Capítulo 09

𝐒𝐨𝐡𝐩𝐢𝐚 𝐁𝐫𝐲𝐚𝐧𝐭 𝐚𝐬 𝐑𝐞𝐛𝐞𝐜𝐚 𝐏𝐫𝐢𝐜𝐞

(A alguien le dije que era medianamente bronceada, pero cambié de idea. Rebeca es una chica negra y con el pelo decolorado hasta ser rubio bastante oscuro, casi castaño <3)

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Tras capturar a los jóvenes, los policías decidieron que había sido buena idea llevarlos a la casa de los Wheeler. Allí estaban los padres de Lucas, la madre de Dustin, los padres de Nancy y los padres de Rebeca. No había rastro de la madre de Jade o de Max.

— ¿Qué estaban haciendo en el lago? —pregunta el jefe de policía, Powell, mirando al grupo de adolescentes.

Se miraron entre ellos, tratando de crear una mentira sobre la marcha.

— Es compli... —dijo Dustin, aunque fue interrumpida por Max.

— Salimos... Salimos a caminar —dijo intentando sonar convencida.

— ¿A caminar? —pregunta el agente Callahan incrédulo— ¿A las 21:00? 

— Al lago —dijo Dustin con la voz aguda y abrazando un cojín— Íbamos... a nadar un poco —se encogió en el sitio— Nadar de noche.

— Dusty —dijo su madre, Claudia, con un rostro preocupado— Acaban de asesinar a alguien ahí.

— Sí, no nos dimos cuenta de eso hasta que llegamos.

— Por eso no nadamos —dijo Lucas ahora.

— ¿Y Nancy fue a nadar con ustedes? —pregunta Karen.

— No —dijo Max.

— Sí —dijo Dustin a la misma vez.

Los otros tres los miraron en pánico. Max comenzó a jugar con sus manos al darse cuenta del error. Jade decidió entrar en acción para intentar salvar la mentira. 

— Estaba con nosotros —dijo, sonriendo nerviosa— Pero luego se fue.

— Es un poco confuso —dijo Rebeca con la misma sonrisa nerviosa.

— Ahí aparecieron ustedes —continuó Jade.

— Y ellos me desafiaron a decir lo que dije —dijo Max señalando a su pareja con la mano.

Los cinco rieron falsamente mientras se miraban entre ellos. Los adultos miraban a sus hijos como si fueran unos completos lunáticos.

— Por suerte no les dispararon —dijo Ted con su monotonía de siempre.

— ¿Tuvieron contacto con Eddie? —pregunta Powell.

— ¿Ese rarito psicópata asesino? —pregunta Dustin, simulando estar disgustado— Dios, no.

— No, claro que no —dijo Lucas.

— No sabemos nada de él —dijo Max.

La pelirroja estaba al borde de salir corriendo. Jade quería agarrar su mano para que se tranquilizase, pero definitivamente no estaba para nada cómoda para hacer eso frente a los nueve adultos que los estaban cuestionando.

— Apenas lo conocemos —dijo Beca.

— ¿Quién? —dijo Dustin.

— Oh, están diciendo mierda —dijo Erica, dando varios pasos al frente con lo brazos cruzados.

Los cinco amigos abrieron los ojos ampliamente. Jade adoraba a Erica y sus contestaciones. Absolutamente todas, pero ahora mismo quería estrangularla. No era la única en ese momento.

— ¡Erica! —regañaron al unísono sus padres.

— O sea, ¿se dan cuenta de que están mintiendo? —dijo Erica— Se nota a kilómetros.

— Erica —volvieron a decir sus padres.

— ¡Son hechos!

— ¿Les estás mintiendo a los policías, Dusty? —pregunta Claudia firmemente.

— ¡No! —exclama Dustin agudo.

— Mentirle a la policía es un crimen, hijo —dijo el señor Sinclair.

Jade rodó los ojos exageradamente y dejó un suspiro exasperado.

— No estoy mintiendo —se defiende Lucas.

— La nariz mide metros —vuelve a decir Erica.

— Amenázalos con la cárcel. Quizás así se les afloje la lengua —dijo Ted. 

Karen miró con los ojos bien abiertos a su marido. 

— ¿Quieres mandar a nuestros hijos a la cárcel? —pregunta la señora Sinclair incrédula. 

— Necesitamos tomarnos esto en serio —dijo Ted.

— No se refería a eso —dice Karen en un intento por defender a su marido.

— Oh, sí que se refería a eso —dijo la señora Price, más que descontenta con la propuesta.

De un momento a otro, los adultos comenzaron a discutir entre todos. Incluso tanto Dustin, Lucas y Rebeca se unieron a la discusión con sus padres. Jade se pasó las manos por la cara, más que harta por toda la situación. Max apoyó su cabeza en el respaldo y suspiró igual de cansada e irritada que su novia. Se miraron por un momento. Fue suficiente para que cada una supiese lo que la otra pensaba.

