Capítulo IX "Quién no se adapte, sufrirá"

Carl miró con mucha satisfacción a su hija, realmente para su pequeña y perturbadora manera de vivir, que su pequeña niña quisiera destruir a alguien o hiciera valer su poder sobre los demás era algo para sentirse "orgulloso"

—Entonces mi pequeña Kelly ¿Estas lista para llevar el nombre de Los Milverton en alto? — pregunto su padre completamente feliz.

—Muy lista, abra un nuevo régimen que hare en la escuela, nadie se salvara de lo que está a punto de llegar.

— ¡Asi se habla!— Carl la abrazo, padre e hija compartiendo el mismo veneno.

Después de eso, ella se fue, y de la nada entro una vieja señora a la oficina de Carl, era anciana, parecía una vagabunda, estaba triste y deprimida, solo observo a la jovencita con nostalgia sin hablarle, mientras que Kelly se alejaba mutuamente por aquella apariencia desalineada y espantosa.

— ¿La puedo ayudar en algo señora?— pregunto.

—Soy Johana Highers, madre de Larissa, tú esposa. — dijo firme.

— ¡Suegra! ¿Por qué la ropa tan desgarrada? Creí que era rica

Johana no respondió, observo fijamente la puerta para después preguntar en tono sátiro:

— ¿Esa era Kelly, Mi nieta?

—Oh si ¿Quiere que vaya a hablarle para que venga a conocerla?— pregunto Carl hipócrita.

—Ni siquiera sabe de mi existencia ¿Verdad?

—Claro que no.

—Eres un miserable Carl, primero destruyes a mi hija enviándola lejos por algo que ella no cometió, y ahora estas echando a perder a Kelly. — grito señalándolo culposamente.

—Eso no es verdad.

— ¡Claro que sí, Carl! le estas dando los mismos conceptos estúpidos que le dabas a Larissa a los 15, esas idioteces de hacer que los demás sufran ¡No está bien!

—Mire señora, no necesito de sus estúpidos consejos, ni palabras morales ¡Salga de aquí! Porque apesta a naftalina y mugre ¡Fuera!— grita y señala la puerta.

—Mi esposo Demian se ha quedado con toda la fortuna, no le importa que haya pasado con Larissa, estoy tan triste, Los Highers y Los Milverton siempre fueron familias unidas que llevaban a cabo esos estúpidos conceptos, Mi hija los llevo a cabo, pero después se arrepintió y termino encerrada, a mi intentaron inculcármelos pero nunca lo lograron, termine asi "apestando a naftalina y mugre", pero libre de toda culpa. Kelly será alguien rica, millonaria pero muy mala persona, se acostumbrara a utilizar a las personas a su beneficio y oficio, eso la va a ser muy cruel, tal punto de que el karma sea muy malo, y pague terriblemente las consecuencias, ¡Detén esta locura Carl o será muy tarde!

—Hay señora Johana. —dijo Carl entre dientes. — Vera, Larissa quedo en donde quedo, porque es una estúpida que no me obedeció, que no llevo a cabo los planes como le dije, al contrario de Kelly, ella quedara en la cima, en todos sus objetivos ¡Quedara en mi lugar de grande! Porque será la diosa del mundo, y nadie lo evitara.

—Sufrirá mucho Carl ¡Basta! ¡Deja de arruinar su vida! —pidió con mucho dolor.

— ¡SUFICIENTE!— grito Carl molesto. — Salga ahora o diré que intento robarme ¡Vieja ridícula!

—Cuando veas las consecuencias ¡Sufrirás!— Joana se fue entre lágrimas, saco sus bolsas de basura reciclada con ella.

"Maldita vieja solo me está jodiendo, pero no detendrá a mi hermosa creación, Kelly" pensó Carl dando un puñetazo a su mesa mientras seguía leyendo los papeleos escolares.

Decidido a llevar el apellido de Los Milverton hasta las últimas consecuencias, Carl apoyaría en todo tipo de locura a su hija con tal de que este cumpliera sus objetivos. Entonces puso manos en la obra.

Primeramente le dijo a Kelly su principal plan para que ella desarrollara lo demás, ella tenía que inventar chismes y rumores, que se soltara todo lo que quisiera respecto a hacerle daño a Sherlock, lo cual a ella no se le sería muy difícil, y para ello le pidió ayuda a George:

—Ayúdame. — dijo en tono mórbido.

— ¿A qué?— pregunto el desesperado novio leyendo un libro para calmar sus ansias.

—A vengarme.

