Capítulo 21

La rutina de siempre por las mañanas para Brian y Roger fue normal, es decir no pelearon o hicieron drama alguno desde que el rubio hizo una reflexión antes de dormir. En sus sueños planteó la idea de ser bueno con Brian y no enojarse por mínima cosa que se genere. A menos que él lo haga molestar pues les esperarían aún más consecuencias y no solo el de ignorarle como lo había hecho antes sino mucho peor, pero esto se vería más tarde si es que se daba el caso.

Al llegar a la escuela las voces de los estudiantes en los pasillos corriendo o de las puertas de los casilleros abriéndose y cerrándose dieron pase a otro día escolar. Recordó donde era su aula, ese día le tocaba lenguaje. Al ingresar las miradas no se fijaron en él pues cada chico hacía lo suyo. Se sintió extraño, no fue como el primer día donde todo el mundo lo vio como una rata del salón de experimentos. "Creo, que Brian tenía razón sobre vestir bien, pero aún extraño mis antiguas ropas eran más frescas y llamativas" pensó, extrañaba el sentirse el punto de atracción. Estaba triste y feliz a la vez.

—Buenos días estudiantes, habrán sus libros en el tema donde nos quedamos— dijo un profesor con lentes de aspecto cansado. La clase definitivamente iba ser aburrida.

Y así fue el profesor dictaba la clase, solo leía mientras que algunos chicos tenían el libro de pie en la carpeta, evitando ser vistos durmiendo, otros más atentos tomando apuntes y Roger se encontraba en unos crisis existencial sobre si cortar su short o no. Veía sus tijeras y su short muchas veces. "¡Quiero que me miren!, pero por estas ropas sigo siendo uno del millón"

No lo pensó más tomó el par de tijeras, pero sus manos torpes hicieron que cayeran, por suerte no llamó la atención. Al recogerlas notó que el asiento de al lado estaba vacío. Sino mal recordaba en un curso la profesora había asignado como compañero a Lennon, le parecía raro que no haya venido. Tal vez lo asustó demasiado. No, no estaba convencido quién se asusta si es besado por otro... bueno dos veces.

"Esta vez me pasé, debí solo darle una golpiza, no sabía que los besos eran tan potentes ¿Se habrá traumado?... No creo todo el mundo besa para pedir disculpa o decir que está arrepentido"

Se acomodó en su asiento olvidando la locura de corta su short. Pensando sobre lo que estaría haciendo. Lo imaginaba en una cuarto oscuro en posición fetal, sin querer ver al mundo. "No debería exagerar". Esta escena le causó risa y no pudo evitar dar una pequeña carcajada cubriéndose la boca para no ser escuchado.

El reloj avanzaba demasiado lento, por lo que se limitó en observar la ventana por suerte su salón quedaba muy arriba donde se podía observar el patio principal, los árboles, la luz del sol reflejando las áreas verdes y algunos estudiantes esperando su horario para poder ingresar. Estaba tan atento que notó algo en particular entre todos los estudiantes. Una cabellera castaña y una cara tonta, que podía diferenciar claramente.
"¡Acaso no ha entrado a clases!" "¿Y si no ha entrado por mi culpa?... ¡Ah! ya recordé él va un curso más adelante ¡Qué idiota!"

Tanto pensar en el chico sintió nauseas, pensó que por su culpa no había prestado atención a una clase que quizá estaba más interesante que él.

Al finalizar tras el toque de la campana, Roger antes de dirigirse a su otra clase tuvo que ir por unos libros y cuadernos que estaban en su casillero. Sin embargo, al notar cierta presencia en el pasillo de los casilleros se negó a pasar por allí. Dejó algunos cuadernos pues sabía que se encontraría con una desagradable sorpresa, por ende quiso evitar conflicto.

Tomando solo los cuadernos de esa mañana, se dirigió hacia su otro salón. Volteando de vez en cuando al se dio cuenta que ni Lennon y ninguno de sus amigos se inmutó de su presencia. Estaba lejos, pero todavía dudaba porque no lo notaron si el incidente de hace dos días debería haberlo dejado perplejo, pero Lennon solo estaba ahí relajado sin importarle nada más que las bobadas que decían sus amigos.

Parado allí solo con los brazos alrededor de sus libros siguió su camino ya dejando de voltear pues temía que se dieran cuenta. Era un sentimiento extraño, era como sentirse solo y no tener algún motivo para ir a la escuela para divertirse. Si era sincero consigo mismo había disfrutado todo lo que había pasado anteriormente como tener una pelea con Lennon y su grupo, el ser castigado, el fastidiar a Lennon al devolverle el dinero. Todo eso le hacía sentir una satisfacción la cual ya no se encontraba dentro de él al ser totalmente ignorado.