— ¡Cállense! —grita Powell con todas sus fuerzas mientras se levantaba de su asiento.

La habitación cayó en completo silencio. Jade no podía estar más agradecida, porque estaba comenzando a tener otra de sus fuertes migrañas.

— Intentaremos un enfoque más civilizado —dijo— De uno en uno. Tú primero —señaló a Max.

— Espera, ¿qué? ¿Por qué yo? —pregunta Max.

— Sígueme —dijo Powell, ignorando las quejas de la pelirroja y caminando a otra habitación

— ¡Ni siquiera estoy en Hellfire! —dijo Max rápidamente.

— ¿Tengo que esposarte? —dijo Callahan, señalándola con el dedo.

— ¿Esposarla? —pregunta Jade frunciendo el ceño— ¿Estás de broma? —dijo sarcástica. 

— No estaba hablando contigo, ¿verdad? Arriba—dijo el oficial, con un tono que provocaba que la sangre de Jade hirviese— Chop, chop. Vamos  —le dijo a Max.

— ¿Qué? ¿De verdad te asusta una adolescente que solo se queja? —dijo Jade enfadada— Tienes que estar de broma —dijo cruzándose de brazos.

— Si sigues así, serás solo tu la que pasará la noche en el calabozo.

— Inténtalo, hijo de perra y verás lo que pasa —farfulla— Conozco excelentes abogados que te quitarían el trabajo en un solo pestañeo. 

Callahan miró a la adolescente a los ojos, completamente incrédulo. Pestañeó un par de veces antes de mirar al resto de adultos, que parecían incluso más incrédulos. Max le dio un leve golpe en el brazo antes de levantarse para que cerrase la boca y no causase problemas. Jade le obedeció a duras penas. Estaba segura de que si ese agente volvía a abrir la boca una vez más, lo mataría ella misma a golpes.

[...]

Rebeca fue atrapada por sus padres en el salón y los demás fueron a la cocina para hablar y trazar un plan. Dustin se había ido al baño para tratar de contactar con los mayores y Lucas y Jade se quedaron en la cocina en silencio.

— ¿Y? —pregunta Lucas apoyado en la encimera de la cocina a Dustin, que acababa de llegar del baño.

— Nada —dijo Dustin.

— ¿No habrán pasado...? —comienza Lucas, preocupado.

— ¿Por el portalago? —termina Dustin— ¿Sin nosotros? ¿Sin un plan, sin armas? No serían tan estúpidos.

— Los sobreestimas —dijo Jade, apoyándose en la encimera.

— Deben estar escondiéndose de la ley —debate Dustin.

Erica Sinclair apareció en la cocina con un brick de jugo en su mano derecha. Los cuatro adolescentes miraron a la más pequeña.

— ¿"La ley"? ¿Qué es esto, La ley del revólver? ¿El feo y el tonto? —dijo Erica, sarcástica— ¿Reúno a la pandilla? ¿Ensillo a los caballos? —se apoyó en la encimera, con el jugo entre sus manos.

— Erica —dijo Lucas con fastidio— Por favor, vete.

— Esta es la cuestión —se paró y le dio unas suaves palmadas a la encimera— O me dices lo que está pasando o le digo a Jade y Dustin lo que encontré debajo de tu cama.

Jade y Dustin abrieron los ojos y giraron la cabeza extremadamente veloz hacia Lucas, que tenía una expresión de terror que lo delataba.

— Por favor, no —dijo Lucas en voz baja, mirando a su hermana pequeña.

— Empieza a hablar, vaquero —amenaza Erica.

— ¿Qué encontró debajo de tu cama? —pregunta Dustin más curioso que nunca.

— N-nada —tartamudeó Lucas rápidamente.

— ¿Es asqueroso? —pregunta Jade incluso más curiosa que Dustin. Tenía cientos de ideas.

Erica asintió lentamente alimentando más la curiosidad de Dustin y Jade.

— ¿Del uno al diez? —pregunta Harrington de nuevo.

— Cien —asegura Erica, viéndose disgustada.

Dustin y Jade se miraron abriendo aún más los ojos y luego miraron a Lucas, que estaba muerto de incomodidad.

— ¡¿Cien!? —exclama Jade en voz baja.

— El asesino es un mago oscuro del Upside Down —comenzó Lucas y Erica comenzó a beber su jugo de uva mientras lo escuchaba desinteresadamente— Lo estuvimos buscando, pero no podemos llegar al Upside Down. O eso pensábamos hasta que encontramos un portal en el Lover's Lake. Por eso estábamos ahí, pero la maldita policía nos atrapó —Dustin tuvo que decirle que bajara la voz— Y si le cuentas a alguien sobre esto, y eso incluye a mamá y a papá, y a Tina... —miró a su hermana, amenazador— Especialmente a Tina, te asfixiaré mientras duermes. ¿Lo entiendes?

