𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟓
"𝐂𝐚𝐮𝐠𝐡𝐭 𝐢𝐧 𝐚 𝐥𝐢𝐞"
Un par de castaños se encontraban sentados en una de las tantas mesas de la biblioteca de la Academia. Habían pasado horas ahí buscando información acerca de la obra que les había tocado. Irónicamente su profesor les había encargado hacer su ensayo sobre el libro de Romeo y Julieta. Jimin ya lo había leído un par de veces, al igual que la castaña sentada a su lado. Pero ambos por alguna razón se sentían incómodos con la obra que les había tocado.
— Estoy aburrida— Exclamó la castaña mientras estampaba su rostro contra la mesa.— Tengo sueño y quiero dormir.
— Pero tenemos que terminar. — Replicó Jimin mientras daba algunos golpecitos con su lapiz en la cabeza de la castaña.
— Ese libro me aburre. No sé, no me gusta.— Dijo Liffy mientras lo miraba y hacia un puchero, y manteniendo la cabeza sobre la mesa.
— ¿Por qué dices eso? ¿Acaso no te gustan los libros de trama romántica?— Preguntó y la castaña lo miró con una ceja alzada.
— Obvio me gustan, solo que esa historia es tan... Tan... No lo sé. Me parece un poco irreal para este tiempo, o cualquier tiempo.— La castaña miró hacia otro lado.— No sé cómo explicarlo.
— O sea que no te gusta en específico la historia de Romeo y julieta.— afirmó Jimin. Aunque mas que una afirmación su tono sonó mas como el de una pregunta.
— No es eso. Solo pienso que esta salida de la realidad, según mi punto de vista. No voy a negar que en algún momento lloré y me conmoví, pero no lo siento tan real. Escuchó a la mayoría diciendo: quiero un amor como el de Romeo y Julieta, pero no saben realmente como fue la historia. Siendo sincera, no me gustaría un romance que solo dure siete días, que este llena de muertos, odio y rivalidad. No es lo que quiero para mí.— Explicó con la mirada perdida y una leve sonrisa.
Jimin escuchaba atento cada una de las palabras que su nueva amiga pronunciaba y se sorprendía cada vez más de la personalidad que poseía la castaña que tenía a su lado. La mayoría del tiempo esta se encontraba riendo y haciendo bromas, pero escuchar su pensamiento tan profundo y la manera en que ella expresaba sus pensamientos, lo hacía comprender que cada cabeza es un mundo y que aunque una persona aparente algo frente a ti. Eso no quiere decir que esa forma de ser sea siempre parte de su vida, todos pueden tener una máscara y esconderse tras ella y él mismo era una de esas personas.
— Me parece un lindo punto de vista.— Dijo Jimin con una leve sonrisa en el rostro.
— ¿Y tú?— Preguntó Liffy con curiosidad, pero causando confusión en el castaño.
— ¿A qué te refieres con eso?— Inquirió mientras juganba con el lápiz que tenía en su mano.
— ¿Qué opinas del amor? ¿Te gusta alguien?— La castaña casi se sube sobre el castaño para realizar esas preguntas. Si bien para Jimin eran unas simples preguntas o algo que podría pasar por alto. Para Liffy aquellas preguntas tenían cierto trasfondo, algo que ella necesita saber y que moriría por saber.
— El amor, el amor es bonito y feo. Y no, no me gusta alguien.— Dijo mientras sus mejillas se teñían de rojo.
— Sí, el amor es un poco bipolar.— Dijo la chica mientras ajustaba mejor sus gafas y pasaba su cabello detrás de su oreja.— Pero lo de que no te gusta nadie no te lo creo. Pareces una fresita kawaii con ese sonrojo.— Jimin efectivamente parecía una fresa y sentía que su cara estallaría de la vergüenza en cualquier momento.— Aún así Dime, ¿Quién es? ¿Lo conozco?— Preguntó, haciendo que Jimin se sintiera acosado por la castaña que por poco y le apunta en la garganta con su lápiz para que le dijera la verdad.
