Capítulo 25
"Roger ¿Dónde estás?"
Una profunda molestia dentro de la mente Brian no lo dejaba en paz. Normalmente, antes de salir a un escenario los nervios no eran comunes, para él brillar como sino no hubiera problema alguno, dándolo todo en el escenario era un don que tenía desde muy joven. La preocupación en él no se iría por nada en el mundo al saber que su pequeño andaba deambulando por peligroso lugar. Sin duda alguna estaba nervioso, trató no demostrarlo en su solo de guitarra, pero para su mala suerte fue todo un lío. Hasta llegó a pensar que al darse cuenta de su error le caerían tomates, pero al bajar una vez más de las escaleras de tal magnífico show la realidad era otra.
—¡Brian Harold May! ¡¿Cómo pudiste estropear ese solo?! ¡Esa parte era para que dieras todo de ti, fluyeras, volaras como siempre tal como siempre lo haces entregándote a la canción! No has arruinado realmente vamos en picada, es nuestro fin. —dijo un Freddie histérico justo cuando llegaron a los camerinos a empacar sus instrumentos pues ya habían concluido con su trabajo allí.
—Es que Roger...
—¡Cállate, me importa un carajo lo que dirás a continuación! No me digas que ahora le echarás la culpa a ese pequeño que se la estará pasando de maravilla sin ti mientras tú estás que sufres como un perro.
—Freddie, ¿No estarás exagerando? Somos principiantes aún, es común que nos equivoquemos. Además ni siquiera fue así, fue un error técnico, para que ese sonido de más saliera, recién comenzamos con esto, cálmate.
—John, pensé que estarías conmigo, muchas gracias— dijo Freddie mirando a su amigo que ese día traía un peinado esponjoso tan tierno y al ver su cara de querer apaciguarlo lo logró de inmediato. —Está bien, creo que en parte tienes razón, pero no quita el hecho que para la próxima verifique mejor su error. ¡Brian! ¡¿Al menos me estás poniendo una pizca de atención?!
—No— negó Brian de manera seca desde un rincón sentado en el gran sillón que había en el lugar, abrazaba su guitarra como si fuera su vida en ello. Ignoró por completo a sus amigos pues nada se comparaba a su pequeño amarillo torbellino.
John intervino para que el ambiente o Freddie, se pusiera peor pues lo veía muy enojado—Uhh Freddie ¿Qué tal si vamos después a un nuevo restaurante que han abierto por aquí cerca...
—John por eso te quiero ¿Sabes?— cambió de parecer Freddie.
—¡Brian! ¡Levántate tampoco exageres! Sabes muy bien que ese niño no se asusta con nada es muy valiente — le reconfortó John, que ese día se había autoproclamado como un tranquilizador para sus amigos.
—¿Lo conoces bien? ¿Has vivido con él? ¿Sabes a qué cosas les tiene miedo? ¿No? Entonces cierra el pico.
—Relájate, solo trataba de ayudarte, de nada— le respondió su amigo alzando los ojos y riendo, trantando de incorporar una estrategia de consolación más — realmente has cambiado Brian, eso quiere decir que tú si lo conoces por completo.
—Sí, es obvio cuido de él, lo sabes, casi lo tengo escaneado en la mente.
—¿De arriba abajo?
—Claro ¿No?
—Como sea, lo que intento decir es que dejes de lamentarte, como dice Freddie, entiende tiene quince años, no es un niño estoy seguro que tiene conocimiento de los peligros que existen en lugares como este y los sabrá evitar.
—No me hagas reir, los conoce todos— dijo Brian con sarcasmo— Roger es un chico que no entenderías, es por completo confiado con todos, piensa que al tan solo alguien le hable o le trate bien ya es su amigo de por vida. Estoy seguro que la estará pasando mal, solo con frío.
—Brian las noches ahora están muy calurosas así que dudo eso, pero, en lo demás creo que si lo dices de ese modo, deberíamos esperar aquí hasta que el local cierre.
Tomarle del cuello y tirarlo a un lugar descampado, era lo que más anhelaba hacerle y lo tenía al frente para por fin acabar con ese pequeño fastidio que lo atormentaba desde que llegó a su vida. Sin embargo, no sería demasiado fácil con su llamada novia al frente del rubio gozando de la vista y lo que oía agraciada. Era la peor imagen que veían sus ojos en ese instante, qué había hecho mal para que la vida le pagase así, prácticamente Roger le estaba arrebatando todo, primero fue su mejor amigo y ahora era a su novia.
