Capítulo 13

Se generó un ambiente incómodo. Las personas alrededor de ellos continuaban caminando como si nada, una que otra, miraba a los cuatro chicos que se encontraban a un lado del mirador pues sus miradas eran retadoras por no decir que un ambiente incómodo se había formado.

Roger escuchaba todo sin entender, "¿Quiénes son?" Pensó mientras Brian lo bajaba lentamente al piso, este atinó a acomodarse su inmensa polera, planchándola con ambas manos, se podía apreciar sus cabellos rubios desordenados y esos ojos azules entreabiertos observándolos.

Se encontraban un Freddie con los brazos cruzados, esperando una respuesta y un John masticando un algodón de azúcar, mirándo al ruloso con el ceño fruncido.

—Mientras nosotros estábamos en la oscuridad de la situación, tratando de averiguar qué diablos te pasaba— se quejó Freddie, quien no apartaba la mirada del pequeño rubio.

—Los chicos, por lo que veo, ya se estaban llevando muy bien— agregó John mirando a cada uno, como si sospechara algo, masticando retazos
de algodón de azúcar.

—Ahora, dinos ¿qué diablos está pasando?— se le acercó a él con ojos amenazadores.

El rostro del ruloso se encontraba de un color rojo— Solo lo estaba ayudando, eso es todo.

Roger se sentía incómodo, miraba a Freddie que lo observaba con ojos enormes, entró en miedo— Vámonos Bri, ya vámonos a casa— habló el rubio halándole el brazo.

—Ya te delató, Brian ¿Nos piensas explicar?— preguntó John—No nos mientas.

Lo primero que pensó, fue marcharse de ahí, rápido. No le importaba, tomaría a Roger y se lo llevaría a casa ignorando todas las acusaciones. Si, un plan bien ejecutado. Estaba a punto de hacerlo, cuando sus compañeros fueron más rápidos y lo tomaron de ambos brazos.

—Esta vez, no te nos vas a escapar Brian— mencionó Fred quien le sostenía de un brazo. Igualmente Roger, imitando a Brian iba a salir corriendo de allí, pero John lo sostuvo.

El rubio se enfureció pues quería seguir disfrutando del parque—¡Suéltame! No hemos hecho nada malo, ¿Quiénes son la policía?

John miró al chico, como este forcejeaba, si que era obstinado. Roger se sacudía sin parar. Perdió la fuerza por un momento. Por la que el rubio pudo escapar ocultándose detrás de Brian.

—Está bien, está bien se los diré, pero sería mejor en otro lugar— se tomó la cabeza con ambas manos—Porque aquí ustedes hacen tremendo drama.

—De acuerdo querido, entonces ¿A dónde vamos?— se relajó un poco Fred.

—A mi casa, ahí vamos estar tranquilos, se los explicaré todo— respondió Brian que giró, viendo a Roger que ya con sus ojitos lo miraba atentamente confundido.

Los chicos se dirigieron a la casa de Brian. Al principio fue un problema pues ya los más grandes se dirigían al auto para llegar rápidamente allí. Pero Brian pronto se dio cuenta que Roger no estaba acostumbrado en ir en un vehículo, así que a pesar de las quejas que daban John y Freddie, fueron a pie.

Durante el camino ellos no dejaban de mirar a Roger, que se encontraba más adelante que ellos en el camino, lo veían y se quedaban un poco confusos pues este no actuaba como un chico de su edad.

—Y... ¿Cuántos años dijiste que tenía?— preguntó John que se encontraba analizando a Roger que estaba caminando sobre un pequeño muro, jugando a soportar el equilibrio, con ambas manos estiradas.

—Dieciséis, ¿Hay algún problema?—

—Pues no parece, ¿Qué le das de comer? Esta demasiado pequeño, no parece un niño de su edad, es muy delgado.

—Estoy cansado— interrumpió Roger caminando hacia ellos ¿Ya vamos a llegar? ¿Qué me ven?— preguntó al ver que los amigos de Brian lo miraban sin pestañar.

—Bueno, creo que la manera de presentarme no fue la adecuada. Soy Freddie un gusto— sonriente le extendió la mano.

—Hola, soy Roger—

—Yo soy John— saludó— Por cierto me disculpo, por sorprenderte así hace unos momentos atrás, creo que no fue la mejor forma.

—Sí, no es tu culpa es solo que Brian, siempre anda ocultando cosas—dijo Freddie enfatizando su nombre.

