I- Bienvenido
Observaba la ventana de mi cuarto con una mirada deprimente, mi boca conservaba un gusto amargo, las ojeras eran visibles de bajo de mis párpados. Mi aspecto era todo menos glamuros.
Se escuchaban unos leves golpes en la puerta, traté de ignorarlos apoyando la almohada más fuerte en mis orejas, un vano intento ya que los ruidos se intensificaron.
-¡Joder quiero descansar!-Grité a mal temperamento.
El silencio perpetuó el lugar, hice una leve sonrisa para mi misma. Me acomodé formando una bolita con la compañía de las mantas, justo cuando iba a cerrar mis ojos veo una figura retorcerse en mi ventana, a lo que suelto un grito.
-¡Me dejarás sorda!.
-¿Qué haces aquí?-Cuestioné extrañada.
La menor se sobaba sus ojeras formando un puchero.
-No te veía hace tiempo, nos preocupabas- Elevo una ceja al escuchar la última palabra en plural- me preocupas -Corrigió.
-No quiero tener nada que ver con ellos.
-Estas demacrada, tu ropa es un desastre, tu pieza un chiquero, y tus ojos están terribles, con esas bolsas por de bajo -Se sentó.
Su rostro tenía un semblante serio, pero con esos doce años era imposible no percibirla con ternura, además su vestido adornado con lazos no ayudaba mucho.
-Se acabó en el momento que me di cuenta que desperdicie mis preciados años atrás de un erizo idiota -Recordarlo me plagaba de resentimiento.
-No puedes vivir así -Agarró mis manos determinada- Te ayudaré a salir de esta pocilga y devolverte tu brillo.
Era lindo ver como ponía esmero en ello.
-Cream, para que lo sepas el problema nunca fue contigo.
-Lo sé, lo sé -Esbozó una sonrisa tímida- Te ayudaré a maquillarte un poco, hoy tenemos una cena importante en la casa de Tails.
Un baño de espuma, mis púas estaban bastante crecidas, ya no tenía el cabello como hace seis años atrás, y se veían ciertas curvas en mi cuerpo. Mis dieciocho me hicieron florecer bastante podría decirse.
(Imagen de referencia.)
Al momento en que pisé el hogar de aquel zorro amarillo estaban bastante anonadados de verme ahí, hace bastante evitaba todo tipo de contacto con cualquiera del grupo, no tenía nada encontra de ellos, el problema era conmigo misma.
-¡Amy!, ya se te extrañaba verte corretear por el taller.
-¿Verdad que hoy se muy bonita?-Mencionó la coneja con aire de grandeza, se notaba que esperaba un cumplido por su trabajo de maquillaje.
-Le queda bastante bien el maquillaje, es la primera vez que la veo pintada -Esa voz era imposible de olvidar, sus iris verdosos me veían de manera divertida y a la vez relajada.
-Gracias, supongo -Agradecí incómoda.
-Vamos Ames, no te pongas amargada, ¿Qué sucedió con la chiquilla que siempre corría hacía?-Rió.
Cream puso mala cara y por mi parte recibió una sonrisa disgustada. Odiaba que me diga así, odiaba que ese apodo que tanto me encaba hace unos años, en especial odiaba que saliera de sus labios, me traía recuerdos agridulces.
Me vio extrañado y se limitó a quedarse callado, al cabo de unos minutos "-cayó el Alma de la fiesta-", aquella Morena que te hipnotiza al admirarla con la vista. No me caía mal, sin embargo,ella siempre fue lo que quería ser.
-¡Sal!-Exclamó Sonic dándole un abrazo, a lo que casi todos se unieron.
-No te preocupes Amy, ellos no están saliendo -Me susurró Tails sentado a mi lado. Eso era lo que menos me importaba.
-Linda Rose!- Dijo la ardilla emocionada, me abrazó fuerte y me regaló una sonrisa. Desde que era pequeña ella siempre me trató de forma cariñosa, era mi compañera de aventuras.