—Y entonces yo le dije no por favor no me lleves que solo quiero encontrar a mi hermano Bri, pero Lennon se negaba y colocó su mano en puño con intenciones de pegarme a lo cual yo me resistí.
—¡Oh no! — respondió Aliena que escuchaba todo atentamente.
—Pero como lo conoces muy bien, no me hizo caso por lo que me cargo y ya lo demás te lo dejo a tu imaginación.
—Aww que suerte que llegué a tiempo para salvarte, no sabía que así habían sucedido las cosas, gracias por la aclaración...
—Soy Roger, un placer.
—Eres tan dulce, hasta no puedo creer que Lennon tenía esas intenciones de hacerte daño, pero después me escuchará— le respondió Aliena sonriente, de inmediato dándole una fría mirada a su novio.
—No, no te preocupes, a veces el amor es ciego. Así dijo un día mi Bri cuando nos regresábamos a casa después que había visto una chica muy bonita en el supermercado, pero resultó toda una renegona.
Lennon tenía todos esos pensamientos guardados para sí mismo, pero pronto se lo haría saber a ese rubio insípido que ni color tenía. ¿Qué demonios le veía ella en él? ¿Y qué demonios decía esa bola amarilla? Se preguntaba una y otra vez. Su cara ardía del enfado y contenía los celos que consumían cada parte de su ser. Si era capaz de decirlo de nuevo haría cualquier cosa para poder recuperar su maldito orgullo que estaba a punto de estallar.
—¡Tú que mierda sabes de amor, para que estés hablando de esas cosas en frente de mi novia! ¡Yo la amo, no me estés difamando con todas esas mentiras que acabas de decir!
—Sí se nota, ¡Ahora Ali qué tal si te cuento cómo conocí a mi amado Brian!
—Sí me encantaría, pero dame un momento ¡Lennon quieres dejar de estar con esa actitud! Realmente oscureces el lugar con ese aura negativa alrededor de ti ¿Cambiarías esa carita por mí? — le llamó la atención Aliena que con rostro acongojado veía a su novio ya inquieta.
El chico pelinegro le vio dirigió su vista a la muchacha seguido al rubio que alegre veía a sus alrededores y la bebida frente a él —¡No creo que sea posible hoy! ¡Si este tipejo no se va!
—¡Mi amor! No es para tanto solo le estoy escuchando e invitado un jugo de frutas, recuerda que está perdido y debemos cuidarlo. No podemos dejarlo aquí solo.
—Hace unos momentos la estábamos pasando mejor con la gente del público.
—Pues hace unos momentos te vi con este niño rubio que querías dañar que quieres que esté contigo ni sueñes, se quedará junto a mi hasta que su hermano lo encuentre.
—¡¿Qué?! Debes estar bromeando, Aliena por favor escúchame, estás mal no debes caer en sus encantos, eso significa peligro.
—Sí, sí Roger que tal si me cuentas tu historia mientras vamos... ¡Ya sé cerca hay una mesa de billar!
—¡Esta bien, no sé qué es, pero se escucha divertido! — exclamó Roger alzando sus brazos.
—Aliena, quieres que su hermano lo encuentre, pero iremos a otro sitio que buen plan.
—¡Cierra la boca! — le gritaron ambos a la vez que salieron corriendo hacia el lugar.
Sin duda, Roger estaba feliz de ser capaz de sentir nuevas experiencias esa misma noche. No paró de hablar con Aliena contándole casi toda su vida y las aventuras vividas con Brian, hasta a veces soltaba cosas personales, que si Brian estuviera ahí lo mataría. Sin embargo, qué podía hacer cuando la chica se emocionaba demasiado cuando le contaba todo hasta mínimo detalle.
Pasaron casi horas jugando el billar que hasta pareció que solo habían pasado minutos. Roger claramente había podido entender el juego, pero como un principiante a veces cometía algunas fallas. Tanta fue la emoción al ver la mesa por primera vez, que él no tenía idea de cómo jugar, pero para sorprender a Aliena como pudo, tomando mal el palo y el control de sus fuerzas una pelotita fue directamente a la cabeza de Lennon que resultó ser un fuego total en ese momento, sino fuera por Aliena que lo calmó a la vez que no paró de reír.