Jade miró a Lucas cómo si fuera un desquiciado por lo rápido que había hablado y por lo rápido que había confesado con tal de que Erica no contase eso tan asqueroso que encontró debajo de su cama. 

Erica fingió pensar por un momento, dejando su jugo a un lado.

— ¿Erica? —dijo Lucas, deslizándose un poco más cerca de ella— ¿Me... estás... entendiendo? 

— Entiendo la parte de la asfixia. Lo demás, no tanto —dijo Erica, apoyando sus manos en sus caderas— ¿Por qué abrirían un portal en el lago? 

— ¿Qué? —dijo Lucas.

— Los comunistas.

— Los comunistas no hicieron esto —vuelve a decir Lucas.

— Entonces, ¿quién fue?

— Nadie.

— ¿Se abrió por diversión? —pregunta sarcástica.

— Erica, no tienes idea de lo que hablas. 

— No, no la tiene, pero esa es una pregunta clave. ¿Cómo se abrió el portalago? —dijo Dustin— Solo sabemos de dos portales. Uno lo abrió El. El otro, los comunistas. Pero esta vez no fue ninguno de ellos...

— Dios mío —dijo Jade, interrumpiendo a Dustin. Miró a sus amigos, que la miraban con curiosidad— Esperen, esperen.

— ¿"Esperen, esperen", qué? —pregunta Lucas.

— Hay algo que nunca entendimos: —dijo Jade, comenzado a caminar por la cocina— Por qué Vecna está matando gente. ¿Cuál es su motivo? ¿Matar adolescentes? Es demasiado aleatorio. Muy trivial —continuó caminando y pensando— Además, ¿cómo encaja el Mindflyer en todo esto? Quizás esta es la clave. ¡Esta es la respuesta!

— ¿Cuál es la respuesta? —pregunta Lucas impaciente.

— ¿Seguro solo quiere agua? —interrumpe Karen, entrando a la cocina junto a un agente— Tenemos Coke, Sprite, Dr. Pepper.

— Coke me sirve. Gracias —dijo el agente.

Jade señalizó a sus amigos para que la siguiesen a un lugar más tranquilo para poder terminar de hablar.

— Vale, escúchenme —dijo Harrington en frente de Lucas— ¿Cómo El abrió el portal original?

— Contactó al Demogorgon —respondió Lucas.

— Lo contactó psíquicamente, justo como... —se quedó callada, esperando que Dustin o Lucas continuasen. Erica los miraba como si estuvieran locos, pero sabía que todo lo que Jade decía tenía sentido.

— Vecna cuando lanza sus hechizos —exclama Dustin. Lucas parecía haber pensado lo mismo.

— Exacto. ¿Y si, en cada asesinato, no solo los mata, si no que establece una conexión psíquica con sus víctimas? Una conexión tan poderosa que agujerea el tejido del tiempo y el espacio.

— Está abriendo más portales —dijo Lucas.

Jade saltó un poco de la emoción cuando vio que Lucas ya lo había entendido. Un agente estaba cerca de ellos y Jade decidió cambiar de lugar. 

— ¿Por qué abrir portales? —dijo Dustin en voz baja.

— Para conquistar el mundo —contesta Lucas. Jade chaqueó los dedos en su dirección mientras caminaban a otra habitación.

— ¿Y quién quiere conquistar el mundo? —continuó Dustin.

— El Mindflyer —vuelve a contestar Lucas.

— ¡Bingo! —exclama Jade en voz baja— Y si el Demogorgon era su soldado, Vecna es su general de cinco estrellas. Un general de cinco estrellas con el poder de abrir portales. 

— No me jodas —exclama Lucas con el mismo tono de voz.

— No me jodas —imitó Dustin cuando Lucas lo entendió por completo.

— No me jodas. Eso fue inentendible —dijo Erica mirando a Jade y Dustin— Me perdiste en "portal original". Sean buenos y rebobinen.

Jade se sorprendió por el extraño tono amable de Erica, puesto que no era algo que solía ver en la menor de los Sinclair.

— Vale, ¿recuerdas el portal del laboratorio? —dijo Dustin.

— Oh, no —dijo Erica con sarcasmo— Lo bloqueé.

— No lo abrieron los comunistas —dijo Dustin.

— ¿Y qué era ese láser gigante? —dijo Erica, confusa.

— Lo mantenía abierto, no lo abrieron ellos —contestó Jade, algo impaciente— El lo había abierto. De alguna manera, ella abrió una grieta en el espacio-tiempo tan poderosa...

