I
London, England
1771
Un chapoteo.
Dos chapoteos.
Otra roca plana fue lanzada dejando ondas en su encuentro con el agua.
Jackson sonrió al ver que había logrado un cuarto rebote antes de que la piedra finalmente se hundiera.
"Ten, inténtalo tú" le ofreció una piedra a Félix, quien enfurruñado removía la tierra suelta con una ramita.
El pelirubio le dio un manotazo con cara de pocos amigos.
"No estoy de humor para tus estúpidos juegos ¿Me estás escuchando siquiera?"
Su amigo rodó los ojos antes de volver a lanzar otra piedra al agua.
"Mis oídos sangran por tu culpa. Si tanto te molesta, rompe con ella o busca diversión en otro sitio"
Félix hizo una mueca con el entrecejo remarcado.
Para Jackson era fácil opinar, ser el hijo de un molinero le otorgaba riendas sueltas a su libertad. A nadie le interesaba si tenía malos modales, era promiscuo o faldero.
Pero luego se dio cuenta que las castas sociales no eran el problema.
Posó su vista en el río, donde Jungkook trataba de pasar un brazo por las piernas de Taehyung, probablemente para tirarlo al agua, mientras este se resistía. Ambos reían con la fuerza adquirida de los rayos del sol en su piel por haber pasado aquí más de la mitad del día.
Incluso estos dos, que pertenecían a unas de las familias más influyentes de Inglaterra, estaban aquí divirtiéndose como si la vida no fuese más que su patio de recreo. Tal parecía que vivían sin preocupación alguna. Sin responsabilidades, tareas que cumplir, compromisos, doncellas...
¿Cómo le hacen para suprimir los impulsos?
Ciertamente necesitaba el truco antes de volverse a la locura.
Con los pantalones arremangados hasta las rodillas, el par de amigos salió del agua aún entre risas.
Subirse la prenda no sirvió de mucho, hasta las puntas de sus cabellos estaban completamente empapadas.
"Chicos, ¿por qué no se unieron?" quiso saber efusivo Taehyung mientras se sentaron junto a ellos en la orilla. "El agua está cálida todavía"
"¿Y a ti qué te pasa?" interrogó Jungkook al toparse con la cara de limón agrio de Félix.
"Sufre un problema de bolas hinchadas. Nada preocupante" respondió Jackson con una carcajada.
El pelirubio lo ignoró por el bien de la paz.
"Oh, ¿Tuviste problemas con Tiffany?"
"Su madre es el problema" farfulló molesto. "Ni siquiera puedo estar cinco segundos con ella a solas. Cada vez que voy a visitarla la señora se sienta en medio de ambos y de ahí no se mueve"
Jackson largó otra carcajada y él suspiró.
Siendo honesto no podía culparlo, su situación era divertida para todos menos para él.
Tiffany y él habían sido novios por siete meses y en todo ese tiempo la señora no se había desprendido de ella en ningún momento. Si no lo supiera mejor pensaría que llevaban una relación de a tres.
Encima solo podía besarla y era en el dorso de su mano derecha como saludo cordial. Una vez le tocó el antebrazo y su madre ya estaba lista para arrancárselo a mordiscos.
No creía que pudiese esperar pacientemente hasta el matrimonio. ¡Un hombre tiene necesidades, por Dios!
"Siempre puedes acelerar el compromiso, sabes" animó Taehyung abotonando su camisa.
Era su única prenda seca, la había dejado en el pasto junto a la de Jungkook cuando decidieron zambullirse en el río.
"Entonces tendrás que sobrevivir con tu mano" dijo Jeon al ponerse de pie. "No hay de otra, hermano"
"Tus consejos y los de Jackson apestan" gruñó de mala gana ante la sonrisa del contrario. "¿A dónde vas?"
El pelinegro se enfundó la camisa estrujada y trató de arreglar su imagen un poco. El hijo de un Duque no debería ser visto en tales condiciones.
Su cabello aún destilaba agua, ni hablar de su pantalón completamente mojado. La camisa recién puesta se había pegado a su torso en ciertas zonas aún húmedas.
