Capítulo 02
Narradora
Alguien estaba tratando de despertar a la pelinegra pero ella ni siquiera se molestó en abrir sus ojos azules solo para averiguarlo. Solo se dignó a abrir al menos uno cuando siente un cuerpo posarse encima suyo y unos labios acariciar los suyos con suavidad para besarlos cortamente. Max apartó mechones de pelo que tapaban el rostro de Jade y volvió con su tarea de besar sus labios hasta que dignase a abrir ambos ojos.
No era la primera vez que Max se despertaba más cariñosa de lo normal, además de más pronto que los demás.
Jade adoraba que Mayfield la despertase a besos. Quizás algún día tendría que hacer el esfuerzo y levantarse ella primero.
- Jadie.- Murmura sin parar de dejar besos en sus labios. - Jadie, despierta.- Vuelve a susurrar mientras sonreía.
- Mmm... no.- Dice con la voz ronca.
- Sí. Hoy aprenderás a hacer algunos trucos con el skate.-
- Maxie, quiero dormir...- Ronronea intentando apartar a su novia de su cara. - Quita, me aplastas.- Gruñe frunciendo el ceño aún sin abrir sus ojos.
- No seas grosera y levántate.-
- No, Max.- Refunfuña dándose la vuelta
- Vamos.- Susurra hundiendo su rostro en el cuello de la perezosa. Sonrió cerrando sus ojos, pensando en la suerte que había tenido de encontrarse con esa chica.
Jade dio pequeñas risitas al sentir los labios de la pelirroja sobre su cuello y la forma en la que respiraba acelerada solo para hacerle cosquillas
- ¡Max, Jade, el desayuno está listo!- Exclama Susan tocando la puerta dispuesta a abrirla.
Las adolescente se separaron de inmediato asustadas y algo molestas por interrumpir su momento. Sobre todo Max, que a pesar de que su madre ya estaba aceptando poco a poco sus gustos, aún le quedaba por aceptarlo. No quería ni imaginar lo que pasaría si descubriese que estaba de novia con la chica con la que solía hacer pijamadas y con la que dormía en la misma cama.
- Chicas, vamos.- Dice la mujer en un suspiro. - Es tarde.-
- Está bien, ya vamos.-
Su madre le dedicó una sonrisa a la "amiga" de su hija.
- Buenos días, Jade. ¿Cómo dormiste?-
- Bien, gracias, Susan.- Dice tímida.
La mujer salió por fin y Max rió por la cara avergonzada de su novia. Sus manos tomaron sus mejillas enrojecidas y esparció besos por todo su rostro. Jade completamente roja apartó las manos de su novia.
- "Bien, gracias, Susan".-
- Cállate.- Escupe Jade levantándose de la cama.
[...]
Narra Jade
- Eso se ve fácil.- Dije
Max alzó una ceja hacia mí con una mirada retadora en sus ojos azules y a la vez, algo de molestia por mis palabras. ¿Por qué dije eso sabiendo su temperamento? Porque adoro hacerla enojar, porque siempre que lo hace es la chica más adorable que jamás he visto en mis catorce años de vida.
- Ah, ¿sí?- Ella bajó del skate que le había regalado en su cumpleaños. - Prueba tú, entonces.- Una sonrisa traviesa esbozó en sus labios mientras me acercaba la tabla con su pie. Yo me quedé mirando el skate arrepintiéndome al instante de haber hablado. - Vamos, ¿a qué esperas, Elsie?- Me subí, decidida, sintiendo como una ola de valentía ingresaba en mi cuerpo y no dudé en fulminarla con la mirada.
(el gif lo hice yo)
Me impulsé fuerte con mi pie derecho, dejando atrás a Max. Sin pensarlo dos veces hice mi primer intento en vano, pues había fallado, aunque al menos mi boca aún no había probado el suelo. Miré hacia mis pies, enfadada de no haberlo conseguido, me agaché de nuevo para tomar impulso y salté con la tabla, logrando que esta estuviese pegada a mis pies en el aire. A pesar de no haber logrado lo mismo que Max, era la primera vez que saltaba con un skate.
Las ruedas tocaron el asfalto y traté de mantener el equilibrio, volviendo a fallar. Caí de espaldas y el skate salió disparado hacia delante, pero ¿acaso eso es importante ahora? Acabo de caer en seco en medio de una carretera.
Puse una mueca de dolor al sentir una desagradable punzada en el costado. Luego, sentí a mi novia gritar mi nombre y venir corriendo apresurada a mi lado.