— ¡Jade! ¡Dustin! —exclama Steve con todas sus fuerzas— ¡Jade, Jade! ¿Me oyes?

Eddie, Robin y Nancy bajaron corriendo a ver que era lo que estaba pasando. Se encontraron a Steve gritando completamente solo y dando vueltas por el salón de la casa de los Wheeler como un completo desquiciado.

— ¡Hola! ¿Hola! —gritó.

— Tal vez sí tiene la rabia —dijo Robin. 

— ¡Hola! ¡Hola! —siguió gritando Steve.

— Steve, ¿qué estás haciendo? —pregunta Nancy, mirándolo.

Steve se giró para mirarlos y les apuntó con la linterna, deslumbrando a los tres.

— Están aquí. Henderson. Jade —dijo jadeando— Las pequeñas mierdas están aquí. En las paredes o algo. Escuchen —se calló un momento— ¡Dustin! ¡Jade! ¿Me escuchan? ¡Jade!

— Y eso nos lleva a la pregunta que planteaste.

Los tres restantes escucharon la voz algo distorsionada de Jade.

— ¿Cómo y por qué hay un portal en el Lover's Lake? —dijo Jade, caminando por el salón. Erica y Lucas estaban sentados, escuchando la explicación y teorías de Dustin y Jade— Analicémoslo. ¿Qué tienen en común El y Vecna?

— ¡Jade! —dijo Steve.

¡Jade, Dustin! —llamó Robin.

¿Dustin? —dijo Eddie.

— La pregunta del millón —dijo Dustin.

— Exacto.

Jade se perdió por un momento en la explicación de Dustin por un fuerte dolor de cabeza y algo de sangre caer de su nariz. No era la primera vez que le pasaba. Se limpió mientras insultaba por lo bajo. Lucas la miró y puso una mano en su hombro, preocupada.

— ¿Estás bien?

— Sí —dijo Jade— Una estúpida migraña.

Lucas la miró con más intensidad. Incluso después de haberse distanciado un poco en los últimos años, jamás había parado de preocuparse de Jade, porque ella fue la única persona de su grupo cercano de amigos que no simulaba que todo estaba bien. A diferencia de Dustin y Mike. Ella fue a casi todos sus partidos y lo animaba por encima de todo a pesar de no tener ni idea de baloncesto. Ella fue la que estuvo ahí con él cuando no paraba de quejarse de estar siempre en el banquillo. Ella siempre apoyó todo lo que hacía, incluso cuando ni siquiera le gustaba. Ella estuvo ahí dándole consejos y siendo su hombro para llorar. 

Jade siempre estuvo ahí.

— Lucas —dijo Jade en un susurro para no interrumpir la larga explicación de Dustin— Si sigues mirándome tanto, voy a empezar a pensar que estás enamorado de mí.

— ¿Tienes migrañas? —susurra Lucas de vuelta.

Jade frunció el ceño.

— No es nada, Lucas —dijo, restándole importancia— Y deberías estar escuchando a Dustin, no mirándome como el acosador que eres —bromeó.

Lucas bajó al mirada. Jade dejó de sonreír y agarró su mano por encima de la mesa, preocupada.

— Oye, ¿qué pasa? —dijo suavemente.

— Lo siento —dijo Lucas, levantando la mirada hacia Jade.

Harrington se veía confusa.

— ¿Qué?

— Fui un amigo horrible. Me comporté como un completo gilipollas todo este tiempo —dijo Lucas— Eras la única que se comportaba decente conmigo y yo elegí hacerte sentir mal. Y lo siento mucho por eso.

— Lucas...

— Eras la única que intentaba ayudar a Max aunque te costase tu propia felicidad. En cambio, ¿yo? me alejé. Le dije que parecía un fantasma, cuando la verdad es que yo elegí mirar para el otro lado y no ayudarla, exactamente que hago contigo —dijo con una expresión de decepción y vergüenza— Entiendo que... después de todo esto, no quieras seguir siendo amigos y que me destestes.

Jade analizó sus palabras y sonrió cálidamente, completamente agradecida por tener a Lucas de vuelta. Quizás lo que necesitaba era una disculpa y que alguien se diese cuenta de su esfuerzo inhumano por intentar ayudar a Max. Y quién mejor que Lucas.

— Eres mi mejor amigo, Sinclair —dijo Jade, apretando su mano— Nada de lo que hagas cambiará eso.

Lucas la miró, con los ojos llenos de alivio.

— Y... te sugiero que te busques a una chica que no sea homosexual. En serio. Entiendo que babees por Max, pero... ya sabes —bromeó y aguantó la risa. 