"Creo que todo el plan de divertirme se acabó" pensó viendo a los chicos aún concentrados en su charla.

Y así con ese pensamiento en mente se retiró del pasillo hacia el de los salones.

Al que supuestamente ya no le importaba nada parecía estar hablando de temas intrigantes o molestando a otros chicos de la escuela. Sin embargo, era totalmente todo lo contrario.

—¿Sigue volteando?—preguntó al que denominaban líder del grupo como alguien fuerte y valiente.

—Sí todavía, Lennon deberías ver cómo está la cara del pequeño marica ahora mismo, luce como si nos quisiera decir algo—dijo uno de sus compinches riéndose de la escena— Verlo así me da lástima.

Al escucharlo Lennon se limitó a seguir mirando fijamente a uno de sus amigos tratando de creer que estaban en una conversación casual— ¡No te rías, finge que estás hablándome! No entiendes ese niño es capaz de cualquier cosa, quién sentiría pena por él.

—¿Qué sucede? Lennon, me parece o estás asustado de ese chico. Es casi como si estuviéramos escondidos— ya no aguantaba la risa uno de sus amigos tapándose la boca con ambas manos para no estallar.

—No digas estupideces, sino quieres recibir un buen golpe por parte de todos—hablo Lennon enfadado dándole una pequeña patada en las canillas— ¡Y no nos estamos escondiendo solo lo evitamos!

—Si así lo dices. En fin está bien cerraré mi boca— dijo con dolor el contrario levantando la pierna golpeada.

—¿Y qué piensas hacer? ¿Te quedarás así toda la vida hasta que terminemos el año? ¿O harás lo de siempre?—dijo otro de sus compañeros que era un poco más razonable.

—¡Solo díganme si ya se fue para poder hablar en paz!— gritó el castaño conteniendo las ganas de golpear a alguien, alterado.

—Sí ya se fue, pobre creo que quería un poco más de atención, se veía tan solo— dijo uno de ellos.

—Ugh cuántas veces tengo que decir lo mismo, es solo un enano marica queriendo llamar la atención porque no tiene nada mejor que hacer que andar besando a no sé cuántos de esta escuela.

—Si fuera una chica lo dejaba pasar, no lo ven no puedes negar que su cara es un punto débil— dijo uno que de inmediato calló al ver la mirada fría de Lennon.

—Tú te ganarás un golpe por todos en la salida ya te había advertido por estar hablando idioteces.

—No, no, no por favor, solo no me den la palabra ya no opinaré más— suplicó el chico tomándole del brazo para que no lo haga.

—¡Déjame!—lo apartó acomodándose sus cabellos castaños— A lo que iba, debemos hacer algo para que no se nos acerque nunca más y nos tema.

—Yo digo que en la salida lo esperemos y entre todos hacemos una emboscada ¿Qué dicen?—dijo el más bribón.

— Hmm, suena bien de esa manera podríamos arruinar su lindo rostro— dijo Lennon con la mano en la barbilla, ganándose las miradas burlonas de sus amigos.

— ¡No me miren así no es lo que piensan!



Las horas pasaron lentas en la escuela, mientras que Roger solo andaba pensativo. De vez en cuando miraba de nuevo a la ventana al cansando ver el jardín de la escuela, esta vez vacío pues a esa hora todos os estudiantes estaba en clase. Un lugar amplio y sin nadie. ¿De ahora en adelante estaba solo?

Su corazón se le encogió al pensarlo formándose un nudo en la garganta, si miraba a su alrededor todos tenían amigos y compañeros. Sin embargo, él tras casi tres semanas estudiar ahí no tenía a nadie. Veía a su compañeros como entre ellos conversaban para realizar trabajos grupales, mientras que el cómo podía trataba de avanzar sus tareas solo.

Habían tantas cosas que aún no sabía de este mundo. Muchas acciones que no podía entender el significado.

—¡Hey!— salió de su burbuja al sentir un pinchazo en su espalda. Con el lápiz en mano sin siquiera culminar su trabajo asignado, volteó para encontrarse con un chico sonriente.

Se sorprendió al verlo con las mejillas sonrosadas, ya que no era común que en su aula alguien le dirigiera palabra— Dime ¿Qué sucede?

El chico detrás de él examinó su rostro, la blancura de su piel las pestañas ligeramente hacia arriba y sus mejillas que ahora se tornaban rosadas. No pudo evitar reírse pues casi ese pequeño niño parecía una chica, balbuceando dijo.