- Jae, ¿estás bien?- Pregunta arrodillándose. - ¿Te hiciste mucho daño?- Se sentía intranquila y muy preocupaba y eso me estaba derritiendo por dentro.
- Estoy bien, Maxie, no pasa nada.- Dije con una leve sonrisa.
Ella también sonrió, aunque aún con preocupación en su gesto. Me ayudó a levantarme del piso y de pronto sentimos unos pasos acercándose a nosotras. Ambas giramos nuestra vista y nos topamos con alguien que se suponía que no debería estar aquí.
- Hola.- Dice El mirando a la pelirroja.
- ¿Hola?- Saluda ella dudosa.
El me entregó el skate que tenía en sus manos y me dio una pequeña sonrisa. Sin evitarlo, yo también se la devolví, aunque también algo confundida.
- ¿Podemos... hablar?- Pregunta mirando sus pies tímidamente.
Max y yo compartimos una mirada, sorprendidas.
Es decir, si El hubiese venido para hablar solo conmigo no hubiese sido tan extraño. Pero... ella quiere hablar con Max también. Para nada me molesta. Al contrario, porque El parecía hacer un esfuerzo por ser amable con ella.
Entramos de nuevo en casa de los Mayfield en un completo silencio. La madre de Max y su padrastro se habían ido hace unos minutos a un viaje, así que teníamos toda la tranquilidad de la casa solo para nosotras tres. Max nos invitó a entrar a su habitación.
El observó con atención la habitación, algo fascinada a decir verdad. Se quedó mirando mi mochila al lado de la cama y luego me miró a mí mientras me observaba.
- ¿Te quedaste a dormir?- Me pregunta curiosa mientras se sienta en la cama de mi novia.
- Sí...- Respondo confusa sentándome a su lado.
Dejó de mirarme y luego miró a la pelirroja que estaba parada frente a nosotras, sin creer que tenía a la mismísima Eleven en su casa, incluso sentada en su cama, tan tranquila.
- Mike.- Dice El volviendo a romper el raro silencio que había entre las tres. - Hoy por teléfono, lo llamé para saber por qué no había venido a casa hoy. Dijo que su abuela estaba enferma, pero Hop dijo que ella estaba bien. Le dije que podía venir luego de visitar a su abuela, pero dijo que quería estar solo con sus sentimientos. Entonces dijo que me echaba de menos y luego simplemente colgó.- Explica observando a Max ir de un lado a otro.
- Es un capullo.- Farfulla.
- ¡Max!- Exclamo frunciendo el ceño. Ella me ignoró y siguió mirando a El.
- ¿Qué?- Pregunta ella.
- Mike no tiene nada que hacer y su abuela no está enferma.- Dice agitando las manos. - Apuesto a que está jugando a la Atari con Lucas.-
- Pero lo amigos no mienten.-
- Ya, pero los novios sí mienten.- Dice con un gesto obvio. - Todo el rato.- Acercó su rostro hacia ella. Luego, se sentó a su izquierda. - Deja de llamarlo. Ignóralo si te llama. Haz como que no existe.-
- Creo que eso no-...- Fui interrumpida por El.
- ¿Que no existe?-
- Él te ha tratado como basura. Dale un poco de su propia medicina.
- Darle la medicina...-
- Exacto. Y si no lo arregla, si no te da una explicación, rompe con él.-
No creo que haga falta explicar el rostro de Eleven. Y mucho menos el mío.
Max estaba sacando todo fuera de contexto. Quizás Mike esté mintiendo, pero no creo que merezca que su novia corte con él por un malentendido. Sin embargo, Max hacía esto por venganza hacía él por cómo la trató meses atrás, y estaría dispuesta a meter la mano en el fuego por ello.
- Chicas, sería mejor...-
- Vámonos.- De nuevo fui interrumpida.
- ¿A dónde?- Pregunta El siendo prácticamente arrastrada por Max.
- A divertirnos.- Y juntas salieron corriendo de allí, dejándome sola en la habitación.
¿Acaso acaban de dejarme tirada mi mejor amiga y mi novia? ¿O solo lo estoy soñando?
[...]
Narradora
- Hey, ¿qué pasa?- Max tomó el brazo de El y ella simplemente la miró preocupada.
- Hay demasiada gente.- Habla mirando a la pelirroja y a su mejor amiga. - Va contra las reglas.-
- ¿En serio? Tienes superpoderes, ¿qué podría pasar?- Dice sonriente. - Vamos.- Max tomó las manos de Jade y las de El para guiarlas a dentro del centro comercial.
