Capítulo 04

Narra Jade

Nada más abrir la puerta del gimnasio, escuché a Max y a Mike discutiendo. No era nada nuevo, pero de todas maneras...
Había llegado aquí porque Mike me había llamado para ayudarlo con la zona.

- ¿Por qué me odias tanto?- Pregunta Max sin comprender.

- No te odio. Ni si quiera te conozco.- Le responde de mala gana y sin dejar de caminar.

- No me quieres en el grupo.- Replica la pelirroja.

- Correcto.-

- ¿Por qué no?- Vuleve a preguntar ya irritada Max.
Incluso puedo entenderla. Tener una conversación decente con Mike se había vuelto imposible para todos. Y si lo intentabas, probablemente acabes como yo: alguien que perdió la paciencia con él.

- Porque eres muy molesta. Y no necesitamos más personas en el grupo.- Finalmente Michael se digna a pararse y a mirarla.- Yo soy el paladín, Will el clérigo, Dustin el bárbaro, Lucas el rastreador, Jade la guerrera y El la maga.- Nombra él mirándome en el proceso.

- ¿El? ¿Quién es El?- 

Mike y yo nos miramos disimuladamente. Creo que no estaba lista para saber quién es. O al menos, no ahora.

- Alguien. Nadie.- Mike habla con tristeza. Me limité a mirarle con lástima.

- ¿Alguien o nadie?-

- Estaba en nuestro grupo hace tiempo. Se mudó muy lejos.- Finaliza separándose de ambas y yéndose lejos.

Max se subió al skate y me miró a mí esta vez. Esquivé su mirada y me dispuse a ir en dirección contraria a la de Mike, con esperanza en encontrar a Dart. Ella sin embargo, me seguía subida en su skate.

- ¿Era una maga?- Suspiré triste ante su pregunta.- ¿Qué hacía, trucos de magia?- Preferí no contestarle. Al ver que no le ponía mucha atención, me cortó el paso.- Yo podría ser vuestra zoomer.-  Fruncí el ceño confundida ante sus palabras.

- Eso ni siquiera existe.- Dije con una leve sonrisa.

- Podría.- Volvió a subirse en su skate y sin perder esa sonrisa plasmada, comenzó a girar en circulos alrededor mío.- ¿Ves? Zoomer.-

- Increíble.- Dije de manera irónica y tratando de no volver a sonreír.

- Vamos, te he impresionado.- Rió sin dejar de dar vueltas.

Estuvo así unos instantes más, sin dejar de mirarme con esa sonrisa orgullosa y algo sincera. Si seguía haciendo eso, yo acabaría sonriendo como una imbécil también. Y para mi mala suerte, eso no estaba tardando en aparecer.

- No veo ningún truco. Solo estás dando vueltas.- Digo con la intención de hacerla enojar.

- Si es tan fácil, hazlo tú.- Responde sin dejar de sonreír. Ahora era ella quien me quería provocar.

- No.-

- ¿Por qué no?- 

- ¡No sé cómo!- Y entonces, una maldita sonrisa se escurrió hasta llegar a mis labios. La tonta Max Mayfield lo ha vuelto a hacer.

- Entonces reconoces que es genial.- Alardea aún con el objetivo de molestarme.

- Si me pasara todo el día practicando seguro que lo conseguiría.-

- Te daría un millón de dólares si lo haces.- Una suaves carcajadas sonaron por su parte. Instantes más tarde, yo me uní.

- Basta, me estás mareando.- Dije cerrando los ojos.- En serio, Max. Para.-

- Cuando me una a tu grupo.-

- Vamos, para.- 

- Es muy fácil. ¿Estoy dentro o no?-

Narradora

Lo que la pelirroja y la pelinegra no sabían, es que la joven Eleven las observaba desde una de las puertas del gimnasio. El sonreía. Se sentía muy feliz de poder ver a su mejor amiga. Lo único que no encajaba ahí, era esa chica. Ella le sonreía a Jade. Jade le sonreía a ella. Eleven estaba celosa.
Su sonrisa pasó a ser una mueca enojada y fría. Nadie iba a arrebatar a su mejor amiga de su lado. Frunció su ceño y se concentró en el skate de Max. 

La pelirroja cayó de espaldas al piso de parqué. El aire se escapó de sus labios al sentir como su espalda impactaba seca contra el suelo. En tan solo unos momentos el punzante dolor se había propagado por sus costados y su abdomen.

Su skate salió disparado. Pero no por Max. Si no por la fuerza de Eleven.
Jade jadeó sorprendida. A primera vista la pelirroja tenía controlado su equilibrio. ¿Por qué se había caído si en ningún momento se había tambaleado? 

- ¡Max!- Gritó Harrington preocupada.- Maxie, ¿estás bien?- Su mano agarró la mano de la pelirroja. Esta estaba posada en su costado dolorido.

Max no se molestó por el apodo cariñoso (y nuevo) que su amiga había elegido. Quizás lo dijo sin darse cuenta, pero aún así a Mayfield le había gustado. 
Y exactamente. Jade ni se había enterado del apodo. Sus pensamientos estaban cegados por la preocupación hacia la pelirroja, '¿Se habrá roto algo? ¿Y si se hizo mucho daño?'.

