Capítulo 40: Una sorpresa inesperada.

Dejó que le empotrase contra la puerta sin oponer ningún tipo de resistencia. Todavía llevaba la botella de vino en la mano, pero se deshizo de ella dejándola sobre la cómoda al darse cuenta de que ni siquiera iba a ser de ayuda en esa situación.

Un escalofrío recorrió toda su espalda al sentir las yemas de los dedos de Sasuke subir por su nuca y enredarse en su cabello. Se notaba que estaba excitado, el tiempo que habían estado durmiendo por separado pero viviendo juntos, no había sentado del todo bien. Se notaba la tensión sexual entre ellos y al final, ninguno de los dos aguantaba más.

Teniendo finalmente sus manos libres, agarró con fuerza la cintura del moreno para atraerle hacia él. Tantas noches teniéndole cerca, tantas deseando aquel momento y ninguna de ellas se había atrevido a acortar esa poca distancia que les separaba, pero por fin... Sasuke era quien daba ese primer paso con el que Naruto había luchado noche tras noche para no sobrepasar. No quería acelerar las cosas con él, menos ahora que todo parecía ir bien. Por fin era Sasuke el que le abría esa puerta que tantas veces deseó cruzar.

Sus besos eran realmente fogosos y casi desesperados. Se sentía feliz por tenerle de aquella forma, le hacía sentirse deseado todavía y ésa era la mejor de las sensaciones. Aun así, la última vez dejó que Sasuke dominase completamente, pero esta vez, no pensaba hacerlo.

- Creía que no me querías en la cama contigo – sonrió Naruto.

- He cambiado de idea. Hace frío y tú estás caliente.

- ¿Sólo es por eso?

- Por supuesto – sonrió Sasuke - ¿Por qué creías que podría ser?

Naruto se deshizo del agarre del moreno para poder tomarle por la cintura y empujarle hacia la cama. Cayendo él encima. Los dos se miraron por unos segundos, absortos e hipnotizados por el momento. Con las yemas de sus dedos, rozó la mejilla de Sasuke.

- Quizá... porque te excito de la misma forma que tú a mí.

- No digas tonterías – sonrió Sasuke – a mí no me excitas.

- Pues una parte tuya ahí abajo no me dice lo mismo.

Un leve sonrojo apareció en el rostro de Sasuke al darse cuenta de que era cierto. Su miembro estaba despertando y golpeaba contra su pantalón y la entrepierna de Naruto.

- ¿Has cerrado la puerta? – preguntó Sasuke.

- Sí, tranquilo. Si esos renacuajos quieren entrar aquí... tendrán que llamar a la puerta como las personas normales y educadas – sonrió como si fuera una broma, pese a que hablaba en serio. Sasuke sonrió también al escucharle.

Con un toque seductor, Sasuke llevó sus manos hacia la cinturilla de su pantalón, bajando las manos a la entrepierna y abriendo la cremallera con erotismo. ¡Se notaba que había estado muchos años de stripper! Ya parecía estar innato en él ese modo de seducir.

Sus ágiles dedos desabrocharon con rapidez el botón, sin embargo, bajó muy lentamente el pantalón, dejando que Naruto se deleitase con aquella vista y sus movimientos. Era curioso verle sonrojarse por aquello, más cuando se había desnudado frente a desconocidos en un local.

- ¿En serio me tienes vergüenza? – preguntó Naruto con una sonrisa tranquilizadora.

- Un poco.

- Te desnudabas frente a desconocidos, ¿cómo es posible?

- A ti te quiero, ellos no significaban nada para mí. Sólo era un trabajo.

No pudo evitar besarle tras aquella declaración. Sasuke no era precisamente de los que abrían su corazón y menos sus sentimientos. Él no solía expresar esas cosas y, aun así, se lo había dicho como si nada, algo ruborizado pero nada más.

- Sé que te lo digo poco, Sasuke, pero te quiero y quiero estar contigo de aquí en adelante.

- Lo sé – comentó Sasuke – pero yo no pienso repetirte estas palabras. Así que memorízalas bien.

- Gracias, Sasuke – susurró Naruto junto a sus labios – por darme esta oportunidad después de todo, te amo y me pasaré el resto de mi vida intentando compensar el daño que te hice.

- Eso espero – susurró a medida que bajaba sus manos hacia el pantalón del rubio, intentando llegar al tan ansiado botón para deshacerse de las prendas que le estorbaban.

