Capítulo 07

Tener que inmovilizar a Jade en una silla y además encerrada en otra habitación, no le había sentado bien a nadie, ni siquiera a la propia Jade encerrada. Se había tratado de abalanzar sobre El, de no haber sido porque Mike fue más rápido, golpeándola sin pudor alguno. Y ahora ahí estaba ella, sirviendo como una espía para el Mindflyer, llorando desesperada y angustiada por salir de aquella habitación. Ahora, Jade estaba presente.

- Sal. No quiero que estés aquí.- Sollozó, mirando al techo. - ¡Déjame en paz!-

Esa oscura voz en su cabeza seguí ahí, atormentándola con el fin de dejarla lo mas vulnerable posible. Jade estaba abatida. Sus hermosos ojos azules estaban apagados y el tremendo golpe de Michael le estaba pasando factura, pues una mancha morada se estaba formando en su mejilla. Su garganta ya dolía demasiado, así que tan solo guardó sus fallidos intentos de que sus amigos le ayudasen para sí misma. Aquella reacción tan inmediata de Mike fue una quebradura en el corazón frágil de la pelinegra. Aquellos ojos asustados de la pelirroja fue otro golpe duro. Cada vez sentía al Mindflyer tomarla más rápido. Nadie estaba ahí con ella. Estaba sola.

Max tras el inesperado golpe, la invadió casi al segundo el enfado y parecía que su odio por Wheeler se había multiplicado. Lo insultó de todas las maneras habidas y por haber y, casi todos allí creyeron que incluso se había inventado alguno. La pelirroja estaba roja del enfado. Lo único que hizo después de encerrar a la pelinegra en la habitación, fue sentarse y quedarse en silencio, perdida en sus pensamientos. Luego cayó en cuenta de que había una posibilidad de que tuviesen que luchar contra ella y también contra Billy. Ellos, después de todos no se habían derretido para formar al monstruo.

Nancy interrumpió la conversación tan tensa que había entre los jóvenes adolescentes, levantándose de su sitio y mirando hacia la ventana.

- ¿Oyeron eso?-

- Son solo los fuegos artificiales.-

- Cuando Billy habló con ustedes, ¿estaba en esta habitación?- Pregunta Nancy.

Jade dejó de moverse al instante. Las venas negras volvieron a aparecer y su cuerpo dejó de hacerle caso a ella. Sus manos se retorcieron y los fuertes suspiros salieron de sus pulmones por el esfuerzo. Las cintas estaban a pocos jalones de romperse.

- Jade...- Susurraron todos.

- Es una espía.- Finalizó Will a la acertada hipótesis. - Sabe donde estamos.-

La nuca del chico estaba completamente erizada.

Jonathan se encargó de entrar con Jade y asegurarle las cintas en los pies y en las manos. La chica parecía no reaccionar, ni si quiera observó al mayor. Byers sacó a Jade de la habitación para ponerla junto a los demás en el salón de la cabaña. Max la miró con ansiedad, maldiciendo mil veces al Mindflyer.

- Tapad puertas y ventanas.- Habló Nancy con el rifle en sus manos.

Y así todos lo hicieron. Todas las mesas, sillas o cualquier mueble pesado desaparecieron de sus sitio original.
Una vez terminado, la mayor agarró de nuevo el arma.

- Apártense de las ventanas.-

Jade estaba lejos del gran grupo, aún atada. Era extraño verla tan tranquila, pensaban. Pero simplemente no le dieron importancia.

Mientras los demás cubrían sus espaldas unos a otros, la poseída cada vez sentía a su controlador más cerca. Esa oscura energía que tanto la fortalecía a cada metro. Las venas se marcaron en ambos brazos. Sus ojos se volvieron completamente negros, indicando que el espiritu de Jade se había vuelto a ir. Lucas se percató de ello y de inmediato avisó a los demás.

Sus manos se cerraron con fuerza, clavandose sus propias uñas en la palma de su mano. No sintió el dolor. No sintió a los chicos gritando que hiciesen algo. Jaló lo más fuerte que pudo, rompiendo una de las cintas. Y cuando Lucas fue a detenerla, uno de los brazos del monstruoso Mindflyer había roto una ventana.
El brazo continuó sin perdida hasta Eleven gracias a la presencia de Harrington, que lo había guiado. De no haber sido por Jonathan, quizá El no hubiese estado viva ahora. Él cortó con su hacha parte del tentáculo, pero un fuerte golpe lo llevó al extremo de la habitación. El monstruo fue directo a por él. Nancy lo detuvo con su arma, disparando al menos tres veces, pero no haciendo ningún efecto.