- Sí, eso creo.- Contesta agarrando las manos que Jade le ofrecía.

- ¿De verdad que estás bien?- Vuelve a preguntar sin soltarla y mirándola por todos lados.- ¿Te hiciste mucho daño?-

- Sí, estoy bien.- Contesta una vez parada sobre sus pies.

- ¿Qué ha pasado?- 

Eleven, ya se había dado cuenta de lo que había hecho. Una mueca de tristeza al darse cuenta de que debía marcharse antes de que alguno de los chicos la viese. No quería marcharse. ¿No podía al menos darle un fuerte abrazo a Jade antes de hacerlo? ¿Al menos decirle a Mike que estaba bien? ¿O intimidar a la pelirroja para que se aleje de su mejor amiga? Claro que no podía. Era peligroso.

- Fue como si un imán jalase del skate. Es igual, es raro.- Fue en dirección contraria a Jade para ir a por su skate.

- ¿Un imán...?- Repite Jade en bajo.

Su cabeza se giró hacia la puerta del gimnasio. No había nadie. Pero un había ningún imán en su instituto capaz de tirar así de repente a alguien de su skate. Dejo salir un suspiro en el cual el nombre de Eleven estaba incrustado. ¿Y si...?
Un impulso causo que sus piernas comenzasen a moverse casi de manera automática hacia aquel lugar. Ahora pensaba en ella. No quería emocionarse demasiado. A lo mejor no fue un imán, si no que la pelirroja fue torpe y se fue al piso de espaldas. Nada mas tocar la puerta con sus brazos la empujó con fuerza para abrirla. Miró hacia ambos lados. No había nada. Nadie.

- ¿El?- Llamó sintiendo como esa felicidad le era arrebatada dolorosamente.
Volvió a suspirar decepcionada. Sus hombros se bajaron también. Se había vuelto a ilusionar.

[...]

Narra Max

- ¿Sabes algo?- Pregunta Lucas a Mike sobre Will.

- Al club de audiovisuales. Ahora mismo.- Dice sin detenerse hasta la puerta.

Todos nos levantamos y tomamos nuestras respectivas mochilas o bolsas del suelo. Iba a subir el primer escalón, sin embargo la voz de Wheeler me detuvo.

- Solo miembros del grupo.- Farfulla el mirándome acusador.

Por una vez simplemente me mantuve callada y con la vista al suelo. Tanto rechazo de su parte me dolía. No era justo, porque él no es el líder de ningún grupo, pero aún así Lucas, Dustin, Will y Jade parecían no oponerse a lo que él decía, cómo si le tuviesen miedo. Pensándolo bien, Jade no era tan así. Era tozuda. Al menos es la suposición que he hecho a lo largo de estos días de conocerla.

- Venga ya, Mike.- Y hablando de la reina de roma.

- No, esto no es negociable.- Vuelve a decir abriendo la puerta.

- No sabía que había líder en nuestro grupo.- Dice con sarcasmo.- Si así van a funcionar las cosas, me iré.-

 - Genial, pero esto es muy importante.- Les dio una vista general a todos sus amigos.- Vamos.-

Lucas y Dustin se miraron entre ellos. Luego, me miraron a mí. En sus miradas había vergüenza. Y me atrevo a decir que también lástima. Jade miró también hacía mí con una mueca entristecida. Quizás la única que probablemente me acepte sería ella.

- Lo siento, Max.- Dice Lucas entrando.

- Lo siento.- Dustin fue detrás de él.
Ahora solo estábamos ella y yo. Yo no la miraba. Ella a mí sí, sin quitar su expresión.

- Max...-

- No me importa. Me da igual no estar en un estúpido grupo de personas que se comportan extraño y no se atreven a contarme nada de lo que traman. No es la primera vez que me pasa. Diviértanse en lo que estén haciendo.- Entré en el instituto para ir a mi clase. Me alejé de allí con lágrimas acumuladas en mis ojos azules. No iba a permitir que me viesen así.

- Max.- Me vuelve a llamar persiguiéndome.- En serio quiero que estés con nosotros.-

- Sí, como sea.- Y tan solo me dediqué a seguir adelante para dirigirme a mi clase, sin mirarla a ella.

Jade se quedó delante de la puerta del AV club observándome como me iba alejando cada vez más de ella.
Entré a mi clase y me senté en la última fila del todo. Igualmente, no tenía a nadie más con quién hablar o algo así. Pero tampoco podría distraerme con algún feliz recuerdo de Hawkins, porque, directamente, no había ninguno. Quizás haber conocido a esos chicos, pero no, porque se comportan raro. Primero me tratan bien, luego, soy basura. 
Lucas. No dice nada frente a Mike cuando hace o dice algo. 
Dustin. Más de lo mismo. Pero él, por lo menos lo intenta aunque al final acabe cediendo.
William. Es el que menos dice y hace.
Y Jade. Se opone. Se defiende. No se deja manejar ni controlar tan fácil como los otros dos. Es dura de pelar, al menos se muestra así con Mike. 

