Capítulo 7
Un grupo de personas, se había acumulado al centro de la pista, unos estacionaron sus autos para ver el desastre recién generado, otras personas más preocupadas bajaron de estos preguntando.
— Oh Dios mío ¿Qué sucedió?— preguntó un señor que se encontró horrorizado observando la escena.
—Un bus se desvió, chocó contra ese automóvil.
—Creen que hay un joven, y el conductor, no sabemos si están conscientes.
—¿Pero qué esperan? ¡¿Alguien tiene un teléfono para poder llamar a una ambulancia?!—exclamó un hombre que con otro grupo se habían unido desesperados trataba de ayudar apartando los fierros retorcidos.
—No se preocupe ya hemos llamado a una, viene en camino— mencionó una mujer que nerviosa guardó su teléfono.
No fue mucho el tiempo que tuvieron que esperar para que la ambulancia llegará junto a los policías para evaluar lo que había sucedido. Rápidamente los encargados de emergencia trataron de alejar a la gente que rodeaba el lugar.
Con el mayor cuidado posible lograron felizmente sacar los cuerpos que aún se encontraban en camillas todavía inconscientes. Un rizado con la cabeza llena de sangre, algunos vidrios incrustados en su piel y su ropa toda rasgada. Mientras que el conductor era el que había sufrido el golpe más grave, parecía desafortunadamente muerto. Los llevaron al hospital más cercano, no muy lejos de allí lograron contactar a algún familiar de ambos.
Para Ruth fue doloroso y lento el camino del aeropuerto al hospital, la noticia la impactó muchísimo. no se imaginó que un accidente así ocurriera, pero sobre todo que le sucediera a su hijo único Brian.
—¡Doctor! Dígame cómo se encuentra mi hijo por favor nadie me ha dicho nada— estaba hecha todo un paño de lágrimas, sus ojos hinchados de tanto llorar y nerviosa por los resultados.
—Madre del joven May— dijo revisando su folder con archivos de los pacientes de emergencia.
—Sí, por favor dígame cómo está— respondió limpiándose el rostro con un pañuelo.
—Lamento decirle, que su hijo se encuentra muy grave, ha sufrido un fuerte golpe en la cabeza tras el impacto, por lo que ahora ya se encuentra en coma. Le prometemos que haremos todo lo posible para que se recupere pronto.
Esas palabras fueron olvidadas por aquella madre que tras el calvario de un mes, esperó para que Brian despierte una mañana de verano. Cuando esto sucedió, él sintió que fue levantado de golpe pues percató una horrible punzada en su cabeza, pero al ver a su madre, sentada a su lado, se destrozó por completo y comenzó a llorar. Al escuchar a su hijo en llanto, lo abrazó con todas sus fuerzas. Al haber despertado Brian fue una enorme alegría, anhelaba con todo su ser que su hijo volviera en sí. Lo primero que hizo fue tranquilizarlo y decirle que todo estaría bien, pero este sólo se limitó a abrazarla un poco confundido con lágrimas en sus mejillas.
—Mamá... ¿Qué pasó?— limitó a decir en sollozos.
—Todo estará bien cariño, sufriste un accidente hace un mes, pero ya está todo bien.
—No entiendo nada...¿Por qué me duele tanto la cabeza?.— agarró esta por inercia tocando un vendaje que había sido colocado alrededor de esta.
—No te fuerces en recordar...todo a su tiempo, ahora solo descansa mi Bri— la señora acomodó a su "pequeño" en las sábanas, y salió de inmediato en busca de algún médico para avisarle que su hijo ha salido del coma.
A los minutos un médico se adentró a la habitación y supervisó a su paciente para ver si todo estaba en orden. Salió del cuarto, luego de haber hecho algunos análisis a Brian. La señora May esperaba ansiosa los resultados.
—Señora May, tengo que decirle que el estado físico de su hijo está completamente recuperado, lo único que me preocupa es que tenga una leve pérdida de memoria. Pero todavía no sabemos si eso es grave, lo comprobaremos conforme al avance de los resultados psicológicos. Debido a los resultados positivos, puede ir a casa y hacerle acordar algunas cosas.
—Está bien, gracias doctor... oíste nos vamos a casa— mencionó emocionada su mamá dirigiéndose hacia su hijo, él solo la miró y asintió con la mirada perdida, aun sosteniéndose la cabeza.
"Esto es tan extraño, no recuerdo nada"
El particular sonido de los pájaros, las luces del sol son lo que Roger vio y escuchó esa mañana un día antes de fin de mes, sí, el campamento ya estaba a punto de terminar.
Fue una experiencia un poco extraña para él, ya que al ver demasiados niños corriendo de arriba abajo, le resultaba agobiante. Ese día se dio cuenta que no le gustaba estar rodeado de muchas personas.