Lucas sonrió de vuelta, completamente rojo por lo último que dijo. Asintió y rió muy suavemente, completamente feliz de sentir como su vínculo tan especial con Jade volvía a reconectarse más fuerte que nunca. Ambos se miraron por unos segundos antes de volver a prestar atención a Dustin y a Erica. 

— ¿Me estás escuchando? —pregunta Dustin a Erica al ver que ella no lo estaba mirando.

— Sí, te estoy escuchando —dijo Erica, levantándose de la silla— Es que... Dijiste que siguieron a Vecna a través de las luces, ¿no? 

— Sí, ¿por qué? —pregunta Dustin.

Erica se acercó a la lampara que llevaba un buen rato mirando. Jade se levantó corriendo y se pusieron cerca de ella.

— Porque creo que está aquí —dijo algo nerviosa.

Dustin y Lucas se levantaron también y se acercaron a las chicas, que miraban la lampara con atención.

— No es Vecna —dijo Jade suavemente, tranquilizando a la más joven— Lo habría sentido.

Dustin se dio cuenta de que el parpadeo no era simplemente algo aleatorio. Tenía un patrón. Se comenzó a acercar a la lampara con curiosidad, entrecerrando los ojos y mirando con atención.

— "S". "O". "S" —susurró. Abrió los ojos al darse cuenta de lo que pasaba— Oigan, um... ¿recuerdan que dije que no serían tan estúpidos de cruzar el portal? 

— ¿Sí? —dijo Lucas, temiéndo lo peor.

— Jade tenía razón —dijo Dustin, dándose la vuelta para mirarlos— Los sobreestimé.

Jade cerró los ojos y suspiró profundamente, no estando tan sorprendida con la noticia.

[...]

— Bien, ya está. Ve, ve, ve, ve —dijo Dustin rápidamente.

— Vale —dijo Lucas, levantándose de la cama de Nancy y enchufando el juguete de Holly.

El panel se iluminó al momento.

— Chicos, ¿ven esto? —pregunta Jade alzando un poco la voz.

Las luces se intensificaron y parpadearon levemente por unos segundos. 

— ¡Santa mierda! —exclama Erica.

Jade sonrió ampliamente, aliviada de saber que su hermano y sus amigos estaban bien. Dustin rió a carcajadas de la emoción mientras que abrazaba a Erica, quién también sonreía. 

— No lo moveremos, lo desconectaremos —dijo Dustin— Esperen —se giró hacia Lucas— Desenchúfalo.

Lucas accedió e hizo lo que Dustin le pidió. Gateó hasta ponerse al lado de Jade y miró el panel con atención.

— Pruébenlo ahora —dijo Dustin. 

Esperaron un momento. Una "H" se iluminó en el panel, seguido de una "I". Los adolescentes jóvenes volvieron a sonreír y saludaron de vuelta.

— ¡Funcionó! —dijo Jade en alto.

Volvieron a esperar un momento para que volviesen a comunicarse con ellos.

— "S, T, U..." —repitió Dustin en voz alta— ¿Estúpido?

— Deja que terminen —regañó Jade.

"C, K" "Stuck"

— ¡Estancados! —dijo Jade.

— Están estancados en el Upside Down —dijo Lucas.

— ¿No pueden volver por el portalago? —pregunta Dustin en alto.

¿Qué coño es un portalago? —pregunta Steve visiblemente confuso.

Un portal en el lago —dijo Robin al acordarse de que Jade le había dicho que Dustin siempre hacía juegos de palabras.

Qué lindo —dijo Eddie.

Claro —dijo Nancy, rodando un poco los ojos— No. Es, uh...

— ¿Eso es un 6? —pregunta Erica mirando el panel.

— Es una "G" —dijo Jade frunciendo el ceño— "U, A, R"...

"Guarded"

— Vigilado. Vale —dijo Dustin— El portalago está vigilado. 

— Dustin y yo tenemos una teoría que puede ayudar con eso —dijo Jade— El portalago no es el único portal. Hay uno donde murió cada persona —explicó.

"?"

— Bien. ¿En serio? —dijo Dustin, impacientemente— ¿Cuántas veces tengo que tener razón para que confíen en mí? —dijo molesto.

Por Dios. Este niño tiene que controlar su ego —dijo Steve.

Es el tono que usa —dijo Eddie.

— Henderson, esta también es mi teoría —dijo Jade señalándolo con un dedo— No me quites mi mérito.

[...]

Max salió de la habitación en la que estaba siendo interrogada por el policía imbécil y el jefe Powell. Se puso los auriculares de inmediato y le dio al botón de play. La misma canción de Kate Bush sonó al máximo en sus auriculares.

— ¿Y? —pregunta la señora Price.