Jade simplemente jadeó de incomodidad al ver a tanta gente. Si fuese por ella evitaría a toda costa estar rodeada de multitudes agobiantes. Pero lo que más le molesta es que Max sepa sobre su malestar de estar en sitios abarrotados de personas y sin embargo parecía no interesarle. Simplemente lo dejó pasar, tratando de hacer un esfuerzo por no arruinarle el primer día de compras de El. Harrington volvió a la realidad cuando volvió a ser arrastrada por la pelirroja hasta la tienda más conocida de Hawkins. The Gap. Eso parecía agradarle más.
Eleven se soltó de sus amigas para observar más con asombro tanta ropa colorida y llamativa de la tienda. Pero hubo un vestido en singular que le llamó más la atención.
Jade notó la sonrisa dulce que Max tenía. Sintió justo lo contrario a los celos.
- ¿Te gusta ese?- Pregunta Mayfield.
- ¿Cómo sé qué es lo que me gusta?- Eleven miró de nuevo a las chicas.
- Vas probándote cosas hasta que encuentras algo que te haga sentir tú.- Explica la pelinegra poniendo una mano sobre su hombro.
- ¿Cómo... yo?-
- Sí.- Habla Max ahora. - No Hopper. No Mike. Tú.- Termina con una sonrisa.
Eleven volvió a mirar el vestido que tenía en frente, sonriendo emocionada. Mayfield miró a su novia, acordándose de repente de la ansiedad que le producía el Starcourt y de inmediato quiso prestarle atención a ella.
- Jade.- La nombrada dejó de mirar a su amiga para observar a la pelirroja. - ¿Por qué no te pruebas tu algo?-
- ¿Yo? No lo sé.-
- Vamos, será divertido. Una sesión de compras no le hace daño a nadie.-
- ¡Sí! Podemos probarnos ropa juntas.- Dice El saltando y tomando las manos de Harrington de la euforia que sentía ahora.
Jade soltó pequeñas carcajadas y accedió, dándose la vuelta para buscar su primer conjunto. Las otras dos adolescentes fueron a probar la ropa que El había seleccionado.
La joven Harrington rebuscó por toda la tienda en busca de un buen conjunto que la hiciese ser ella. Sus ojos se decantaron por unos mom jeans que le llegaba por encima del tobillo y una camiseta dos tallas más grande que la suya. Los miró recelosa, pensando que ya tenía suficientes jeans iguales que esos, así que se quedó solo con la camisa.
Pero lo que captó su mirada y su atención fue un vestido que llegaba un poco más arriba de las rodilla (un modelo similar al que El se había llevado hace rato) azul oscuro con algunos estampados de soles geométricos y se fijó en lo bien que quedaría un cinturón negro. Sin duda, ese se había ganado su corazón y ahora lo único que faltaba era probarlo y rezar por que le gustase.
Corrió al probador. Se quitó toda su ropa y cuando se puso el vestido, abrió la boca asombrada. Esa sería la primera vez en la que se probaría algún conjunto y le gustase tanto. Le quedaba fabuloso, pensó mordiendo su labio para esconder la sonrisa. Salió al espejo que había fuera de los probadores para verse mejor, dando vueltas sobre sí misma y alborotando un poco su cabello. Y, Dios, que bien le quedaba.
Eleven salió con un vestido parecido, pero no le interesó. Miró a su amiga de arriba abajo, asombrada, pues ella no vestía con vestidos con tanta frecuencia. Aún así, pensó en lo bien que se veía.
- Pretty.- Dice a sus espaldas.
Jade la miró sin voltearse, sonriendo y agradeciendo con sus ojos azules.
La pelirroja salió del probador llamando a El pero su voz se acalló al mirar a su novia. Sus ojos se abrieron más de lo normal y sus labios se entreabrieron. Sintió su corazón martillear furioso de repente y eso en parte le avergonzaba.
- Wow, Jade...- Habla a penas. - T-te ves, es decir, te queda... Eres...-
- Lo sé.- Se dignó a girarse. - Me veo bien. Gracias, chicas.- Sonríe mientras sus mejillas se teñían de rojo.
[...]
- Jade, ¿vienes? El bus ya llegó.- Pregunta El lamiendo su helado.
- Sí, pueden ir yendo.- Dice y las chicas accedieron.
Luego se giró para mirar a su hermano.
- Stevie.- Canturrea ganando la atención del chico.
