Capítulo 04
— ¿Sabes lo que suelen decir sobre que Hawkins está maldito? —dijo Dustin— Pues... No están del todo equivocados. Hay otro mundo, un mundo escondido debajo de Hawkins —dijo— A veces se mezcla con el nuestro.
— ¿Cómo fantasmas y todo eso? —pregunta Eddie.
— Hay cosas peores que fantasmas —dijo Max.
Jade no pudo evitar mirarla con una mueca. Ella estaba parada junto a Steve y ambos tenían los brazos cruzados.
— ¿Esa noche viste algo? —pregunta Robin.
— ¿Quizás partículas oscuras? —añade Jade.
Eddie simplemente negó repetidamente.
— Parece polvo. Polvo que se arremolina —dijo Dustin esta ve intentando aclarar la memoria de Eddie.
— No, amigo, no había nada que pudieses ver o, uh... o tocar —dijo con la voz temblorosa— La intenté despertar. No se podía mover.
— ¿Qué quieres decir? —pregunta Jade, sintiendo empatía luego de ver a Eddie tan traumatizado. Aunque le había costado sentirla por lo que había pasado recientemente.
— Era como... si ella estuviera en un trance o algo.
— Bajo un hechizo —dijo Dustin, como si se le hubiera ocurrido algo.
— Una maldición —corrige Eddie.
— La maldición de Vecna —dijo Dustin por Eddie.
— ¿Quién es Vecna? —pregunta Steve.
— Una criatura no muerta muy poderosa.
Jade se puso una mano en la boca, horrorizada por sus palabras. No podía creer que su pesadilla se iba a volver realidad de nuevo. Sintió sus ojos llenarse de lágrimas, pero no derramó ninguna.
— Un hechicero.
— Un mago oscuro.
[...]
Narra Jade
Esta era la primera noche en semanas que me quedaba en casa de Max. Fue extraño, porque esta vez había sido Max quien me lo había pedido y no yo, como era costumbre. Había intentado llamar a su madre para asegurarle de que estaba bien pero para mi sorpresa, nadie me atendió. Esto me preocupó inmensamente. Que yo supiese, mi madre no tenía planes para esta noche.
Llené un vaso con agua y abrí el bote de pastillas de Max para sacar una. Respiré hondo para intentar acallar mis malditos pensamientos. Entre mi madre y este supuesto Vecna estaba al borde de un ataque de nervioso. Estaba aguantando por Max, porque sabía que necesitaba paz y no a alguien que estuviese llorando como loca y diciendo estupideces.
— Mierda —dije al darme cuenta de que el vaso se había desbordado— Serás idiota —dije en un murmullo.
Dejé el vaso en la encimera y sacudí un poco la mano para secarme.
— Elsie.
— ¡Joder! —exclamo mientras saltaba del susto.
Me di la vuelta y miré a Max con mala cara. Mi corazón estaba latiendo con fuerza y velozmente por el susto.
— Max, Dios —dije— ¿Me quieres matar?
Tardó unos segundos para responder. Luego comenzó a sonreír inocentemente. Eso hizo que yo alzase una ceja, confusa en por qué estaba sonriendo.
— ¿Por qué iba a querer matar a mi novia?
Una enorme sonrisa se asomó por mis labios lentamente. Me sonrojé profundamente y me puse una mano en la boca para ocultar las inminentes risas. Le di un un muy suave golpe a Max y ella simplemente sonrió un poco más amplia.
— Idiota —le dije.
— Estás muy asustadiza últimamente.
— Bueno, en mi defensa diré que lo soy.
Se me quedó mirando por unos segundos mientras se abrazaba así misma. Se apartó su precioso cabello pelirrojo de la cara y luego miró al suelo. Estaba moviendo sus pies de una forma que me recordó a El cuando me iba a pedir algo. Si no conociera a Max, diría que me iba a pedir algo, pero sabía que estaba nerviosa por algo.
— ¿Qué pasa? —pregunté, apoyándome en la encimera. Puse mis manos sobre esta y alcé una ceja.
— Nada, nada... —dijo sin mirarme.
— Maxine, no me mientas —dije— ¿Estás bien? ¿Te duele la cabeza?
Ella negó con su cabeza y noté como se ruborizaba levemente.
— No, no es eso —dijo— Es estúpido, solo...
— Dime —exclamo en voz baja mientras me reía un poco.
— ¿Puedo abrazarte?