— Nada —dijo Powell una vez que estuvo delante de los adultos— Se apega a su historia. Fueron al lago a nadar de noche. Nancy apareció en algún momento... 

Beca giró los ojos, sabiendo que la próxima sería ella. Sus padres le habían dado un fuerte sermón y sabía que estaba castigada, pero no le importaba en lo más absoluto, pues sabía que habían problemas mayores. Caminó hasta Max y puso una mano en su hombro, causando que la pelirroja la mirase extrañada y se quitase los auriculares un momento.

— ¿Qué tal? ¿Qué les dijiste? —susurró Beca a Max.

Max la miró de reojo pero no le contestó. Nada más se encogió de hombros.

— Lo mismo que dijo aquí en el sofá. Eso es todo lo que nos dijo. Se mantuvo firme.

Jade apareció en la visión de Max y Beca y comenzó a hacerles señas con bastante insistencia. Max la miró confusa y le dijo con su gesto facial que no podía irse, igual que Beca. Jade fue mucho más insistente.

— ¡Venga! —susurró-gritó Jade, saltando de la impaciencia.

Max corrió junto a Beca hasta Jade. La pelinegra agarró la mano de Max y la manga de Beca. 

— No debería haber ido ella primero —dijo Callahan— Fue... un poco cruel. Justo igual o peor que Harrington.

Las tres chicas corrieron a la habitación de Nancy para reencontrarse con Lucas, Dustin y Erica. Habían decidido escaparse por la ventada estos tres ya habían salido y los esperaban junto a las bicicletas. Jade dejó que Max y Rebeca saltasen primero por la ventana y por último fue ella. Aunque le molestaba bastante estar a cargo de su grupo de amigos, hacía un muy buen trabajo en ocuparse de ellos.

La puerta de la habitación se abrió, dejando ver al mismo agente que Jade puso en su sitio un rato antes. La chica miró atrás, mientras tenía medio cuerpo fuera. Sonrió pícara y le enseñó el dedo del medio al policía antes de saltar. 

— ¡Vamos, vamos! —grita Jade apresurando a sus amigos. Agarró su bicicleta del suelo y comenzó a correr junto a sus amigos.

— ¡Oigan! —gritó Callahan desde la ventana— ¡Disculpen! ¡No, vuelvan aquí! 

— ¡Corran! —volvió a decir Jade— ¡Muevan el culo, vamos!

— Supongo que es un delito menor —dijo Erica mientras pinchaba la rueda del coche de policía con la navaja de Jade.

Los padres de los adolescentes salieron de la casa por culpa de todo el alboroto. Vieron a sus hijos pedalear a gran velocidad por la calle. Llamaron a los muchachos como desquiciados en un intento de que volviesen con ellos, pero no hicieron ni el mínimo caso.  Los muchachos desaparecieron a lo lejos, dejando a los adultos confusos y angustiados.

[...]

Jade sonrió más aliviada que nunca de ver a su hermano vivo. Dejó un largo suspiro al verlos a todos bien. Aunque era una forma muy rara de verlos. En el techo del tráiler de Eddie y a través de un portal. Bastante tétrico.

Dustin reía como desquiciado al ver que la teoría de Jade y él era cierta.

— Hola —dijo Jade, mirando hacia arriba— Les echaba un poco de menos.

— Yo también —dijo Steve mirando a su hermana con una sonrisa aliviada.

— Por Dios, esto es un a locura —dijo Robin. 

— ¿Cómo hacemos que bajen barra, suban barra, o como sea hasta aquí? —pregunta Jade, mirando a Dustin.

Dustin sonrió en su dirección.

— Tengo una teoría.

— Fantástico —dijo Jade— ¿Te importaría compartirlo con los demás?

— Necesitamos sábanas —dijo Henderson.

— ¿Sábanas? —dice Beca confusa.

— Confíen en mí. Y traigan un colchón. ¡Rápido, vamos, vamos! —apura Dustin dando palmadas.

— ¡Ya vamos! —dijo Max irritada.

Max y Jade fueron a la habitación de Eddie para traer el colchón, mientras que Beca y Lucas fueron a por varias sábanas. Jade agarró un extremo y lo levantó pero se quedó confusa cuando no sintió a Max agarrar el otro extremo. Levantó la mirada para mirar a su pareja, quien ya la estaba mirando con ojitos enamorados y una pequeña sonrisita que causó un cosquilleo en el corazón de Harrington.

— ¿Qué? —dijo Jade— ¿Qué pasa?

— Te ves preciosa —dijo Max sin dejar de sonreír.

— ¿Qué dices? —dijo Jade, riéndose tímidamente.

— ¿Quieres que lo vuelva a repetir? —dijo Max.