— Bueno pues, quizá si me guste alguien.— Contestó Jimin desviando la mirada de la castaña.
— ¿Y se puede saber quién es esa persona? — Inquirió mientras alzaba sus cejas al mismo tiempo.
— ¿Alguna vez te han dicho que eres un poco metiche? — Le preguntó Jimin tratando de cambiar de tema. Era incomodo para el hablar de sus sentimientos y no se sentía muy cómodo con las preguntas de la castaña a su lado.
— No soy metiche. — Replicó con con un puchero en los labios.— Solamente me gusta estar informada de lo que sucede a mi alrededor, por eso se muchas cosas que ni te imaginas.
— Bueno, si eres tan buena en eso de saber todo lo qué pasa a tu alrededor. Porque no me dices tu de quién estoy enamorado.— Retó el castaño. Liffy no dijo nada por unos segundos, solo sonrió ladinamente y se dispuso a contestarle a su nuevo amigo.
— Digamos que yo sé que a cierto castaño, le gusta cierto pelirrubio. Y que lo mira de reojo durante todas las clases.— A Jimin casi se le cae la cara de vergüenza. Ahora su sonrojo era mas notorio, y sentía que sudaba frío con solo escuchar las palabras de Liffy. La chica solo miraba la escena sonriente, sentía como si hubiese ganado una victoria, ahora había confirmado sus sospechas. A Jimin le gustaba Yoongi, y a Yoongi le gustaba Jimin. El sentimiento era mutuo y quizá ella aprovecharía eso para jugarles algunas pequeñas bromas.
— ¿Cómo sabes eso?— Preguntó Jimin mientras tomaba los hombros de la chica y los agitaba levemente.
— Digamos que tengo la costumbre de observar absolutamente todo lo que me rodea, y la clase no es la excepción. A veces me doy cuanta de cosas que no debería saber. — contestó abrazándose a sí misma y fingiendo un pequeño escalofrío.— Tus miraditas son muy obvias, ni yo observo a mi crush tanto como tu.— Soltó sin más, pero luego tapó su boca con sus manos al darse cuenta de lo que había dicho al final.
— O sea que tienes un crush, ¿eh? ¿Por qué no me cuentas, Liffy?— Ahora era Jimin quien acosaba a la castaña haciéndola sonrojarse de la vergüenza.
—¡Callate! ¡No diré nada!— Chilló la chica mientras tomaba sus mejillas y negaba con la cabeza.
— ¡Eso es muy injusto!— Reprochó Jimin cruzado de brazos y con un puchero en los labios. Mientras que cierto pelirrubio casi se retorcía de ternura al ver como el castaño reprochaba de manera tan adorable.
Heoseok miraba a su amigo como si fuera una persona desconocida para él. Yoongi siempre había sido una persona seria y muy centrada en lo que era verdaderamente importante. Siempre había admirado el grado de madurez que este -con el tiempo- había logrado adquirir. Pero ahora está parado justo detrás del pelirrubio, y observaba cómo este miraba a Jimin y Liffy por detrás de los libros. Nunca pensó que el pelirrubio fuera capaz de espiar q una persona de esa manera.
El caso era muy curioso para él. Su amigo no paraba de mirar tras una de las libreras. Había apartado un par de libros y había tratado de escuchar lo mejor que podía la conversación que sostenían su mejor amiga y el castaño al que llevaba días espiando. A Yoongi le gustaba Jimin, ese era un hecho. Pero también sabía que Yoongi era demasiado orgulloso para aceptar la verdad, él no admitiría que empezaba a tener sentimientos por aquel castaño de lindas y abultadas mejillas.
El pelinaranja estaba aburrido y quería irse. Ya había pasado casi una hora desde que Yoongi se colocó detrás de la librera para ver al par que hacia su tarea de literatura. Trató de llamar su atención en varias ocasiones, pero solo recibió miradas asesinas por parte del pelirrubio. Ya un poco harto, Hoseok desvío la mirada hacía un lado mientras ponía los ojos en blanco. Al final del pasillo notó a cierto castaño que buscaba algo con desesperación, y ese algo no era nada mas ni nada menos que Yoongi. Debía alentarlo de la situación, pero lo mas seguro es que Yoongi lo mandaría al carajo por interrumpirlo.
