Capítulo 06

Narra Jade

¿Qué hacíamos ahora? Salir de un supermercado con cuatro cajas de Eggos en los brazos de El mientras que un dependiente nos gritaba ladronas a ambas. No era gran cosa. No es algo que un ladrón robaría primero. Lo que sorprendió a todos fue la puerta cerrarse tan brusca que se habían roto todos los cristales de esta. Hasta yo estaba sorprendida aún sabiendo que El tenía poderes.

Nos paramos en el bosque de nuevo, bajó un árbol. Eleven sacó los gofres de la caja y comenzó a comer algo desesperada. Era extraño, porque no llevábamos ni veinticuatro horas fuera de casa. Aunque yo no soy nadie para juzgar el apetito de El.

Hablamos de varias cosas. Del bosque, por ejemplo. De por qué habían tantas hojas secas bajo nuestros pies. De por qué habían grandes árboles ahí o también de por qué hacia frío en los bosques de Hawkins. Yo sin dudarlo contesté a todas y cada una de sus preguntas, al menos, lo intenté hacer de una forma clara para que me entendiese. Eleven era muy inteligente. Ella comprendía las cosas. No necesariamente a la primera. El preguntaba todo lo que no entendía, yo le explicaba y ella ganaba algo de conocimiento. Al fin y al cabo, la inteligencia no se basa en la rapidez de entender algo, sino de la curiosidad y las ganas de querer aprender.

- ¡Eleven! ¡Jade!-

El dejó de comer y me miró.

- Son ellos.- Dije.- Nos están buscando. - Sonreí mostrando mi parte más tranquilizadora.

Para mí desgracia y para la de ellos, la voz de Troy hizo acto de presencia. Entonces las ganas de levantarme y abrazarme a mis amigos se fueron de inmediato. El me miró de nuevo, pidiéndome que nos levantemos y vayamos con ellos. Quizá ella también sentía que sus amigos estaban en peligro o quizás solo los echaba de menos.
Las voces de hicieron lejanas. Eso no era bueno, porque Mike y Dustin se alejaron muy rápido.
Mierda, Troy.
El y yo nos levantamos. Fuimos tras ellos. Las voces se comenzaron a escuchar más alto y más cercanas. Me daba miedo, porque nos acercabamos a un altísimo acantilado. No quería ni pensar las locuras que podría hacer Troy en un lugar como ese. 

Solo decir que una vez casi me tira cuando jugábamos.

- Salta.-

Mi respiración se detuvo por unos segundos al escuchar la voz de Troy
El y yo nos escondimos. Traté de parar a mi hermano y a James pero ella me detuvo. Le obedecí a duras penas.

Mike miró el precipicio y luego miró a Dustin, el cual estaba atrapado por Troy y su navaja.

- O Desdentado tendrá una visita con el dentista.- Gruñe.

Mike volvió a mirar el precipicio.

Miré a El. Quería hacer algo. Mierda, no quiero a Mike muerto.

- Espera.- Me dice El.

Pero no puedo esperar, El. Mi mejor amigo va a saltar. Sé que es capaz de hacerlo. No puedo quedarme mirando como Mike se hace puré contra el agua. No quiero ver tampoco a Dustin con la boca sangrando y llorando mientras el imbécil con el que comparto sangre y una casa y su amigo que le lame el culo se rían a más no poder de él.

- Contaré hasta cinco.-

Comencé a sudar cuando vi a Mike caminar lentamente hasta el borde. Va a saltar.
Sin aguantar más me levanté de mí escondite. Esta vez El no me detuvo. Dustin me vio. Troy, también. Pero no detuvo la cuenta atrás.

- Mike, ni se te ocurra.- Exclamé caminando rápido.

- ¡La consulta abre en, cinco!-

- Mike. ¡Mike, no lo hagas!- Grita Dustin.- No te preocupes, no necesito estos dientes, tendré otros nuevos, pero no saltes.-

Me aproximé lo más que pude a ellos, pero James me detuvo. Forcejeé todo lo que pude. Él era más grande y fuerte que yo, nada podía hacer. Sus enormes brazos me rodearon

- Suéltame, imbécil con olor a mierda.- Farfullé retorciéndome.- ¡Suéltame! ¡Mike, Mike!

- ¡Cuatro!-

Mike me miró de reojo, pero no se detuvo.

- ¡No, Mike!-

- ¡Tres, dos...!-

Mike pisó el borde del precipicio con sus pies y miró hacia abajo. Lo va a hacer. ¡Lo va a hacer!

- ¡¡Mike!!- Grité.

- ¡...uno!-

Mike saltó. Realmente lo hizo.
Me solté de James y Troy soltó a Dustin. Los cuatro vinimos corriendo para asomarnos. Me llevé uno de los mayores alivios de mi vida al ver a Michael suspendido en el aire. Mi corazón volvió a latir normal y mis ataques de ansiedad se fueron en segundos.