Jade rodó los ojos y le lanzó un cojín mientras se sonrojaba y sonreía como una completa idiota. Max entre suaves carcajadas agarró el cojín antes de que impactase contra su cara y se dispuso a ayudar a Jade con el colchón. Los arrastraron por el pasillo. Beca, Lucas y Dustin ataban los extremos de las sábanas con firmeza. La pareja dejó el colchón en el suelo, justo debajo del portal. Dustin tomó las sábanas y se puso él también debajo de portal.

— No estoy seguro de cómo funcionará la física. Pero... —dijo Dustin— Aquí vamos —lanzó la sábana por el portal— Eso es —dijo él, sonriendo levemente— Y si mi teoría es correcta... —soltó la sábana y esta se quedó suspendida en el aire— Abracadabra.

— Increíble —dijo Jade, sonriendo también. 

Inconscientemente agarró la mano de Max mientras miraba hacia arriba. Max la apretó de vuelta con la misma sonrisa de sorpresa.

— ¡Muy bien, tiren, a ver si aguanta! —les dice Dustin a los adolescentes mayores.

Robin tiró de las sábanas con todas sus fuerzas. Dustin tenía razón. Él rió orgulloso de sí mismo.

— Esto es lo más loco que he visto en toda mi vida —dijo Erica— Y he visto cosas locas.

Max con curiosidad jaló suevamente de la sábana. Dustin y Erica se chocaron las manos.

Robin decidió ir primero. Comenzó a trepar por la cuerda improvisada de los más jóvenes. 

— Despejemos la pista —dijo Dustin.

— ¡Ay, Dios! —exclama Robin mientras caía al colchón— Joder. Eso fue divertido —dijo entre risas nerviosas.

Jade extendió su mano y ayudó a Robin a levantarse. El siguiente fue Eddie, que cayó bastante más brusco que Robin. Dustin fue quien lo ayudó a levantarse. 

— Parece divertido —comentó Jade al verlo caer.

— Lo es, de hecho —dijo Eddie. Se apoyó en la cabeza de la joven Harrington y sonrió— Inténtalo tú también, mini Harrington. De aquí a esa dimensión rara.

— Estás loco —dijo entre pequeñas risas— ¿Quieres que me parta la cabeza?

Eddie se separó de ella con una sonrisa y sacudió su cabello amistosamente. No habían empezado con el mejor pie, pero cuanto más  escuchaba a Steve hablar de Jade, mejor le caía. Hasta se había enterado de que Jade sabía tocar la guitarra eléctrica, pero desde que llegó a Hawkins su padre no quería comprarle otra con la excusa de que era algo de hombres. 

Los siguientes que debían pasar por el portal eran Nancy y Steve. Jade los miraba con una pequeña sonrisita.

Jade.

La voz que llevaba escuchando meses en su cabeza había vuelto. Le extrañaba bastante que en todo lo que llevaba de día no había escuchado la voz oscura que la martirizaba y la llenaba constantemente de culpa y arrepentimiento. Esta vez, fue muy distinto. La voz sonaba extremadamente cerca, como si estuviera dentro del tráiler de Eddie. Esta vez supo que algo andaba mal. Terriblemente mal.

— Tengo que decirles algo —dijo con la voz temblorosa mientras se giraba a mirarlos de nuevo.

Su corazón se le subió a la garganta cuando se dio cuenta de que estaba completamente sola. Miró a todos lados en busca de cualquiera de sus amigos.

— ¿Max? —dijo en voz alta, respirando pesadamente— ¡Max! ¡Max!

Jade.

— No. ¡No! —grita ella, negando furiosa con su cabeza.

No pudo creer como es que había tardado tanto tiempo en acertar que esa voz no estaban en su cabeza. Vecna había estado detrás de ella, jugando con su mente exhausta hasta dejarla a su merced. Jade se maldijo miles de veces por no haberse dado cuenta antes de lo que estaba pasando. Corrió hacia la puerta principal tratando de huir. El pánico se coló por sus venas cuando no pudo abrir la puerta. La forzó por unos segundos y luego pasó a darle patadas desesperadas.

— ¿Recuerdas lo que pasó, Jade? 

La chica se quedó paralizada. Vecna estaba detrás de ella.

— ¿O ya lo olvidaste?

La puerta se abrió de repente, sin dar tiempo a que Jade pudiese dejar de apoyarse en la puerta. Harrington cayó de espaldas al exterior del tráiler de los Munson, pero no tocó el suelo. Dejó un gran grito al sentir que no paraba de caer por lo que parecía ser un profundo abismo negro y sin fondo. No supo cuantos segundos estuvo cayendo hasta que su espalda tocó el suelo con una fuerza gutural. Comenzó a respirar con dificultad del dolor. Sin embargo, pudo ponerse de pie bastante rápido.

