Capítulo 14
El sol se hacia presente en el cielo de Dallas, Texas. Jensen recién despertaba, había dormido toda la noche y había logrado descansar lo que no durmió en días anteriores.
Marion sintió el movimiento a su lado.— Buenos días, cariño. Te traje un café— se inclinó un poco hacia la mesa y tomó el vaso, dandocelo a Jensen
— Gracias— lo tomó algo adormilado— ¿Qué hora es?— pregunto dando un sorbo al café
— Las 7 de la mañana. Madrugaste— su madre sonrió levemente— Tu padre me llamo, él y Brad vienen en camino
Jensen asintió.— ¿Algún cambio en Arizona?— miro a su madre con esperanza
— No, Jen. El doctor sólo vino a decir que talvez la trasladen a un hospital
— ¿Trasladarla? ¿A dónde?— cuestionó el vaquero— El doctor menciono que no podía ser trasladada, ¿Porque ahora cambia de opinión?
Marion negó, puesto que no tenía una respuesta.— No lo sé, pero, es lo mejor para Arizona, talvez en otra ciudad la sepan tratar mejor
Jensen negó con la cabeza, no pensaba dejar que la llevarán a otro lugar, pero, el sabía que esa no era su decisión, si no, la decisión de Brad.
El tiempo pasaba y Marion sólo observaba como su hijo miraba a la puerta esperando a la llegada del hombre que tomaría la importante decisión.
Cuando este entro con Mel, Jensen no tardó en levantarse de su asiento. Su madre trató de detenerlo, pero su mano sólo logró rozar la gran chamarra del vaquero.
— Brad, no pueden llevársela— soltó Jensen, causando una mirada de desconcierto por parte del hombre.
— ¿Llevarse a Arizona?— pregunto Brad confundido, Jensen sólo asintió— Dame unos minutos, hablaré con el Doctor
El vaquero asintió y camino con su padre hasta la sala de espera, en donde Marion sólo negaba, no aprobaba la conducta de su hijo estos últimos días.
— ¿Qué harás si se la llevan?— cuestionó la mujer
Jensen miro a su madre.— Iré con ellos— su respuesta se escuchaba segura
— ¿Estas loco? No irás a ningún lado— negó Mel— No puedes seguir a Arizona, no sabemos si ella...— se detuvo al ver la mirada de su hijo
— ¿Si ella que? ¿No sabemos si morirá?— cuestionó en un tono molesto— Brad y mucho menos Zona, necesitan esos pensamientos ahora— sin más, Jensen se alejó
Mientras tanto en la habitación de la joven Wesley, Brad la miraba con una expresión triste, mientras trataba de poner atención a lo que decia el hombre de bata blanca frente a él.
— Puede haber riesgos en el traslado, señor Wesley, se hará por avión y...— El Doctor fue interrumpido
— ¿Entonces para que trasladar su puede haber riesgos?— cuestionó mirando al hombre
— Es... es una mejor opción, le mencionaba el tratamiento que hay para que su hija pueda despertar— respondió pasando un poco de saliva
Brad miro a Arizona y de nuevo al hombre, el esperaba una respuesta y el padre de la joven, tenía una.
— Tiene que decirme que hacer, sólo hay una vacante- comentó con un tono apresurado el Doctor
— Que alguien más se quede con ese lugar, mi Zona se queda aquí- respondió firme
— Claro, iré a informar al otro hospital— el Doctor salió de la habitacion
Brad camino hasta quedar parado junto su hija, tomó su mano, la cual estaba algo fría.
— Eres una mujer fuerte, Arizona. Lo sabes, y tienes que despertar— beso la frente de su hija— Hay tantas cosas que debes de saber y para eso tienes que estar consciente
El hombre se aparto, soltó la mano de su hija y salió de la habitacion para dejarla descansar.
Mientras tanto, Arizona no estaba del todo en coma, para ella en su mente, era como estar soñando
~
Abrí mis ojos, mire a mi alrededor y estaba en el rancho de papá. El día era muy agradable, la casa lucia tal cual como cuando era pequeña.
Camine por el camino de tierra, que guiaba directo a la entrada. Risas y platicas se escuchaban en el interior, aunque no lograba identificar quienes eran.
— Llamaré a Zona— comento una voz desde el interior de la casa
La joven, al llegar a la entrada, espero a que aquella persona saliera. La puerta de madera con una visible mosquitera, se abrió, dejando ver a Emelia.
— Mamá— susurro Zona con un nudo en la garganta
— Ahí estas, solecito— Emelia sonrió de par en par y camino hasta su hija
— Te extrañe— sonrió débilmente, pues las lágrimas se querían apoderar de ella
Emelia noto como una pequeña lágrima recorría la mejilla de su hija, paso su dedo tiernamente para así poder limpiarla.
— Ya lo se, cariño— acaricio la mejilla de su pequeñas
— ¿Cómo es que estoy aquí?— pregunto confundida— Estaba en el bosque buscando a Mamba y...— se detuvo— ¿Estoy muerta?
Emelia negó levemente.— Estas en un sueño, uno sensible, ¿los recuerdas?— pregunto mirándola
— Si, son sueños que se sienten muy reales— respondió logrando que su madre asintiera
— Pero, a pesar de ser un sueño, debes tomar una decisión, quedarte en tu sueño sensible o volver a despertar— explicó Emelia
— Aún no estoy lista para despertar, mamá. Quiero pasar más tiempo contigo
Emelia sólo sonrió tiernamente y asintió. La mujer tomo la mano de Arizona y juntas caminaron hasta la puerta de la casa, entraron y se dirigieron a la cocina, en donde las risas se intensificaban vas vez más.
En la habitación comedor, se encontraban los abuelos de Arizona, ambos habían fallecidos hace tiempo, al igual que su tío lejano Jerry y la mejor amiga de Emelia, Jazmin.
Era extraño para Zona volverlos a ver, pero la habían recibido muy bien. Ese talvez sería un problema para la gente que la esperaba al despertar.
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