Capítulo 1: El inicio
Do you know where the monsters go?
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La lluvia comenzaba a caer de a poco, muchos de los agentes policiales que estaban en el lugar comenzaban a cubrirse a sí mismo con sus equipos, mientras qué el agente líder de la división de crímenes prefería seguir mirando de cerca la zona del patio trasero del hogar.
No había una sola mancha de sangre en el lugar mientras algunas personas de su equipo intentaban buscar huellas, pero todos estaban sin suerte por ese día.
── Oficial Kang. ──llama el de cabellos negros, mientras en sus manos llevaba unos documentos──. ¿Cómo has estado, Tae?.
── ¿Crees qué me encuentro bien luego de que reportaran el asesinato de cinco personas en una zona residencial y con una vigilancia de alto nivel?. ──dijo, con el semblante totalmente inexpresivo.
── Ah, sí, comprendo. Yo sólo-
── ¿Qué tienes en tus manos? ──preguntó, interrumpiendo las palabras del mayor.
── Ah, ¿esto? Son los documentos con la poca información que se tiene de éste caso. ──le entregó los documentos, con cuidado de dónde pisaba.
El menor leía detenidamente los cuatro papales con toda la información que se tenía, sin embargo su decepción no pudo ser peor, así que cerró sus ojos con desesperación y suspiró.
── Esto no ayuda en absolutamente nada, Soobin. ──le entregó los documentos.
── Lo sé, Taehyun. Éste caso es demasiado idéntico al caso de la familia Park, pero en éste caso tenemos menos información. ──acomodó los papales, mientras veía de reojo al pelirrojo.
Taehyun ya sabía eso.
El caso de la familia tuvo que ser obligatoriamente cerrado debido a la falta de pruebas y pistas. Realmente parecía como si al asesino se lo hubiese tragado la tierra, porque nadie había visto nada.
La familia Park habían sido las primeras víctimas y ahora lo habían sido la familia Choi, lo cuál no era para nada extraño si se trataba del mismo asesino de antes.
Quizás no era así, pero el oficial Kang tenía ese enorme presentimiento de que se trataba de aquél asesino y sólo de pensarlo al pelirrojo le daban náuseas.
¿Qué le hacía pensar al oficial Kang que se trataba del mismo criminal del 2016?.
La cabaña se encontraba casi oscura de no ser por la poca iluminación que aquéllas pequeñas velas le daban a la vivienda y por la poca luz que quedaba antes de caer la noche.
Eran las cinco exactamente, el peli-negro preparaba sopa en una pequeña olla. El chico buscaba dos pequeños recipientes, uno para él y el otro era para su mejor amigo, quién se encontraba muy entretenido con su celular, de seguro texteando con algún chico (lo cuál era muy seguro).
La sopa ha estaba lista; el menor sirvió el líquido en ambos recipientes, dejando la menor cantidad en el suyo por el poco apetito que tenía.
Tomó dos cucharas y se dirigía hacia el sofá, con ambos recipientes, uno en cada mano, mientras veía a su mejor amigo sonriéndole al teléfono celular.
El peli-negro ni siquiera tenía teléfono celular, realmente no era muy fanático a ese tipo de aparatos, los cuáles podrían ser rastreados fácil y rápidamente sin mucho esfuerzo.
── Deberías apagar esa cosa. ──dijo mientras le entregaba la sopa a su amigo.
── Uhg. . .──se quejó, torciendo sus ojos──. Qué aburrido que eres, Beomgyu.
── Ya te he dicho que ésas cosas son muy fáciles de rastrear.
El pelirrubio torció sus ojos una vez más; realmente le molestaba tener la misma conversación con su amigo.
── Está bien si no te gustan a ti, pero ese no es mi problema.
── El problema es que tienes una enorme obsesión con ese celular, ¿No podrías dejarlo por al menos media hora?.
── Ta hago eso.
El menor prefirió dejar de hablar para poder disfrutar de su cena, porque esa poca cantidad de sopa era lo que cenaban ambos casi todos los días.
Mientras movía la cuchara para poder tomar algunos sorbos el peli-negro pensaba, mientras su mirada se perdía en alguna parte de la sala.
Al terminar, el mayor llevó su recipiente al lavavajillas, terminando por lavarlo mientras se cuestionaba del porqué Beomgyu estaba raro últimamente, quizás tenía algo en mente, pero si se le notaba demasiado raro al menor.
Ambos jóvenes amigos se encontraban en la entrada de aquél lugar, uno de ellos sonreía y el otro veía a todos con disgusto.
YeonJun tuvo que teñir su cabello a un tono rubio menos llamativo que el que tenía con anterioridad, esto debido a las normas escolares de aquélla institución.
── ¿Era éste tu estúpido plan? ──preguntó el mayor molesto, realmente siempre había sido alguien en contra de la escuela──. Debiste habérmelo dicho antes.
── Sí te lo decía antes no ibas a acceder, por eso no te dije nada.
── Sabes que siempre he odiado la escuela, Beomgyu, ¿Por qué me haces ésto?
── Porque de ahora en adelante seremos un par de chicos normales a quiénes les gusta ir a la escuela. ──el más bajo sonrió a quiénes pasaban y le sonreían──. Solamente sonríe, YeonJun. Sonríe y se amable. ──le sonrió al mayor.
Cuando entraron al lugar no había nada muy interesante, al menos no para Beomgyu, quién veía a los que pasaban a su lado a detalle.
── Realmente no entiendo la necesidad de ser estudiantes. ──le dijo el pelirrubio a Beomgyu, susurrando.
── ¿Sí te digo me dejas tranquilo? ──le preguntó, con el mismo tono de voz y el mayor asintió──. Necesitamos a alguien, una carnada.
── ¿Para qué?
── Porque no podríamos pasar desapercibidos si se enteraran de que no somos millonarios y mucho menos de una familia importante.
── Pero tú y yo. . .
── No, YeonJun. No somos.
── ¿Entonces vamos a hacer lo mismo qué hicimos con Daehyun? ──susurró aún más bajo y el mejor asiente.
Ahora YeonJun ya tenía una mejor idea acerca del plan, pero la idea de ser estudiante le seguía disgustando.
Ambos chicos leían un cartel de bienvenida, en el cuál aparecían el número del salón correspondientes, hasta que un chico delgado y de cabellos castaños pedía permiso al pasar, mientras cargaba varios libros en sus manos.
── Con permiso, estoy pasando; permiso. ──decía el chico, hasta que uno de sus compañeros prefirió no darle espacio para poder caminar.
Todos los libros que el chico cargaba habían caído al suelo, haciendo que el chico rápidamente comenzara a tomarlos uno por uno, mientras pedía perdón.
YeonJun y Beomgyu cruzaron miradas, y sin decir nada ambos ya sabían.
Algo en la mente de Beomgyu dijo «¡Bingo!» y junto a YeonJun sé acercó al peli-castaño, mientras sonreía levemente.
El de cabellos castaños se encontraba bajo la mirada burlona de aquéllos chicos que siempre le estaban molestando, pero aún así, él prefirió pedirle disculpas (cuándo claramente no tenía porqué hacerlo).
El chico buscaba un libro faltante y cuando estaba por tomarlo, un chico de tez pálida y de rostro angelical le sonreía, mientras se posaba frente a él.
── Hola, ¿Te ayudamos. ──preguntó Beomgyu, pasándole uno de los libros al chico.
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