La miré con los labios levemente entreabiertos y comida por la confusión. Alcé ambas cejas al ver que me lo estaba preguntando en serio. Me quedé pensando un rato en por qué diablos mi propia novia me preguntaría algo así y luego me preocupé. Quizás hice algo estúpido y ahora Max duda en si mostrar afecto o no. Esto es culpa mía.
— Pues claro, tonta —dije con una pequeña sonrisa— Ven.
Max dejó de abrazarse así misma y se apresuró en envolverme con sus brazos por mi cintura. Su carita se escondió en el hueco de mi cuello y pude escuchar un suspiro. No tardé nada en rodearla con mis brazos y acariciar su espalda para tratar de consolarla de... lo que sea que le pasara. Me apretó un poco más contra ella y yo solo sonreí al sentir que ese abrazo había arreglado todos mis problemas.
— ¿Está todo bien, Maxie? —pregunté susurrando.
— No quiero que pase lo mismo del año pasado.
— Max...
— No me digas que no pasará lo mismo. Solo... —dijo y tragó saliva— te pido que me abraces.
[...]
Narradora
A la mañana siguiente Steve había pasado por Max y Jade para volver a la residencia de Rick Porreta para llevarle a Eddie qalgo de comida y bebida.
Jade se había puesto ropa de su pareja. Una chaqueta cortavientos negra junto a una camisa colorida de rayas y unos jeans. Usó los mismos zapatos del día anterior y también decidió recogerse el cabello en una trenza. Steve siempre le hacía burla porque según él, no tenía sentido recogerse el pelo cuando tenía flequillo.
Al llegar, Eddie se había asustado por la repentina aparición de los adolescentes. Jade se reservó el comentario sobre su susto con tal de no ganarse una mala mirada de Dustin y un empujón de Max o Steve. Eddie se sentó en la barca y abrió unos cereales. No esperó ni un segundo en comenzar a comer como desquiciado.
— Tenemos buenas y malas noticias —dijo Dustin sentado cerca de Eddie— ¿Cuál prefieres primero?
— Malas noticias, siempre —dijo con la boca llena de cereales. Acto seguido se tomó algo que Jade no pudo identificar.
— Vale, malas noticias. Hemos pinchado la radio policial con Cerebro, y te están buscando —dijo Dustin— Y creen que mataste a Chrissy.
Eddie se veía muy preocupado por eso. Y con razón.
— Están 100 por ciento convencidos —añadió Max.
— ¿Y las buenas noticias?
— No han dado tu nombre— dijo Robin— Pero si nosotros supimos sobre ti, es cuestión de tiempo que los otros también. Y cuando eso salga a la luz, todo el mundo va a ir a por ti.
A Eddie parecía no haberle sentado nada bien esas noticias.
— A por el bicho raro, ¿no?
— Exacto —confirma Robin.
Jade miró a Robin y le dio un golpe en el brazo.
— Eres terrible para dar una buena noticia, ¿lo sabías? —dijo Jade.
Robin simplemente rodó los ojos.
— Pero antes de que eso pase, tenemos que encontrar a Vecna, matarlo y probar tu inocencia.
— Oh, ¿eso es todo, Dustin? —pregunta Jade sarcástica.
— Sí, eso sería todo —dijo él sin darse cuenta de sus propias palabras.
Eddie se veía mucho más angustiado que antes.
— Escucha, Eddie, sé que todo lo que dice Dustin parecerá un completo disparate, pero ya hemos vivido esto antes —dijo Robin— Bueno, ellos un par de veces y yo solo una. Lo mío era más físico y lo suyo una especie de humo, pero el punto es que juntos podremos con ello.
— Sí, antes teníamos a una chica con superpoderes y mi hermana estuvo poseída por esa cosa, lo que al parecer le había dado poderes —dijo Steve— Pero por alguna razón se les fue y Jade...
— Desafortunadamente ya no los tengo —dijo Jade cruzada de brazos— O al menos no soy capaz de tenerlos de vuelta.
— Querrás decir afortunadamente, porque casi te mueres por eso.
— ¿Puedes dejar de recordármelo? —dijo Jade fastidio.
— ¡Pues no digas que quieres tener tus estúpidos poderes de vuelta! —exclama Steve con la misma pose que ella.
— Solo digo que nos vendrían muy bien en un momento de crisis como este, Steve —dijo cansada de discutir sobre eso.
— No estamos en un momento de crisis, Ede, estamos en un momento de, uh... —Steve miró a Robin y Max en busca de ayuda.
— Técnicamente estamos más bien... —dijo Robin gesticulando con sus manos. Ella tampoco sabía que decir.
Jade y Eddie se miraron. Eddie asustado y Jade simplemente irritada. La muchacha se pasó una mano por la cara.