Apoyó las rodillas sobre el colchón para poder elevarse un poco y permitirle así a Sasuke que le bajase el pantalón. Tampoco el miembro de Naruto estaba precisamente pequeño, lo que hizo sonreír al moreno.

- También andas excitado.

- Contigo siempre lo estoy. Estaba deseando que me abrieras esa puerta, Sasuke.

Naruto atrapó sus labios una vez más, disfrutando de aquellos besos que tanto echó de menos. Amaba a ese chico. Era un seductor nato y comprendía perfectamente el motivo por el que no querían dejar que abandonase ese trabajo.

Bajó sus manos, acariciando el abdomen del moreno en dirección a su entrepierna. Estaba excitado y aprovechó aquello para bajar su rostro hasta su miembro y lamer la punta con suavidad. Un gemido surgió de lo más hondo de la garganta de Sasuke, antes de que éste pusiera su muñeca sobre su boca intentando acallar aquellos gemidos que sabía... pronto empezarían a salir en cuanto Naruto se lo tomase en serio.

Pronto, Sasuke empezó a sentir una mayor estrechez y presión, teniendo que morder su muñeca para evitar que los jadeos antes bien contenidos, ahora camparan a sus anchas por toda la habitación. Succionaba con gran maestría, casi tanto como lo recordaba en su adolescencia cuando se acostaban juntos. Naruto apenas había cambiado desde entonces, al menos no en las cosas importantes.

Enseguida supo que debía estar sonrojado. Que le hicieran sexo oral era algo que siempre le había causado una gran vergüenza, más tratándose de Naruto. Se sentía algo inútil, sin poder hacer nada, allí tumbado en la cama, mirando al techo... porque si le miraba a él, le daría más vergüenza aún. Naruto sabía perfectamente lo tímido que era Sasuke para aquellas cosas, hasta tenía que aguantarle las piernas porque su primer instinto, era cerrarlas.

- Sasuke... vas a ahorcarme si sigues tratando de cerrarlas – sonrió Naruto.

- Lo... siento – se disculpó, aunque no podía evitarlo, era un acto reflejo debido a su timidez.

¡Atractivo! Estaba sumamente atractivo con ese rostro sonrojado, con los ojos medio cerrados y tratando de cerrar las piernas. Ni siquiera él se daba cuenta de lo atrayente que era en esa posición o con ese carácter.

- Realmente odias estar abajo – comentó Naruto.

- Odio sentirme inútil – se quejó - ¿Qué narices hago con las manos mientras tú me la...? – se detuvo.

- ¿Te la chupo? – preguntó con diversión Naruto – puedes hacer lo que quieras.

- Estás muy lejos para hacer algo. Sólo estoy aquí tirado en la cama.

- Lo que tienes que hacer es disfrutar, Sasuke, y dejar de pensar.

Lo intentó, pero era muy difícil centrarse en lo que Naruto hacía sabiendo que él estaba allí quieto. Finalmente, movió una de sus manos libres hacia abajo, buscando ese revoltoso cabello rubio y agarrándolo con fuerza. Todo el cuerpo de Sasuke temblaba. Los espasmos eran cada vez más intensos pero cuando Naruto creyó que podría llegar al culmen, se detuvo súbitamente.

Del cajón, Naruto sacó un bote de lubricante y lo abrió para untarse los dedos con ella. Sasuke abrió un solo ojo para ver lo que ese rubio estaba haciendo, pero no dijo nada, simplemente, atrajo el rostro de Naruto hacia él para poder besarle con pasión, agarrándose más al cuello de aquel chico y enredando sus dedos de nuevo en su cabello.

Con suma delicadeza, introdujo primero uno de sus dedos, consiguiendo que Sasuke lanzase un leve quejido y sonriera por lo frío que estaba aquel gel. Naruto sonrió también tratando de restregar los dedos para calentar un poco el gel antes de intentar introducir de nuevo aquel dedo.

- Lo siento, muy frío.

- No pasa nada, pero la próxima vez... ¿Puedes calentarlo un poco restregando el gel entre tus dedos?

- Vale – sonrió el rubio.

Uno tras otros, Naruto empezó a introducir sus dedos hasta llegar al tercero, moviéndolos suavemente en su interior sin dejar de dar placer al miembro de Sasuke, sin dejar de morder seductoramente el lóbulo de la oreja del moreno, pasando a sus labios de vez en cuando para besarle con pasión.

Los gemidos y suspiros de Sasuke pronto le hicieron ver al rubio que todo estaba preparado, que sus dedos ya no alcanzarían mayor profundidad para darle más placer, así que untó parte del gel sobre su miembro y la restregó por él junto a la entrada del chico.