—¡¡Wow!! Tú ¿Vengarte? ¿Por qué? Si eres la persona más tranquila del mundo y no tendrías problemas con nadie. —dijo George sarcásticamente cerrando su libro.

—Ay, cállate Sr. Sarcasmo, pero si Sherlock no accede a mis peticiones y quien no se adapte sufrirá, tiene que seguir en mi reinado del terror. — ordenó Kelly con ese tono tan cruel que la caracterizaba.

—Sí, mira. No creo que él sea el tipo de persona que se "adapte" a tu reinado del terror tan fácilmente.

—Es por eso que te llame a ti.

—Si pero yo no te seré de gran ayuda.

—No pero por lo menos lo intentaras, y George si me ayudas, tal vez haya más progreso de que, no se me hagas este favor, y podría recompensarte, con tu madre viva y tu novia, claro que tendrá que ser muy bueno.

—Estas diciendo que ¿Si te ayudo a joder a Sherlock o a que se "adapte" tú me dejaras estar con Littzy?

—Sí.

—Jajaja— George rió molesto. — Esta si no te la creo.

—Es enserio, palabra de un Milverton, la palabra de un Milverton es lo más sagrado que existe, y no la romperé, primero papá me mataría.

—Está bien. — George accedió por urgencia. — ¿Qué quieres que le haga?

—Pues primero, yo me encargo de que su reputación se vaya al carajo, y tú te encargas de que su hermosa cara se vaya al carajo.

— ¿Hermosa Cara? estas fumada para decir eso.

—Admítelo, eres un envidioso como todos, ya que Sherlock es bastante atractivo en cada aspecto. — Bufó Kelly en tono bajo. — Pero tú solo encárgate de eso, y yo de lo demás.

Entonces comenzaron su plan, primeramente, Kelly hizo varias llamadas, envió algunos mensajes y platico con las personas, se encargó de ensuciar la imagen de Sherlock lo más que pudiera, diciendo que él era un drogadicto, ratero, o de lo peor. Los rumores eran tan conocidos que llegaron a ponerle de sobre nombre "El politoxicómano" (Usado para referirse a una persona que combina distintos tipos de droga) Pero el más conocido sin duda fue de "Vástago del diablo" Esas cosas eran obviamente falsas, y cosas que Sherlock ni siquiera sabía que había hecho.

Claro que cuando se había difamado todo era día de clases, Littzy y él entraron, todos le tenían miedo después de lo que Kelly les dijo, ella tampoco sabía que estaba pasando, pero ya no se le hacía raro que todo el mundo los viera con esos ojos, sus amigas también mantenían su distancia.

—Algo está tramando. — susurro Littzy. — Yo lo sé.

— ¿A qué te refieres?—pregunto Sherlock en mismo tono.

—La escuela nos evita más de lo normal.

—No te preocupes, eso nunca ha sido novedad para mí. Ya estoy acostumbrado a que la gente me evite.

—Yo no...— dijo Littzy temerosa. — Y realmente tengo miedo.

—No te preocupes, te acostumbraras.

—No sé cómo tú puedes vivir o lidiar con eso, es francamente horroroso. Se alejan muchísimo más, susurran cuando nos ven pasar, son más idiotas que antes.

—Lo sé amor, al principio es incómodo pero...— a Sherlock le costaba trabajo admitir esto como experiencia o trofeo. — Te acostumbras a que te miren feo, que se alejen de ti o que digan cosas falsas sobre tu persona, también te acostumbras a sus sobre nombres, a recibir groserías o apodos terribles, pero vivirlo diario e ignorarlo poco a poco... en verdad ayuda.

—Qué horror. — dijo Littzy sin poder imaginarse como sería su vida desde ese entonces.

—No hay nada que temer. — Sherlock la abrazo y siguieron caminando. — Mientras estemos juntos todo estará bien.

.

Después de clases, la pareja iba caminando normales y tranquilos en las partes traseras de la escuela, las mencionadas y hermosas áreas verdes. Cuando de la nada, llegaron: George, Manuel, Thomas, Paul y otros chicos corriendo, le pegaron a Sherlock en la espalda haciéndolo caer, mientras Manuel tomaba a Littzy por detrás agarrándole los brazos, imposibilitando que se moviera.

Sherlock rápidamente se volteó y estaba rodeado por ellos en el piso, entonces George lo pateaba mientras le decía:

— ¿Con que drogadicto? Eh... Pues déjame decirte que en mi familia siempre hemos sido muy conservadores, y siempre nos tomamos el lujo de golpear a los drogadictos

— ¡Suéltame!— Sherlock grito, no sabía pelear por lo que se intentaba defender, pero todos lo tenían en el suelo.

