Capítulo XXV "No morirías por mí"

¿Qué les puedo decir? Maurice fue a Nueva York, donde estaba "Benny's House" y se dio cuenta que tenía una hija que sería educada como una niña súper dotada; Margaret Wendoly McElFatrick, pero pronto se la llevo de ese lugar y junto con su hermana Susan se fueron del país, necesitaban olvidar todo lo que había pasado ¿A dónde se fueron? Probablemente a Canadá o España, un lugar para olvidar a Lydia y a Kelly. Hailee quería irse con él, pero después entendió que no podrían volver nunca más, por lo que ellos se despidieron de un beso y abrazo. Lo más extraño de todo es que él nunca entendió como su esposa pudo dar a luz sin que él la hubiera visto embarazada o algo por el estilo. Supuso que eran de esas dudas quue nunca serían resueltas.

Mientras tanto, eran las últimas semanas del año escolar, cada vez faltaba menos para las vacaciones de verano, los chicos estaban emocionados y hablaban sobre sus planes.

—Yo me iré, ustedes saben a paraísos afrodisiacos, no se Playa del Carmen, Acapulco o Florida— dijo presumidamente Kelly.

—¿Con quién? Señora McElFatrick— dijo Amanda y las demás siguieron la burla.

—Ay sí... síguete riendo...

Pero para otras no era una felicidad así, Lila y Lola tendrían otros planes a futuro totalmente diferentes a los de todas, dijeron al unísono:

—Nos vemos, adiós a todas.

—¿Qué les pasa a ustedes?— pregunto Littzy confundida.

—Nos vemos, ya nos vamos de la universidad, para siempre.

—¿Para siempre? P-pero ¿Por qué?

—Pues conseguimos un trabajo—detalló Lila con normalidad—, además reprobamos todas las materias y pues...

—Heredaremos la empresa de nuestro padre, para no hacer las explicaciones tan largas—complementó Lola.

—Es una desgracia—dijo Amanda con un poco de tristeza.

Todas sus compañeras y amigas abrazaron y despidieron a Lila y Lola BelMonte, grandes chicas, carismáticas y divertidas a pesar de todo. Sin más se retiraron para siempre de sus vistas. Todo fue tan rápido que algunas se quedaron en shock.

—Yo creo que...—Littzy dijo con lentitud— No volveré para el segundo año.

—¿Por qué?— preguntó Amanda espantada.

—Dudo mucho que mis papás quieran que regrese con todo lo que paso este año, y no supieron lo de Lydia, pero ahora no creo que sean tan idiotas si siguen creyendo que sigo con Sherlock, además no quiero estar aquí.

—¡No!—Melissa exclamó con seriedad— Littzy que eso no te afecte y si ellos no quieren pues... ¡Tú puedes hacerlo!

—No, creo que es lo mejor... ¿Por cierto? ¿De casualidad saben a dónde ira Sherlock de vacaciones?

—No sé— dijo Sarah sin emoción— Ed me dijo que se iría a su casa, más bien a la mansión de Los Smith, también le había prometido a Balmaceda ir a ver un psiquiatra.

—¿Un psiquiatra? ¿Sherlock con un psiquiatra?—río— ¡Eso no te lo creo!

—Dicen los rumores—Kelly intervenía—que a base de esa promesa se internaría temporalmente en un hospital para locos.

—No creo lo del hospital—Amanda se sorprendió.

Las amigas seguían en la tranquilidad del jardín, reposando, descansando y fumando un poco de cigarrillos. Era un buen momento para ellas a pesar de todas las discusiones y competencias que se habían suscitado antes, ellas sabían que era más o menos su rutina como amigas, que tuvieran grandes peleas y competencias, y sin embargo su amistad perduraría.

Pero su ambiente pacífico fue detenido cuando se escucharon unas grandes zancadas, tal parecía que Selena tenía una noticia que no podía aguardar.

—¡Littzy!—replicaba sin parar— ¡Littzy! Sherlock se suicidará.

—¿Qué?— se asustó de inmediato— ¿De qué hablas Selena?

—¡De que se va a suicidar! Por lo menos eso dicen los rumores, dicen que está en la casa de sus abuelos y que acabará con su vida en un instante.

Mmm...—pensó Littzy— No, yo conozco a Sherlock, sé que nunca se suicidaría, no es tan cobarde como para huir de la vida de esa manera tan ridícula, pero seguiré el juego.

—¡Oh! Tengo que detenerlo antes de que sea tarde.

Littzy se dirigió muy rápido a la mansión de Los Smith, lugar donde habitaba su entonces ex novio, salió a hurtadillas de la Universidad con tal de llegar a dicha residencia ¿La única manera? Escalar el gran muro que dividía la escuela de todo un bosque completo y lleno, entonces tuvo que hacerlo, así como le había enseñado Sherlock, ya en la cima vio el paisaje, se sintió bella y libre, pero no podía detenerse mucho en admirar el paisaje.