— Yoon, Yoongi.— Dijo en un susurro pero fue ignorado por yoongi.— Yoon, vámonos rápido, apurate.— Insistió pero nuevamente fue ignorado.
Tomó las mochilas que estaban tiradas en el piso y tocó el hombro de Yoongi tratando de llamar su atención.— Yoongi, hazme caso y vámonos de aquí.— Dijo desesperado al ver que el chiquillo se acercaba cada vez mas a donde ambos se encontraban.
Yoongi se dio la vuelta molesto y le aparto abogaron de su lado. — ¡¿Qué demonios quieres, Deseos?!— Gritó sin mas el pelirrubio. Según él, Hoseok solamente estaba aburrido y no tenía nada que reclamarle cuando había sido él quien se había quedado tres horas en el parque mirando a la chica que a Vídeos le gustaba. Pero lo que él no sabía es que con su estruendoso grito solo logró llamar la atención de cierto castaño a quien él hubiera querido a mas de un kilómetro de distancia.
— ¡Yoonie!— Jungkook chilló de la emoción al ver a Yoongi al otro extremo del pasillo. Mientras que yoongi sintió como el frío le invadía y una corriente el eléctrica bajaba desde su espina dorsal. Denia admitir que el pequeño Jungkook era adorable pero le daba miedo lo acosador que podía llegar a ser el menor.— Te encontré Yoonie, te estuve buscando por todos lados. Te dije que es tu diaria nos después de mis prácticas.
Yoongi despeinó su cabello y fulminó a Velaron con la mirada. El no quería pasar el resto del día con Jungkook, el menor era demasiado acosador y metiche para su gusto. — ¿A si? No lo recuerdo.
— Te lo dije al mediodía.— Reprochó el menor cruzándose de brazos.
Yoongi no tuvo mas remedio que bajar la cabeza y acceder ante las palabras del menor, después de todo tendrían que hacer el trabajo aunque él no quisiera. — Esta bien Jungkook. Vamos a hacer el trabajo.— Aceptó tristemente.
— ¡Si!— Chilló el menor.— Vámonos, hyung.— Dijo jalandolo del brazo y sacándolo de la biblioteca. Mientras que el pelinaranja solo veía la escena divertido. Él quiso advertirle a su amigo, pero ahora se encontraba en esa situación por su cabeza dura. En cierto modo, Hoseok pensó que su amigo se lo tenía bien merecido.
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Jimin caminaba por la calle. La noche ya había caído, pero aun así el ambiente era alegre en aquel lugar. Estaba a punto de entrar a la plaza, su madre le había llamado para que fuera a su trabajo y le ayudará con algunas cosas.
Jimin observaba con una sonrisa a una pareja frente a él. La mujer y el hombre iban a cada lado de su pequeño hijo, y lo tomaban de sus pequeñas manitas. Jimin miraba la escena con ternura, pensable en que algún día quizá el podría pasear de esa forma con su pareja y un pequeño bebé o una hermosa nena. De repente en su mente apareció el pelirrubio, por un momento pensó en como seria acariciar al chico y formar una familia con él, aunque a la misma vez pensara que era un sentimiento absurdo.
Continuó su camino y miró por fuera de algunas de las tiendas que había por el camino. Algunas tiendas de ropa, tiendas de regalos, y algunos restaurantes y cafeterías. Pero lo que llamó la atención del castaño, fue una cabellera rubia dentro de un restaurante. Era el pelirrubio que tanto le gustaba. Se quedó parado por un momento junto al cristal, el pelirrubio estaba de espaldas y conversaba con aquel pelicafe, este último reía muy animadamente y hubo un momento sonde puso su mano sobre la del pelirrubio. Jimin sintió que algo se rompía en su interior, quería irse y alejarse de ese lugar. Ahora la negatividad lo invadía y debido a eso se apresuró a salir de ahí cuanto antes.