Menos mal el sol ya se había ocultado lo suficiente y con suerte no le reconocerían.
"Deberíamos irnos ya. Ha empezado a oscurecer y no es seguro" contestó tendiendo la mano a Taehyung para ayudarlo a levantarse.
"Ah, ¿En serio? Temes que te atrape un chupasangre o qué?" se burló Jackson.
"Eso no existe" replicó Félix y comenzó a seguir a Jungkook. Le daba lo mismo irse o quedarse, su humor ya estaba de los mil demonios de todos modos.
"Hay bandidos y asaltantes, Jackson" recordó el último mencionado. "Parece que te olvidas del toque de queda"
Cierto, el maldito toque de queda.
El cuarto del grupo de amigos chasqueó la lengua, le gustaría quedarse un poco más sin embargo reconoció que Jungkook tenía razón.
Todos echaban de menos aquellos días en los que podían estar hasta altas horas de la madrugada alrededor, sin temores que invadieran a los habitantes ni tragedias que azotaran la capital.
Desde hace algunos meses los asesinatos solo han ido en ascenso, sin embargo eso no era lo más perturbador.
Lo más escabroso de todo el asunto eran las raras posiciones en que se encontraban los cadáveres al destapar su ataúd. Muchos de ellos tenían uñas clavadas en las tapas de la madera ensangrentada, con rasguños visibles. Y sangre seca en sus orificios nasales. Desde entonces habían optado por enterrar los cuerpos con una campanilla y un hilo cerca.
Según lo que el Duque Jeon le había dicho a su hijo, la Corte Real había abrazado la hipótesis de los curanderos de que podría tratarse de casos de falsos diagnóstico. Donde los pacientes se declararon muertos por error.
Sin embargo él no se tragaba la explicación. Eso no justificó por qué varios de ellos tenían la piel fresca aún después de varios días.
Era el único que parecía pensar en eso, por lo que guardaría sus teorías especulativas para sí.
Una palabra fuera de lugar y corría el riesgo de ser ejecutado en la hoguera como hereje.
"En unos días mi madre realizará el baile de celebración previo a la boda de mi hermano" anunció Jungkook. "¿Irán?, ¿Irás?" se volvió en dirección a su especial amigo y apretó su mano.
Taehyung le sonrió.
"Las invitaciones llegaron ayer a casa" respondió en voz baja con complicidad. Escabullirse a la habitación del mayor era la mejor parte de las festividades.
La familia Kim poseían la mayor flota mercante de Europa y junto a los Jeon, lideraban gran parte del comercio hacia el resto de Occidente y parte del Oriente. La familia de Jungkook no solo poseía títulos nobiliarios y una estrecha relación con la realeza, sino también cientos de propiedades distribuidas por todo el país, tierras de cultivo y viñedos.
Y ambas familias mantenían un sólido vínculo de amistad, forjado desde años atrás, cuando sus abuelos maternos emigraron desde Joseon y se apoyaron mutuamente en un país extraño.
Por tal motivo, conocía a Jungkook desde antes de que pudiera balbucear incluso.
"Ustedes los ricos no se cansan de botar las monedas" criticó Jackson que todavía seguía sorprendido de haber entablado amistad alguna con herederos burgueses.
Solo recuerda haberse acercado al río tras ver a unos chicos nadando y él les enseñara a pescar.
"¡Oh, Bogum!" exclamó Taehyung de repente tras ver la figura conocida.
El pelimiel se acercó trotando hasta él. Aún seguían rodeados de la maleza y era cuestión de minutos que los últimos reflejos del sol se extinguieran. Estuvo desconcertado de verle deambulando solo en medio del bosque.
"¿Qué haces aquí? Casi anochese" indagó.
Bogum miró por sobre el hombro del menor a los demás acercarse, entre ellos Jeon con el semblante serio.
Como siempre.
"Estuve buscándolos" le brindó una sonrisa. "Quería unirme a ustedes pero llego un poco tarde, ¿cierto?" rió frotando una mano en su nuca.
Taehyung chasqueó la lengua.