Llegando a la casa; abrió la puerta y encontró a...Sherlock normal, con una copa de vino en la mano y con el cabello más largo, el hogar tenía un breve olor a marihuana pero eso no le importo, él reaccionó con indiferencia al ver a su gran amor entrar.

— ¿No te ibas a suicidar?—preguntó ella con franqueza.

—Ja, típico, bueno podría hacerlo si fuera un imbécil que quiere huir de sus problemas de la forma más ridícula posible.

Littzy sonrió, sabía que tenía razón y no podía desconfiar de él.

—Me espante mucho, por un minuto creí...

—Claro que estoy muerto, de soledad, de egocentrismo y la forma de revivirme es con tu amor.

—Vaya, no me habías dicho algo lindo desde hace...

—Hace meses, cuando te deje por Lydia.

—No hablemos de esa mujer.

—Está bien, yo tampoco quiero hablar de ese trago tan amargo.

—Bien... ahora sé que morirás de soledad. Pero llegará alguien a salvarte.

—¿Quién podrá salvarme?

—No lo sé, alguna otra chica que por desgracia no soy yo.

—¿Por qué? Quiero que seas tú.

—Porque tú y yo ya no podemos estar juntos.

—Explícame las razones—Sherlock estaba acostado en el pecho de Littzy, pero ella se alejó rápidamente.

—Nada sería lo mismo, los pasados de todas esas mujeres están persiguiéndonos y la verdad no podría vivir con eso.

—¿Por qué fijarnos en el pasado? En nuestro presente y futuro no habrá nadie más que nos arruine, eso te lo prometo.

—Sherlock, yo te amo—confesó sin medir sus palabras.

—Yo más, Littzy.

—Pero entiende que ahora no podemos estar juntos.

—¿Es por eso?—no se contuvo ante estas terribles ganas— ¿O te desesperaste de mí?

—¿Estás loco? ¿Cómo podría desesperarme de ti? En todo caso soy yo la equivocada, por dejar a alguien tan bueno y como tú.

—No, estás haciendo lo correcto en dejar a un enfermo y estúpido como yo, soy yo el imbécil que dejo a una mujer tan bella y que lo quería por una...mierda como él.

—Sherlock—se miraron de frente, tomó su hombro con dulzura—, no eres una mierda, tampoco un enfermo ni un estúpido, eres la mejor persona que pude encontrar.

—Lamento haberte hecho tanto daño Littzy—dijo con la cabeza baja—, en serio nunca me lo perdonare.

—No hay nada que perdonar, porque lo único que me diste fue amor y cariño, tenías razón me engañaste con esas mujeres, pero estabas conmigo en todo momento... eso nunca lo olvidaré.

—Entonces—pensó por instantes— ¿Lo volvemos a intentar?

—No—replicó sin duda— ¡Olvida esa idea por favor!

Él no se esperaba semejante respuesta, se enojó bastante, fue a su puerta principal, le dio la espalda a Littzy mientras reprochaba:

—¿A sí? ¡Pues tú no morirías por mí!

—¿Qué?— pregunto ella extrañada— ¿Morir por ti? ¿A qué viene eso?

—Que yo te amo, si tú me amaras morirías por mí, yo sí moriría por ti, iría a la cárcel por ti. Sacrificaría mi vida por tan solo de saber que tú estás bien.

—¡Eso es ridículo! Pero tienes razón—respondió enojada— ¡No moriría por ti!

—Eso supuse...

Sherlock huyo corriendo y Littzy lo siguió, iba drogado así que no era la mejor idea dejarlo salir solo. Pero lo que haría él era inimaginable. Resulta que la casa de Los Smith estaba en medio de la montaña, pero también tenía un gran precipicio de por medio, algo que si caías... en definitiva morirías al instante, él llegó al límite de la gran barranca, dispuesto a aventarse.

—¡Sherlock detente! ¡No te atreverías!—exclamó horrorizada.

—¿A si? ¡Ponme a prueba!—estaba muy cerca de la punta.

—¡¡NO!!—Gritó Littzy con desesperación— ¡No lo harías! ¡Tú no eres así!

—He querido acabar con esta sátira de dolor llamada 'vida' de una jodida vez por todas, y ahora es el momento.

—No, por favor... alto...—sus lágrimas inundaron su rostro.

—Littzy....¿Morirías por mí?

—¡Sherlock! ¡Deja esa estupidez por favor! ¡Claro que no moriría por ti!

Antes de que cayera, Littzy lo sostuvo firmemente e hizo que regresará a suelo firme. Ya en el gran pasto verde se encontraban los dos, tristes, destruidos y totalmente confundidos, sin respuesta alguna para esos días extraños.

—¡Sherlock! ¿Por qué lo hiciste? ¡No lo vuelvas a hacer por favor! ¡Tienes razón! Si moriría por ti, te amo tanto, pero tanto—besaba su pecho con dulzura.

—Yo también te amo, Littzy y quiero una vida...a tu lado.

Diciendo esto la pareja se quedó besándose, prometiendo y jurando amor eterno...

FIN


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