Finalmente, fue detenido por El cuando estaba a centímetros del rostro de Wheeler.

Para ese entonces, Jade ya no estaba en su silla, sino observando la escena al lado de su amo, sin ninguna expresión en su rostro.

"Ve con Billy."

Jade obedeció de inmediato. Caminó sin expresión alguna hasta la puerta principal y destrozó como si nada la barricada que los otros habían construido. Abrió la puerta y con las mismas, salió de la cabaña.

- ¡Jade!- Gritó Will.

[...]

Billy salió de su coche, con un cigarrillo entre sus labios. Vio a la joven Harrington salir de la densa vegetación que tenía frente a él. Lanzó el cigarro lejos de él, sin moverse ni un solo centímetro de su sitio, observando a Jade con atención.
La pelinegra lo miraba igual de atenta. Era como una extraña batalla entre ambos poseídos, pero no existía el conocido odio entre ambos. Era neutro. Incluso se pedían ayuda a gritos.

Los dos jóvenes se metieron en el coche. No se dirigieron la palabra. Mas que nada, porque no podían. Si no, se habrían dado cuenta de que no harían un mal equipo juntos.

Billy arrancó el coche.
El camino era dolorosamente silencioso. No había ni la más mínima interacción entre los dos. Sus mentes estaban oscuras, ocupadas sin permiso por el monstruo.

Jade a pesar de todo, seguía ahí. La parte cariñosa y tímida aún seguía ahí, llorando angustiada por salir de allí. Lo único que podía mover era su cabeza, tan solo para poder mirar su alrededor. Jamás había sentido tanta ansiedad en sus venas, querer con todas sus fuerzas al menos mover alguna extremidad o hablar, para que sus amigos supiesen que aún estaba ahí.

Ya habían llegado por fin al centro comercial, sin embargo, ninguo se movió. Billy apagó el coche y simplemente volvió a ponerse derecho en su asiento. 
Jade logró mirarlo. Los ojos verdes del mayor también la observaron. Era la primera vez que estaban tan cerca el uno al otrom sin hacerse daño de ninguna forma.

La mano del chico que estaba en la palanca de cambio, se deslizó suavemente hacia su derecha. Estaba buscando la mano de la pelinegra. Eso era muy extraño. Pero ahora, él no sentía odio. Ella tampoco. Billy tan solo quería ser entendido. Y de alguna forma, en ese momento de pura desesperación, confiaba en esa chica. 
Su mano llegó hasta ponerse encima de su suave dorso, tomándola con la misma suavidad de siempre. Harrington no miró las manos unidas, tan solo giró su muñeca y entrelazó sus dedos con los de él, sin apartar sus sensibles ojos fríos de los de Hargrove.

"Billy." 

"Jade."

Ella a pesar de todo, lo quería de vuelta. Sabía lo mucho que significaba para Max, aunque ella jamás lo mostrase de una forma del toodo afectiva. Jade creía en el cambio. ¿Por qué Billy no podría cambiar?

Y Billy, creyendo que la odiaba por estar saliendo con su hermana, sabía lo pura que ella era. Oh, pero sabe muy bien lo feliz que hacía a Max. Veía todas y cada una de las sonrisas ocultas de su hermana cuando Susan le preguntaba por ella.

- B-billy.- Su voz se había convertido en un doloroso hilo que temblaba descontroladamente. Las lágrimas de sus ojos se habían estado acumulando, hasta que haían decidido caer en enormes proporciones por sus pecosas mejillas.

- Lo siento.- Fue lo único a lo que alcanzó a contestar. Él tambiñen lloraba.

Hubiera sido una confusa respuesta de no haber sidoporque Jade sabía leer bien a las personas. La pelinegra apretó ligeramente su agarre.

[...]

