019.
J-Hope se tumbó al lado de Jimin en el jardín derecho. El guante subía y bajaba en su pecho. Había sido un entrenamiento muy duro.
— Creo que no podré caminar en un mes.— Yoongi se desplomó.— Y hablo en serio.
— Deja de llorar.— Dijo Namjoon, estaba sentado a su lado.
La temporada había acabado, sin embargo seguían entrenando todas las semanas y no estaban en contra de ello, pero la práctica de hoy había sido de otro nivel.
— Muevan su trasero, nenitas.
El capitán abrió sus ojos de golpe, consiguiendo ser cegado por la fuerte luz del sol. Levantó su mano, bloqueando los rayos y le fue inevitable sonreír al ver a Hyosun allí parada. Sus manos en la cintura y una sonrisa burlona. La había visto hace unas horas, sin embargo, sentía que no lo había hecho en días.
— ¿Qué haces aquí, Hyo?— Preguntó Seokjin.
— No lo sé.— Se encogió de hombros y señaló detrás de ella, al dugout.— El entrenador me llamó.
— ¿Para qué?
— No sé. Iré a atender ese asunto. Adiós.
Hyosun se despidió con un sutil sonrisa y se dio media vuelta para ir con el entrenador. Los chicos hablaban de cosas triviales, Hoseok escuchaba, pero no del todo. Su mirada seguía pegada en la entrada de la cueva, su pecho se infló al verla salir de ahí con una enorme sonrisa y sin llamar la atención, salió corriendo del campo.
— Ahora vuelvo.— Anunció, los demás sólo lo miraron y asintieron.
Hoseok corrió por donde lo había hecho Hyosun, sin importarle el ardor de sus piernas por el fuerte entrenamiento, aceleró al verla trotar al lado del gimnasio. Más velocidad.
— ¡Me asustaste!— Hyosun frenó de golpe al tenerlo enfrente, presionó su pecho.
— ¿Por qué sonríes?— Preguntó con una sonrisa en su rostro también.
— ¿Por qué sonríes tú?— Soltó una risita.
— Sonrío porque tú sonríes, bebé.
Hyosun bajó su mirada, ocultando sus mejillas coloradas.
— ¿Ahora me dirás "bebé"?
A pesar de que no mantenían una relación, él la seguía llamando con apodos variados. Hyosun lo conocía y aunque rogara, él seguiría con eso.
— Tengo muchas maneras de llamarte.— Confesó.— Ya dime.
— El entrenador me informó que,— La sonrisa se extendió de nuevo.— en dos días, tendremos un partido amistoso.
— ¿Qué?
— ¡Vamos a jugar, Hoseok!
*
Hyosun extrañaba ese ambiente; el estadio llenándose de gente, la música, las gotas de sudor cayendo de su frente debido al calentamiento, su piel caliente, el uniforme, todo, extrañaba todo.
— ¡Haru!— Gritó y la primera base recibió la bola.
Estaban a poco de empezar.
— Descansaré un poco antes de empezar.— Dijo y se sacó el guante, se retiró del terreno sin quitar la mirada del campo y su equipo.
— Hey tú.
— Hope.— Sonrió al verlo parado en la entrada del dugout.— ¿Qué haces aquí?
— ¿Cómo que qué hago aquí?— Preguntó con una sonrisa burlona.— Vine a verte.
— Oh...— Hoseok estiró su brazo y ella se acercó, el capitán la rodeó y la acercó a su cuerpo, apoyando su mentón en la gorra de Hyosun.
— Sabes... Extrañaba verte así.— Confesó.— Con gorra, uniforme, spikers, feliz, emocionada. Luces hermosa, Hyo.
— Basta.— Pidió, sonrojada.— Sólo estoy más contenta de lo normal.
— Y eso hace la diferencia.
Hyosun se quedó hablando un rato más con Hoseok, pero él tuvo que irse a las butacas. El juego arrancó, y no sólo Hyosun estaba emocionada, todas lo estaban; extrañaban estar en el terreno defendiendo la pelota.
— Hey, ¿qué tienes?— Le preguntó Dahye a Hyo al verla con una mueca.
— Nada, nada. No te preocupes.
Dahye la miró con las cejas juntadas mientras la veía entrar a la cueva. Lo dejó pasar, sabía que Hyosun no le diría nada. No si estaba en hora de juego.
Haewon salió al plato, como siempre, Taehyung gritó en su apoyo. Terminó recibiendo base por bola. Fue el turno al bat de Jeri.
— 30 000 won a que pegó hit.— Apostó la jardinera con Haru que se encontraba ya en círculo de espera.
— Noup.
— ¿Por qué?
— Porque sé que golpearas la bola.
Jeri sonrió por el apoyo indirecto de su compañera y caminó a home, giró la madera, calentando las muñecas y esperó el lanzamiento. Conectó una rola, llegado safe a primera y consiguiendo que Haewon esté en segunda sin problemas. Todos apoyaron a Haru, la estrella del bateo femenil, al tercer lanzamiento, pegó doblete, haciendo que Haewon anote la primera carrera del partido. Las siguientes fueron Gahun y Heeyoung, pero la primera fue ponchada y a la segunda le hicieron doble play ya que su toque de sacrificio no salió del todo bien.
— ¿La ves?— Hoseok dejó su pregunta en el aire sin dejar de mirar a la pitcher sobre la loma.
— ¿Ella no está bien, cierto?— Preguntó Taehyung, entrecerrando los ojos para concentrar más su vista.— Algo le incomoda.