"Ah, eres tan despistado. Tienes suerte de que nos encontrases" habló disgustado. "A estas horas podrías perderte en el bosque sin esfuerzo alguno"
"Para con eso, Taehyung. No es un niño para que regañes" espetó Jungkook cuando pasó justo por su lado. Saludó al recién aparecido con un simple hey. "Camina más y habla lo justo"
El menor jadeó dramático ante el tono grosero de su amigo quien ya le estaba dando la espalda.
Con una sonrisa maliciosa corrió hacia él y trepó en su espalda como un koala en su árbol favorito. Un árbol muy gruñón.
Bogum se quedó, aún erguido en la yerba, con la mirada estática y opaca en las siluetas animadas de aquel par.
Una amistad tan sólida como el diamante... Cuántas grietas soportaría antes de fracturarse.
Parpadeó dos veces antes de volver en sí.
Echó un vistazo en nueva cuenta hacia el interior del bosque y frunció los labios.
Resignado, se puso en marcha para seguir al resto.
Ah, ah, hmm...
Por encima del sonido de sus pieles impactando al unísono, solo estaban los gemidos desvergonzados de Taehyung.
Cada gruñido de Jungkook iba acompañado de una embestida brutal. Las manos en su cadera tenían un agarre castigador mientras él estaba deshaciéndose sobre sus rodillas.
Sus brazos ya habían cedido hace mucho y sentía las pequeñas astillas de la madera rasguñádole el pecho.
"Ah, Kook... M-más despacio" suplicó entre jadeos.
Sin embargo su compañero pareció ignorar su sensibilidad. En cambio, le agarró por el brazo derecho y lo dobló tras su espalda tomándolo como apoyo. Y le dio justamente lo contrario a lo que pidió.
Taehyung llevó al límite sus cuerdas vocales cuando Jeon encontró su próstata y la abusó. Sin piedad. Implacable.
"Nunca antes te quejaste" gruñó el pelinegro con la vista de su polla entrando y saliendo del peliclaro.
"Nunca antes me habías follado como ahora" expuso en un hilo de voz tembloroso.
"Ya sabes lo que dicen sobre las primeras veces. Siempre hay una"
No pasó mucho tiempo para que el mayor alcanzase el clímax dentro de su caliente cavidad, siendo seguido por Taehyung cuyas tiras blancas y sudor tenían su piel hecha un pecaminoso desastre.
Jungkook recargó la frente un instante en el hombro contrario antes de separarse por completo.
Ambos estaban sudorosos y jadeantes por el desenfreno observando hacia el techo de este viejo granero abandonado.
Era en estos momentos, donde la adrenalina del sexo y la nube del éxtasis se esfumaban, que Taehyung repasaba cómo habían acabado usándose mutuamente.
Jungkook era el amigo más cercano que tenía y viceversa, no hay ni una sola experiencia en sus vidas que pueda narrarse por separado ya que permanecían juntos en sus tiempos de ocio. Visitaban tabernas nocturnas, cortejaban señoritas a modo de broma, se bañaban en el río todas las tardes, montaban a caballo y entrenaban la espada a menudo; Jeon porque era hijo de Duques, él por puro capricho.
Sin embargo, los dieciséis años marcaron un antes y un después. Cuando sus hormonas empezaron a agitarse, y la curiosidad sobre ese tema taboo del que la sociedad no hablaba de día y murmuraban en las noches picó, ambos empezaron a experimentar consigo mismos.
Jungkook era un año mayor que él, así que al menos tenía doce meses más de experiencia que él. Le enseñó como masturbarse, el ritmo correcto para provocar sensaciones y como incluso sus dos bolas, que Taehyung ni siquiera sabía para qué existían, podían darle tanto placer.
A este le encantaba sentir las manos ajenas sobre su miembro, Jungkook siempre se burló de él porque era demasiado perezoso hasta para autocomplacerse, dijo. Pero Tae también lo tocaba.
Hasta que eso por sí solo fue insuficiente.
Viviendo en una sociedad tan restrictiva con la virtud de las jóvenes, era difícil llevar a la cama a alguna de ellas. Las prostitutas tampoco eran opción, si rumores se extendían el honor de su familia ante la iglesia y la conservadora Londres se vería empañado.