—¡Sí gané!
—¡No fue así hiciste trampa! — gritó Aliena a Roger que ahora se había amarrado una coleta para poder concentrarse sin que su cabello sea un fastidio.
—Claro que no, yo no entiendo algunas cosas, pero este juego lo entendí al derecho y al revés. —dijo Roger triunfante con ambas manos en la cintura y la cabeza en alto, pero de repente su rostro cambio de inmediato recordando a una persona en especial —Cómo me gustaría que estuviera aquí Bri para que me felicite y me de mi premio.
—Ugh, Qué cosas dices, te dije Aliena que esperemos hasta que alguien venga a reclamarlo, estamos muy lejos debemos volver.
El rostro de Aliena cambió de inmediato de uno de felicidad a tristeza, realmente no quería separarse pues había tenido una animada noche junto a pequeño rubio que había conocido.
—¡Aliena! Respóndeme.
—Oh, sí tienes razón, no quería que este momento llegue. Roger escucha me divertí mucho jugando contigo, digamos que fue como una cita muy encantadora y...
Lennon la miró de reojo y le dirigió la mirada más feroz para que la muchacha entrara en razón y dejara de hablar.
—Me divertí mucho con ustedes, bueno contigo Aliena eres muy graciosa y divertida, ojalá nos encontremos otra vez.
—Sí sería genial, si quieres te doy mi número para...
—¡No! ¡Ya basta! Pareces que lo haces apropósito, vámonos de aquí— interrumpió el chico tomando al rubio del brazo halándolo hacia el lugar dónde el rubio les había indicado.
Roger en ese momento forcejeó pues Lennon tenía mucha fuerza, pero sabía cómo se estaba sintiendo así que eso solo quería decir que había logrado su cometido. Por dentro lanzó una risita que fue desapercibida, el tan solo verlo enojado lo hacía satisfacer demasiado pues de una manera pagaba lo que a él alguna vez le hicieron. En el camino hacia el escenario, vio ese mismo ahora vacío a la vez pensando sobre Brian, sin duda alguna habría tocado de maravilla. Sin embargo, sintió un nudo en la garganta al caer en cuenta que ese había sido el motivo por estar ahí, se distrajo por muchas cosas acontecidas en una sola noche. Sintió la necesidad de remediarlo de cualquier forma.
—Bien, ya estamos aquí justo donde te encontré, ahora regrésate por donde viniste y no nos sigas— escuchó a Lennon decir.
—Oye no lo trates como un perro— le llamó la atención Aliena que logró escuchar al mayor sonidos que se le hacen a los perros cuando se los botan— ¿Es un chico no lo ves? Esperemos un momento más, veo que el local ya está cerrando.
—Acompáñame Ali tengo mucho miedo y ¿Si me quedó aquí de por vida? — exageró Roger aferrándose al brazo de la muchacha la cual rio ante su ocurrencia dicha. Al mismo tiempo el rubio, con una mirada ganadora, giró hacia Lennon que harto de la situación de Roger con su novia se limitó a chequear su teléfono ignorándolos porque sabía que si hablaba en cualquier momento estallaría.
—No creo que sea así, pronto vendrá tu hermano a recogerte solo hay que tener paciencia, de seguro él también está tan desesperado de encontrarte como tú a él. Además me dijiste que Brian es muy responsable e inteligente de seguro ha llamado a la policía para tu búsqueda.
—No creo que sea responsable e inteligente, para que esté perdiendo niños por doquier y traerlo a un lugar como este a altas horas de la noche. Es probable que ni le interesas en lo absoluto de lo contrario ya te habría encontrado, para mí que ya se fue, ve ingeniándotelas para vivir en este lo...
Roger de lo que abrazaba a Aliena de inmediato se le lanzó a Lennon pues sus palabras le llegaron en lo más profundo— ¡No te atrevas a decir eso de Brian! Él es la mejor persona que he conocido en mi vida, la única que realmente me quiere y haría cualquier cosa por mí. No es como tú, un arruina vidas sin talento alguno que se la pasa enojándose con todo el mundo. Mi Brian lo es todo y siempre brilla allí arriba en el escenario con su guitarra y su cabello rizado en el viento...
