Capítulo XV "Verdaderos propósitos"

Sherlock estaba nervioso, no quería creer que el director lo había descubierto, se encontraba de rodillas frente a la oficina principal, Joshua estaba parado a un costado suyo.

—¡Balmaceda! Que sorpresa—río nervioso— ¿Quién diría que estaría en frente de la oficina del director?

—Si como no ¿Qué haces afuera de tu cuarto Sherlock?— preguntó sin rodeos.

—Nada... vine a visitarlo, porque lo extrañaba.

—Si como no... ahora dime la verdadera razón.

—Bueno, fui a ver a Littzy.

—Sherlock sé que la extrañas pero debes de entender que se deben cumplir los castigos.

—Si—fingió ternura—, pero es que la amo tanto, aparte no tenía nada de malo iba a regresar para cuando hicieran la inspección.

—Si pero no vas a hacer las cosas como tú quieras si no como se te imponen, y debes aprender eso—a Balmaceda le costaba mucho trabajo tener mano firme con él.

—Está bien, disculpe director.

—Bueno te iré a dejar a tu habitación.

Casi llevándolo de la mano, Balmaceda fue a dejar a Sherlock a su cuarto, en el transcurso el último intento explicarle lo que paso pero según Joshua no "había ningún motivo que justificara eso", por lo tanto cuando llegaron le dijo:

—Bueno. Intente explicarle pero si no me va a escuchar no hay nada que yo pueda hacer al respecto—entró a su cuarto y cerró la puerta.

Era una noche muy subliminal para Joshua, sabía que brisa de la noche le quería dejar algún mensaje pero no sabía cuál. Se puso a recordar esos tiempos en donde Rosalie estaba con él, siempre fue su mejor amigo pero nunca se pusieron de acuerdo en algo formal. Ahora trataría a su hijo como si fuera la mismísima Rosalie claro excepto por la parte de los besos y demás cosas.

En la mañana, Littzy les dijo a sus amigas que ya estaba todo arreglado con Sherlock y que no había nada de que tuvieran que preocuparse. Esto las hizo sentir muy felices.

El rumor no tardo en extenderse, pronto toda la escuela se dio cuenta que 2 alumnos de primer año ya eran victimarios del horrible castigo "De los 4 Meses", lo cual fue una advertencia para los terceros y segundos grados quienes siempre se habían salido con la suya en incontables ocasiones, y ahora sabían que Joshua Balmaceda iba en serio.

Era muy desesperante para Sherlock quedarse 1 mes completo en un cuarto encerrado como 'una vil rata' así se auto definía, ya no podía salir porque era su política que si 'lo descubrirían solo una vez que sería la única vez que haría eso'. Se había comunicado con Littzy a través de cartas pero prácticamente no era lo mismo.

En las primeras semanas fue como un descanso para Sherlock porque así podía descansar de todo pero después se empezó a hartar, aparte de que estaba en un periodo muy largo de abstinencia alcohólica y de cigarrillo. Lo cual no podía soportar por mucho tiempo, digo ¿Para quién sería fácil someterse a este tipo de cosas cuando era algo que hacia cotidianamente?.

Empezó a actuar de una manera compulsivamente irreverente, se acostaba en el suelo, tenía insomnio por lo mismo pero no era algo normal, comenzó a actuar de una manera rara y ridícula. Armaba pequeños popotes con papel fingiendo que eran cigarros.

Pero lo peor comenzó a pasar, las alucinaciones se volvieron constantes ya que era la abstinencia, más el insomnio y el aburrimiento crónico que tenía, por lo tanto su mente empezó a jugarle una mala broma cuando miró a su madre.

Una noche fría como la nada, Sherlock se había dormido en el suelo, como ya estaba acostumbrado a hacerlo, entonces eran alrededor de las 12:00 am levanto su cara y vio una luz destellante en su ventana, no podía saber qué era pero fue su sorpresa al ver que era nada más ni nada menos que su madre Rosalie, quien apareció como si nada, ella parecía tan real que hasta pudo hablar:

—Hola hijo.

— ¿Mamá?—preguntó sin miedo.

—Si hijo soy yo, Rosalie.