-Te extrañé.
-¡Tan tierna siempre Amelia! -Su cariño fue expresado apretandome las mejillas mientras me llenaba de cumplidos.
Al pasar del tiempo fueron viniendo todos, hasta el mismísimo Shadow hizo acto de presencia, cosa sorpresiva porque hace bastante no lo veía, pero no negaré que tenía un aire más maduro que lo dejaba muy sexy.
Al terminar la cena decidí respirar algo de aire, una caminata nocturna, para ser precisos.
-¡Ames espera!-Al escucharlo giré los ojos.
-¿Qué sucede?.
-Quiero acompañarte, es tarde y no quiero que estés sola.
Ese típico lado heróico característico de él nunca cambió.
-Bien -Corté la charla para seguir caminando.
-Sabes, lo lamento.
Me detuve.
-Sonic, no tienes que disculparte de nada, no es tu culpa al final del todo.
-¿Entonces de quien es la culpa de que nos evitarás todos estos años?, tu única amiga cercana es la hija de Vainilla, de los chicos ya nadie sabía más de ti.
-Soy yo la culpable, yo cambié.
-¿Cómo? -Sus ojos reflejaban curiosidad.
-Nunca hiciste nada malo, solo te enamoraste de mi mejor amiga.
-¿Qué?, nunca me enamoré de cream es una niña, digo, tengo veintiuno, estoy algo grandecito para ella.
-Eres mucho más lento de lo que pensé- Bufé- hablo de Sally.
-Ah -Hizo una pausa y sus pómulos tomaban un color rojizo- eso fue cuando era bastante chico.
-Ya pasó Sonic -No me gustaba hablar de ello.
Recobró su compostura- en verdad lo siento, sé que en ese tiempo yo te gustaba un poco.
-Odio revolver las cosas del pasado, pero -aclaré mi garganta- eres un idiota, en aquel entonces no eras solo un amor, eras todo para mí, y así fue por un largo tiempo.
-Yo -Titubeó
-Si no aparecí hasta en este momento fue porque no tenía coraje para responder preguntas como esas, tampoco quería hacerlo.
-Amy, te lo puedo compensar.
-Ya te dije, no hagas nada, siempre fuimos compañeros de equipo.
-Bien, te veré después Amelia- Agachó su cabeza apenado. Sé que mi forma de comportarme estaba más que inmadura, pero ese fue el problema de "-mi cambio-", me encerré en mi misma, viviendo del pasado, pensando tanto que me consumía, no solo en el rechazo, en irme, en desaparecer, en querer ser algo mejor de lo que soy.
Vi la figura del azulado desvanecerse en segundos, una bomba de emociones me abrumaba, miedo, rencor, pena y tristeza.
Anduve en las penumbras de la noche hasta llegar a un bosquecito en las a afueras de Green Hills. Me tiré en el césped cerrando los ojos, cuando me moví sentí un pinchazo en mi codo.
-¿Un libro?-Removí el pequeño montículo de tierra revelando así un libro forrado en cuero negro, con acero en las puntas de la tapa, parecía viejo, con un toque espeluznante.
Al abrirlo vi que tenía cortos poemas, con un conjunto de dibujos mal hecho, la primer página tenía el número uno escrito en símbolos romanos, el color de la escritura era rojo oscuro, y aunque pareciera tinta roja mal usada era leíble.
"Solo, por largo tiempo, perdiendo sus ojos tal rubíes en la profundidad del azul repleto de astros. Cada noche una espina, cada noche una herida. ¿Acompañarías a esta Alma en su amargura?. Él es la definición misma de tormento y perturbación, pero tan solo quiere jugar."
"-La curiosidad mató al gato..-cruzó por mi mente, y al cabo de un segundo la completé con lo que sigue del refrán- pero al menos murió sabiendo-" Para así saciar esas ansias de enterarme que más encontraría, pero no sabía que esa sería mi manera de darle la bienvenida.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top