— ¿Recuerdas lo que le hiciste a Billy?

Jade no respondió. Miró a su alrededor tratando de identificar el lugar en el que estaba. Se dio cuenta de que estaba en el Starcourt. Estaba todo bastante oscuro y había sangre por todas partes.

— ¡Billy! —el eco del grito desgarrador de Max que la perseguía.

Jade se tapó los oídos con la palma de sus manos y comenzó a sollozar en pánico. 

— ¡Max! —gritó la chica, desesperada— ¡Max, ayúdame, por favor! ¡Max!

— ¿Todavía piensas que ella no te odiaría después de lo que hiciste?

— ¡Max! —chilló— ¡Steve! ¡Lucas! ¡Por favor!

— ¿Crees que mereces otra oportunidad?

Jade, por favor. Mátame, mátame.

Billy, no. No, no, no, no. No, por favor. Aguanta un poco, te vamos a conseguir ayuda. Déjame salir de aquí para poder ayudarte.

No —dijo Billy, entre sus brazos— No...

Billy agarró uno de las manos de Jade y se las puso en su ensangrentado pecho.

— ¡Ya basta! ¡Basta! —gritó Jade, cerrando los ojos con fuerza— ¡Max! ¡Max!

— Billy, Billy —dijo Jade, entre lágrimasNo hagas esto. Aguanta un poco, aguanta. No puedo dejar a Max sola. Ella te necesita. Necesita a su hermano.

El muchacho no contestó. Miraba a Jade mientras lágrimas de sus propios ojos verdes caían. Sabía que esa sería su última noche con vida.

¿Billy? —dijo en un hilo de voz y en completo shock.

Ese 4 de julio, Jade había entrado en la mente de Billy momentos antes de que él muriese. Recordó con claridad como trató de cerrar sus heridas con los poderes que aún tenía en ese momento, pero ella misma estaba demasiado débil como para ayudar. Ella también se estaba muriendo. Lloró, lloró y lloró mientras trataba de detener las severas hemorragias de Billy. Y cuando salió de su mente de manera involuntaria por sus propias heridas y cansancio, Billy le había dedicado un desgarrador "Lo siento" mientras sostenía su mano. Una disculpa cargada de culpa por no haber podido aguantar un poco más. Una disculpa cargada de arrepentimiento, porque al fin y al cabo, él tampoco sabía si Jade sobreviviría. Eso significaba que Max estaría sola.

Jade se había olvidado por completo de esa traumática parte. Fue como si su cerebro hubiese borrado ese recuerdo con tal de protegerla de la locura. Se olvidó como Billy murió a pesar de sus intentos por salvarle. Olvidó los sollozos de Billy y sus súplicas de que terminase con su sufrimiento.

— Todo el dolor... —dijo Vecna, acercándose a ella— Todas las pesadillas... Todo el sufrimiento de Max...

Jade alzó la mirada aún entre lágrimas amargas. Unos recuerdos desgarradores vinieron a su mente. Unos recuerdos que ni siquiera ella misma sabía que tenía.

— Tú misma se lo provocaste.

— No... —sollozó, caminando hacia detrás.

Vecna tomó forma de Max.

— Todo eso —dijo Vecna/Max, mirándola con lágrimas cayendo de sus ojos azules— Es culpa tuya.

— Max, no. No —dijo llorando— Por favor.

— Y ni siquiera lo recuerdas —dijo Max a un solo paso de ella— Quizás deseabas quitarme a Billy, después de todo. Porque él te detestaba.

— No, no —dijo Jade, paralizada.

— Porque él tenía razón desde un principios al decirme que no debía acercarme a ti.

— Por favor. No. No, no quería... No.

— Eres la que provocará mi muerte —dijo Max fríamente.

— Perdóname. Perdóname, Max —exclama Jade, ahogada en culpa— Te prometo que intenté ayudarle. No quería que nada de esto pasara, yo no... N-no...

Jade se dejó caer de rodillas frente a Max. Se llevó las manos a sus oídos de nuevo. Todo esto era demasiado para ella. Era demasiada presión para alguien que tan solo quería vivir una vida tranquila junto a su novia, sus amigos y su familia. Que idiota se sentía por no haberle dicho nada a sus amigos sobre sus síntomas y sobre todo lo que le pasaba. Quizás así todo esto se podría haber evitado.

En un pestañeo, se dio cuenta de que estaba en su propia casa. Estaba completamente sola en la oscuridad.

———

no me gustaba como iba el capitulo pero OJO CON ESE FINALLLLLLLLL

insertemos la canción de chandelier (sia) para esta última parte, porque queda de maravilla. y creo que voy a hacer una playlist sobre Jade esta temporada, porque me encanta Jade y se merece que entiendan sus sentimientos a través de música.



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