— ¿Qué haces aquí?

—Solo vine a visitarte.

— ¿Eres tú realmente?

—No—negó con cierta seriedad—, Solo soy algo que ha creado tu subconsciente porque probablemente estés perdiendo la cordura.

—Entonces no eres tú...

—No física ni espiritualmente pero si mentalmente... para ti.

— ¿Y te puedo ir a abrazar?—sonaba inocentemente servil.

—No.

—Pero ¿Por qué no?

—Porque solo estoy hablando contigo a través de tu mente, es algo que tú me estás haciendo decir, no que yo lo diga realmente.

—Espera ya me confundiste...

—Solo tienes que entender que probablemente estés hablando solo en este momento, y si alguien entra te vera así, hablando contigo mismo.

—¿Qué?—cerró los ojos.

Cuando abrió los ojos ya su madre no se encontraba, volvió la oscuridad de su habitación con la que se había quedado desde hace mucho tiempo, pero también era una oscuridad espiritual.

—Tal vez sea cierto, estoy perdiendo la cordura, pero eso no me importa yo la perdí desde hace mucho tiempo—se dijo para él mismo.

Las 4 semanas pasaron, era un día normal, por primera vez Sherlock despertó en su cama, sentía el calor del sol, algo que ya no estaba acostumbrado a ver porque generalmente tenia las cortinas y ventanas cerradas y nunca las abría, pero esta vez era alguien más quien lo hacía, era Littzy:

—Hola cariño.

— ¡Littzy!— Sherlock se emocionó, la abrazó y la besó— ¡Hace tiempo que no veía la luz del sol, ya me había acostumbrado.

—Pues que ya paso el mes de confinamiento, por lo menos estarás fuera de aquí.

—Mi vida perdón por no haberte escrito estas dos últimas semanas, realmente la he pasado mal, por la abstinencia.

—Si mi amor pero toma en cuenta que ahora por lo menos te divertirás más.

—No lo creo—dio un largo suspiro—, simplemente esto es horrible.

—Si pero debes afrontarlo—Littzy seguía abrazándolo

—Oye y ¿Amanda?

—Ella estará en otra área, porque según no pueden estar juntos.

—Mmm.. Bueno y ¿Dónde estaré yo?

—Creo... que en la biblioteca.

—Que aburrido— dijo deprimido.

Antes de dirigirse a su siguiente trabajo, Sherlock y Littzy dieron un pequeño paseo por los alrededores, las personas creían que eso era malo e injustificado puesto que no debían salir. Pero cuando Carl se enteró de todo, su felicidad fue total y completa, pensó que su hija estaría de mejor humor:

—Bueno por lo menos quedo en descubierto que Balmaceda si toma castigos correspondientes.

—Si... ajá— dijo Kelly frustrada.

— ¿Qué te pasa Katherine?

—No me digas Katherine, sabes que me gusta más Kelly.

—Pero ese nombre estúpido te lo puso tu mamá no yo, yo quería que fueras Katherine.

—Si pero aunque lo haya puesto mi mama pues es igual yo que prefiero Kelly

—Bueno ya—rodó los ojos—. ¿Por qué no estas feliz?

—Es que todo me salió mal—respondió enfadada.

— ¿Por qué?

—Había amenazado a Sherlock para que estuviera conmigo o si no diría lo de su soborno, el prefirió acusarse a sí mismo, y no funciono la amenaza, le dije a Littzy pero terminaron perdonándose, ¡Por eso!, nada me salió bien, mi jardín se fue al carajo, no logre que lo expulsaran, todo se me vino a la mierda.

—Ay, pues es tu culpa ¿Acaso no puedes hacer las cosas bien? ¿Que acaso no eres una Milverton?

— ¿Lo soy?

—Pues sí, y lo eres a mucha honra, y tienes que prometerme que harás sufrir a Sherlock, tanto que hasta quiera morir.

—Si papá pero las ideas se me agotan, nunca me había tocado un rival tan fuerte como él, aunque le cuelgue mil dagas no va a ceder nunca—dijo Kelly berrinchuda.

—Katherine, parece que tengo que pensar en todo lo que se supone que tú debes de hacer...