Manuel seguía sujetando a Littzy de atrás ella pedía que la soltaran y que los dejaran libres, pero después la tiro en el suelo y le dijo:

— ¿Por qué nunca me amaste? ¡Yo valgo más la pena que ese estúpido!

—Suéltame Manuel ¿Cómo quieres que te amé si me haces estas cosas?— imploro la delicada joven.

—Oh ¡Yo te ensañare a amarme!— entonces le dio un fuerte golpe que la dejo inconsciente, y se la llevo cargando.

Después los demás comenzaron a golpear a Sherlock uno por uno de maneras realmente brutales, y él por pacifico e indefenso no podía defenderse, en si porque le daba pánico pelear, y jamás había sido bueno para eso, George no dejo de aprovechar esa oportunidad y lo tomo del pie para después arrastrarlo por el pasto mientras los otros le aventaban cosas peligrosas, como rocas, papel, palitos de madera, tierra que le hacían daño a su delicada piel.

Él intentaba defenderse o evitar los golpes, pero al final lo dejaron inconsciente, con demasiados golpes en su cuerpo y cara, después de que lograron su cometido, salieron huyendo despavoridamente.

Horas después, llegó Joshua en sus típicas caminatas para asegurarse que la escuela funcionará con tranquilidad pero se aterro cuando lo vio en terribles condiciones, de inmediato lo despertó.

—Sherlock. — frotaba su mano entre su cara— Despierta ¿Estas Bien?

—Mmm...—él reaccionaba con dificultad. — ¿Qué paso? ¿Dónde estoy?

—Eso es lo que quiero saber yo.

—Ah claro ya recuerdo. — suspiro tristemente. — George y los demás me golpearon.

Joshua lo ayudo a levantarse, Sherlock estaba cojo no podía caminar bien, le dolía las rodillas y la cabeza, pero al final ambos pudieron llegar a la enfermería donde le dieron un buen tratamiento médico para esos golpes, cuando estaba descansado, Joshua le pregunto:

— ¿Cómo te sientes? ¿Qué te hicieron?

—Oh no es nada, solamente que, George y sus amigos nos golpearon a mí y a Littzy, todavía ni siquiera yo sé la razón.

—Los reportare.

—No es necesario, ahora solo quiero saber dónde está Littzy. — le costaba trabajo hablar.

—Mandare a que la busquen.

Littzy estaba en el cuarto de Manuel, aun inconsciente, él la había amarrado los brazos a su cama junto con las piernas pero pronto sonó su teléfono, era George quien había intentado comunicarse con él.

—Manuel ¿Dónde diablos esta Littzy?

—Está en mi cuarto amarrada. — respondió con toda la tranquilidad del mundo.

— ¿Por qué mierdas? Balmaceda encontró a Sherlock y este le dijo todo lo que paso, pero no te preocupes, porque mi papá tiene una fabulosa idea.

—No me importa, hoy al fin Littzy será mía. — respondió en tono pervertido.

—¡¡Estás loco, no lo hagas!!— grito George al teléfono.

—¡¡Jodete!! — respondió de igual manera y colgó.

Dispuesto y listo a despojar de Littzy, la tenía ahí, acostada, con su suave cabello, su delicada cara dormida, sus brazos amarrados, era mucha la tentación de verdad no podía contenerse y por un segundo estuvo a punto de hacerlo.

Pero después hubo algo que lo detuvo, pensó en esos momentos en donde estaba con ella, en todo lo que podía hacer para conquistarla sin llegar a lo más terrible, por eso, esto fue un motor para que se detuviese, asi que la llevo a su cuarto y la acostó, tapándola suavemente con sus cobijas, después fue a afrontar su castigo.

Ya en la dirección se encontraban todos, Joshua, Sherlock, Hubert Lestrade para defender a su hijo George, y los demás abusadores, cuando Manuel entro, Sherlock rápidamente y lo tomo del cuello gritándole:

— ¿¡Qué le hiciste a Littzy hijo de las mil putas!? Donde me entere que le hiciste algo ¡¡Te rompo las bolas con mis propias manos!! ¡Te lo juro, hijo de perra! — no sabía pelear, pero por ella haría hasta lo imposible.

— ¡Hey!— grito Hubert. — ¡Qué conste que es una amenaza!

— ¡Sherlock aléjate!— grito Joshua y el guardia lo sentó.

Después de unos pequeños segundos, las cosas volvieron con seriedad y así pudieron comenzar a arreglar las cosas.