—Oh chicos no se preocupen, yo... solo estoy aquí porque Brian está cumpliendo una promesa que me hizo muchos años atrás, solo que ya se le olvidó ¿No es cierto, Brian?— respondió dirigiendo su mirada a él.

—Hablaremos en la casa.

—Ay pero que aguafiestas Brian, deja que conversemos un poco con el menor— dijo Fred empujándolo hacia un lado— Encanto, tu cabello se ve tan suave

—Oh es que ayer me di un baño después de meses y me eché esa cosa llamada sham...— se quedó por un momento pensativo— A si llamada shampoo— dijo con claridad la última palabra.

Ambos rieron— Ow eres tan tierno.

Esto hizo que Roger se sonrojara—A veces se me olvidan las palabras que son así, son muy difíciles de recordar.

Brian solo atinó a lanzar un bufido, era un momento para el incómodo pues el rubio siempre reaccionaba de una manera completamente diferente hacia las personas, pero en este caso al parecer les agradaba sus amigos, no reaccionó tal mal después de todo.

Minutos más tarde llegaron al departamento dejaron de lado sus cosas y se acomodaron en la sala.

—Escuchen, chicos ahora les voy a contar cómo conocí a Bri— se sentó al costado de Fred— Es una historia muy bonita, que de seguro llorarán— habló Roger entusiasmado y con gracia, pues nunca había tratado con personas así, era muy emocionante para él.

—¿Asi? ¡Cuéntanos todo lo que quieras!— Todo el camino habían hablado se llevaron demasiado bien después de todo.

—No, de ninguna manera, yo lo haré— dirigió la palabra Brian serio.

—Pero Brian! Ya me han caído bien quiero contarles...

—No y ya ve adentro a cambiarte que ya es de noche—

—¡Brian!

—No quieres un baño ¿O sí?

—Brian!— interrumpió está vez Fred— Deja que el muchacho nos cuente.— guardó silencio al instante porque Brian lo miró seriamente.

Roger salió de la escena haciendo pucheros como si de un niño pequeño se tratase.

—Y bien, todo este pequeño show, me ha dejado impactado ya ve al grano quieres?— habló John ya que tomaba el asunto con seriedad— ¿Qué te traes con ese niño?

—Verán, fue mi madre ella me mandó que lo cuidara cuando él era todavía pequeño, yo tendría unos quince o dieciséis. Según me contó él dice que yo lo acogí muy bien. Que se encariñó mucho conmigo, y que le hice una promesa de vivir con él. Por eso estoy cumpliendo lo que le prometí.

—¿Pero... pero Brian quién se va a encargar de sus estudios?— Preguntaron ambos chicos a la vez.

—Mi madre se encargará de todo. Ella también lo sabe todo. Me ha estado ayudando a recordar cada momento que he vivido con Rog.

—Mira, Brian a mí me agrada, pero ¿y nuestra banda?

—Ay chicos ahora no estamos haciendo nada.

—Pero, más adelante si, por eso necesitamos de tu tiempo.

Esta discusión lo estaba dejando pensando. Por ningún motivo pensó en dejar al más pequeño otra vez al orfanato pues sería abandonarlo o través. Por otro lado se estaban llevando muy bien juntos, pero lo más importante es que estaba aprendiendo a ser más responsable.

—¡Brian!¡ Ya me cambié! Ahora sí ¿de qué hablan? Escuché mi nombre— corriendo apareció Roger en la sala se había colocado solo una sudadera enorme. Se lanzó al sillón.

—¡Hey! ¿Y tú pijama?— dijo mirándolo de arriba abajo.

—¡Rog!—gritó Fred

—Ve a cambiarte— le mandó Brian

—¡Déjame hablar Brian!—exclamó Fred Te vez tan tierno con eso querido ¿Puedo tomarte una foto?— mencionó pues se había asombrado con el rubio por su belleza desde el principio.

Roger le sonrió a Freddie, pero cuando giró para ver a Brian su cara cambio totalmente—Ya te dije que no tengo mucha ropa. La otra vez me dormí con la misma ropa del día y no te diste cuenta ¿Ahora sí?

—Mira niño, obedece a tu... como sea que se llame lo que es Brian— John habló esta vez.

—¡Ya no me agradan!— gritó saliendo otra vez, golpeando la puerta. Los demás chicos lo miraron asombrados.

—Tengo una idea! Qué tal si le ayudo a escoger algo adecuado para dormir—

—Ugh, está bien, pero no demores demasiado.