—¿Roger, cierto? Creo que se te ha caído un objeto bajo tu pupitre.

El rubio lo miró dudoso a continuación buscó bajo la mesa. Definitivamente había algo, pero no era algo que le pertenecía.

—¿Hablas de esto?— dijo levantando un empaque cuadrado suave color rosa lleno de corazones— No sé qué es, no es mío.

El chico contrario sin siquiera mirarlo rio por lo bajo. Roger enfurecido supo que se trató de una broma.

—¿No es tuyo? Pero si es muy femenino ¿Estás seguro?— finalizó el muchacho estallando en risa junto a otros que hacía grupo.

Rojo de la ira sin importarle dónde se encontraba, se abalanzó donde el muchacho generando un ruido fuerte en el aula. Lo tomó del cuello arañándole y pegándole sin saber si era lo suficientemente fuerte.

—¡A quién llamas femenino! ¡Soy un hombre, te quedó claro!

Como pudo el contrario trató de zafarse de los golpes torpes viendo con irá como se defendía— ¿En verdad eres un chico? Con ese cabello casi hasta los hombros y esas ropas que traías puestas ¡Cómo puedes llamarte así!

—¡Eres un idiota!— exclamó Roger con todas sus fuerzas era una irá contenida desde hace ya unos minutos estaba desahogándose. Habían muchas personas que lo llamaban así, sin embargo, dejarlo en ridículo frente a todo su salón era suficiente. ¿Si él hacía lo mismo que hizo con Lennon?

Tenía que dejarlo en ridículo también. Tal vez de esa forma lo podría dejar avergonzado y...

—¡Suéltame! ¡Pedazo de mierda!

Pronto tras estar distraído en lo que iba a hacer de forma sorpresiva el chico más fuerte que él lo aventó de espaldas. A la vez sintió un golpe duro en la mejilla.

—¡Alguien llame a un profesor!

Se escuchó en el salón. Un alboroto se había formado Roger con el polo casi arrugado con un morado en la mejilla se reincorporó al escuchar a un profesor entrar al aula.

—¡Hey, ustedes!

Fue llevado de inmediato a la dirección del colegio. Sí, era otro mal día.

—Un bonito rostro, pero una pésima actitud. Ya van dos veces que se mete en problemas joven Taylor. Si sigue con ese comportamiento tendré que suspenderlo por violencia en el aula. ¿Me escuchó?— habló el director apuntando.

— No fui yo, fue ese chico que se metió conmigo. Estaba molestándome diciendo cosas que... ¡¿Acaso no ve que yo también fui afectado?! ¡Mire este moretón que me ha hecho! ¡Yo solo le di unos golpecitos que al parecer no le dolieron en lo absoluto¡ ¡Es injusto, por qué no lo agarran a él!

El director cansado, se levantó al escuchar tal tono— No me levanté la voz, soy su mayor. Si sigue así no llegará lejos, desde que ingresó aquí solo trae problemas ¿Acaso sus padres no le enseñaron modales?

—Señor... yo no tengo padres.

El mayor cayó por un instante al recordar la vez que una mujer lo matriculó allí explicándole su situación. Estaba equivocado. Suspiró.

—Roger, sé que para ti es difícil hacer amigos, sin embargo, inténtalo. Trata de conversar con algunos de tus compañeros de clase tal vez uno de ellos está esperando por tu amistad.

El rubio miró al suelo sobándose el morado— Hasta ahora no he podido hablar con un chico de mi edad... Sin embargo, si alguien está interesado en ser mi amigo creo que hace días me hubiera hablado. No después, de ya tanto días que llevo aquí.

—Sí... No podría decirte que te entiendo por completo puesto que no he pasado lo que tú. Pero haz tu mayor esfuerzo Roger para eso te trajeron a esta escuela para que estudies y seas capaz de socializar con más personas de tu edad. Esfuérzate ¿Si?

—No le puedo prometer nada. ¡A veces no sé por qué todos se alejan eso me hace sentir enojado! ¡Pero lo intentaré! Ya no quiero sentirme solo.

El señor le asintió sonriéndole, iba ser paciente con él pues vio sus ganas de seguir—Bien, después de escribir una reflexión por lo que hiciste y un compromiso de lo que más adelante harás te podrás retirar. Recuerda lo que acabas de decir ¿Está bien?

—De acuerdo, ¿Me da un lápiz y papel, profesor?