—Olvídalo yo sé que siempre tengo que hacer las cosas por mi sola papá gracias, pero ahora si no pasara como en las elecciones, yo lograre esto por mí misma.

—Hagamos algo Kelly, hasta que no logres que expulsen a Sherlock te seguiré llamando Katherine... ¿De acuerdo?

— ¡¡NO!!—la señorita gritó y salió corriendo de la oficina.

— ¡¡Aun así será Katherine!!— grito Carl desde lejos.

Para Kelly era molesto que su papá no la quisiera o rechazara, siempre lo había hecho, ella pensaba que su padre era bipolar o tenía algún tipo de trastorno que no pudiese comprender.

Pero ella estaba decidida a acabar con Sherlock y Littzy, ya que ambos se habían salido con la suya pasando sobre su autoridad, y eso no lo iba a permitir.

Comenzó el siguiente mes, Sherlock debía ir a la biblioteca a que le explicaran las tareas que debía hacer tales como sellar los libros, acomodarlos, revisar las credenciales, limpiar la área entre otras cosas, debía usar una bata azul marino ya que era para no ensuciarse por el polvo y lo que lo caracterizaba. Como era muy inteligente se adaptaba bien a su nuevo trabajo, todo con normalidad hasta que llegó Kelly, quien seguía con sus planes originales:

—Hola ayudante de la Biblioteca—saludó.

—¿Qué carajos quieres Kelly?

—Probablemente un libro.

—Tienes que buscarlo tú, yo solo te lo sello—no estaba de buen humor y mucho menos con ella.

—Uy—farfullo Kelly—. ¿Si pero como lo busco?

—Kelly sabía que eras estúpida pero este es el colmo ¿Acaso nunca habías ido a una biblioteca? Pues es obvio que buscas en la computadora el título o vas a las zonas de consulta, lo demás depende de ti.

— ¿Has estado abstente de alcohol?—preguntó deliberadamente.

—Sí, pero no entiendo a qué viene eso a la conversación.

—Wow casi dos meses, es tu máximo record.

—No me tiene muy contento ¿Lo sabías?—su voz grosera fue disminuyendo poco a poco, pero no despegaba su vista de la lista que revisaba.

—Pues si tanto sin tomar ni fumar debe ser aburrido—ella quería tentarlo.

—Así es.

—¿Quieres que te traiga algún whiskey?

Los ojos de Sherlock se iluminaron ante esta pregunta, no pudo evitar esbozar una sonrisa juguetona que obviamente decía un contundente sí, pero al estar abstente tanto tiempo lo hizo pensar de una manera más fría y calculadora.

— ¿Qué vas a querer a cambio?

—Nada... solo quiero ayudar

—No Kelly, yo te conozco perfectamente tomaras eso como cualquier pretexto para hacer de las tuyas y joderme, te conozco.

—No en serio que no—sonaba de buena fe.

—Para mí que me dirás algún día— imitó el tono de voz de Kelly, que era chillón y presumido— "Recuerda cuando te traje tu whiskey" —habló fríamente después—. ¿Sabes? Estar abstente del alcohol me ha hecho pensar que yo sería un antipático amargado con todos. Ahora comprendo porque todos beben alcohol.

—Que bien—dijo Kelly aburrida—. Pero ¿Lo vas a querer o no?

—NO—negó valientemente—.Aparte le prometí a Littzy mantenerme abstente.

—Como quieras, solo recuerda que mientras tú estas en esta mierda de biblioteca yo y los demás estaremos tomando alcohol hasta que nuestro riñón nos diga "para, para" así como solías hacerlo tí y ¿Cómo te mantendrás del puesto del más bebedor?, yo creo que lo tendrá George.

—Hagan lo que quieran, no me importa.

—Bueno ¿Aquí se puede prender un cigarro?

—. ¡No!

—Allá afuera sí—señaló la ventana.

Entonces Kelly salió, pero permaneció casi en la puerta de la biblioteca, fumo un cigarro y el humo entraba a la ventana en donde estaba Sherlock, él se sentía horrible de oler ese 'humo de los dioses' y que no pudiese hacer absolutamente nada, entonces lo inhalo varias veces, queriendo y añorando tener un maldito cigarro entre sus dedos.