Se posicionó mejor para poder introducirse con mayor facilidad en él y lo hizo con mucho cuidado pese a que la entrada estaba prácticamente abierta para él. Sasuke frunció el ceño al sentir el miembro de Naruto entrando en él, más ancho de lo que eran sus dedos, con algo de molestia al principio pese al gel lubricante que había puesto.

No se detuvo hasta que estuvo completamente dentro, dejando escapar un leve suspiro de placer por la estrechez que le proporcionaba. Todo allí dentro era calidez y placer, suspirando con tranquilidad, moviéndose lentamente dentro de él y cogiendo mayor velocidad poco a poco.

Pronto los gemidos de ambos inundaron la habitación, disfrutando de aquella unión donde el mismo Naruto entrelazó sus dedos con los del moreno sin detener su cintura. Ambos se besaban con pasión, aunque era de las primeras veces que Sasuke realmente no se quejaba por estar abajo.

- ¿Puedes abrir un poco más las piernas?

- ¿Aún puedes entrar más?

- Creo que sí, un poco más profundo.

- Vale – susurró Sasuke, soltando las piernas de la cintura de Naruto para abrirlas.

- Mejor, gracias.

Al sentir la profundidad de aquellas estocadas, Sasuke llevó su mano hacia su miembro, observando cómo Naruto se incorporaba y apartaba su mano antes entrelazada con sus dedos, para sostener sus piernas y poder optar a una mayor velocidad.

Masajeó su miembro, deleitándose con ese movimiento incesante de la cadera de Naruto. No podía ver cómo se hundía en él, pero el placer era inmenso, más cuando empezó a masturbarse frente a él, lo que hizo que Naruto acelerase y dejase escapar más gemidos al ver aquella escena. ¡Le gustaba verle masturbarse para él! Siempre había tenido cierta fijación con eso. Tanta era su excitación, que eyaculó en pocos minutos, dejando que Sasuke terminase de masajearse el miembro y curvase su espalda para eyacular sobre su propio abdomen.

- ¿Duermo en el suelo? – preguntó Naruto con cierto toque divertido, aunque Sasuke, con una sonrisa, agarró la nuca del rubio para tumbarle en la cama junto a él.

- No. Hoy duermes en la cama. Te lo has ganado.

***

- Abro yo – sonrió Sasuke al escuchar el timbre.

Todavía podía escuchar el agua de la ducha cayendo, lo que le indicaba que Naruto seguía en la ducha aunque no debería tardar mucho en salir. Sus hijos, por otro lado, se encontraban en la habitación cambiándose de ropa, aunque lo más seguro es que se estuvieran entreteniendo con algún juego por lo que estaban tardando.

A esas horas de la mañana, Sasuke sólo pudo pensar que sería el cartero, aunque hasta eso era extraño pues podría dejar las cartas abajo. ¿Un paquete quizá? Para ello necesitaría la firma de Naruto, él era el propietario del piso y si venía a esa dirección, sería para él.

Al abrir la puerta, su sonrisa se borró. Desde luego, lo que menos esperaba encontrar era a esa persona frente a la puerta. Ni siquiera supo qué decir, ni sabía cómo actuar. La persona frente a él también pareció sorprenderse de encontrarle allí.

- ¿Sasuke? – escuchó aquella voz femenina.

- ¿Qué ocurre? ¿Quién es? – preguntó Naruto, saliendo con una toalla enrollada a su cintura.

- Es... - intentó articular Sasuke, pero Naruto consiguió ver aquella silueta, empujando a Sasuke hacia el pasillo con él y entrecerrando la puerta para evitar que los niños pudieran ver a la persona de fuera.

- ¿Qué haces aquí? – preguntó Naruto enfadado.

- Yo... sólo venía a...

- No necesitamos nada de ti.

- Creo que deberíais hablar de esto – comentó Sasuke, caminando por el pasillo para ir hacia el ascensor, aunque Naruto detuvo su muñeca.

- Tú no tienes por qué irte – le aclaró con seriedad.

- Iré a comprar algo para desayunar, ¿vale? Vuelvo enseguida.

- No tengo nada que hablar contigo, Hinata. Márchate antes de que mi hijo te vea.

- Nuestro hijo – intentó recalcar ella, mirando esta vez a Sasuke paralizado de nuevo ante la situación.

- Nos abandonaste, ¿recuerdas? Estás muerta para nosotros.

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