El gran grupo se había expandido más todavía, pues se habían reencontrado con Dustin, Lucas, Erica, Steve y Robin. Eleven los había salvado de los rusos. El coche de exposición que estaba a unos pocos metros lo había lanzado con sus poderosos poderes. Dustin había casi saltado el mostrador en el que se estaba escondiendo para corres a abrazar a Eleven y a Mike, quién la sujetaba.
Pero, Dustin estaba confuso de no ver a la pequeña Harrington, al igual que el mayor.

- Un segundo, ¿dónde está Jade?- Pregunta Steve buscándola entre el grupo.

Max frunció su ceño. Realmente no había podido sacarse eso de la cabeza en todo el trayecto hasta el centro comercial. No había hablado igual que cuando estaba con Jade. Ahora, en vez de estar molesta, estaba asustada. Las dos personas que más amaba estaban en peligro y ni siquiera ella si los dos saldrían con vida de esta.

- Ella...- Mike intentó hablar, pero Max lo interrumpió de inmediato.

- Esa cosa la tiene. Es una de ellos.-

Los nervios de Steve brotaron nada más procesar esas palabras. Se agarró el cabello con una de sus manos y Max notó que su mirada se perdió. Se dio la vuelta y esta vez su mano libre también se fue a su largo cabello. Tenía ganas de vomitar nuevamente.

- ¿Qué?- Exclamó, en parte enfadado porque parecía que a nadie parecía del todo preocupado por ella. - ¿Ustedes no se suponen que deben cuidarlos a todos?- Les grita a Nancy y a Jonathan, caminando ahora más enfadado hacia ellos.

- Steve, calmate.-

- ¿Qué me calme? ¿Cómo coño quieres que me calme si mi hermana está poseída por esa mierda? ¿Cómo te sentirías tú si Mike o Holly lo estuviesen? Mierda.- Estuvo insultando por lo bajo. 

- Tenemos que idear un plan para matar al Mindflyer.- Mike ignoró al chico y miró a su grupo.

- ¡Oh! ¿Y matar a mi hermana en el proceso?- 

- Sí, ¿cual es tú problema, estúpido?- Se une Maxine.

- ¡Ese no es mi plan! Pero, tenemos que arriesgarnos. Nadie más puede salir herido, es todo lo que digo.- Trató de defenderse, pero aquello no le había gustado a nadie.

- Pues no quiero ese plan, es una mierda.- Ataca la pelirroja. - ¿Por qué no estamos ideando un plan para salvar a mi nov-amiga?-

- ¿Y dejar que el Mindflyer posea a más gente? Sí, me gusta tú plan.- Responde Wheeler sarcástico.

- ¡Dios, deja de preocuparte de gente ajena por un momento y mira a tu alrededor! ¡Hablamos de una de tus amigas!-

Michael rodó los ojos exageradamente. - Solo porque la ames no significa que sea la prioridad. Estamos hablando de millones de vida.-

- ¡Es tu jodida amiga! ¿Cuál es tu estúpido problema? ¿Naciste defectuoso ya de por sí?- Mayfield jamás había detestado tanto a Mike.

Los tres siguieron discutiendo, no dandose cuenta de que El se había alejado unos escasos metros de ellos, aturdida y exhausta. Dio una vuelta sobre sí misma. Sus oídos dolían horrores, causando que tuviera que taparselos, creyendo que así de alguna forma, el molesto sonido inexistente se fuese. Pero a continuación, se había caído al suelo, más adolorida que nunca por su pierna herida.

El gran grupo se giró y el primero en correr hacía su lado fue Wheeler, quien estuvo llamando su nombre innumerables veces.

Sin duda, la mirada de odio pertenecía a la pelirroja, mientras que la de irritación a Steve.

- Mi pierna, mi pierna...- Lloriquea la castaña, sintiendo que iba a desmayarse en cualquier momento.

- La pierna, vale.- Jonathan procedió a quitarle el bendaje (ya completamente empapado) con cuidado. 

Todos pusieron muecas de dolor al ver la herida de la chica. En ella, se notaba un extraño movimiento, como si una especie de gusano gigante se alimentase de ella.

- ¡El!-

La joven lanzó un alarido, provocandole a todos una desagradable sensación en sus cuerpos y una piel de gallina que sin duda tardaría bastante en volver a la normalidad.

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- deli

cOrOnA vIrUs *inserte voz de cardi*

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