Pero ¿Qué más podía hacer? No podría escapar de allí. Los guías del lugar hacían muchas actividades con ellos como nadar en el lago, cantar en la fogata y muchas más actividades divertidas. Sin embargo hubo veces en el que Roger no cooperaba cuando le pedían hacer algo, se resistía y empezaba a comportarse como un chiquillo salvaje, tomaba una actitud agresiva pateaba a los guías y los arañaba. Llegaba el momento en que ellos se hartaban de él y lo llevaban a su habitación solo, sin hacer nada.
Solo quiero a Brian decía en su mente
Mirándolo por un lado positivo estar solo le servía de algo no había bulla, no había insultos por parte de otros niños, se sentía mejor así.
Llegado el día de la clausura del campamento de verano. Todos acostumbraban en hacer un compartir especial frente al lago.
Era ya de mañana todos los niños ya habían salido a la hermosa laguna. Roger se demoró un poco el colocarse su ropa. Además se distrajo por otra cosa.
—¿Dónde habrá un calendario?—dijo para asimismo
Se puso a rebuscar en los baúles, armarios y encontró uno pegado en la pared al parecer era viejo. Se dio cuenta que este era uno de esos calendarios que tenían las fases de la luna y sus meses.
"Cómo me gustaría que estés aquí conmigo, la luna me recuerda a ti"
Frunciendo su seño y achinando los ojos trató de entender un poco el calendario.
—Hoy es domingo lo que significa que hoy veré a Bri... Me rindo, no sé lo que significa las demás cosas, pero se ven interesante, creo que esto le gustará— dijo rebosando de alegría, guardando el material en su mochila y saliendo corriendo de allí, fue a orillas del lago.
Los demás estaban sentados en forma de círculo, se unió a ellos emocionadísimo de que por fin haya acabado.
Los guías se encontraban hablando a todos los niños sus palabras de despedida, mensajes de motivación para ellos, cosa que todos escuchaban atentos, excepto Rog no le importaba.
—Muy bien chicos, eso es todo es un gusto haber tratado con ustedes— comunicó una joven caracterizada por una enorme sonrisa —¿Alguien quisiera decir unas palabras especiales para despedirse?
—Wow que sorprende cuando ya acaba todo te motivas a participar— refutó otro guía de una manera burlona, pues Roger había levantado su manita para decir algo— Okey haber te escuchamos que nos quieres decir.
—¿Sabe cómo hacer para que las horas avancen más rápido?— preguntó Rog con una sonrisa inocente un poco tímido.
Una gran cantidad de carcajadas se escuchó por todos lados por parte de los niños, los guías solo lo miraban con una mirada asesina, ese niño había sido un caso pesado en todo el campamento.
El recorrido al orfanato fue demasiado lento según él. Veía como los árboles desaparecían poco a poco, mostrando así la gran carretera. Sus ojos no podían más todo esto del campamento le resultó muy cansado, estos se cerraron, imaginándose contándole todo lo vivido a Brian. El sueño lo atrapó.
Pasadas unas largas horas.
—Rog levántate.
—No molestes, largo— balbuceó el pequeño rubio, seguía dormido.
—¡Hey! despierta marica— era Lennon, que ya molesto agarró su mochila y se la aventó a este que se encontraba echado durmiendo ocupando dos asientos.
—¡Ya llegamos estúpido párate!
Roger se levantó de un salto— ¡Por fin, llegamos!
—Te estoy levantando hace rato, como media hora— contestó Lennon ya marchándose y bajándose del bus.
Solo lo ignoró, no le importó. Solo tenía a alguien en mente. Con todas las ganas del mundo tomó su mochila y corriendo emocionado se dirigió a la casa.
[Inserte canción]
Subió corriendo las escaleras, hasta casi se cae por una grada.
—¡Bri! ¡Brian!— grititos que se escucharon por toda la casa.—¡Brian ya regresé! ¡Te tengo mucho que contar!— exclamó dirigiéndose a la habitación de este, su voz se apagó.
No había nadie.
— ¡¿Brian?! ¿Dónde estás? mira te traje un calendario viejo que encontré, no sé qué significa algunas cosas por eso te lo voy a regalar— ¡Hey! ¿Estás aquí?— fue hacia el baño.
No estaban sus cosas.
—¿Bri?— Sus ojos se empañaron de lágrimas.
Corrió a su cuarto, se tiró a su cama agarró la almohada y la apretó contra él.
—¿Por qué? ¿Acaso todo este tiempo, no te importé?— envolvió sus brazos en sus piernas.
Giró la mirada hacia un objeto que le llamó la atención. Todavía con los ojos húmedos lo tomó. Era el ukelele que se había olvidado. Grabado decía "Encontré algo valioso, te encontré "
Ese domingo Brian nunca llegó.
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