- El...- Susurré sintiendo como el alma volvía a mi cuerpo.

Mike fue elevado de nuevo. Fue devuelto a la tierra. Su cara de asombro era graciosa. Pero dios. Para no estar asombrado con lo que casi pasa.
Todos miramos hacia la izquierda. Dustin sonrió mientras que Mike la observaba sin creerlo.
El se acercaba con un semblante serio y poco amigable ahora mismo. Usó sus increíbles poderes para empujar a James lejos de nosotros. Y un segundo después de aquello, oí el gritó ahogado de dolor de mi propio hermano. Me giré a ver qué había pasado algo asustada. El rompió su brazo izquierdo y ahora Troy lloraba asustado como un niño.
Y aunque ni quisiese, me sentí muy mal por mi hermano. Preocupada. No entiendo porqué. Fue un capullo pero aún así siento cosas por él. Dilema de hermanos.

- Fuera.- Murmura ella deteniéndose.

- ¡Me ha roto el brazo! ¡Mi brazo!- Grita mi hermano.

- Corre, vayámonos.- Dice James asustado echando a correr junto con el dolorido Troy.

Dustin se levantó del suelo y caminó hacia donde se habían ido.

- ¡Sí, eso es! ¡Más vale que corran! ¡Es nuestra amiga y está loca!-

Maldición, Michael Wheeler y Eleven.

Dustin siguió hablándoles. Más bien les insultaba. Pero yo me fijé en El. Y parece que Mike igual. Ella se desplomó agotada y no dudamos en ir a socorrerla.
Agarré la cabeza de El y la apoyé en mis piernas a la vez que la analizaba por si se había hecho más. Mike se puso a mi lado y más tarde Dustin vino corriendo hasta nosotros.

- ¿El? El, ¿estás bien?- Pregunta mi amigo.

El nos miró y arrugó su gesto. Estaba a punto de llorar.

- Mike, lo siento.-

- ¿Que sientes?- Pregunta él con una leve sonrisa.

- El portal...- Tragó saliva. Un nudo se formó en su garganta. -... yo lo abrí. Yo soy el monstruo.-

- No, El. No eres un monstruo. Me has salvado. ¿Lo entiendes? Me salvaste.-

- Los monstruos no salvan vidas.- Dije yo con una sonrisa. - Y tú lo hiciste.-

El sonrió. La ayudamos a que se sentase y nos abrazó. Dustin se unió abrazándonos a todos.
El momento era increíble. Éramos cuatro amigos unidos de nuevo. Pensándolo bien, una parejita y dos amigos juntos.
Nos habíamos reconciliado sin ni siquiera hablar del tema. Mike me abrazó más fuerte. Era increíble. Éramos increíbles.

[...]

- Hijos de puta.- Maldigo al ver los diez furgonetas aproximándose hacia la casa de los Wheeler.

Dustin cerró las cortinas alterado. Fuimos corriendo hacia el sótano. Teníamos que salir de ahí, ya. Me puse mis patines. Mike, Dust y Eleven se fueron a las bicicletas. Antes de irnos le amarré en la parte trasera de la bici de Dustin una cuerda de emergencia, por si yo me que quedaba atrás.
Salimos de la casa por fin. Un hombre de cabello blanco y muy alto iba acompañado de decenas de hombres. Nos miraban inexpresivos, pero no cabía duda de que nos querían hacer algo.

- ¡Vámonos!- Grito poniéndome delante de ellos.

Comenzaron a seguirme sin rechistar. Por una vez tenía al grupo detrás de mí, obedeciendome.
Les indiqué en todo momento hacia donde ir. Saqué mi SuperCom lo más veloz que pude. Tenía que hablar con Lucas.

- ¡Jade, Jade! ¿Me recibes?-

- Sí. Nos están siguiendo.

- ¿Dónde están?-

- En Cornwallis.- Exclamo.

- ¡Nos vemos en Elm con Cherry!- Grita apurado.

- ¡A Elm con Cherry!- Grité para que los demás me oyesen.

Atravesamos un jardín y aplastamos algunos enanos de jardín. Estuve a punto de caer pero para mi suerte no fue así. Apenas estábamos a escasos metros de aquella calle. Tenía ganas de ver a Lucas, más que nada porque tenía miedo de que podría pasarle algo y nosotros no estar para ayudarle. Yo me pregunto porque siempre nos metemos en líos tan serios como este.

[...]

- Santa mierda. ¿Vieron lo que hizo con la camioneta?-

- No, nos lo perdimos.- Contesta con ironía Mike.

- Ha sido...-

- Asombroso.-

Este no es Lucas. ¿Qué le hicieron a Lucas?
Eleven observó al moreno acercarse. Lucas se agachó hasta quedar a su altura. Sinceramente, se veía muy arrepentido. Al menos yo nunca lo había visto así.