- ¿Por qué no quieres helado? Eso es lo más extraño que has dicho en tu vida.-
- De stracciatella con sirope de chocolate.- El mayor se le quedó mirando para luego suspirar y servirle su helado. - En fin, lo que importa aquí no es eso. ¿Qué tal es trabajar con Robin?- Steve se encogió de hombros y Jade giró los ojos. - Eres un poco lento de tomar los dobles sentidos.-
- Oh, Dios, Jade. No puedes hablar en serio.-
- ¿Qué hay de malo en ella? Es graciosa.-
- El problema es que es parecida a ti. Bueno, realmente eres una Robin, pero más terca y una pequeña mierdecilla.- Dice entregando su helado. - Y, ¿qué tal con Max?-
- Bien.- Dice con simpleza. - Todo va bien, como siempre. Pero me tengo que ir, Stevie.- Se giró, ignorando las llamadas de su hermano.
- ¡Tienes que pagar el helado, pequeña Elsie!-
- ¡Regalo de familia!- Exclama corriendo hasta la salida. - ¡Te quiero, nos veremos en casa!-
Nada más poner un pie en la salida, su rostro de felicidad pasó a uno de incomodidad. Porque ver que, Lucas y Mike, los chicos malvados de la historia estaban frente a Max y El, las que se suponen ser buenas.
- Hey, Lucas.- Saluda Jade colocándose al lado de El. - Hola, Mike.- Ambos se quedaron en silencio, observando a las chicas.
- ¿Cuál es tu problema? Sabes que ella no tiene permitido estar aquí.- Luego, le dirigió una mirada a la pelinegra. - Definitivamente tú lo sabías mejor que nadie, ¿qué te pasa?-
- No fue mi idea.- Dice dándole una lamida a su helado sintiendo la mirada de decepción de su amigo.
- ¿Es tu pequeña mascota?- Ataca Max.
- ¡Max!- Susurra Jade. Volvió a ser ignorada por ella. Esa actitud definitivamente no le estaba gustando para nada.
- Sí. ¿Soy tu mascota?-
- ¡No!-
- ¿Por qué me tratas como basura? Dijiste que tu abuela estaba enferma.-
- Lo está.- De no haber sido que Mike hubiese repetido la misma frase tres veces, Jade lo hubiese creído. - Por eso estamos aquí.-
- Estamos de compras.- Se une el moreno.
- No para nosotros, para ella. También para comprarte un regalo. Pero no encontramos con los 3,50 dolares que tengo. Es difícil.-
- Me mentiste. ¿Por qué mientes?- Eleven se acercó a su novio y Jade se fijó en el rostro de arrepentimiento del chico. Sintió pena por él, pero definitivamente no se esperó lo que vino a continuación. - I dump your ass.- Y simplemente, se giró hacia el bus, que acababa de llegar.
- El, esa no es definitivamente la solución.- Dice Jade deteniendola.
- ¿Qué?- Max saltó a la defensiva de su amiga, sin darse cuenta de lo mal que podría salir aquello. - ¿Estás a su favor ahora?-
- ¿Qué? No estoy a favor de nadie, Max.-
- ¿No has visto como la trata?- Pregunta algo enojada. No le molestaba que estuviese de parte de Mike, sino, que su novia no le dé la razón a ella. Eso era lo que más le hacía enfadar. - No la merece.-
- Estás malinterpretando todo.- Exclama Jade frunciendo el ceño. - Estás siendo una... perra con Mike solo para vengarte. ¿Piensas que soy tan estúpida cómo para no darme cuenta? Soy tu novia y creo que te conozco lo suficiente para...- Max se molestó en detenerla, sintiendo una bofetada de valentía. Era compulsiva. Claro que lo era.
- Eras.-
El corazón de Harrington se paralizó unos instantes y trató de articular palabra, aunque Max volvió a adelantarse. Sus pies se clavaron al piso y sus ojos estaban empezando a picar. No sabía exactamente si sentirse enfadada, triste, avergonzada, alterada, decepcionada o sorprendida. O simplemente todas a la vez, como un cóctel de emociones en la mente de una adolescente con una mente inocente.
- Terminamos.- Habla con seriedad, reduciendo a pedazos el frágil corazón de su ahora ex novia.
La sorpresa no cupo en ninguno de los amigos. Mucho menos la confundida y destrozada pelinegra.
Cuando quiso darse cuenta, su mejor amiga y Max ya no estaban frente a ella. Entonces se dio el derecho de soltar la primera lágrima, llena de confusión. La segunda, de enojo. Y las demás con un sentimiento que era la primera vez que lo sentía.
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eso no se lo esperaban eh? jsjsjsjs
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