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Taehyung esperaba que a Jung HoSeok le atacara una bandada de aves o algo parecido.
HoSeok simplemente le empezó a dar datos de lo que debía hacer por él y Taehyung solo se mareó mientras iba recibiendo la información. No supo qué responder cuando el joven empresario le dijo que si lo hacía bien incluso podría pagarle algo. ¡Como si él quisiera el dinero! Taehyung ni siquiera quería ir a donde Jung le había mandado. Se supone que era viernes, su día de descanso, y él tendría que pasarlo haciendo lo que un estúpido pelinaranja de traje caro le había ordenado.
No era justo. Y probablemente hubiera insultado a HoSeok si podría, pero no tenía el derecho de hacerlo: estaba en deuda. El muy desgraciado incluso le había hecho anotar sus deberes para que no los olvide, y él a regañadientes tuvo que hacerlo. Ahora está ahí, en su primer paradero en donde, amablemente, Jung le había llevado "para que se ahorrara la fatiga". Puras falacias, Taehyung sabía que de seguro ese ricachón estaba divirtiéndose con la situación.
—Por qué tuve que abrir la bocota. —Se regaña a sí mismo viendo el gran edificio para luego ir hacia recepción y pedir lo que le indicaron.
HoSeok había sido claro: primero debía ir por un encargo (vaya a saber qué) al hotel en donde estaba alojándose su amigo, un tal Min YoonGi. Luego debía ir a la floristería y pedir un ramo de girasoles que tenga una tarjetita que diga "para mi madre"; ir a una empresa y pedir un portafolio que, Taehyung suponía, contenía documentos o algo así. Por último tenía que ir al departamento del idiota y ordenarlo.
Taehyung ya podía sentirse como un secretario/criado. Además, HoSeok se había llevado su mochila para asegurarse de que no vaya a hacer nada. No tenía nada, ni siquiera un celular. Pero cuando se quejó y le dijo a HoSeok que no tendría forma de comunicarse, él solo le dijo: "Ese es el punto, para que no te distraigas y hagas rápido las cosas. Pero si quieres contactarme a mí en caso de que tengas dudas, te daré mi número y puedes llamar desde un teléfono público".
Su único consuelo es que al final se libraría de todo ello. No era tan difícil (trata de convencerse de que no lo es), anteriormente había trabajado como repartidor, así que tal vez no le resultaría tan agotador. Era hacer todo lo pedido o recibir una demanda por difamación (demasiado dramático).
—Buenas tardes, vengo por una maleta que dejó Min YoonGi en la habitación 502.
El recepcionista le mira, inspeccionándolo. Taehyung se mantiene erguido y demostrando seguridad, siempre ha sido así. Suspira cuando se cansa de ser observado y hace un gesto que expresa claramente "¿ya terminaste?" hacia el trabajador.
—Su código, por favor —por fin habla quien, según su placa, apellida "Lee".
—Claro... —él empieza a buscar en sus bolsillos el pequeño cuaderno en donde lo apuntó—. 25063, ¿lo tiene?
—Sí, joven. —Lee se voltea y abre uno de los casilleros que están detrás—. Gracias por su preferencia.
Primer trabajo hecho.
Mientras que camina hacia su próximo destino, Taehyung nota que el cielo está opaco y "sin vida". El invierno se acerca, esa es una de las razones. No es como si no le gustara esta estación, de hecho, le agrada. Es en invierno cuando puede usar sus boinas y chalinas favoritas; lo único que le fastidia es que por estas fechas suele pescar un resfriado. Parece que esta vez no será la excepción, su garganta ha estado picando desde ayer. Tal vez se llevará un día libre por hoy en el trabajo, no cree que esté en buenas condiciones para la noche; además, sus alergias aumentan en invierno (tal vez porque él come muchos dulces en esta época, es un culpable).
Un ramo de girasoles. Debió decirle a ese tonto que no podría recogerlas porque es alérgico, pero por alguna razón, solo se había quedado callado ante lo mandón de HoSeok. A Taehyung le resulta extraño y, por supuesto, le fastidia porque él siempre ha sabido dar la contraria. Ya no es un adolescente que está al mando de alguien, siempre detestó eso: el no poder ser independiente, el acatar órdenes. Tal vez porque su madre siempre le decía que no sobreviviría en la calle sin ella, pero bendito sea el día en que Taehyung se armó de valor y decidió dar por terminada la relación tóxica que llevaba con sus progenitores.
Al inicio se había sentido culpable, fue difícil también; pero luego descubrió que estaba mucho mejor sin ellos. Siendo totalmente sinceros, la casa en la que vivió hasta sus 19 años solo estaba llena de decepciones, gritos, pleitos e incluso golpes. Su padre es alcohólico y su madre fue demasiado dependiente de ese hombre. Taehyung aseguraría que esa es una de las razones por las que nunca dejaría que alguien pisoteara su opinión, nunca dejaría que alguien le falte el respeto ni mucho menos lo golpeé por errores no suyos.
