Capítulo 05
Narradora
- ¿Cuánto queda?- Pregunta el ya cansado Lucas.
- No lo sé. Las brujulas guían, no te dicen cuanto falta.- Contesta Dustin irónico.- Deberías aprender más sobre las brújulas.-
- En cualquier caso, ¿cómo sabremos que hemos llegado al portal?-
- Eh... Creo que al ser un portal hacia otra dimensión va a ser bastante evidente.- Volvió Dustin a contestar irónico.
Lucas miró hacia Mike y Eleven y se dirigió a sus dos amigos.
- ¿No creen que está actuando rara?-
- ¿Me preguntas si la rara se comporta raro?-
- Ya cállate con tu ironía, Dust.- Jade suspiró fuerte.- Y, ella siempre se ha comportado así.- Dustin y Lucas la miraron.
- Claro que no. Actúa más raro de lo normal. Solo que tu estés enamorada de ella no significa que seas ciega.-
- ¿Qué dices?- Dice frunciendo el ceño.
- Uh, que mal rollo.- Comenta Dustin a lo de Lucas.- Dos chicas, ¿se imaginan?- Y comenzó a reír junto con Lucas.
Jade por su parte, se tragó su dolor y siguió caminando en silencio.
Harrington miró hacia atrás para mirar a El. Aunque no lo diga, El la verdad que actuaba extraño, como si estuviese alerta y asustada todo el rato. Jade frunció el ceño tratando de descubrir que es lo que le provocaba tanta inquietud a su amiga. Pero no lo consiguió. Tan solo vio como caminaba en silencio al lado de Michael.
Tras casi una larga hora, Dustin se paró en seco.
- Oh, no.-
- ¿"No"? ¿Qué quieres decir con, "oh, no"?-
- Estamos volviendo a casa.-
- ¿Qué?- Dice Jade.- ¿Estás seguro?-
- Sí. El sol se por ahí. Nosotros estamos dando la vuelta.-
- ¿Y te das cuenta ahora?-
Dustin miró ofendido a Lucas. - ¿Por qué te metes conmigo ahora?-
- ¡Tú eres el genio de las brújulas!-
- ¿Qué dice las vuestras?-
- Norte.- Responden los tres a la vez.
Dustin miró el entorno y respiró hondo bucando alguna explicación lógica para eso. - Esto no tiene sentido.-
- A lo mejor el portal se ha movido.- Excusa Jade.
- No creo que fuese eso.- Contesta mirando su brújula.- Hay otra cosa que se está enredando con las brújulas.
Mike y Dustin buscaban respuestas. Pero Lucas y Jade, para su desgracia, la sabían con certeza.
Lucas se giró para mirar a Eleven, que estaba en tensión completa. Jade observó a su amigo. Tan solo deseaba que no perdiese los nervios con ella.
- No es un imán. Ella está más rara de lo común. Si puede dar portazos con la mente, también altera brújulas.-
- ¿Para qué haría eso?- Pregunta Mike sin encontrarle sentido.
- Porque intenta sabotear nuestra misión. ¡Es una traidora!- Grita enfadado.
El moreno caminó hasta la más pequeña. Su respiración era pesada. Trataba con todo su ser mantenerse sereno, pero su carácter fuerte y firme no lo permitían. Jade tenía que hacer algo para calmar la situación pero no sabía exactamente qué hacer para calmar la curia de su mejor amigo.
- Fuiste tú, ¿verdad?- Interroga Lucas a El.- No quieres que lleguemos al portal. No quieres que encontremos a Will.-
- Lucas, ya vale.- Habla Jade poniéndose cerca de El.
- Reconócelo.-
- No.- Susurró la más pequeña.
- ¡Reconócelo!- Exclamó aún más fuerte que antes. El se sobresaltó por la dureza de su voz.
Lucas agarró el brazo de la niña y lo alzó para verlo mejor. Unos rastros de sangre en la manga alimentaron su furia.
- Sangre fresca. Lo sabía.- Dice soltando el brazo de Eleven bruscamente.
- Lucas, vamos.- Vuelve a intervenir Jade.
- La he visto limpiarse la nariz antes. Ha usado sus poderes. para cambiar la dirección.-
- Mentira, eso es sangre seca, ¿verdad?- Le pregunta Mike a El.
La menor se quedó en silencio. Su silencio habló por sí solo.
Su garganta tenía un enorme nudo, impidiendo que pudiese hablar. Le dolía mentirle a sus amigos. No podía.
