Capítulo 10

La habitación estaba completamente oscura, lo único que la iluminaba era la luz de la luna que atravesaban la gran ventana ubicada en uno de los extremos de la habitación.

Mientras lo besaba no podía verle el rostro ya que la luz no llegaba a reflejarle, lo único que podía ver era su ruloso cabello que caía sobre sus hombros, este brillaba por el reflejo de dicho satélite. El mayor no llevaba camisa, por lo que le hizo pensar, por qué no llevaba esta si hacía demasiado frío. Tenía colocado largos pantalones negros que combinaba con su blanca piel.

Procedió con lo que estaba haciendo, después de haberlo observado completamente. Tuvo un gran alivio al ver que este todavía no despertaba, a pesar de que seguía encima de él. Colocó una mano abajo y con suaves movimientos tocó su blanquecino vientre. En ese momento el rubio depositó un pequeño beso bajo su ombligo.

¿Qué me has hecho Brian para que actúe así?

De pronto al chico le entró un gran nerviosismo, al sentir que Brian se había despertado. Se reincorporó asustado, ambos ojos azules y avellana se unieron cuando Roger subió la mirada. Lo miró con ojos grandes no sabía qué demonios pasaba.

—¡Qué diablos!— su respiración estaba agotada, con un movimiento brusco lo apartó, haciendo que se cayera de la cama.

—¡Auch qué te sucede!— exclamó sobándose la cabeza.

—Largo de aquí esta es mi cama ¡¿Qué haces aquí?!— respondió desesperado buscando la camisa que se había quitado momentos antes de dormir, colocándosela rápidamente.

—Tal vez debería preguntar ¿Qué haces tú así durmiendo sin camisa?— interrogó lanzando una pequeña risita, subió nuevamente a la cama.

—¡Aléjate! Te dije que no intentes nada extraño y es lo primero que haces.

—Que... acaso no recuerdas que hacíamos cada noche antes de dormir— dijo Roger gateando hacia Brian colocándose a horcajadas encima de su regazo.

—¡Estás alucinando! Tal vez estás sonámbulo— se quiso convencer Brian

—No digas tonterías Bri— le respondió provocativamente hacia su oído, mientras daba pequeños besitos inexpertos en su cuello.

"Quién le ha enseñado estas cosas"

No sabía qué hacer, si este lo apartaba el chico se acercaba más y más.

—¡¿Quieres que te lea un cuento?! ¡¿A lo mejor quieres eso?!— preguntó ya casi desesperado, no se podía mover

—¡No!— exclamó el muchacho, le había respondido justo como hace unas horas antes le contestó—Hacer esto es mejor.

Continuando estando en su regazo, movió lentamente sus caderas en pequeños círculos, haciendo que Brian se sonrojara.

—¡Estás loco!—lo apartó empujándolo por segunda vez, pero en esta ocasión hizo que el muchacho cayera de espaldas hacia la cama.

—¿Así que lo quieres así? No, no soy demasiado tímido— empezó a reír a carcajadas.

Brian agarrando una toalla se dirigió al baño. Se desvistió, prendió la ducha y dejó que el agua recorriera su cuerpo. Necesitaba despejar su mente, ¿Qué fue lo que sucedió?


Amaneció, Brian despertó con marcas negras en los ojos. Se sentía cansado, se tocó el cabello, estaba húmedo, recordó que se había una ducha la noche anterior, pero ¿Por qué?. Recorrió su vista por la habitación, hasta quedar en un punto fijo. Roger dormía plácidamente en la colchoneta, una gran frazada cubría su pequeño cuerpo, se había envuelto con la frazada hasta la cabeza. Al ver esto Brian, entró en razón. Su cara se sonrojo y a la vez sintió enfado, porque la noche anterior no había sido lo suficientemente estricto.

Sobándose los ojos tomó una almohada y se la tiró. Esta golpeó contra el chico, no despertó solo dio media vuelta y continuó durmiendo. Le dio una rabia enorme pues ni siquiera se inmutó de la almohada lanzada así que le tiró otra.

—Este chico duerme mucho, más que yo y pensar que solo recupera fuerzas para hacerme la vida de cabeza—pensó mirando al chico cubierto por la frazada— Claro con lo que pasó anoche... No ha podido dormir ni un poco.

