Capítulo 03
Narradora
- Jade, ¿estás ahí? Cambio.- Jade miró su mochila extrañada y sacó su walkie-talkie.
- Estoy aquí, cambio.- Tragó los cereales que estaba masticando.- ¿Qué pasa?- Habló más bajo para que su familia no la oyese.
- Ven a mi casa. Ahora, cambio.-
- Pero tenemos que ir al instituto, no pode-...- La joven fue interrumpida por su amigo. Lo oyó algo nervioso y desesperado.
- Solo ven, por favor. Necesito ayuda con El, cambio.- Admitió mirando como la nombrada se balanceaba en el sillón de su padre Ted.- ¿Por favor?-
El pelinegro oyó un suspiro seguido de una risita de la chica. Él esperó impaciente su respuesta.
- Está bien, voy para allá, cambio y corto.-
Jade guardó su aparato y dejó su taza en el fregadero. Su madre, padre y hermanos la miraron confundidos. La pequeña solo les sonrió inocentemente y salió de la casa.
Se colocó sus patines azules claros. eran sus favoritos, porque Steve se los había regalado por Navidad.
En eso, una joven rubia gritó el nombre de Jade.
- ¡Hey, Jade!- La nombrada alzó la mirada, encontrándose con Beca.
- Uh... Hola.- Saluda sin tantas ganas como la contraria.
- ¿Quieres que vayamos juntas a clases?-
- Yo... ahora no puedo, mi hermano me va a llevar en su coche.- Mintió lo más creíble posible.- Lo siento, otro día será.-
- Sí, por qué no. Bueno pues, hasta luego.- Dice Beca despidiéndose con una sonrisa triste.
Jade suspiró y se dirigió lo más rápido posible hacia la casa de los Wheeler.
[...]
La joven llegó a la casa. Todos sus sentidos se alertaron al ver el coche de Karen aparcado fuera. Se suponía que ella no estaría a esta hora.
Jade se desabrochó los patines y los escondió detrás de unos árboles.
Esperó unos minutos y la mujer por fin se estaba yendo con su coche a trabajar.
La chica corrió hacia la puerta principal y tocó el timbre repetidas veces.
Mike abrió la puerta con El detrás de él.
- Gracias por venir, Ede.- Le agradece con una sonrisa.- Debo irme a clases...-
- ¿Perdón?-
- Es que tengo un examen muy importante y... ¿podrías quedarte aquí cuidando a Eleven?-
Jade suspiró y miró a su mejor amigo.
- Mike...-
Él se puso de rodillas delante de ella. Eleven miraba confundida toda la escena, pero no decía nada. Tan solo entendía que se iba a quedar con alguien. Y ella deseaba que ese alguien fuese Jade.
- Está bien, está bien, pero ponte de pie, no soy tu reina.- Dijo con una leve sonrisa.
- Gracias, Ede.-
El pelinegro tomó su mochila y su bicicleta y salió de la casa a toda velocidad.
- Hola, El.- Saludó con una sonrisa.
- Ed.-
Con pasos tímidos, El se acercó a su nueva amiga. Jade no entendió que hacia, hasta que sintió las pequeñas manos de Eleven tomarla delicadamente por los brazos y su cabeza apoyarse en su hombro.
- Oh... Vaya.- Susurra sorprendida la mayor.
[...]
Billy volvió a gritarle. Siempre aprovechaba que su padre y la madre de la pelirroja no estaban en casa para hacerlo con toda su rabia acumulada.
- ¡Mírame a los ojos cuando te hablo, mocosa!-
La vista de la chica pelirroja se dirigió con miedo hacia sus cortantes ojos verdes, tan fríos como el hielo y vacíos, privados de emociones.
Billy agarró su pecoso rostro y lo acercó al suyo sin mostrar empatía ni compasión.
- Por tu culpa nos mudaremos a un lugar que ni Dios sabe donde es, y todo es por tu puta culpa, porque de repente, un día de la nada, te encanta mirarle los culos a las niñas que pasan por delante de ti.- El joven decidió soltar el rostro de su hermana.- Maxine Mayfield, la lesbiana de mierda.-
Y luego de una tediosa hora de solo odio, Billy Hargrove salió de la habitación de su hermanastra dando un portazo tras él.
La pelirroja se hizo una pelota y comenzó a llorar, desahogandose. Ella sabía que no había hecho nada, que realmente no merecía nada de esto, pero a partir de hoy, Max decidió esconderlo. No porque ella quisiese, sino por la podrida sociedad que era capaz de darle un paliza por ser como es.
[...]
- Ede.-
La menor que jugaba con el Walkie de Mike, observaba a la ojiazul. Jade alzó su vista para mirarla a ella. Su cabeza se giró un poco, mostrando interés.
- Dime.-
- ¿Promesa?-
- ¿El qué?- Pregunta confundida.
- ¿Eres promesa?-
- No entiendo, El...-
- No te rompes.-
Por mucho que Harrington le diese vueltas y más vueltas a esa frase, no la entendía.
Frunció su ceño tratando de buscarle una explicación.