— Como... —dijo Steve.
— Barajando ideas —dijo Max de repente.
— Barajando ideas —dijo Steve mientras chasqueaba los dedos y señalaba a Max con una pequeña sonrisa.
— No tienes nada de que preocuparte —dijo Dustin.
Jade lo miró abriendo los ojos ampliamente.
— ¿Qué no tiene nada de lo que preocuparse? —dijo Jade con escepticismo.
Eddie miraba a ambos como si fuera un partido de ténis.
— ¡No estás ayudando! —exclama Dustin mirando hacia el techo. Luego miró a Jade.
— ¡Tú tampoco ayudas diciendo esa mierda!
Dustin iba a decir algo más pero la discusión de los dos amigos se vio interrumpida por las sirenas de distintos servicios de emergencias. El grupo se alarmó por completo y le indicaron a Eddie que se pusiera la lona por encima, por si acaso. Jade corrió a la ventana para ver que pasaba y Dustin y Robin corrieron detrás de ella. Coches de policía y una ambulancia estaban pasando de largo, así que por ahora Eddie estaba a salvo.
— Tuvo que ser otro asesinato —dijo Jade— Tenemos que ir a ver.
Todos estuvieron de acuerdo. Corrieron al auto de Steve, no sin antes decirle a Eddie que no se moviera del lugar.
El trayecto fue horriblemente callado. Max tenía la mano de Jade agarrada con firmeza para sentirse algo segura. A veces Jade trataba de decir algo con tal de cortar la tensión del ambiente pero siempre Dustin se encargaba de callarla. A la chica no le gustaba nada el tono de Dustin pero no dijo nada. Cuando llegaron, vieron que Jade, por desgracia, tuvo razón. Se sorprendieron cuando vieron a Nancy hablando con un agente de policía. Los cinco se bajaron del coche de Steve para ver mejor la situación.
Nancy parecía haberse emocionado de verlos, porque estaba ignorando lo que decía el oficial. Wheeler saludó a Steve con la mano y Steve lo devolvió.
— Uh, tortolitos —susurró Jade.
[...]
— Estás diciendo que esta cosa que mató a Fred y Chrissy, ¿es del Upside Down? —pregunta Nancy.
Jade se removió en el asiento del merendero incómoda al nombrar ese lugar. Desde aquellos eventos con esa dimensión simplemente nombrarlo le ponía los pelos de punta. Aunque sabía que no era la única, así que no le prestaba atención.
— Nuestra teoría es que ataca con un hechizo o una maldición —dijo Dustin— Tal vez esté a las órdenes del Mindflyer o simplemente le guste matar adolescentes.
— Solo sabemos que es algo distinto —dijo Max, aferrándose más fuerte a la mano de su pareja por debajo de la mesa— Algo nuevo.
— No tiene sentido —dijo Nancy, sacudiendo la cabeza.
— Es solo una teoría —dijo Dustin.
— No, lo de Fred y Chrissy no tiene sentido —dijo Nancy— Es decir, ¿por qué ellos?
— ¿Quizás por estar en el mal sitio? —sugiere Dustin— Ambos estuvieron en el partido.
— Y cerca de las caravanas —dijo Max.
Jade y Steve se miraron de inmediato.
— Estamos en las caravanas —dijo Steve pausadamente— A lo mejor no deberíamos estar aquí —dijo inquieto.
— Este sitio tiene algo extraño. Fred empezó a actuar extraño nada más llegar aquí —dijo Nancy.
— ¿Actuar raro, cómo? —pregunta Robin, también inquieta.
— Asustado, nervioso, disgustado.
Dustin pareció recordar algo importante. Miró a Max rápidamente.
— Max, Chrissy también estaba asustada —dijo.
— Sí, pero no aquí —dijo ella— Estaba llorando en los baños del instituto.
— Los asesinos en serie acechan a su presa antes de atacar, ¿no? —dijo Robin. Jade se estaba mordisqueando el labio inferior de los nervios— A lo mejor Fred y Chrissy vieron al tal Vecman...
— Vecna —corrige Dustin.
— No sé ustedes, pero si yo viera a un brujo monstruoso, se lo contaría a alguien.
— Espera, quizás lo hicieron —dijo Jade— Maxie, ¿te acuerdas cuando vimos a Chrissy del despacho de Kelly? —Max asintió rápidamente— Si ves un monstruo, no acudes a la policía. Te tratarían de loco. En cambio, acudes a...
— Tu psicóloga.
Max asintió. Todos se pusieron en marcha hacia el coche de Steve de nuevo. Nancy sin embargo, se desvió por del coche. Steve se dio cuenta de esto rápidamente.