Pero una solución tendría que haber, así que Jungkook y él se miraron entre sí y pensaron Por qué no.
Ninguno enloqueció al respecto.
No había palabras amorosas entre ellos, o abrazos post coitales, ni cursilerías.
Su relación no había cambiado en nada, ni puso las cosas incómodas. El sexo solo fue una añadidura a su camaradería, y un secreto capital que este granero guardaba muy bien.
Habían estado haciendo esto por un considerable tiempo desde entonces.
"¿Y bien?" habló el menor más recompuesto. "Esta vez respóndeme en serio ¿Qué fue eso?"
El contrario suspiró. Había cerrado los ojos y estuvo al borde de dormirse.
"Tú y yo follando. Nada nuevo"
"Jungkook" advirtió.
"¿No te gustó?"
"Claro que sí, idiota" se apresuró en contestar. "Pero sentí como si me estuvieras penalizando por algo"
El pelinegro abrió los ojos solo para mirar por las desvencijadas ventanas. Había transcurrido bastante desde que el sol estuvo en el punto medio del cielo, y ahora comenzaba a ser una bola naranja.
"Si he hecho algo, me gustaría saber qué es para arreglarlo" insistió el pelimiel al ver como su mejor amigo se paraba a por sus ropas.
Desde ayer que regresaron del río, Jungkook le había dado el trato frío y ni siquiera supo por qué. Incluso hoy, lo había presionado contra el suelo y tomado sin un saludo si quiera.
Y no es que alguno de los dos fuese cariñoso pero todo en él indicaba que se encontraba enojado.
Y si su adolorida entrada sería la que sufra las consecuencias de su mal humor, al menos merecía saber el por qué.
"Está todo bien, Taehyung" ratificó mientras anudaba su prenda inferior. "Pero creo que no deberías acercarte tanto a Bogum. Solo una sugerencia"
Taehyung ladeó la cabeza sin entender mucho. ¿Era por esto?
"Awww ¿Estás celoso?" molestó con una sonrisa creciente.
"Deja de soltar sinsentidos" le reprendió con el ceño fruncido. "Lo que digo es que él no es como nosotros"
El menor se encogió de hombros despreocupado.
"Jackson tampoco, y no tienes problemas con ello"
"No es lo mismo" replicó al instante. Cómo se atrevió Taehyung a comparar la amistad de años que tenían con Jackson con la esporádica de Bogum. "Hay algo en sus ojos que no me gusta. Algo cambió en él desde hace un tiempo ¿No lo has notado?"
"No, Jungkook. Estás paranoico. Entiendo que Bogum nunca fue santo de tu devoción pero..."
Taehyung quiso ponerse de pie mas sus rodillas débiles lo dejaron en el mismo sitio. Apiadándose un poco de él, su amigo lo ayudó sosteniéndolo por ambos codos.
Entonces aprovechó la cercanía nuevamente para dejar claro su punto.
"Oye, tú siempre serás mi mejor amigo pase lo que pase" prometió con su palma abierta en el pecho desnudo del pelinegro, sobre su corazón. "Nadie te quitará ese lugar. Siempre estaré para tí, como tu también para mi ¿cierto?"
Jungkook suavizó su expresión y asintió. Su rostro tenía ahora la calidez a la que estaba acostumbrado Tae.
"¿Pase lo que pase?" quiso saber el de cabellos claros.
"Pase lo que pase, Taehyung"
Sus labios se buscaron sin prisas, primero fue un roce, luego se besaron con parsimonia y paciencia.
Ambos desconocían que esa declaración sería puesta a prueba demasiado pronto.
Bienvenidxs a otra historia corta que pretendía ser un OS.
Por qué no me sale nada cortito, por Dios?? Nunca puedo expresar lo que quiero en una sola toma.
Ah por cierto, he decidido actualizar esta historia los lunes. Me impondré un horario ya que me conozco bien 🤧
En fin, espero que disfruten de la lectura. Y comenten qué les parece.
(ㆁωㆁ)
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