Desde que pasó eso, él estaba de mal humor, trataba mal a los chicos que iban a pedir libros, por eso su jefe lo mandó a uno de los últimos pasillos para acomodar más libros.

Eran los libros de "La Anatomía de las Enfermedades" claro una clasificación, ahí veía títulos de "El Alcohol" "Tabaco" etc. Eso lo hacía sentir de peor humor, estaba desesperado, harto y enojado, y para ese mal momento llego Littzy.

—Hola mi vida— le dijo— te traje algo de...

— ¿Alcohol?—la interrumpió

—No, algo de comida y agua.

—¡Ay! —dijo enfadado—. Ya me había emocionado, Littzy.

—Me prometiste que no tomarías—dijo ella con tristeza.

—Y te lo sigo prometiendo, solo fue broma—fingió una sonrisa.

—Está bien... no hagas ese tipo de bromas por favor

—Bueno.

— ¿Qué tal te ha ido?—preguntó amablemente.

—De la mierda, esto es jodidamente aburrido.

—Pues sí pero es mejor que estar en tu cuarto ¿O no?

—Pues—respondió decaído—, supongo...

—Estoy tan orgullosa de ti—dijo feliz—, casi dos meses sin tomar.

—Claro eso es algo para sentirse orgulloso... supongo.

—Así es, cuando entre vi a Kelly salir quería decirle de cosas pero me contuve

—Que bien mi vida...

— ¿Platico contigo?

—Si—aceptó con la mirada baja.

— ¿Qué te dijo?—la voz de Littzy sonaba pesada.

—Pues me vino a ofrecer una botella de whiskey—era sincero.

— ¡¡¿Por qué?!!—Exclamó enojada— ¿Se la aceptaste?

—No.

— ¡Esto es maravilloso!—iba a llorar de felicidad— ¡No puedo creerlo!

—Littzy que no se la haya aceptado no quiere decir que no la haya querido—esas frías palabras acabaron con la alegría de su novia.

— ¿A qué te refieres?

—Le dije que no porque sabía que me pediría algún favor en otro momento, pero realmente si hubiera sido otra persona escucharías mi claro "SI".

—Entonces supongo que—su volumen de voz fue bajo— no tienes ningún interés de recuperarte.

—No de hecho sin el alcohol me siento triste y vació, jodidamente vació.

— ¿¿Ni siquiera porque sepas que yo te amo y estoy aquí??—quería aferrarse a un vago deseo.

—Ni siquiera—suspiró secamente.

—Vaya no me lo esperaba.

—Decirte esto me hace sentir honesto...

—Entonces—Littzy se enfadó bastante ante la última oración—, me puedes decir ¿Qué demonios estoy haciendo aquí?

—No sé—se encogió de hombros—, esa ya es cuestión tuya.

Ella no podía creer escuchar semejante respuesta, se alejó bastante de su novio y le pregunto en un tono histérico:

— ¿CÓMO PUEDES DECIRME ESTO? ¡Maldita sea, Sherlock!—apretó sus puños—. ¡Estoy aquí porque te amo! ¿Cómo puedes ser tan masoquista?

—Solo soy... como soy, y no soy masoquista—respondió tranquilamente.

—Si lo eres ¡¡Porque no dejas que nada ni nadie te ayude!!

—Eso es depende porque nadie me ayudaría realmente, ni siquiera tú, porque te hartaras y me mandaras al carajo.

—Eso no es verdad ¡Te amo!

—Vamos no lo niegues, ¿Cómo podrías amarme si al final yo te engañe? Eres demasiado blanda Littzy, si yo estuviera en tu lugar hubiera acabado con esto desde hace mucho tiempo.

—Si pero yo se perdonar y soportar todo por amor.

—Tal vez hago esto—Sherlock miró por la ventana, como las gotas de lluvia se desplazaban suavemente—, porque nunca me he sentido completamente enamorado.

— ¿Ni de mí?—interrogó con tristeza.

—Si de ti me he enamorado, pero no completamente...

—Vaya—esa respuesta fue peor—. ¡Me siento como una ridícula!

