Capítulo 24

El estruendo en aquel club nocturno era realmente señal que significaba una calurosa y alegre bienvenida al fin de semana. Los gritos de las personas queriendo seguir las letras de las canciones de las bandas, llenaban de una adrenalina inmensa. Roger no podía pedir más era sin ninguna duda el día perfecto ya que casi se sentía acogido como en casa. Sentía que se identificaba con cada laberinto de gritos y saltos que aquel lugar era arrasado. Sin embargo, no podía cubrir todo ese paraíso por una cara de enfado que tenía frente a él.

No sabía que había hecho mal, la estaba pasando de maravilla, por fin era la oportunidad perfecta para ver a su Brian en el escenario, como siempre la persona menos deseada hacía trizas el momento. ¿Si solo lo ignoraba todo iría bien no?

—Permiso, quiero pasar al frente, hace rato le estoy diciendo, pero se hace el sordo al parecer, con todo respeto— dijo Roger sin poder contenerse.

El muchacho castaño mucho más alto que él se volteó sin más, que se había creído ese enano para hablarle de esa manera pensó de repente. Le estaba arruinando la cita perfecta con su novia la cual estaba mucho más allá extrañamente tardando en pedir dos simples bebidas, pero según Lennon aun así era una cita.

—Escucha, bola rubia, no tengo ganas de pelear y no me importa que cosas tengas en la cabeza para estar siguiéndome a dónde voy. Los parques de juegos están vacíos a estas horas de la noche, ve allá que aquí no es un lugar para niños.

—Lennon solo quiero pasar adelante, ¿Es mucho que pedir?

—Llegué primero puedes pedirle permiso a cualquier persona de aquí ¿Por qué justo yo? Ya me estoy cansando de tus acosos. Si no te lo doy qué me vas a hacer ¿Me vas a besar?

—¿De mis acosos?, al contrario tú eres el que me acosa en todo momento desde que entro y salgo de la escuela, acaso crees que no me di cuenta que tú y tus amigos me siguieron para no sé qué cochinada, en la salida.

—Piérdete, enano— dijo Lennon sin saber que decir, literalmente estaba rojo de la vergüenza en qué momento lo había notado.

—Ah, por cierto estoy seguro que sí te asustarías si te enseño muy bien como besar porque la otra vez que lo hice qué asco, me da lástima tu novia eres un pésimo besador. Ahora con tu permiso.

—Ni siquiera estábamos hablando de eso, ni sueñes eres en serio un ser despreciable desde que me topé contigo, no te dejaré pasar, lárgate te lo dije— contestó Lennon ofendido tras todo lo dicho por el menor. Sentía ganas de tirarle al suelo y darle una buena tunda para que aprenda a no meterse en la vida de los demás.

Ambos se limitaban a continuar la pelea cuando el escenario se iluminó dando comienzo a la otra presentación de esa noche. Prácticamente, Roger no estaba disfrutando nada, se lo perdía todo y lo peor no alcanzaba a ver en lo más mínimo. Se estaba perdiendo todo y para eso había pedido con súplicas a Brian en permitirle acompañarlo porque quería verlo brillar.

No iba a soportar en conformarse a estar parado frente a una espalda, no se quedaría así. Tal vez si aprovechaba un momento de descuido lo podría evadir, sí eso tenía que hacer. Aprovechando que Lennon se había volteado al frente para poder ver al escenario, pensó que con un empujoncito no se molestaría en lo absoluto, pues aunque lo negara muy en el fondo sabía que ese chico si quería su amistad o al menos eso pensó él.

Con todas su fuerzas disimulando cantar y pasarla genial, de golpe se interpuso entre Lennon y un señor que estaba a su costado, empujó fuerte hasta sintió que volvía a nacer.

—¡Qué me dejes pasar! ¡Tanto te cuesta! ¡¿Quieres que te lo explique con manzanas o qué estupidez?! — gritó Roger con todas sus energías jaloneándolo y pateándolo, pero no todo resultó como esperaba.

—Te tengo, pequeño perro, ya deja de jalar mi chaqueta que la arruinas, te dije que no te dejaría pasar— Lennon literal lo había tomado del cabello y el torso para que no se moviera. El rubio sintió que se estaba elevando, prácticamente lo cargaba con todas sus fuerzas.

—¡No! ¡Déjame, pasar solo quiero ver a mi Brian! ¡Auch eres malo, mi cabello, duele! — gritó el rubio al sentir que le colocaba su casaca en la cara cubriéndolo para callarlo.

—Cállate, ¡Te lo dije nunca entiendes apártate y vete a tu patio de juegos te lo advertí, me estás arruinando la noche! Yo mismo te sacaré de aquí, no sé cómo te dejaron pasar ¿Acaso no hay algún cartel que diga no menores de diez años?