Freddie siguió al pequeño Roger.

—Sí que tendrás que ser duro con él, Bri— aconsejó John colocando una mano en su barbilla.

—Si eso al menos intento— balbuceó Brian mirando hacia otro lado como queriendo evitar el tema— es que a veces suele ser... muy extraño en ocasiones.

John se quedó sorprendido ante esta última declaración— ¿Me puedes explicar a qué te refieres?

El sonido del teléfono interrumpió la conversación que se estaba volviendo mucho más interesante. Brian agradeció al cielo, porque el teléfono sonó, ya estaba comenzando a hablar de temas que los demás no deberían saber.

—Espera un momento, es el teléfono— salió de allí contestando la llamada.

—¿Si?

—Hola Brian habla la abogada de tu mamá

— Ah hola doctora ¿Qué sucede?

—Bueno aquí todo bien ya hemos hecho todo unos documentos para que el jovencito Roger ya pueda estudiar, avisándole que sus clases empiezan mañana en la mañana.

Esta noticia lo dejó con los ojos abiertos, pues no sé lo esperaba, su madre sí que actuaba muy rápido ante las atenciones de Roger.

—¿Sigue en línea?

—Oh si disculpe,

—Pues le mandaré el documento que necesita llevar para la escuela lo mandaré por correo.

—Está bien.

— Okay, entonces así quedamos, buenas noches.

La llamada cortó, se quedó un momento parado enfrente del teléfono.

—¡Hey Brian! Reacciona ¿Qué sucedió?— interrogó John mientras se alistaba para irse.

—Creo que la suerte está de mi lado, mañana Roger irá a la escuela—

—¡Qué bien! Entonces tendrás más tiempo para nosotros en las mañanas? ¿No es así?

—Si John, el grupo continúa

—Bueno Brian, nos retiramos, para que alistes al pequeño ¡Freddie! ¡ya vámonos!

—Ya voy, ya voy, ya está listo para dormir Bri, cuídalo bien— le sonrió.

Brian el acompañó hasta la puerta, estaba aliviado pues todos esos problemas estaban desapareciendo.

Fue hacia su cuarto pues ahí se encontraban Roger. Entró a la habitación, por suerte no estaba desordenada. Solo vio un detalles vio que su armario estaba abierto, con todas las ropas esparcidas.

—¡Rog! ¿Dónde estás? ¿Ya estás listo para irte a la cama?— recorrió el cuarto para ordenar el cúmulo de ropa que estaba afuera de su armario.

Aprovechó en cambiarse pues Roger no estaba ahí en ese momento "¿Dónde se habrá metido?"

De un momento a otro escuchó, sonidos que provenían del baño. Efectivamente ahí se encontraba Roger, llevaba puesto la misma sudadera y unos largos pantalones de mezclilla con muchas estrellitas en los bordes. "Freddie si que sabe de estilo" aunque fue rara la manera de cómo lo encontró. El chico estaba encima de una balanza.

Al parecer el rubio no se había dado cuenta de su presencia. Se acercó lentamente para no asustarlo. Brian entró por un momento en duda pues pensó si sabía usarla o no. Brian veía los gestos que el rubio le lanzaba a la balanza.

—¡Brian!— le dio una sonrisa tímida— Disculpa es que entre en curiosidad como se usaba esto, es un instrumento de medida muy interesante

—¿Nos escuchaste?

—¿De qué hablas?

—Pues lo que momentos antes hablé con John

—¡Oh! Eso... puede que si— balbuceó y bajo la mirada. Amaba ese lado inocente de Roger era tan pequeño, que cualquier mínimo movimiento lo hacía ver muy dulce.

—No me gusta que hablen así de mi— el rubio se acomodó su cabello detrás de la oreja— Por esa razón, quiero comenzar a realizar ejercicio— habló determinado con las manos en la cintura.

—Bueno si lo quieres así hazlo, no tengo ningún problema— Brian salió del cuarto de baño y se dirigió a su habitación— Cuando acabes apagas la luz y vienes a dormir de una vez ya es tarde.

Ya tenía puesta la pijama por lo que decidió ya acostarse, tomó un libro antes de ir a la cama. Pensó por un momento todas las cosas que estaba viviendo, sabía que tenía que contarle que mañana el iría al colegio, no se imaginaba cómo reaccionaría.