—¡Rog! Levántate vamos a desayunar—lo despertó Brian moviéndolo de las colchas.

—Cinco minutos más—balbuceó

—¡Qué te levantes!— le gritó— tengo que hablar contigo.

—¡¿Qué pasó?!— se levantó de la cama tallándose los ojos, dando un bostezo.

—Anoche—dijo un poco incómodo— ¿Por qué actuaste... así?

Roger lo miró con cara dudosa—¿De qué me hablas?—se levantó de la cama y se dirigió al baño, como si nada.

"Es enserio, no puedo creerlo quizás es sonámbulo por las noches, no... lo dudo estoy seguro que estaba completamente consciente, espera un momento ¿Y si sólo está fingiendo?, es bueno en eso"


Esa mañana desayunaron unos ricos waffles hechos por Brian. Él estaba preocupado por Roger porque a pesar de que había crecido por edad no lo había hecho por tamaño. Por lo que se dedicó a hacerle un buen desayuno.

—Y... dime Roger eres sonámbulo por las noches?— dijo este sacando otra vez el tema a flote.

—¿Sigues con eso? Si lo supiera te lo hubiera dicho— respondió comiendo tranquilamente su desayuno— Es como si hubiera hecho algo malo.

—No... no, está bien dejaré el tema de lado.

—Ni siquiera sé de qué tema me hablabas, solo estabas preguntándome cosas estúpidas— mencionó Roger un poco enfadado, tomando un sorbo de su jugo de frutas.

—Pero... ¿Qué es lo que te pasa?— dijo Brian golpeando la mesa haciendo que Roger se asuste un poco— No sé quién demonios te ha enseñado decir tales palabrotas, no me gusta que te dirijas hacia mí de esa forma.

El rubio dejo su desayuno de lado, se le había quitado el hambre —Es que ¿Quién te entiende?— mencionó en voz bajita—Si uno te trata bien con mimos, lo rechazas, si te hablo de esa forma te enfadas antes no eras así tú siempre me tratabas con... cariño.

Brian se asombró al oír esto, se atoró con lo que masticaba y bebió un poco de agua. Vio al muchacho que tenía la mirada perdida en su plato, se había quedado callado.

—Quieres decir, que... que te acuerdas lo sucedido anoche— mencionó con autoridad mirándolo fijamente. El muchacho seguía con la cabeza gacha veía como sus dedos se movían debajo de la mesa —¡Contéstame!...¿no dirás nada?

—Si— por fin mencionó el pequeño levantando un poco la mirada, cuando vio los ojos avellanas de Brian se avergonzó y evitándolos otra vez mencionó— Bueno... no del todo... es que ni yo sé por qué actuó de esa forma—vio el waffle que quedaba en su plato y procedió a terminarlo, de una bocanada se lo tragó todo, con el fin de ya no hablar más.

—Pero es que...

—Estos waffles están riquísimos— interrumpió Roger, terminando ya su plato— Ya acabé— fue corriendo a dejar el utensilio a la cocina y salió corriendo al cuarto.

—¡No he terminado de hablar! ¡Ven aquí!— escuchó un portazo en el corredor. No quiso insistir.
¿Que estaba mal? Muchas dudas surtieron de su cabeza ¿Qué era lo que quería? Quizás porque recién se adaptaba a ese lugar, no lo sabía.
Algún día se lo preguntaría de la mejor forma.

Pasaron unos minutos, el más chico actuó como si no hubiera pasado nada, salió de la habitación y se dirigió hacia la ventana que se encontraba al frente de la sala.

—¿Ya se te olvidó todo? Se te pasó el berrinche.

—Cállate— dijo el rubio mirando concentrado hacia la ventana.

Brian lo miró detenidamente como el aire empujaba sus delgados cabellos, tal situación le dio ganas de decir —No debería decir esto, pero...me disculpo por presionarte con tontas preguntas, no lo haré más ¿de acuerdo?

Roger al escucharlo, volteó dirigiéndose a él—No estoy molesto contigo, tu eres el que se hace todo un dilema en la cabeza— dijo este después soltando unas risitas.

—Lo dije porque tu cara dice todo lo contrario.

—Dices que mi cara siempre está amarga— respondió haciendo caras graciosas.

