñero era a todo lo que aspiraría en la vida. Pensar en eso le deprimía pero ya no tenía más opción que continuar.
El timbre sonó devolviéndole a la cruda realidad, debía irse a trabajar, Kabuto no era de los que soportasen un mínimo retraso. Al abrir la puerta, se encontró con Ino en la puerta, lo que le hizo sacar una gran sonrisa. Esa chica siempre había estado a su lado desde que la conoció.
Sus padres habían fallecido en un accidente de tráfico y fueron a vivir con sus abuelos hasta que también murieron. Ella y su hermano Deidara se habían marchado del instituto en los primeros años, pero aun así, mantuvo el contacto con ellos. Aún recordaba cómo Ino le perseguía por todo el instituto tratando de que fueran novios hasta que le confesó que le gustaban los chicos, entonces pese a la decepción inicial, decidió que serían buenos amigos. ¡Ella nunca le había fallado! Aceptó la noticia y continuó a su lado. A ellos recurrió cuando le echaron de su casa, a ellos recurrió cuando necesitó un trabajo pese a que ambos le dijeron que no era un trabajo para él, pero no le importó con tal de poder mantener al hijo que llevaba en su vientre en aquel momento.
- Gracias por venir – le agradeció Sasuke.
- ¿Para qué están los amigos? Mi hermano trabaja hoy, así que seguramente lo verás por el bar.
- ¿Crees que dejará esta vida cuando se haga médico? – preguntó Sasuke.
Ino dudó unos segundos. Ese chico se había esforzado tanto trabajando, consiguiendo el dinero para estudiar la carrera que deseaba, para financiarse la especialidad de cardiología, ahora estaba en prácticas en uno de los mejores hospitales de Tokio pese a que nadie sabía sobre su doble vida.
- No lo sé, es de algo de lo que no habla mucho. Imagino que hasta que no sea médico como tal y gane dinero, no podrá dejar el club.
- Le saldrá bien, estoy seguro.
- Está contento, de eso estoy segura, está practicando con el mejor cardiólogo de la ciudad. Está poniendo mucho empeño, quizá Menma le dio el empujón que le faltaba – sonrió Ino.
- Me alegro, estoy seguro de que saldrá de esta vida.
- Y tú lo harías si estudiases de nuevo.
- ¿Con qué dinero? – preguntó Sasuke con una sonrisa – tengo lo justo para mantenerme y a final de mes... mira cómo voy ya.
- Y, sin embargo, hoy tienes un brillo especial en los ojos.
- Será porque acabo de verle el trasero a Naruto – sonrió.
- Sasuke... no te encapriches de nuevo con Naruto, le conoces y sabes cómo es, sólo tiene ojos para su familia, para su esposa, su hijo...
- Me dijo que estaba criando al hijo solo.
- Puede ser que su mujer esté en alguna gira ahora mismo, no sabes ya nada de él. Sólo... recuerda lo que hizo.
- Lo sé, eso es lo que más duele. Tranquila, no caeré en sus redes de nuevo, pero me ha hecho gracia ver su reacción – sonrió – haré como que no vi nada mejor.
- Por favor, ten mucho cuidado con Naruto y todos los de su alrededor, se rodeó de gente y amigos de ese instituto, no te olvides que iban hijos de gente importante, no te fíes de ellos, harían cualquier cosa con tal de ascender ellos, así tengan que pisar a cualquiera que esté bajo ellos y nosotros... estamos bajo ellos.
- Tranquila, Ino – sonrió Sasuke de forma tranquilizadora – Naruto sólo es mi pasado, cuido de su hijo y ya está. No pasará de lo profesional. Seguramente me despedirá en cuanto vuelva su esposa, no creo que ella soporte verme.
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