- No es...- Tragó saliva.- No es seguro.-
Narra Jade
- ¿Qué les dije? ¡Nos traicionó desde un principio!-
- Lucas, nos ayudó a encontrar a Will.- Dije lo más paciente y tranquila posible.
- ¿A encontrar a Will? ¿Dónde está? No lo veo.- Se alejó unos pasos de mí y miró hacia todos lados, como si estuviese buscando de verdad a nuestro amigo.
- Sabes perfectamente a lo que me refiero.-
- No, no lo hago. Sólo piénsalo, Jade. Ella pudo habernos dicho donde estaba el Upside Down, pero no lo hizo. Nos hizo dar vueltas como pollos sin cabeza.- Ya sentía como Lucas quería ponernos una bomba en el culo a todos.
- ¡Tranquilizate!- Se interpone Dustin entre nosotros.
- ¡No! ¡Nos ha usado a todos desde un principio! Ha ayudado solo para conseguir lo que quería. Comida y cama. Es como un perro de la calle.-
- ¡Vete a la mierda!- Le grita Mike rojo de enfado.
- ¡Vete a la mierda tú! Estás ciego porque te gusta no darle asco a una chica. Pero despierta, Mike, ¡despierta!- Mike lo miró sin decir nada.- Sabe donde está Will y lo está dejando morir en el otro lado. Podría ser culpa suya, incluso.- Dijo mirando a El y señalándola cruelmente.-
- Cállate.-
- Para ya, Lucas.- Murmuré yo.
- Estamos buscando a un monstruo, pero, ¿nunca te has parado a pensar de que el monstruo sea ella?-
Ahí fue cuando Mike perdió su paciencia completamente. Sin dudarlo, se lanzó contra Lucas. El y yo gritamos que se detuviesen. Dustin les insultó pero no intervino, porque sabía que podría sufrir los daños que realmente no merece. El se quedó inmóvil. Yo tuve que ir corriendo hacia ellos. No quería que ninguno de los dos saliesen mal parados.
Les grité que se detuviesen y lo único que me gané fue un empujón de Lucas más un "Lárgate" muy grosero de su parte.
Me levanté rápido, puesto que Lucas se había logrado colocar encima de Mike, y tenía intenciones de darle un golpe.
Todo fue muy rápido.
Eleven gritó. Lucas salió disparado. Un golpe. Sin conocimiento. Lucas.
Dustin y Mike fueron corriendo hacia él. Yo por mi parte me quedé quieta, observando a Lucas sin conocimiento y siendo socorrido por mis amigos. Michael le gritaba a El. Yo la miré. Las lágrimas corrían por sus mejillas y en cuestión de segundos echó a correr. Y yo la seguí. Prometo que fue casi mecánico. Sabía el estado de Lucas, pero también sabía que él estaba bien. No podía dejar a El sola.
Me di la vuelta y salí corriendo persiguiéndola. El avanzaba bastante rápida. La verdad es que temía que se perdiese de mi vista.
Escuché a lo lejos las voces de Mike y Dustin gritando mi nombre. Mi corazón se encogió. Debía admitir que sentía algo de adrenalina por irme de esta forma. Quizás el regaño de Steve será enorme pero no me interesaba mucho, sinceramente. O quizás Lucas me va a odiar después de esto.
[...]
Narra Max
- Te pedimos expresamente que ciudades de Maxine y mira lo que has logrado, que una de tus putas amigas se atreva a besarla.-
- No es mi culpa que tú hija sea una lesbiana reprimida.- Escupe mi hermano.
Lo único que oí fue una bofetada y a Billy caer al piso. Mi cuerpo estaba temblando porque temía que mamá me hiciese algo a mí. Pero lo dudaba, puesto que el que había pegado a Billy era su padre. Escuché a mi madre chillándole, reclamándole con dolor que no se atreviese a llamar lesbiana a su propia hija. El papá de Billy le gritó aún más fuerte, amenazante.
Tengo miedo. No era mi intención besar a una chica. Pero no pude detenerme. Ella era preciosa, era graciosa y buena, justo todo lo contrario a mi hermano. Ella me dio su apoyo, me dio a entender que ser gay no era malo. Y me lo demostró dándome un beso. Me preguntó si me sentí mal o rara al hacerlo. Pero, oh dios, no. Claro que no me sentía mal. Sentía que de verdad alguien me entendía a la perfección, aunque ni siquiera fuese lesbiana. Me dijo que si alguien me besa y yo sonreía con sinceridad solo con verla, esa persona era la indicada. Me explicó también que habían algunas fases, pero no llegó a explicarme. Y entonces volvió a besarme. No supe porqué.