— Woah, Nancy, ¡Nance! —exclama Steve. Nancy se detuvo y se giró para mirar a Steve— ¿Adónde vas?
— Quiero comprobar una cosa primero —dijo ella.
— ¿Algo que quieras compartir con el resto de nosotros? —pregunta Dustin.
— No quiero distraerles dando palos de ciego —dijo Nancy.
— Ya, vale. ¿Estás mal de la cabeza? —dijo Steve— ¿Tú sola con Vecna por ahí? No. Es peligroso —dijo— Necesitas que alguien... —no terminó la frase. Jade dio un suspiro exasperado al ver de lo que se trataba, pero no dijo nada.
Nancy lo miró esperando a que continuara. Steve se dio la vuelta y le lanzó las llaves del coche a Robin, que tenía el mismo gesto que Jade.
— Toma, yo voy con Nance, ¿vale? —dijo Steve— Ustedes busquen a la psicóloga.
— No creo que quieres que conduzca yo —dijo Robin.
— ¿Por qué? —pregunta Steve.
— No tengo licencia —dijo Robin mientras gesticulaba con las manos.
— ¿Por qué no tendrías licencia? —pregunta Steve más confundido que antes.
— Soy pobre.
Jade se tuvo que tapar la boca para ocultar una risa por la forma en la que Robin había dicho aquello.
— Yo puedo conducir —dijo Max.
Steve la miró con temor al recordar la conducción temeraria de Max.
— No, no —se negó— Cualquiera menos tú —dijo mientras le señalaba. Max lo miró incrédula y rodó los ojos.
Dustin miró a Steve y alzó sus manos. Steve rápidamente rechazó la idea.
— Ni hablar —dijo Steve.
— Venga ya —se queja Dustin.
— Yo podría —se ofrece Jade.
— Ni de coña —dijo Steve— Ni lo pienses.
— Vale, genial. Esto es estúpido.
Jade le mostró el dedo del medio y Robin ya parecía haber tenido suficiente con la discusión de Steve y sus niños. Tomó un Supercom de la mochila de Dustin y le dio las llaves a Steve.
— Las chicas iremos juntas —dijo poniéndose al lado de Nancy, que observaba todo con algo de diversión— A no ser que piensas que te necesitamos para protegernos.
Steve hizo una pequeña mueca avergonzado y Robin sonrió al ver que a Steve le había picado un poco lo que dijo. Nancy sonrió levemente y se despidió de él.
— ¡Tengan cuidado!
— Te quedaste ahí pasmado —dijo Dustin con una sonrisa burlona. Jade también sonrió de la misma forma.
— Cállate.
— ¿Stevie está molesto porque dos mujeres son capaces de cuidarse solas sin necesidad de un hombre? —dijo Jade burlona, poniendo una falsa cara triste mientras miraba a su hermano.
— ¡Calla! —dijo Steve avergonzado.
Puso su mano en la cara de Jade y la apartó con algo de brusquedad. Ella tan solo se rió al ver que Steve estaba avergonzado. Max había sido la primera en entrar en el coche.
— ¿Nos vamos? —dijo Dustin con el mismo tono burlón de antes.
— Calla y sube al coche—dijo abriendo la puerta. Dustin fue a sentarse en el asiento del copiloto. Jade le mandó una mala mirada por haberle quitado el sitio.
Jade se sentó junto a Max en los asientos de pasajeros. Fue a darle la mano, pero esta vez Max no parecía muy contenta ni con ganas de mostrar afecto. Tenía la nuca apoyada en el asiento y miraba el techo. Jade suspiró hondo y puso la mano sobre su abdomen sintiéndose frustrada por eso.
— Límpiate los zapatos —dijo Steve a Dustin.
Dustin sacudió el pie que ya tenía dentro del coche, pensando que se refería a eso.
— ¡Fuera, no dentro! —se queja Steve mientras se sentaba— Siempre la niñera —dijo metiendo la llave— ¡Siempre la maldita niñera! —exclama.
— Deja de llorar —dijo Jade, cruzada de brazos.
— Y tu deja de ser tan idiota.
— ¡Imbécil! —le grita Jade pateando el asiento.
— ¡Tú eres la imbécil! —dijo Steve dándose la vuelta para golpearla.
— ¡Basta, parecen niños! —exclama Max sin dejar de mirar al techo.
———
más momentos de hermanos y otro cambio de humor de nuestra traumada favorita 😍
no es mi cap fav pero no importa, al menos Jade sigue siento icónica
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top