—¡Suéltame, Lennon! ¡Quiero bajar, se lo haré saber a Brian espero que me note porque de arriba puede ver todo! ¡Lennon, escúchame!—dijo Roger pataleando a la vez que el mayor lo cargaba hacia la salida.

—Tú tampoco escuchas, te lo habrán dicho un millón de veces eres una molestia para el mundo...

—¡¿Lennon?! ¡¿Qué estás haciendo aquí?! ¿Qué es lo que llevas?

Interrumpió una voz fémina la dichosa ocasión, era la novia de Lennon que tenía dos vasos de bebida absolutamente refrescante, sus ropas eran muy bonitas pues llevaba un vestido celeste y el cabello suelto, pero al parecer no llevaba una cara de encanto. Por poco se le caen las bebidas al notar aquella escena, pues si no estaba mal veía como Lennon llevaba a un niño bueno casi lo jaloneaba a quién sabe dónde.

—Aliena...

—No, Lennon te dije que esperaras allá solo iba por las bebidas, es probable que ya hayan tomado nuestro lugar solo por estar... ¡¿Qué demonios haces con esa niña, Lennon?!

—No Ali, no es lo que estás pensando, quince años no es un niño.

—Tu dijiste que sí lo era— susurró Roger que se aburría al estar en los brazos del muchacho.

—¡No estoy hablando contigo!

—Es que no se puede, tú me prometiste que dejarías de estar pegándole a la gente. Veo que no has cambiado sigues siendo un bravucón, no entiendo por qué acepté en salir contigo.

—Aliena, no, él es un niño no es lo que crees, es una cosa absolutamente estresante y fastidiosa, me sigue a todos lados y hasta a veces...

—¡Claro que no! — respondió Roger esperando a que terminasen de discutir. Si lo pensaba bien, recordaba este momento como si hubiera pasado antes. Y sí lo recordó muy bien, el día es que fue a comprar ropa con Brian, día en el cual lo había asustado por completo, pero en situación opuesta. Sonrió de pronto al saber que podía hacer las cosas más interesantes y lo podía mejorar.

—Por favor, Aliena créeme, no malogremos nuestra cita que recién estaba comenzando sino fuera por esta peste.

—Lennon, la próxima miente de una mejor forma, no te creo, sé que engañas, si no quieres que esto termine respóndeme con la verdad— le respondió la chica bebiendo su bebida, acomodando su cabello, mirando detenidamente a la muchacha que llevaba en brazos no podía creer que a pesar de sus ropas tuviera un bonito cuerpo y eso le hacía enfadar.

El mayor la miró confundido porque al notar su rostro parecía que aún había notado del pequeño detalle del que llevaba era un ¡Maldito chico!— ¿Por qué eres así? Está bien te diré la verdad.

—Dilo.

—Lo sacaba para que respire un poco de aire el pobre casi se sofoca por la cantidad de gente ¿Contenta?

La chica estaba a punto de responder cuando de pronto Roger emprendió su plan de escape sin precedentes.

—¡No, por favor no me lastime! yo solo quiero encontrar a mi hermano y al parecer no lo conoce ¿A dónde me estaba llevando? ¿Acaso se quería aprovechar de mí? ¡Haré todo lo que me pida, lo juro!

Aliena de ver al chico dirigió su vista a su llamado novio, el cual solo se limitó a golpearle la espalda. La chica al ver esa escena de lo molesta ahora estaba enfurecida.

—¡Me has decepcionado por completo! —gritó Aliena.

—¡Aliena, por favor!

Roger al sentir que Lennon perdía fuerza, se zafó de aquellos asquerosos brazos corriendo al lado de la chica.

—Ayúdeme, él me quería lastimar.

—Sí ya veo, no te preocupes, ahora estás a salvo. Por cierto que bonito corte luce muy bien en ti— dijo la chica contenta inclinándose unos centímetros, ya que Roger era casi de su tamaño—Yo prefiero mantenerlo largo a mí no me molesta.

—¡Qué soy un chico!

—Oh, cierto perdón, es que al verte mejor luces tan dulce que... oh sí lo siento— rio Aliena al ver que el pequeño rubio lo miraba con una carita que a lo ojos de ella era como ver un cachorrito enfadado.

Lennon no tenía ni la más mínima idea de lo que sucedía, solo sabía que su preciada "cita" ahora se había ido al infierno.



— ¡Chicos! ¡Tomemos un descanso! En la siguiente ronda nos toca de nuevo, no pierdan las energías — dijo un animado Freddie que dando saltitos bajó del escenario junto a los demás chicos.

—Brian, solo tengo que decir que te luciste con ese solo, realmente eres el top de todos absolutamente todos los top en la guitarra. ¿Vieron cómo nos alabó el público realmente me sentí en el cielo— mencionó John alucinando a la vez que se estiró un poco.