Hoseok se mordió la mejilla por dentro y miró de nuevo a Hyosun sin entender del todo. Hyosun lanzó y fue un tiro malo, después de eso, Gahun pidió tiempo. Todas se juntaron en la loma.
— Hyo, ¿qué pasa?— Sunmi llegó trotando, la agarró del brazo pero en ese momento Hyo lo retiró.— Ya veo...
— Estoy bien, podemos seguir.
— No insistas, Hyosun.— Haewon pateó la tierra y la miró seria.
Haru levantó su mano y le hizo una seña al entrenador, en cuestión de segundos, la sustituto estaba corriendo dentro del terreno.
— No te alteres.— Le pidió Heeyoung a la capitana, Hyosun le devolvió el apretón y sonrió para tranquilizarla.
Hyosun se retiró con aplausos y gritos, no sólo eso, todos estaban preocupados. Lanzó su guante dentro sin ver a nadie, estaba enojada. Hoseok se percató de aquello y saltó dentro, pero era demasiado tarde, vio una parte de Hyosun entrar por el pasillo que daba a las regaderas.
— No puedes entrar ahí.— Le advirtió una chica, pero eso le valió carajo.
Se adentró con cautela y ya dentro empezó a correr, no había rastro de ella.
— Hyo, apresúrate.— Se escuchó alguien no muy lejos. Hoseok conocía esa voz, era del co-entrenador.
Hoseok empezó a correr de nuevo, y justo como antes, sólo pudo ver una parte de ella desaparecer en la puerta que indicaba la salida. Estos pasillos eran engañosos, además eran como un tipo atajo para salir, la salida te llevaba directo a la puerta del estadio.
No pudo alcanzarla a pesar de que ella iba caminando y él corriendo, pero, seguro si el coach lo miraba, lo mandaba de vuelta al estadio; fue por eso que esperó a verlo salir de la enfermería y él entró.
— Hyo, quítate la casaca, por favor.— Pidió amable la enfermera. Hoseok pudo notar su fastidio y molestia, sin embargo Hyosun estaba siendo amable y respetuosa con la enfermera.
Trago duro al verla sólo en su top deportivo. Entró por completo y siguió viéndola anonadado.
— Hoseok, ¿qué haces aquí?— Preguntó tranquila.
— Eh yo... Estaba preocupado y... Hmm...
— Hoseok, es sólo un top, no estoy desnuda.— Rió, pero debido al movimiento su brazo volvió a dolor.
— Levanta el brazo un poco.— Pidió la enfermera.
— ¿Te duele?— Preguntó Hoseok al verla achicar su rostro por la fuerte molestia.
— ¿Tú qué crees?
— Dios...— La enfermera murmuró y Hoseok empezó a preocuparse más al ver su cara.
— ¿Qué pasa?— Preguntaron ambos.
La enfermera le hizo una señal a Hoseok para que se acercara, y él tuvi que ahogar un gemido al ver la parte trasera del brazo, invadiendo un poco de la parte superior del omoplato derecho; un enorme moretón abarcaba esas áreas y parecía punzante. Hoseok pasó su dedo, como una caricia. Hyosun se puso rígida.
— Linda, dime la verdad— La enfermera la miró.— ¿qué tanto te duele el brazo?
Hyosun dejó caer su cara y casi apenada murmuró:— No puedo moverlo.
Hoseok se apresuró a tomar su mano y la apretó.
— Ya vuelvo, quédate aquí.— Indicó la mayor a Hoseok y salió corriendo de la enfermería.
— ¿Por qué no lo dijiste?— Preguntó Hoseok.
— Porque quería jugar.— Susurró.
— Jesús, Hyosun.— Su mano libre pasaba por su cabello con impotencia.— Hermosa, sé que querías jugar, te entiendo perfectamente, pero, justo ahora estás metida aquí y no en el terreno. ¿Eso era lo que querías que pasara?
— No.
— Pero sin embargo es lo que está pasando. Aunque hubiera empezado como una pequeña molestia, tenías que decirlo.
— Lo sé, lo sé.— Desvió la mirada.— Lo siento, papá.
— Sólo estoy preocupado, Hyo.
— Aprecio eso, en serio.
La enfermera entró y desde la entrada se quedó viéndolos, ambos capitanes la miraron expectantes, esperando que lance algo.
— La ambulancia está en camino.
Hyosun apretó la mano de Hoseok, asustada. Su pechó empezó a subir y bajar rápidamente, Hoseok la abrazó del lado sano, recargando su barbilla en su cabeza y acariciándole la espalda.
— Tranquila.
— ¿Ambulancia?— La voz de Hyosun salió ahogada.— ¿Qué diablos significa eso?
— Te seré sincera, Hyosun.— La miró apenada.— Tu brazo no se ve para nada bien.
Después de eso, Hysoun trató de asimilar la idea de que su arma estaba prácticamente deteriorada o por así decirlo, fuera de servicio. El entrenador ya estaba con ella y Hoseok, esperando la ambulancia, mientras el co-entrenador se había hecho cargo del juego. Cuando las sirenas se escucharon, un nudo se formó en la garganta de Hyosun y su corazón empezó a latir rápido. Hoseok se quitó su delgado suéter y se lo puso a ella, cubriéndola. Salieron de la enfermería y subieron rápido a la ambulancia, Hoseok de negó rotundamente a quedarse en la escuela, él estaba más que decidido con acompañar a Hyosun.
Sus manos juntas de nuevo. Hoseok miró a ella, Hyosun le devolvió la mirada.
— Todo va a salir bien, Hyo.
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