—Ya olvídalo— mencionó Brian mientras no se aguantaba las risas— Bien, ya que esto se solucionó muy rápido es momento en que te consiga un lugar donde estudiar.

—¿Qué? Yo no necesito eso Brian, yo ya lo sé todo. Tu mamá me enseñó todo lo que se tiene que saber, todo lo que ella me enseñaba, me recordaba a ti sabes. Todo— dijo esto mirando a la nada, ignorándolo por completo dirigiéndose al frutero.

Brian se le quedó viendo incrédulo. Este niño sí que lo traía loco desde que se había hospedado con él, cambiaba de idea constantemente.

—Qué cosas dices, es más nos iremos ahora— mencionó Brian agarrando su mochila.

—No, no te digo que no es necesario, todo lo que te digo veo que no tiene importancia para ti —Roger con toda la fuerza que tenía lo sostenía del brazo, haciendo que Brian no pudiera avanzar.

—¡Suéltame! ¡Y es una orden!

—Es que no te importa nada de lo que digo—

Unos golpes en la puerta llamaron la atención de ambos. El corazón de Brian se aceleró "no ahora por favor" no sabía qué hacer, quizás eran sus amigos que les diría. Nada se le venía a la cabeza.

—¡Brian!— unos gritos descontrolados se escucharon desde afuera.

Lo primero que hizo fue agarrar a Roger y llevarlo directamente al baño.

—¡Oye! ¡no quiero otra ducha!— gritó el menor resistiéndose. El mayor por instinto le cubrió la boca para que no lo oigan.

—Guarda silencio... Quédate aquí y no salgas hasta que yo te lo diga ¿si?— el pequeño solo asintió muchas veces.

—¿Pero la escuela?—preguntó apartando la mano de Brian de su boca, que no le permitía hablar.

—Ah ahora sí te interesa— dijo un tanto fastidiado—Solo aguarda aquí hasta que te avise no hagas ruido ¿Cuento contigo?

—Está bien— dijo cruzando de brazos sentándose al lado del fregadero.

Brian observó que él se quedó frunciendo el ceño causando que su corazón se estrujara— solo serán unos minutos— cerró la puerta de la pequeña habitación y con rapidez se dirigió a ponerse unos zapatos. A lo lejos escuchaba unos gritos persistentes.

—¡Brian abre esa maldita puerta de una buena vez!— era la voz de Freddie.

La puerta se abrió de golpe, el ruloso se había apresurado en abrirla porque sabía cómo se ponía su amigo.

—Estaba dándome una ducha— mencionó el más alto convencido de su excusa.

—Sí, claro— respondió Freddie no muy convencido con su respuesta ya que al dirigir su mirada a su cabello, lo vio todo seco.

Al darse cuenta de esto—Fue... una ducha rápida— aclaró, cerrando la puerta, pero...

—¡Hey! Yo también voy a pasar—

—John! disculpa no me di cuenta que venías con Freddie.

—Nos tuviste como casi una hora esperando.

—¡Ay tú también no exageres!— se quejó Brian un tanto nervioso apegándose a la puerta del baño.

—Cualquiera diría que escondes una chica— dijo John atreviéndose a fastidiar a su amigo.

— No enserio, Brian que rápido eres, no me digas que... Chriss!— continuó Freddie siguiéndole el juego a su amigo.

—¡Que cosas dicen! Díganme ¿Por qué están aquí?

—Pues se me ocurrió... digo se nos ocurrió pasar tiempo de calidad con nuestro hermoso, querido y apreciado amigo, ¡Salgamos Brian! No te aburre estar todo el día en esta aburrida estancia.

—Si Brian, hay que salir, tengo un lugar perfecto para ir— recomendó John haciendo memoria de algunos lugares.

—No, no chicos creo que esta vez no se podrá— aclaró Brian por fin dejándolo hablar

Los dos amigos lo miraron estupefactos—¡Cómo que no! Tú nos acompañas porque nos acompañas ¿Sí o no John?

—Claro— Respondió jubiloso tomando ya todas sus cosas necesarias, las llaves de su apartamento y un abrigo. Y así finalmente, dando un fuerte golpe a la puerta los tres amigos se marcharon con uno resistiéndose a no querer ir.

"Estoy un poco asustado, mis ojos azules brillan de desesperación"

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top