- ¿No me rompo? ¿Qué quieres decir?-
Y Eleven señaló el corazón de la castaña. Entonces ella comprendió lo que quería decirle su callada e inocente amiga.
- ¿Piensas que soy fuerte?- Eleven asintió ante su pregunta. Jade carcajeó un poco.- No, El, todo el mundo se rompe. Algunos se rompen un poco y otros se rompen hasta casi no poder repararse de vuelta... Yo ahora estoy rota.-
El se asustó. Jade la vio y se dio cuenta de que había metido la pata.
- N-no lo digo en serio. No es algo que muchas personas puedan ver... O sea, no estás rota de verdad, es como... algo que sientes.- Eleven se volvió a poner derecha para poner atención a sus palabras.- Por ejemplo, si Lucas me dice algo malo, me rompo, ¿entiendes, El?- La nombrada asintió.
- Rota.- Susurró por lo bajo.
- Sí...-
[...]
- A lo mejor sabe donde está Will.- Dice Mike.
- Si lo sabe, ¿por qué no quiere decírnoslo?- Escupe el moreno.
Se acercó a la niña enfadado. Jade se puso muy tensa. No tenía ni idea de lo que haría su mejor amigo y tenía un poco de miedo.
- ¿Sabes donde está Will?- Pregunta. Al no haber respuesta, Lucas agarró firme a El, asustandola.- ¡Qué si sabes donde está Will!- Le gritó.
- ¡Ya basta! ¡La estás asustando!- Interviene Mike.
Lucas la soltó y miró a su amigo.
- Pues mira, me alegro.- Se volvió hacia El.- Si sabes donde está, dínoslo.- El no contestó. Caminó hasta sus amigos.- Vamos, chicos, tenemos que contarselo a tu madre.- Dice mirando a Mike.
- No.- Jade intervino esta vez.- El dice que no debemos contarle a los mayores. Es peligroso.-
- ¿Peligroso en qué sentido?- Comenta Dustin un poco asustado.
- ¿Dices que se llama Eleven?-
- Es un diminutivo.-
- Jade, que clase de peligro.-
- Un peligro peligroso.- Finaliza la castaña.
Su mano se formó como si fuese una pistola. Primero señaló la frente de Dustin y cuando quiso señalar a Lucas, este la apartó de un manotazo. Su corazón se rompió un poco al ver la agresividad de su amigo.
-No, volveremos al plan A: Contárselo a tu madre.- Dice para luego tratar de irse.
Al abrir la puerta, esta se cerró casi de manera automatica.
Volvió a abrirla y pasó exactamente lo mismo.
Todos, sorprendidos, se giraron a ver a Eleven. La chica mantenía una mirada firme y su nariz.
- No.-
[...]
- Sí, solo queríamos encontrar a nuestro amigo. Lo sentimos por haberte tratado mal.- Dice Lucas a regañadientes.
- ¿Amigo?-
- Sí, amigo.-
- ¿Qué es, amigo?- Pregunta la niña confundida.
- ¿Nos está tomando el pelo?- Jade le lanzó una mala mirada.
- Un amigo es alguien por el que harías cualquier cosa.- Explica la ojiazul pacientemente.- Le prestas todas las cosas geniales...-
- Nunca rompes sus promesas.- Comenta Mike.
- Sobretodo si escupen.- Dice Lucas.
- ¿Escupen?-
- Es como un vínculo.-
El moreno escupió la palma de su mano y la estrechó con la de Dustin. Este último se apartó de él y se limpió la mano en su propio pantalón.
- Si somos amigos, no le contaremos nada a nuestros padres.-
[...]
Narra Jade
Y aquí estoy yo, encerrada en mí habitación porque el estúpido de mi hermano mayor había planeado una especie de minifiesta con solo cuatro personas. Entre los invitados estaba Nancy, la hermana de Mike, y otros tres que no tengo ni la menor idea de como coño se llamaban.
Lo quería estrangular, porque le dije expresamente que quería y necesitaba mi espacio de paz y tranquilidad siempre que yo estuviese en casa, pero como todos pueden apreciar, se lo pasó por otro lado.
Estaba cien por cien segura de que Nancy y Steve iban a tener sexo. No sabía como hacer para no escucharlos. Lo único efectivo sería esterilizar a mi propio hermano o bien, matándolos a ambos.
Me puse los audífonos y me puse ne mi ventana para contemplar la fría noche que hacía el día de hoy. Me fijé en la mejor amiga de Nancy, que creo que se llamaba Barbara. Estaba sentada al borde de la piscina, sola y parecía triste y tenía un corte en el dedo. Noté como una gota de sangre había caído al agua.
Las luces de toda mi cara comenzaron a parpadear.
Barbara lanzó un grito. Y con razón. Algo se la había llevado. Ya no estaba ahí sentada.
Mi pechó subía y bajaba fuerte. ¿Y si fue eso lo que se llevó a Will?
Me metí en la cama temblando. ¿Por qué nadie había ido a socorrerla?
Para mi mala suerte, ya empecé a escuchar gemidos. Y eran de mas o menos, cuatro personas. Realmente asqueroso.
[...] Perdón que hayan tantos saltos.