Logró amoldarse a la sociedad. Obtuvo un trabajo que, a pesar de no ser considerado totalmente bueno por muchos, le enorgullece. Gracias a eso ha podido pagar sus estudios, el alquiler de su departamento y otros gustos/necesidades.
—Un antihistamínico, por favor —pide cuando llega a una farmacia que está cerca a la floristería. Es mejor prevenir que lamentar, piensa.
Después de realizar la compra, sabe que viene uno de sus más difíciles retos. Sabe que no debió decirle mentiras a Hye, pero es un joven de 23 años que aún aprende de sus errores. No creyó que el suceso fuera a agrandarse de esta manera, con una serie de cosas por hacer y con un empresario enojado con él.
Cuando ya tiene el ramo en manos y está caminando de nuevo por el pavimento, solo piensa en cómo será la relación entre Jung y su madre. Taehyung supone que debe ser buena, ya que no se envían flores a alguien con quien no tienes contacto o con quien no simpatizas. Pero eso no es asunto suyo.
Más tarde, él ya recogió el portafolio, pidió que enviaran el ramo y también tiene la maleta de Min. Únicamente falta ordenar el departamento del idiota, pero ya no es mucho, así que se tranquiliza. No cree que el lugar esté tan desordenado, considerando que Jung le había dicho que pagaba para que lo ordenaran cada cierto tiempo. Podría estar la opción de que le haya mentido, pero lleva arriesgándose desde la mañana, esto no será la gran cosa.
Como lo supuso, el departamento está prácticamente con todo en su lugar.
—Qué demonios quería que arregle, ¿me hizo venir por unos cuantos platos sucios? —se queja. Camina hacia la isla de la cocina y se apoya ahí, dejando las cosas que tiene en manos sobre dos sillas.
El lugar es amplio, consta de dos habitaciones, un baño, una cocina abierta con pase al living. Hay cosas de alto precio y todo es de tonos neutros. Reconsiderándolo, Taehyung no entiende cómo es que Jung puede haber confiado en dar su clave para la puerta principal con tanta facilidad. Taehyung podría robar algo y ese sería el fin. Pero pensándolo bien, HoSeok aún tiene su celular; podría obtener sus datos y de seguro que la policía lo buscaría por mar y tierra. Sí, Taehyung sabe que tiene una imaginación muy grande.
Lava los platos y los coloca en la rejilla al lado del fregadero. Se pregunta si hay algo que pueda comer, el hambre está atacando. Cuando nota que en la alacena baja hay una aspiradora, él está dispuesto a usarla porque siempre quiso tener una. Quiere saber cómo se siente.
—But strawberries and cigarettes, always taste like you —canta luego de haber descubierto cómo usar el gran televisor en el living.
Taehyung calcula que debe haber tardado aproximadamente una hora entre cantar, bailar y ordenar. Aún le falta aspirar el piso, pero se detiene cuando siente que el dolor de cabeza puede más que su voluntad. Termina de tender bien la cama y decide sentarse solo un rato, aprovechando que nadie está mirándole. Sin embargo, lo que comienza como un breve receso, termina en una larga siesta.
HoSeok se ha mantenido pensando en el chico rubio al que le ha confiado su departamento. Está expectante a la hora en que termine la reunión que tiene que atender. No ha prestado óptima atención por estar pensando en Taehyung. Es un nombre curioso, se dice. Debe admitir que fue un poco gracioso ver cada una de las reacciones de quien antes conoció como Vante. El chico era todo garras pero a la vez ingenuidad.
Él entiende que Taehyung haya mentido solo para molestar a Hye, vamos que en algún momento todos decimos cosas sin pensar con claridad. Le sorprendió, claro. No estaba en sus planes recibir quejas de Hye, peor aun, acusaciones de gustar de otro hombre. Para nada, HoSeok es heterosexual, su sorpresa era obvia cuando oía todos los gritos de Hye.
Admitiría que Taehyung es un chico atractivo, pero no fue razón suficiente para apañar por completo su mentira. Se pregunta si Taehyung es verdaderamente gay. HoSeok no está acostumbrado a la palabra, no la oye tan seguido. No tiene ningún problema con ello, tampoco. Solo le sorprende toda la situación. Tuvo que pagarle a su amigo, YoonGi, solo porque apostaron que el primero en hacer un mini escándalo debía darle dinero al otro. HoSeok había aceptado la apuesta justamente por eso: porque sabía que nunca hacía algo fuera de lo normal. Bueno, alguien más lo hizo por él. Para ser exactos lo hizo un joven de mirada seductora y sonrisa atrayente que conocía escasamente.
Para cuando llega a su departamento supone que Taehyung ya debe haber terminado con todo y de seguro estaría esperando a que él llegue para recuperar su celular y marcharse lo antes posible. Contrario a lo que esperó, Taehyung no está sentado en algún mueble listo para exigirle su móvil y requintarle algunas cosas. No está en ningún sitio visible.