El director dio el tiempo suficiente a Roger para que escribiera. Mientras lo veía concentrando, como un niño responsable, no entendía el porqué de sus peleas, si era un alumno hasta el momento perfecto en asistencias. Además, ahora mismo pudo comprobar que tenía una buena capacidad de hacer conversación pues a la vista no era tímido. ¿Por qué le costaba tanto?

Al culminar tiempo después, el rubio estaba agradecido de perder gran parte de la hora del curso de literatura. No era porque no le gustase al contrario no quería encontrarse con sus compañeros. Sabía que había prometido lo dicho anteriormente, sin embargo, tras culminar la tarde de esa forma optó por empezar a ser más social el día de mañana.

Tomó sus pertenencias, al ver que su salón ya estaba vacío solo con algunos alumnos haciendo la limpieza. Entró corriendo y salió con su mochila de una vez por todas para culminar el día. Ya era hora de salida.

Unos metros más allá a la deriva un plan ya se estaba poniendo en marcha. Lennon y su grupo de matones estaban al tanto de la salida del pequeño rubio. Esperándolo a una esquina de la calle dónde Roger acostumbraba pasar.

—¡Ese niño se demora un año! ¡Tal vez hoy ha tenido una clase extra! ¿Estás seguro que siempre pasa por aquí?— preguntó uno de su acompañantes.

—¡Sí! ¡Siempre veo que pasa por esta calle! Así que no duden de lo que les digo— respondió Lennon lanzándole una mirada asesina.

—¿Y cómo sabes? ¡Ah! ¿Acaso hace tiempo estás que lo espías? Lennon no sabía que...

—¡Te va caer un golpe! Idiota.

—¡Hey! ¡Ahí viene prepárense!— gritó otro de los muchachos que era un poco más gordo.

—¡Bien ya saben! Tú le dices que alguien lo está llamando y lo traes aquí, mientras que nosotros te esperamos para emboscarlo. De seguro caerá porque a veces es un bobo y no sabe ni con qué camina— habló el castaño seguro que está vez vencería.

—¿Lennon y tú qué harás?

—No te preocupes, yo observaré su sufrimiento. Por qué hacer algo si yo ejecuté el plan. Para algo ustedes deben servir ¿No?— respondió ganándose una mala mirada por parte de todo su grupo de nuevo— ¡Andando, inútiles!

Ordenó a su grupo a la vez que sus perros fieles se ponían en marcha. Bien estaba claro en su mente que esa no era la razón pues, con el último encuentro que según él lamentablemente no se le borraba de la memoria, lo aterraba. Era experto en que no se le notase pues su actitud lo hacía pasar, pero esa era la verdad muy en el fondo estaba asustado. Asustado de ser besado frente a todos otra vez con esos labios torpes prefería no intervenir. Ese chico era capaz de cualquier cosa y tenía que estar alerta.

No aguardaron mucho pues Roger ya pasaba por ahí. Vieron cómo se encaminaba tranquilamente a casa. La mochila la tenía puesta a la espalda y la cabeza un poco gacha haciendo que su rubio cabello cubriera su rostro. Claramente iba pateando piedritas en el camino. Todos estaban tan atentos a la escena que olvidaron por completo el plan.

— ¡Es tan bello!

—Guarden silencio ¡Imbéciles! ¡¿A qué hora el plan?!—gritó por lo bajo Lennon desesperado a todos sus amigos que ni caso le hacían— Ya es momento.

—¡Lennon aguarda! Creo que alguien más se nos adelantó.

De repente, como si nadie lo observara Roger subió su vista hacia arriba como si hubiera algo interesante en el cielo. Su rubio cabello se apartó de su rostro dejando ver el gran morado que traía en su blanquecino rostro.

—¡Maldición!— gruñó para sí el castaño enfadado sabiendo que él no había sido el dueño de ese buen golpe.

—Bueno, ¿Ahora qué? ¿Ya podemos irnos?

—Ya para qué, hay más gente que no lo tolera ¡Larguémonos!




—¡Brian! ¡Brian ya estoy en casa! Y espero esta vez no encontrarme con sorpresas tuyas— saludó Roger ingresando al pequeño departamento a la vez que verificó de habitación en habitación si había alguien más como le había ocurrido la última vez— No hay sorpresa hoy, qué alivio.

Ingresó al cuarto de Brian para poder saludarlo encontrándolo con muchos papeles su guitarra tirada al lado, mientras culminaba de hacer llamadas. Prácticamente también fue una mañana difícil pues sus cabellos rizados estaban por completo esponjoso y el calor del día aumentaba la tensión en su cuerpo.

De inmediato, el rubio observó el bochornoso lugar con los ojos puestos en el contrario, inclinó la cabeza hacia un costado para que le tomara atención.