- ¿Qué tal esta?- Pregunta Mike enseñando la piedra que tomó.
- ¿Crees que Eleven nació con poderes como la patrulla X?- Escuchamos a Dustin.- ¿O los adquirió igual que Linterna Verde?-
- No es una superheroína, es un bicho raro.-
- ¿Qué más da? Los de la patrulla X también son unos raros.- La defiende Mike.
- Si tanto la quieres, ¿por qué no te casas con ella?-
- ¿A que a venido eso?- Dice Mike rodando los ojos.
- Mike, vamos.- Dije yo esta vez.
- ¿Qué?-
- La miras como, "Hola El", "¡El, El, El, te quiero!"- Lo abracé para molestarlo.- ¿Quieres casarte conmigo?- Me arrodillé como si fuese a pedirle matrimonio. Lucas comenzó a hacer sonido de besos detrás de mí. Estaba muy claro que eramos mejores amigos.
- Callate, Jade.- Yo reí y me levanté.
- Sí, cállate, Jade.-
Y e aquí a mi imbécil, idiota e inmaduro hermano, Troy Harrington.
- ¿Qué hacéis aquí, pringados?-
- Estarán buscando al marica de su amigo desaparecido.-
- No, fíjate que estábamos buscando vuestra gracia, pero no hubo mucho éxito, como pueden apreciar.- Respondo sarcástica y ambos me miraron.
- Siento ser yo quien se los diga, pero seguro que él no está desaparecido. Lo habrá matado otro afeminado.-
- Vamonos, no vale la pena hablar con un descerebrado que no quiere salir de su cueva.- Farfullo mirando a mis amigos.
Pasamos por al lado de mi hermano y James. Al pasar, Troy me puso el pie e hizo que cayese al piso. Mi quijada se golpeó muy fuerte contra una roca, provocando que se abriese.
- ¡Jade!- Exclaman los tres.
Me levanté dolorida y miré a mi hermano. Él, me miró con lo que parecía ser, preocupación. Y sin decir nada, se alejaron de nosotros.
Tomé la piedra con la que me había hecho daño y se las mostré.
- ¿Qué tal esta? Un autentico mata monstruos.-
Logré sacarles unas sonrisas y unas risas. Pero a mi no me había hecho gracia, realmente. Me volvieron a romper. Literalmente y no tan literalmente.
Cuando llegó la tarde, decidí quedarme en casa de Mike. Ellos iban a ir a no sé que sitio, pero no quise acompañarlo. Solo porque no me sentía del todo bien con el mundo.
Se suponía que habían acabo, así que toqué el timbre, esperando que Mike me contestase. Pero no fue así.
- Oh, hola, Jade.- Me saludó Karen.
- H-hola, señora Wheeler. ¿Están Mike, Lucas y Dustin?-
- No, salieron. Pero puedes pasar a esperar, si quieres.- Le sonreí lo mejor que pude y asentí.- Bien, pasa. Ve al sótano si gustas.-
- Gracias.-
La mujer me sonrió sincera.- De nada.-
Bajé al sitio, solté mi bolsa con mi ropa en algún lugar de la habitación, y me dejé caer en el feo sofá que tenía Mike.
Las horas pasaron. Yo me estaba aburriendo cada vez más. ¿Qué tan larga era esa estúpida misión? Pero... ¿Y si les pasó algo? ¿Y sí se hicieron daño?
Era tonto, pero me comenzó a dar ansiedad. A lo mejor los estaba culpando sin saber nada y realmente están en peligro. En el mismo peligro en el que estuvo Will... Espera... ¿¡Y si esa cosa rara se la llevó!?
Basta.
Cogí mi mochila y saqué un pequeño bote de pastillas. Abrí el pequeño bote y me tragué dos pastillas de golpe, como siempre. Comencé a relajarme un poco, hasta quedar simplemente inexpresiva.
Inesperadamente, la puerta del sótano se abrió completamente. Mike. El.
- ¡Por Dios! ¿¡Donde mierda estaban!? ¡Se supone qué...! ¿Mike?- Cerré la boca al ver sus lágrimas caer como cascadas.
Miré a Eleven. Se le veía decepcionada, muy triste, y también lloraba.
Mike me miró lloroso.- W-w-will... N-n-no...- Lo abracé fuerte y el se derrumbó, dejando salir el llanto.
- Mike, no te entiendo, ¿qué pasó?-
- W-will...-
Me temí lo peor, pero no dije nada.
- ¿Qué pasa con él?- Volví a mirar a El y de nuevo a Mike, impaciente por escucharlos.- ¡Mike!- Lo tomé de los hombros y lo separé de mí.
- ¡Está muerto!- Grita con todas sus fuerzas.
Diez segundos de silencio... Veinte... Cuarenta... Un minuto entero. Debía ser mentira, una estúpida broma.
Mis lágrimas se acumularon y no tardaron mucho en caer.
Lo solté del todo y me senté despacio en el sillón y me ahogué en el llanto. No quería saber nada de Mike, de Will, de El, de Lucas, de Dustin, de Troy, de mi familia entera, del instituto, de la policía, de nadie.
Rota. De nuevo.
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