Quizás me sacase tres años casi cuatro. Pero, solo son números.
Mamá entró justo cuando ella me besaba. Se asustó y de inmediato la echó de casa.
Cuando por fin acabaron con Billy, hubo solo silencio. Luego unos murmurios detrás de mi puerta. Y por último, a mi madre entrando a mi habitación. Su rostro no reflejaba nada. Solo me observaba en silencio. Miraba mis ojos rojos de llorar y asustados, pidiéndole que no me gritase, que no fuese como Neil (padre de Billy).
Su única reacción fue suspirar y negar con la cabeza. Pero seguía mirándome.
- Max, ¿te gustan las niñas?-
Mi rostro se tornó rojo de vergüenza. No por el hecho de que me gustasen de verdad, si no por que no sabía si decirle la verdad, porque tenía miedo de su reacción.
- Sí.- Contesté.
- ¿Por qué, Maxine?-
No obtuve respuesta.
¿Por qué? No lo sé. Sé como soy desde que tengo ocho años. Sabía desde un principio que los chicos no eran lo mío. No existe el porqué. Es lo mismo si yo preguntase, ¿por qué eres hetero? ¿Por qué te gusta el helado? Porque tienen un buen sabor. ¿Y por qué tienen un buen sabor para ti algo que me sabe mal?
- Nací de este modo, no es culpa mía.- Dije mirándola a los ojos.
Mamá no dijo nada. Se dedicó a dar la vuelta y a irse de mi cuarto. Entonces entendí que se había sentido, de algún modo, atacada y decepcionada. Sin embargo, no me siento arrepentida. Me siento bien. Siento que afronté un miedo.
Narra Jade
Después de un rato de seguir a El, por fin había decidido detenerse. Su peluca rubia se le había caído desde hace ya un rato, sin embargo ella la tenía en la mano aún. Se arrodilló en la orilla de aquel pequeño lago que yo jamás había visto. Miraba su reflejo. Y no parecía feliz de verse. Se volvió a poner la peluca. Estaba mal colocada pero no la arregló. Se la quitó de un jalón y con rabia gritó a su reflejo con todas sus fuerzas. El agua hizo ondas debido a sus poderes.
Salí de mi escondite sin apurarme fui hasta ella para arrodillarme a su lado.
- El.- La llamé.
Sus ojitos tristes con dolor y a punto de llorar me observaron. Ella sabía que yo ya estaba allí.
- Soy un monstruo.-
Le sonreí compasiva. Ambas miramos a nuestros reflejos.
Con mi dedo señalé su reflejo.
- La gente a veces ve lo que piensa y no lo que eres de verdad.- Hablé lo más amable posible.- Pero te aseguro que tarde o temprano se arrepentirán de haber visto mal.
Una media sonrisa se formó en sus labios.
- ¿De verdad?-
- Los amigos no mienten.- Dije mientras mi mano limpiaba una lágrimita de su ojo derecho.- ¿Recuerdas?-
Ahora una sonrisa completa fue lo que Eleven me regaló. Una sonrisa pura, de esas que de verdad necesitas.
Para relajar aún más a El decidí hacer algo más. Descolgué mi mochila de mis hombros y comencé a rebuscar en ella.
- Ten.-
Me daba algo de remordimiento hacerlo, pero ella lo necesitaba más que yo.
El agarró el reproductor de cintas junto con los auriculares.
- Esta es una de mis cintas favoritas.- Le enseñé la cinta.- La escucho siempre que me siento mal y realmente me hace sentir mejor luego de escuchar varias canciones de ella.- Dije refiriendome a la cantante.
El señaló a la chica de la cinta.
- Se llama Charis Schell (inventada).-
- Bonita.-
- Sí, es bonita. Y canta genial.-
Y a partir de ahí, El no paró de preguntarme cosas.
Logré hacer que El se distrajese de lo que había pasado. Logré que alguien que no merecía ser dañada estuviese tranquila y fuese curiosa con todo de nuevo.
De verdad que sentía que debía proteger a El de todo lo malo en el mundo, pero estaba más que claro que ella podía protegerse a ella misma. Pero también a los demás.
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Les juro que estoy disfrutando mucho escribiendo esto.
-Deli
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