—¡Hey, Roger cálmate! Lennon siempre juega así, no le tomes importancia, solo ignóralo— le interrumpió la chica tomándole de los hombros al verlo tan exaltado para que pudiera recuperar su compostura.
—Un momento, creo que ¿Te refieres a Brian May? ¿El guitarrista de la banda Queen?
—Sí, ¡Quién más ese mismo! — gritó el chico rubio ya despeinado de tanta revuelta.
—Lennon, ya detente ¿Quieres?, no lo molestes— trataba de entrometerse la chica fastidiada que resultó ignorada.
—No me hagas reír, ¿Es enserio? A ti sí que te ocurre decir unas cosas que, no me puedo imaginar un alabado artista guitarrista, al cual admiro mucho, esté de niñero de un niño que ni siquiera sabe dónde está parado...— tomándose el estómago Lennon empezó a lanzar unas carcajadas tan fuertes que Roger vio al mayor se reía como si no hubiera fin, no entendía que pasaba.
—¿Por qué te ríes? Te esto diciendo la verdad, allá tú si no me crees. Él es que se hace cargo de mí desde que era un Roger chiquito— le respondió el rubio seriamente cruzándose de brazos.
—Está bien te creo, y yo soy hermano de Freddie— dijo el mayor sin parar de reír al ver la posición del menor que se lo tomaba muy enserio.
—¡Lennon, ya para! No te preocupes yo si te creo. Además la historia que me contaste hace unos minutos fue muy hermosa tanto que parece un... ¡No, Roger!
Sin contener su enfado en ese instante el rubio se dirigió hacia Lennon y de un solo golpe con todas sus fuerzas le dio una patada entre las piernas al muchacho que ahora en vez de llorar se lamentaba de dolor— ¡Estoy diciendo la verdad! ¡Ya me cansaste, nadie se mete conmigo o con Brian! ¡Si no quieres otra, vete de aquí! ¡Y le voy a decir a Brian que no te dé ni un miserable autógrafo y te va a doler más eso que la patada en las bolas que te di!
Le gritó Roger con fuerza a la vez que observó a Lennon levantarse con torpeza del suelo, con Aliena ayudándole.
—¡Aliena, vámonos de aquí no me quedaré con este enano de mierda!
—Es que tú también lo estabas molestando te lo tenías muy bien merecido. Adiós Roger, nos vamos, perdón por el incidente que acaba de suceder. Espero que logres encontrar a tu hermano. Llámame.
—¡Aliena!
—Ay está bien, ni siquiera le di mi número.
El rubio sin sentir culpa alguna de haber hecho lo que hizo, fue hacia las escaleras cerca a los camerinos. Desanimado y con la cabeza gacha se sentó, escondiendo su cabeza en sus brazos como si quisiera dormir. Muy en el fondo sabía que todo lo dicho por el mayor solo era mentira y no debía tomarle importancia, pero la manera en como se lo había expresado realmente le llegaron a su corazón. Sin embargo, no se quedaría hay parado debía actuar y ser fuerte como Brian, pensó.
—Disculpe, ¿Habrá visto a un chico alto, alto y de cabello ruloso? Se llama Bri, lo he perdido, si no lo encuentro es probable que mañana me dé sermones y no quiero eso.— preguntó Roger preocupado más por la gritadera que recibiría esa mañana, con un nudo en la garganta expresó.
—No, no he visto a nadie como lo describes, ya debes irte, estamos cerrando, cómo es posible que traigan a un niño por aquí— le contestó un señor que al parecer esperaba a sus demás compañeros de trabajo.
—Oh, está bien, pero yo no soy niño, soy Roger, un gusto.
—A mí que me importa, te estoy diciendo que te retires de una vez—le contestó de mala manera el señor que fue junto a sus demás compañeros que llegaron. Roger triste por su reacción casi se hace bolita sino fuera por un chico que se le acercó que trabajaba en ese lugar.
—Hola, ¿No me digas que eres Roger? Hace unas horas te estaban buscando, el tipo se llamaba si recuerdo bien, Brian.