—Bien ya estamos todos. — dijo el director con toda la tranquilidad. — Haber chicos yo encontré a Sherlock tirado y golpeado en plena área verde y me dijo que ustedes lo golpearon, recapitulemos, primero que de su versión.

— ¿Por qué primero su versión?— pregunto molesto George.

—Porque él es la víctima.

—Un drogadicto nunca es la víctima, Balmaceda.

Ambos fruncieron el ceño, Sherlock los miró molesto, pero no hizo nada para representar el odio que cada vez se sembraba en su alma y que por años había resguardado.

—Mira haber, eso no importa ahora. Sherlock di tu versión. — ordeno Balmaceda.

—Pues yo estaba caminando tranquilamente con Littzy entonces ellos llegaron, me tiraron, me golpearon, se la llevaron y después me arrastraron por el pasto mientras me golpeaban y me dejaron completamente inconsciente.

— ¡George! ¿Cómo pudiste hacer eso?— pregunto Hubert boquiabierto.

— ¡Tenia mis razones papá!

—Pues di cuales eran.

—Tú siempre dijiste que nuestros antepasados lo más recóndito de Los Lestrade siempre fue una familia de policías y personas que se encargaban de castigar a los drogadictos, y pues Sherlock lo es.

— ¿De dónde sacas eso? — pregunto Sherlock indignado.

—Dios mío lo dice todo el mundo.

Joshua se quedó indignado por esa respuesta tan estúpida, él no creía que Sherlock se drogaba, así que, le dijo a George completamente molesto momentos después:

— ¡Si se droga o no! Ese no es tu problema ¡No tienes por qué influir!

— ¡Discúlpeme!— George se levantó de la silla de una manera brusca. — ¡Son las costumbres y maneras de mi familia!

— ¡Asi se hablar George!— grito Hubert orgulloso de su hijo.

—¡¡Cállense!! Aquí hubo un severo caso de acoso escolar, en todo caso George, hubieras sido tu solo, pero eran varios ¡Abusaron de su fuerza!

— ¡Todos estamos en contra de las drogas!— George seguía discutiendo con Balmaceda.

—Ahora ¿¡Dónde está Littzy!? Dime Manuel— Joshua volteo a ver al mencionado.

—En su cuarto dormida.

— ¿Qué planeabas hacer?

—Abusar de ella.

— ¡Hijo de Puta!— Sherlock lo sujeto del cuello con puño en mano otra vez, no permitiría que nadie le hiciera daño a su chica nunca más.

— ¡Sherlock suéltalo!— exigió Joshua.

Este obedeció y se sentó nuevamente, todos se mantuvieron un momento callados mientras el director sacaba sus papeles

—Para finalizar ustedes 6, los agresores serán castigados con detención y tu Manuel serás confinado.

—No puede hacerlo, no puede castigarlos. — exigió Hubert.

—Fue caso de violencia escolar, claro que puedo.

— ¡Entonces también castigue a Sherlock!

— ¿Por qué él fue la victima? Ni siquiera se defendió.

— ¡Ay Claro que sí!— gritaron los agresores. — ¡Fue pelea entre todos!

— ¡No es verdad!— dijo Sherlock exclamando lo cierto.

— ¡Cuando te teníamos en el suelo intentas patéticamente golpear a George!— dijo Thomas.

—Pero ustedes eran 6 contra 1 ¡Eso no fue una pelea justa!— exclamo furioso la victima

— ¿Y?— lo retó George parándose frente a él.

— ¡Fue abuso! — Sherlock cada vez se hartaba de que esto le sucediera a él.

—O una de dos Balmaceda, castiga a los 8 o no castiga a nadie. — dijo Hubert, logrando así un chantaje espectacular.

— ¡Eres una mierda Lestrade!— exclamo levantándose de su silla. — ¡¡¡Lárguense entonces!! Pero Manuel si será castigado por lo de Littzy.

—Está bien admitiré mi castigo. — dijo Manuel conformista.

Los jovenes abusadores se fueron triunfantes y riéndose, Hubert y Carl también mientras se iban susurrando, diciendo secretos, al poco tiempo después los guardias se llevaron a Manuel a su cuarto donde sería confinado.

Joshua se quedó ahí con Sherlock, el último quería llorar simplemente que no podía porque ya se había acostumbrado a no llorar, a no expresar sus sentimientos y a no representar el dolor que siempre tenía que cargar día con día, entonces lo evito diciendo:

—Tengo que ir a ver a Littzy, a ver qué tal está.

Y salió corriendo de la oficina, ocultando nuevamente lo que en verdad sentía.


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