Mientras que la situación de Yoongi era totalmente diferente a la que Jimin imaginaba. El rubio la estaba pasando totalmente mal, el castaño se había dedicado a hablar todo el tiempo de él y sus hazañas como rey del fútbol. Yoongi solo sonreía y asentía para disimular la incomodidad que sentía, pero llegó un momento en que el castaño posó su mano sobre la suya. Yoongi se estremeció y quitó su mano de debajo de la de Jungkook. En ese momento su teléfono comenzó a vibrar. Sacó su celular y miró el mensaje, tal vez el remitente no era una persona de su agrado, pero Jungkook superaba por mucho a esa persona.
— Eh... Tengo que irme, Jungkook. Mi padre quiere verme.— Dijo el rubio al castaño.
— Está bien, Hyung. Si tiene que ir a ver a su padre, eso no me molesta. Pero tendrá que llevarme a comer otro día, Hyung,— Contestó mientras le guiñaba un ojo.
Nervioso, Yoongi tomó su mochila y se dispuso a salir del restaurante al que habían ido. Salió casi corriendo de ahí para ir a la cafetería de su padre -Quién decía querer verle con urgencia- y así escapar de las garras de Jeon. Caminó hasta encontrar el lugar. Cuando vio el letrero de Coffee Factory, se dio cuanta de que había llegado al lugar correcto. Entró al lugar y se fijó en el estilo vintage y a la vez moderno del lugar. Se podían notar los gusto de su padre a kilómetros.
— Yoongi,— llamó una voz tras de sí.— te estaba esperando.— Dijo su padre y trató de abrazarlo, pero Yoongi simplemente evitó tener contacto con su progenitor y se hizo a un lado.
— ¿Para que me llamabas?— Preguntó con el semblante serio.
— Quería verte. Así que me apresuré para conseguir las cosas que me pediste y así poder verte después de mucho.— Contestó Seokjin mientras observaba a su hijo con ternura.
— Tu siempre estás fuera de la ciudad, o metido en el hospital. Supongo que no debería sorprenderte el hecho de que no me veas con regularidad.— Contestó Yoongi con indiferencia.— Quizá debas darme las cosas y yo podré irme, después de todo ya me viste que es lo que tú querías.
Seokjin sintió que algo en su interior se encogía. Le entristecía ver el rencor que su hijo albergaba desde hace años, quizá algún día pasaría y podrían retomar la relación que antes tenían y que ahora estaba perdida. Sacó las cosas que Yoongi le había pedido y se las entregó sintiendo un nudo en su garganta. Sentía la frialdad de su mirada, y le dolía ver a su hijo de esa manera. Yoongi sostenía la mirada, él era frío, pro en el fondo también extrañaba a su padre. De pronto escucho aquella melodía como si fuera la de violines siendo acompañados por aquella melodiosa voz.
"Caught in a lie"
"Caught in a lie"
Esa voz le pertenecía a él. Se dió la vuelta y lo miró. Ahí estaba, vestido con un suéter de color celeste. Cantando con sentimiento, sentimientos que el mismo podía sentir, y que penetraban lo más profuse su ser. Aquella voz era melodiosa, era la voz de un ángel, era la voz de Jimin.
"𝐘𝐨𝐨𝐧𝐠𝐢 𝐬𝐞 𝐬𝐞𝐧𝐭í𝐚 𝐚𝐭𝐫𝐚𝐩𝐚𝐝𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐞𝐥 𝐜𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐨𝐬𝐨 Á𝐧𝐠𝐞𝐥. 𝐏𝐞𝐫𝐨 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐨𝐬𝐨 Á𝐧𝐠𝐞𝐥 𝐬𝐞 𝐬𝐞𝐧𝐭í𝐚 𝐚𝐭𝐫𝐚𝐩𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐦𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐮𝐦í𝐚 𝐲 𝐥𝐨 𝐡𝐚𝐜í𝐚 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫 𝐝é𝐛𝐢𝐥"
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