—¡Sí sí, soy yo!— gritó emocionado al sentir una pizca de importancia hacia él y amabilidad—¿Brian me estaba buscando? Lo sabía.
—Sí, andaba muy desesperado justo te acabo de ver y coincides con lo que describió. Soy el encargado de las incidencias que ocurren por aquí, al parecer no sé si vi bien pero el chico se marchó a un bar cerca del local junto a muchos otros, pensé que ya no le interesaba, pero como responsable del lugar me aseguré de no perderlo de vista hasta que te encuentre.
Roger ante sus palabras casi llora al escucharlo, Brian si lo quería mucho aunque no dejaba pasar que se había ido sin él.
—Entonces, dice que está cerca de un bar, iré en su búsqueda, ¡Muchas gracias por su ayuda! — exclamó el rubio, dándole un sorpresivo beso en la mejilla a ambos chicos que quedaron desconcertados.
En busca de su amado Brian, se aventuró a media madrugada que empezaba a ser cada vez ser más fría. Roger se cubrió con sus brazos queriendo ignorar el frio que era imposible, pero grande fue su alivio al estar frente al bar indicado. Al ingresar encontró a muchos chicos mayores durmiendo o eso quería creer, al tan solo verlos también le dio sueño, pero no, su misión era encontrar a Brian.
—¡Brian! — gritó al verlo tirado en uno de los sillones del bar prácticamente ido, se le acercó y un fuerte olor a alcohol le invadió su nariz— Tú que sí disfrutaste esta noche, y yo también pero no bebiendo creo que el recibirá sermones mañana será usted— dijo Roger lanzando una risita tapándose la nariz, dándose cuenta que había vivido una escena similar, pero en casa.
—¡Bri, despierta! Tenemos que ir a casa, soy un chico pero no soy demasiado fuerte para llevarte cargado— le habló mientras intentaba levantarle jalando su largo brazo para colocarlo alrededor de su cuello
—Uh, no pesas mucho creo que sí funcionará, creo que tendrás que colaborar en caminar porque si no caminas...
—¿Roier?
—¡Bri! ¡Despertaste, que alivio y pensar que te llevaría todo el camino! Dame dinero para tomar un taxi.
—¿Qué haces aquí?... esto es... un lugar para adultos, suéltame quiero volver.
—Si claro, para adultos que no piensan y se emborrachan mírate cómo estás y cómo hablas— dijo el chico feliz de llegar a la calle y emprender camino.
—¡Etoy bieeen!
—Ahora estás arrastrando las palabras.
—Dije, ¡Qué estoy bieeeen! Tun tun tun tururu— gritó Brian asustando al rubio que empezó después a reir al escuchar que hacía sonidos de guitarra.
—Sí estás totalmente ido. Agarrate fuerte o te caerás, mi espalda duele y pensar que no pesabas mucho...
Brian empezó a reir solo con los ojos cerrados, abrazando con fuerza al menor que complacido sonreía tímido.
—Sabes tú personalidad cambia por completo cuando estás borracho. Me da miedo no eres tú, eres como el Brian liberal.
—Roger...
—Dime habla todo lo que quieras, pero no me vomites.
—¡Roger! — exclamó Brian abrazándolo por detrás logrando que Roger se estremeciera y alegrara aprovechando la ocasión, sonriendo para sí. Era divertido ver a Brian de esa forma hasta podía hacer lo que quisiera con él sin que se enfade. —Estoy tan feliz de encontrarte.
—Hmm no fue así, yo lo hice. Vamos tenemos que llegar a casa.
—No, enserio... gracias por cambiar mi vida, por... permitir conocerte eres la persona más hermosa que conozco ... Roger yo te...
El chico rubio alzó ambas orejitas como si fuesen antenas y se puso sonrosado, pero al querer terminarlo escuchar se ganó una sorpresa.
—¡Brian, te dije que no vomitaras! ¡Que asco! Ughh no me beses con esa boca.
—¡Te quiero Rog! —continuó
—¡Yo creo que ya no! ¡Déjame!— se apartó a la vez que el mayor intentaba apegarse más— ¡Oleré a vómito! ¡Brian!
"A decir verdad no tengo idea del por qué te quiero tanto, mi querido Brian"
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top