—¿Cómo te fue hoy? ¿Hiciste algún nuevo amigo con las nuevas ropas que te compré?— preguntó alcanzando a ver como Roger se cubría la mejilla.

—No, al contrario— balbuceó mirando entre todos los papeles que llamaron su atención— Brian, tu cabello hoy luce como una nube negra muy esponjosa, ¿Qué estuviste haciendo?— dijo Roger olvidando un detalle al querer tocar el cabello del mayor.

De repente, Brian lo tomó del brazo en un abrir y cerrar de ojos.

—¡Hey! Duele.

—Tienes una herida, ¿En serio? Roger te mando a la escuela para que hagas amigos no para que les estés pegando.

—No, no lo es que crees... es que ya sabes soy un poco torpe a veces.

—¿Me contarás que ocurrió? Tu bonito rostro está casi arruinado, ahora cómo te ganarás la confianza de las personas. Dime la verdad— El rizado esta vez lo tomó de los hombros casi inclinándose a su atura para verlo directo a los ojos. Roger sin esperar lo anterior lo miró esos grandes azules llenó de sorpresa sentía su rostro caliente, estaba seguro que estaba como un tomate.

"Brian, está tan cerca ¿Podrá escuchar mi corazón latir desde aquí?"

—¡Quiero la verdad, Roger!

El rubio lo escuchó gritar pues aún no respondía —Estás actuando como la última vez que...

—¿Me dirás?

—Es solo que...

—Bien, seguiré donde me quedé, hay hielo en la cocina colócatelo en la herida— El mayor se giró ignorando al pequeño ahí con una mano en el antebrazo y la cabeza gacha de arrepentimiento.

"Tengo, que decirle, prometí decirle todo lo que me pasara"

—¡Esta bien! ¡Me golpearon! ¡Pero, yo no lo inicié esta vez fue un compañero de clase que empezó a fastidiarme y...

—¡¿Otro chico?! ¡¿Qué problemas traes con ellos, Roger?!

—¡El empezó y yo solo me defendí, pero entonces se me abalanzó y me hizo esto que ahora vez frente a ti! Es difícil...— no pudo evitar que su voz se entrecortara estaba tan contenido de tristeza que se dejó llevar— Créeme Bri.

—Te creo, Roger. No llores, perdóname yo no debí hablarte así— El ruloso se acercó a Roger que ahora estaba soltando pequeñas lagrimillas de los ojos. Lo apegó a él específicamente hacia su pecho pues la estatura era totalmente diferente. Roger se sorprendió al notar su actitud, era tan cálido.

—¡Auch! me duele la herida.

— Perdóname por eso también— sonrió Brian viendo que había dejado de llorar, era un perfecto actor, por esa razón lo alejó o al menos eso intentó.

—Quedémonos un rato así.

—Pero, tu herida, tenemos que colocarle algo frio para que desinflame, vamos.

—No es importante eso ahora, Brian.

Brian se cansó de su comportamiento ya acostumbrado— ¡¿Qué estás diciendo?! ¡Suéltame, apúrate tengo que hacer más cosas importante aparte de curarte!

Al final, Brian a la fuerza desprendió los delgados brazos del rubio, el cual aún andaba feliz. Junto fueron hacia la sala. Roger esperó a qué Brian trajera la bolsa de hielo.

—Sabes, algún día quisiera golpear como ese chico, ¡Duele!— dijo Roger mientras sintió la bolsa fría en la herida— Quiero dar golpes así.

—¡Cállate! No digas tonterías tu no golpearas, por ahora concéntrate en hacer amigos en el colegio. No quiero que los espantes— le dijo a la vez viendo al rubio hacer cara gruñona.

—¡Pero, eso es lo que hacen los hombres! ¿No es así?

—¡Yo no ando golpeando a la gente!

—Entonces tal vez no eres uno de verdad— dijo Roger ganándose un fuerte dolor de nuevo en la herida.

—Roger, ¿Por qué andas diciendo esos temas ahora? ¿Ese golpe te hizo perder la razón? Parece que así fue.

—Sí lo fue, es solo que... — Roger dudó en lo que iba decir— Brian.

—Dime— contestó mientras concentrado acomodaba la bolsa de hielo.

—¿Tú crees que parezco una chica?

Brian se detuvo en seco al escucharlo. Ahora todo estaba claro el porqué de tanto interés en dar golpes.

—No, con ese cuerpo delgado, y esa contextura curvilínea adicionando el cabello largo, No claro que no— respondió jugando con sus palabras sabiendo cuál sería su reacción. Le encantaba fastidiarle.

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