La puerta de la habitación se abrió, eso significó que Roger ya había acabado de estar en el baño. Lo vio estar con cautela. El rubio estaba descalzo, sus piecitos sonaban con el contacto del piso. Le pareció extraño pues siempre cuando iba a dormir estaba feliz, pero esta vez sus cabellos cubrían su rostro.

—¿Te encuentras bien, Roger?— apartó el libro que estaba a punto de leer. Le preocupaba, ese chico no estaba bien.

Escuchó unos suspiros, como si estuviera llorando. Levantó su mirada hacia Brian, sus ojos estaban empañados se lágrimas.

—Rog, ¿Te duele algo? ¿Estás enfermo?— estaba desesperado— Contéstame por favor.

—Brian— se limpió los ojos— ¡Estoy muy flaco! ¡Odio mi cuerpo! ¡Por qué soy así porque no soy como los demás chicos! ¿Por qué no soy como tus amigos?!

—¡¿Qué cosas dices?! Estás bien, no necesitas decir esas cosas— Le entró ganas de reír, pues pensó que le sucedía algo peor, el chico decía cada cosa sin sentido, pero se contuvo no quería hacerlo sentir mal. Se alivió un poco.

El rubio escuchó todo lo que dijo Brian a pesar que daba leves quejidos por el llanto, trató de calmarse un poco—¡No! ¡Tú estás mal! Dices esas cosas para poder hacer sentirme mejor, pero ¡no lo logras! Soy horrible.— Se sentó al borde de la cama, mientras se limpiaba las lágrimas.

Brian rodó los ojos, tenía sueño, no estaba de humor para sus caprichos—Hey cálmate Roger, acuéstate, es tarde—

—Mejor di que no te importo y ya— se subió a la cama de Brian, cubriéndose con las sábanas de pies a cabeza, por debajo de ellas seguía quejándose.

—Escúchame— Brian apartó las sábanas que lo cubrían, revelando sus ojos húmedos— Si me importas Roger y mucho, por eso tranquilízate, pronto crecerás más y te desarrollarás como se debe.

—¿Cuándo será "pronto"?— se calmó, observó detenidamente a Brian, lo miró como lo observaba con ternura. Sus ojos descendieron hacia su cuello— Tus clavículas se ven geniales, cuando estás con esa camiseta.

—¿Q... qué quieres decir?— entró en pánico

—Como me gustaría ser como tú— se subió encima de Brian bruscamente.

—Roger, ve a tu cama, no duermas aquí—tartamudeó no podía hablar.

Puso cada pierna de cada lado, tenía las pupilas dilatadas— Enserio Brian tal vez no te lo hayan dicho, pero te vez genial cuando luces así— tomó con ambas manos su rostro.

No podía estar pasando de nuevo.

—Bájate ahora mismo ¿Estás bien?

—Estoy mucho mejor ahora— le dio una sonrisa maliciosa— Es verdad lo que te dije antes estoy demasiado delgado— se extendió la ropa— No se nota por la ropa holgada que tengo— de un movimiento imprevisto se sacó la sudadera que llevaba puesta, revelando su delgado torso.

Brian lo miró estupefacto, si tenía razón estaba un poco delgado, pero no tanto como él—Rog... reacciona antes de hacer algo estúpido—tragó un poco de saliva.

—No estoy haciendo nada malo, tócame aquí— agarró ambas manos del ruloso hacia su cintura— Sientes eso, son mis costillas, soy un fracaso.

—Sé que te sientes mal, pero así no se solucionará nada.

—Lo sé— el rubio cerró sus ojos— Dame un beso, Bri.

—Estas fuera de sí ¡Vete! deja de decir idioteces— trató de apartarlo pues el rubio lentamente se le acercaba. No sabía qué hacer.

—Solo uno, antes que... — El rubio cerró los ojos su cabeza descansaba en su hombro.

—¿Está  dormido?— Se preguntó —Haz tenido un largo día, pequeño eso es todo— sostuvo al chico durmiente y lo llevó a su colchoneta de siempre y lo cubrió con una sábana.

Estaba confundido ¿estas cosas sucederían seguido? ¿Por qué actuaba de esa manera cada noche?. Estaba claro que nunca se las contaría a nadie, sería vergonzoso. Tener miedo de un niño que reaccionaba descaradamente todas las noches, es una duda que pronto resolvería.

Al estar dispuesto de volver a su cama, se dio cuenta de un problema, al dirigir su mirada hacia sus pantalones.

—Soy de lo peor

Fue corriendo al baño.

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