Y cuando Ede cayó encima mía... No pude descifrar bien esos cosquilleos que tenía en el pecho. Ni tampoco esa sensación de ardor en toda mi cabeza. Mamá una vez me explicó que cuando empiece a sentir cosas por alguien, pasaría algo así. Me empieza a gustar Jade Elsie Harrington.
Y, aún queriendo que eso no sucediera, lo hizo. Porque yo no quiero arruinar nada. Porque ya tengo bastante con que un grupo no sea sincero en su totalidad. Porque quiero mantener a Jade igual de amable y cercana conmigo.

La alarma me sobresaltó. Sacudí mi cabeza completamente aturdida y sin dudarlo miré el reloj de la pared. ¿Ya había acabado la clase? La hora que más aburrida se me hacía se me había pasado en segundos por su culpa.
Salí del aula y me dirigí a mi taquilla para guardar los libros y por fin largarme de allí.

Lucas y Jade se acercaron a mí mientras hablaban animados entre ellos. Realmente Jade acompañaba a Lucas.

- Hola, Max. ¿Has visto a Dustin? Habíamos quedado después de clases.- 
Lo más inteligente que se me ocurrió, fue cerrar la puerta de la taquilla enojada e ignorarlos a ambos.
- ¡Max!- De nuevo el moreno.

Seguí mi camino para irme al coche de Billy. Jade y Lucas aún me seguían.

- ¿Adónde vas? Debemos buscar a Dart.-

- Pues buena suerte.- Contesté acelerando el paso.

- ¿Qué te pasa?- Vuelve a preguntar Lucas todavía con Jade a su lado.

- ¿A mí? ¿Qué os pasa a vosotros?-

- No lo entiendo.-

- ¡Yo sí que no lo entiendo!- Grité y me giré para enfrentarlos.- Hacéis como que sois mis amigos, ¡pero me tratáis a patadas!-

- ¡No es verdad!-

- Sí lo es...- Susurró Jade mirando hacia abajo penada por la situación.

- ¡Sí lo es!- Repetí. - Os metéis en el club a cuchichear como niños. Creía que me queríais en vuestro grupo.-

- Sí queremos, pero...-

- Pero, ¿qué?-

- Hay cosas.- Interviene Jade mirándome tímidamente esta vez.- Cosas que no podemos contarte por tu propia seguridad.-

- ¿Por mi seguridad?- Volví a decir con un tono de burla.

- Sí.- Contesta Lucas.

- ¿Por qué soy una chica?- 
Jade carraspeó su garganta a la vez que mostraba una expresión obvia. Se señaló de arriba abajo con su cabeza.
- ¿Tampoco se lo contaban a El?- Dejé de mirar a Jade.

- ¿Cómo sabes...?-

- ¿Se lo contaban?-

- Eso era distinto. Créeme. ¿Vale? Era muy distinto.-

- Vale. ¿Sabes qué? Déjalo. No quiero estar en vuestro estúpido grupo.- Jade se atrevió a dar un paso al frente para hablar.- Tú no te metas.- Gruñí. - Que lo pasen bien.- Y por fin, me alejé de ambos montada en mi skate.

- ¡Max!-

- Sigues apestando, por cierto.-

Billy me miraba atento. Estaba serio. Muy serio. Él realmente no me miraba del todo, se dedicaba a mirar detrás de mí.
Bajé de mi skate para subirme al fin a su coche. Tan solo deseaba que fuese un viaje de vuelta tranquilo.

- ¿Quién es esa con la que hablabas?-

- Apenas hablé con ella.- Me miró. Esa no era la respuesta que quería. - Nadie.-

- ¿Nadie?-

- Comparto algunas clases.- Dije para subirme al coche.

Billy no tardó en encenderse un cigarrillo. Le dio una gran calada a este y dejó salir el humo suavemente por su nariz y de entre sus labios. Se quitó el tabaco de su boca, sin mirarme. Estaba pensando. O más bien, me iba a preguntar algo.

- ¿Por qué hablaba contigo?-

- Por un trabajo de clases.- Me limité a decir.

- ¿Y por qué te enfadas tanto?-

- No lo estoy.-

- ¿Te molesta?-

- ¿A ti qué te importa?- Pregunto ya irritada del todo.

- Porque eres una mierda, Max, pero ahora somos familia nos guste o no. Me toca cuidar de ti.- Rodé los ojos.

- Oh, ¿qué haría yo sin...?- Nada más alzar un brazo, él lo agarró fuerte.

- Esto va en serio, ¿entiendes? Soy mayor que tú. Algo que se aprende es que hay personas a las que es mejor no acercarse. Y esa niña, Max...- Intenté zafarme, pero su agarre se intensificó.- Es una de esas personas.- Sentí miedo de nuevo.- Aléjate de ella, ¿me oyes? No te acerques.- Y por fin, se le ocurrió la brillante idea de soltarme.

---

- deli

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