- Todo lo que dije, sobre lo de que eras una traidora y eso...- Lucas la miró a los ojos.- Me equivoqué.- El suavizó su gesto.- Lo siento.-

- Los amigos no mienten.- Contesta ella con una sonrisa pequeña.

[...]

- Contesta, es el jefe.- Decimos Lucas y yo.

- Puede ser una trampa.-

- Es el jefe, claro que no es una trampa.

- Podemos protegerlos, podemos ayudarlos, pero para eso tienen que contestar. ¿Estáis ahí? ¿Me recibís? Cambio.-

Nos miramos entre nosotros. Mike dudoso agarró el SuperCom y apretó el botón. Nos volvió a mirar a todos nuevamente y tomó algo de aire.

- Sí, os recibo. Soy Mike. Estoy aquí.- Volvió a darnos una vista rápida.- Estamos aquí.-

Y luego de eso no recibimos nada más del jefe ni de Nancy. Lo único que hicimos fue sentarnos en el suelo y en los asientos del bus y... ya. Nos quedamos ahí sentados sin hablarnos entre nosotros. Dustin fue el único que se había quedado de pie. Pero se quedó así para caminar de un lado al otro inquieto. Yo lo ignoré, pero al parecer a los demás parecía comenzar a molestarle en exceso.
Mike le llamó al atención, sin embargo yo decidí meterme en mis pensamientos, como siempre hacía cuando había tontas peleas entre ellos.
Sentía una mano suave tocar la mía. Esa mano pertenecía a El. La miré. Ella realmente no me estaba mirando a mí, sino que miraba hacia la cinta que le había dado unas horas atrás. Tal vez lo había hecho sin darse cuenta. En todo caso, se le veía adorable al observar con tanta curiosidad el objeto.

Me pregunto si de verdad hay chicas igual de puras como ella.

La tranquilidad fue interrumpida por el rugido de un motor de un coche.
Nos levantamos de prisa y miramos por el cristal del conductor.

- Mierda.- Exclama Dustin.

- Agachaos.- Digo agarrando los brazos de Mike y Lucas.- Vamos.-

Cada uno nos pusimos detrás de una silla. Todos nosotros teníamos el corazón a punto de salirnos por la garganta.

- Lando.- Dice como por cuarta vez el chico.

- ¿Nos vieron?- Pregunta el moreno.

- Ustedes cállense.- Dice Mike al lado de El con voz autoritaria.

De los coches se bajaron personas. Parecía que de verdad sabían donde estábamos, pero estaba segura de que eso no era cierto. Los pasos de aquellos hombres se acercaban cada vez más hacia nuestro escondite. Ese hombre dejó de caminar. Sentía que estaba a escasos centímetros de mí, podía sentirlo al otro lado de la pared.
Probablemente haya visto las bicicletas bajo el bus.
Entonces ahí sentí el terror. Su mano agarró la puerta y la abrió. Cuando iba a poner un pie en el suelo, alguien literalmente lo molió a golpes.

Mis amigos y yo nos miramos confundidos y a la vez aliviados. Pero el verdadero alivio fue cuando vimos el rostro de Hopper mirarnos a todos y cada uno de nosotros. 

- Bien. Vamos.- Nosotros no reaccionamos.- ¡Vamos!- Ahí sí.

Maldito Hawkins.

[...]

- En este ejemplo, somos el acróbata.- Mike señaló el monigote mal hecho.- Will y Bárbara son la pulga. Y esto es el Upside Down, donde se esconde Will. El Sr. Clarke dice que solo se llega con una fisura espaciotemporal.- 

- O portal.- Aclara Dustin.

- En el laboratorio.- Interviene Lucas.

- Lo vimos con nuestras brújulas.-

Nos percatamos de la cara de confusión que habían puesto Joyce, Nancy y Jonathan. En parte, los comprendo. Entender algo así a la primera era muy complicado.

- El portal tiene un campo electromagnético muy fuerte,- Digo yo.- capaz de cambiar la orientación de la brújula.-

- ¿Es portal está bajo tierra?- Pregunta Hopper.

- Sí.- Responde El.

- ¿Cerca de un tanque de agua?-

- Sí.-

- ¿C-cómo lo sabe?- Pregunta el rizado.

- ¿Podrías contactar con Will? ¿Podrías hablar con él en el...?- Pregunta la inaudible voz de Joyce.

- Upside Down.-

- Sí...-

Eleven asintió.

Narradora 

Jade acompañó a El al lavabo. La más pequeña lloraba y Jade no entendía por qué. Ella la miraba con tristeza, decepcionada de no poder ayudar más a su amiga. Lo único que se le ocurrió a Jade era estar ahí y no hablarle demasiado para no molestarla. 
Eleven lavó el rostro y se quedó mirando fijamente el espejo. Pero la ojiazul notó que ella no miraba su reflejo. De pronto El se giró y miró la bañera.

- La bañera.-

- ¿Qué?-

- Los puedo encontrar.- Dice mirando ahora a su amiga.

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- Deli

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