—¿Y dónde quedo yo, Deacy? — preguntó Freddie celoso.

—Sí Freddie tú también te luciste, lo hiciste bien— le respondió sin saber que decir alzándole el pulgar.

—Eso no sonó tan convincente, pero igual me hizo sentir algo, algo es algo— dijo Freddie mirándole con los ojos achinados tomando su bebida justo cuando llegaron a su propio camerino —¡Hey, Brian que te parece si en la próxima canción tú ...

Brian no estaba allí, bueno sí su cuerpo, pero su mente no. Esta divagaba en otro sitio en un sitio muy peculiar, que su mente jamás se limitó a sentir. Esa sensación de que te hace falta algo, pero a la vez no sabes que es, pero a la vez sí, es decir no querer aceptarlo. Esa misma.

¡Dónde mierda estaba, Roger!

No dejó de pensar en él desde que subió a ese bendito escenario y sabía lo que pasaría. Estaba muy seguro que no lo volvería a encontrar, se regañaba así mismo por qué demonios lo dejó salir cuando a estas horas debía estar en su cómoda cama durmiendo. ¿Qué clase de tutor era? pensó había dicho eso tantas veces.

—¡Roger!

—¿Uh? Cálmate, Brian ¿Por qué dices el nombre del pequeño a estas horas? Disfruta este momento de descanso que no habrá otro— respondió Freddie como si nada pues él sabía que no estaba allí como niñera.

—¡No! Yo dejé a Roger aquí...

—Espera, respira Brian— lo ayudó John viendo que el chico excéntrico se limitaba a recostarse en una silla sin más—Primero, tranquilízate dónde lo viste por última vez...

—¡No ayudas John! Tengo que encontrarlo, si le sucede algo realmente será culpa mía, como se me ocurre traerlo a un club nocturno, soy un pésimo tutor, no sirvo para esto.

—Brian, tu tampoco estás ayudando lamentándote, no haces el mínimo esfuerzo, qué esperas hay que buscarlo, probablemente se haya aburrido o ha ido al baño o a beber algo. Vamos rápido a buscarlo, antes que nos llamen de nuevo.

—Está bien, en cuanto lo encuentre ni más lo dejo salir quedará castigado de por vida, no iremos al zoológico o al...

—¡Apurémonos! —le gritó John golpeando la nuca a su amigo para que reaccione, sin duda su amigo estaba en graves problemas—¡Hey, Freddie! ¿Vienes con nosotros?

—Oigan saben qué yo no estoy aquí para ser niñera de alguien o no sé qué idiotez, ¡Déjenme descansar, esta hermosa voz tiene que descansar por favor! — gritó Freddie que recostado en un cómodo sillón con una toalla húmeda cubriéndole los ojos, fanfarroneaba

Ambos chicos lo ignoraron marchándose de los camerinos con rumbo a la muchedumbre de gente que se empujaba al caminar o al saltar gracias a las canciones de las otras buenas bandas que se presentaban esa noche.

—¡Brian, escúchame con atención yo iré hacia los baños! ¡Tú ve hacia el público, búscalo bien! — dijo John casi gritándole porque había demasiada gente haciendo bulla junto a la música.

—¡Entiendo! ¡John, también iré a la barra de bebidas, nos encontramos aquí si tienes alguna noticia!

—¡De acuerdo!

Emprendieron la búsqueda, a la cual ambos la plantearon como imposible, sin exagerar. Brian conocía por completo a ese rubio chiquillo sabía que se movía de arriba abajo sin parar, era como un pequeño tornado y no había quién lo pare, cuando veía algo que le llamase la atención. Se interpuso entre toda esa multitud que realmente le entraban ganas de darles una golpiza a los que le pisaban sus adorados suecos.

Observó bien a las personas sus rostros, sus tamaños y agradecía lo suficiente por su estatura ya que al ser tan alto casi tenía una vista panorámica, lo cual pensaba que haría más rápida la búsqueda. Recorrió todo el lugar, pero todo era en vano no había ningún chico rubio. Ya se estaba dando por vencido cuando de pronto se le ocurrió una idea.

—Disculpe, de casualidad no habrá visto un chico rubio con grandes ojos color azul, casi parece un búho sus ojos son inmensos y...

—No, no lo he visto, la próxima cuide bien a su hermanito, hermano— contestó un chico que al parecer estaba más que tomado, Brian lo miró analizando y con desagrado no sabía por qué se le ocurrió preguntarle a un tipo borracho, en serio no lo toleraba, no entendía a la gente que solo tomaba sin medirse, lo aborrecía.

Fue hacia un grupo de chicos que al parecer estaban pasándola de lo más genial, lamentándose de interrumpirle la diversión, preguntó a uno de ellos orando por suerte.