—Pues deberías...

Littzy suspiró varias veces, intentaba calmarse y no estallar, necesitaba sentirse amada y protegida, sus lágrimas salieron lentamente sobre su rostro pero aun así no se daba por vencida:

—Ambos nos ayudamos eso es lo que importa—dijo.

—Ah... si sobre mi 'plan ridículamente majestuoso', creo que es momento de que te diga mis verdaderos propósitos sobre eso.

—Dime de una vez...

—Mi interés nunca fue ayudarte—dijo Sherlock sin pena—, si no llamar tu atención para que estuvieras conmigo, me siento como un idiota al hacerlo y decirlo pero eran sinónimo de lo bien que me hacia el alcohol, estaba seguro que esa mierda no funcionaría pero ¿Quién diría que me terminaría jodiendo yo mismo con la estúpida de Kelly Milverton?

Después de esto Littzy se quedó paralizada, en shock saber y escuchar fuertes declaraciones sobre alguien a quien 'decía amar', eso fue lo que la quebranto realmente, sintió como no podía avanzar más, como si tuviera un fuerte dolor en su pecho, sin más se puso a llorar en frente de él:

—Oh vamos— intentó consolarla— yo solo quería ser sincero...

—Vaya... me sorprende tu sinceridad.

—No quería hacerte daño, velo por el lado positivo, te engañe pero siempre estuve contigo.

—¿No entiendes esto?—dio pasos más atrás—, tal vez George me haya tratado como una mierda, pero no se compara con lo que tú me hiciste.

—Lo sé y perdóname.

—No se puede pedir perdón tan fácilmente—ella cubrió su rostro.

—Pero lo siento realmente...

—Eso no justifica nada.

—Entonces no hay nada que yo pueda hacer—Sherlock salió a fuera de aquel pasillo y caminó lejos de ella.

—¡Espera!— gritó—. ¡Te amo, Sherlock!

—Yo igual, pero no estoy hecho para amar, soy una mierda Littzy, aléjate de mí sé que tú puedes conseguir a alguien mejor y que te quede claro que no miento.

—Lo sé—aceptó decaída— ¿Entonces?

—Creo que este es el fin.

—¿El fin?

—Por lo menos déjame pensar, no estoy completamente seguro de mis sentimientos o de lo que realmente siento por mí. Creo seriamente que tengo muchos problemas mentales.

—Con problemas o no... yo te quiero—sonrió sinceramente.

—Creo que necesito reflexionar y pensar sobre esto Littzy.

—Creo que yo también.

—Hasta que no me sienta seguro, no puedo amarte.

—Espera— preguntó indecisa— ¿Así es como eres realmente sin ponerte la máscara del alcohol?

—Para esto me han servido los dos meses de abstinencia Littzy, para descubrirme realmente, ¿Ya ves para que me sirve el alcohol? Yo sin el son inseguro, idiota, patético y tímido, lo era antes de que mi papá me lo diera a probar a los 15 años, dejaba que me golpearan, me pisotearan soy muy inseguro, pero lo probé y me transforme en un 'Monstruo', no podría pensar en amarte sabiendo como soy.

—Entiendo, y esos son problemas que yo no puedo solucionar ni aunque te diera todo mi amor.

—Exacto.

—Comprendo ahora Sherlock—aceptó con dificultad— y creo que será mejor que nos diéramos otra oportunidad hasta que arregles tus problemas.

—Supongo que tienes razón.

—Bien.

—Pero nunca se arreglaran mis problemas, nada ni nadie puede ayudarme, solo yo pero no tengo el valor de tomar la iniciativa y que esto mejore.

—Entonces nunca serás feliz—ella estaba harta, así que después de decir está frase se fue corriendo, permitiendo que las lágrimas inundaran su rostro.

"Tienes razón Littzy, es por eso que mi vida se ha convertido en una sátira de dolor de la que nadie ni yo mismo podrá salir de ahí"—pensó Sherlock mientras se sentó en el pasillo de la biblioteca reflexionando sobre ¿Qué es lo que haría con esta sátira de dolor llamada 'vida'? ¿Cómo podría resolver todos sus problemas que siempre lo atormentaban?

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