—Oigan chicos, no habrán visto un chico rubio con ojos azules casi saltones—describió Brian a la vez que hacía extraños gestos con su rostro y sus manos— Es pequeño, mide aproximadamente...

—Oye no es por fastidiarte, pero la próxima cuide bien a su novio o lo que sea qué clase de marido será usted en un futuro, pobre se estará lamentando tal vez cuando lo encuentre termine con usted, una vez me pasó sabes...

—¡¿Qué mierda?! ¡¿No me escuchó bien?! ¡Es pequeño y su rostro es adorable bueno su cuerpo casi al punto de parecerse a una mujer, pero no lo es, es hombre, así dice él!

—¡Qué buen paquete, disfrútelo por completo, no presuma frente a los pobres, lo dejo!

"¿Qué carajos dice este tipo? ¿Y qué carajos estoy diciendo?"

No se iba a dar por vencido si lo iba a lograr lo encontraría tenía esa corazonada. No se cansaría de preguntar, caminó dirigiéndose a un grupo de chicas que bebían y reían. A la vista no parecían tomadas o algo por el estilo se veían sanas y saludables para que le contestaran a su descripción y sus preguntas.

—Disculpen señoritas, quisiera saber si de casualidad se han topado con un chico con cabello rubio con un corte algo extraño, ojos azules muy muy grandes...

—Amiga, ¿Creo que estoy viendo lo que creo que es? — irrumpió una chica que en realidad no había escuchado ninguna pizca de las palabras que el ruloso dijo.

—No, amiga no estás alucinando.

—Es Brian May ¿Cierto?

Brian no entendía que demonios las chicas susurraban y se decían entre ellas, solo supo que no lo escucharon. Observó sus rostros de las tres muchachas frente a él, sus cabellos casi se le crispan del susto. En realidad entró en pánico, no entendía qué había dicho pues vio a una que se puso a llorar a otra que se le quedó mirándolo petrificada y la última con la vista al asecho.

No, no iban ayudar.

No retrocedió ningún paso cuando de pronto las tres se le abalanzaron y literalmente lo acorralaron con sus brazos. Lo habían dejado sin habla por qué no lo soltaban, solo quería ir en buscar de Roger por un demonio.

—Perdón, señor May nos emocionamos, alabado seas.

—Nosotras lo admiramos mucho, siempre estamos al día con los conciertos que usted con su banda va.

—Siento que todos nuestros sueños se hicieron realidad, está en frente de nosotras, dime que no es sueño.

Brian miró la escena un poco dudosa que rayos pasaba, ¿Tan grande era su banda para ser reconocido? No tenía ni idea que estaba pasando, pero por un momento olvido el asunto de buscar a Roger para concentrarse en sus tres admiradoras. Las escuchó por unos cinco minutos no podía creer que su pequeña banda había dado frutos, se lamentó después de decirles que se tenía que marchar por ello terminó de firmarles en la frente, agradecido por sus palabras.

"Eso había sido extraño, pero se había sentido muy bien, concéntrate, Roger"

Brian volvió al punto de encuentro después de que recibió una llamada en el teléfono de Freddie exigiéndole que volvieran, ya era más de la hora indicada y tenían que presentarse. No tardo mucho para que John también se uniera con él, sus gestos denotaban que tampoco habían buenas noticias.

—Bueno, ya sabes lo que diré, no lo encontré por ningún lado e incluso fui al baño de mujeres por si acaso y nada, sin resultados— dijo su amigo desganado y preocupado por Brian estaba seguro que no se concentraría en lo absoluto en la siguiente presentación.

—Lo mismo me pasó a mí, pregunté a cada persona, no encontré a Roger. Me pregunto dónde se habrá metido ese chico, por cierto este club es un poco extraño.

—¿Así que estuviste haciendo? — preguntó John burlándose.

—Nada, solo pregunté a cada chico o chica, pero me decían cada respuesta que hacían explotar mi cabeza.

— Sí ya veo— respondió John mirando a Brian con todos los rizos desordenados— Bien, ya nos toca, no te preocupes Brian sé que estará bien.

—No digas eso, sí me preocupo qué estará haciendo o qué le estarán haciendo, no debo confiarme, tal vez la está pasando muy mal.

—¡Oigan chicos! Ya llegué ya que ustedes no vinieron a mí.

Dijo una voz conocida por ambos, era Freddie que estaba de brazos cruzados, enfadado.

—Sí y tú bien amigo que eres con Brian, gracias por tu ayuda— le respondió con sarcasmo, John.

—¿De qué hablas? No seas mal hablado, es obvio que también ayudé a Brian, acaso no se les ocurrió en avisar en la caja cuando alguien se pierde, lo hice, de nada.

—Gracias Freddie—dijo Brian un poco desanimado.

—No me lo agradezcas, por eso somos amigos, relájate y vamos al escenario de una buena vez.

"Roger, ¿Dónde estás?"

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top