Entonces revisa su habitación y es ahí en donde ve al chico recostado sobre su cama. HoSeok no sabe cómo reaccionar, pero su lado empático le dice que solo despierte al rubio y listo. Esa es su intención, hasta que nota que Taehyung se abraza a sí mismo y respira no tan acompasado. Cuando pone una mano sobre la mejilla contraria, nota que está más caliente de lo que debería. Taehyung se levanta de golpe, como a la defensiva.
—Tienes fiebre —dice todavía perplejo.
—No, es solo la alergia. Estoy bien. —Taehyung trata de levantarse por completo, pero la mueca de incomodidad que hace le delata.
—Estás enfermo, quédate quieto.
—No voy a quedarme quieto, me voy. Ya hice lo que tenía que hacer, ahora, mi celular, por fa... —antes de que termine de hablar, HoSeok pone una mano en su frente, tratando de medir su temperatura.
—Tienes fiebre, y parece ser mucha. Deberías esperar un momento.
—¡Oh, sí! Acaba de hablar el señor doctor —sarcasmea, suspirando por la fatiga. Siente como si hubiese sido golpeado en todo el cuerpo—. Es tu culpa, para tu información. Soy alérgico al polen y tuve que recoger un ramo de girasoles. He ahí tu respuesta.
HoSeok se queda en silencio, no sabe si Taehyung seguirá quejándose o ya acabó.
—Entonces deja que me haga cargo. Quédate hasta que baje, solo serán unos minutos más... —dice una vez que el rubio no dice nada.
—Es solo un simple resfriado...
—Y alergia —agrega HoSeok, mirándole con severidad.
—Puedo arreglarlo por mi cuenta, tomaré un taxi y listo.
—Está lloviendo —informa, su tono serio—. No seas testarudo y espera aquí, traeré medicamento.
Taehyung quiere volver a dar la contraria, pero el malestar le hace mantenerse más calmado de lo que quisiera. Más indefenso, también. Cuando levanta la mirada descubre a HoSeok viéndole fijamente, esto hace que por unos segundos desvíe la suya, pero recuerda que no debe mostrarse tímido.
—¿Qué? —dice en cambio cuando se cansa de que HoSeok solo le mire extrañamente.
—Estás sonrojado, tu nariz está así también.
—Ya lo sé, es el resfriado.
—Acuéstate, vengo en un momento.
Taehyung ya no responde nada, pero obedece a regañadientes. HoSeok ya no está en la habitación, así que se permite estirarse con más confianza. Se pregunta si puede destender las sábanas para taparse, tiene frío. Tras pesarlo unos segundos, termina halando el edredón de tono esmeralda y se envuelve en él. Al carajo, Jung había dicho que se encargaría, ¿no?
Se ríe cuando imagina la reacción del idiota al verlo muy cómodo en su cama y con una almohada bajo su cuello. Contrario a lo que espera, cuando HoSeok regresa, solo le da una mirada neutra y sonríe tenue y de lado. ¿Acaso le parecía un chiste?
—¿Qué es tan gracioso? —Le pregunta con cierta molestia en su tono, HoSeok solo se encoge de hombros mientras coloca las pastillas en el velador que está al lado de la cama.
—Te ves como un niño llorón y enojado porque no ha podido salir a jugar a causa de un resfriado —responde, manteniendo ese aura jovial que parece caracterizarle. Taehyung quiere gritarle y hacer pelea, pero él continúa—. Fui al tópico que tiene el edificio, estas pastillas son buenas para aminorar el dolor de cabeza. Estas son para la congestión... no pregunté qué te incomodaba, no supe qué pedir.
—Gracias —murmura, como si le costara. Es un poco testarudo a veces, debe admitirlo—. No tenías que preocuparte, pero en fin, gracias.
HoSeok sonríe apenas notoriamente, resistiendo las ganas de decirle a este chico que es tierno sin siquiera intentarlo.
—Traeré un vaso de agua. He pedido sopa de carne. No acepto más quejas, chiquillo.
—No me llames así —Se queja al instante, tapándose hasta la nariz—. Lamento las incomodidades.
—No incomodas —Con sinceridad, dice. Se ríe internamente por la mirada curiosa de Taehyung—. Lo digo en serio.
—Bueno, entonces no te resientas, pero eres pésimo para cuidar a alguien enfermo —Esta vez Taehyung se permite actuar con más confianza. Había estado un poco cohibido al estar con alguien a quien no conoce bien y en un lugar no suyo.
—Lo sé —HoSeok quiere reír, pero se retiene, no es momento—. Aun así deberías agradecer, estoy invirtiendo en tu sopa.
—Te lo pagaré.
—Tú no vas a pagar nada. Quédate ahí, iré a traer el vaso de agua de una vez.
HoSeok vuelve a salir y Taehyung sabe que no se irá muy pronto de ahí. La noche ya ha caído y lo último que quisiera es tener que quedarse. Pero el dolor de cabeza sigue ahí e, incluso cuando él trata de disimular que se siente mal, tiene entendido que no puede ir por las calles en estas condiciones.
Tal vez abusar un poquito de la confianza que le está dando HoSeok no sería tan malo. Tendría una sopa bien preparada, medicamento y alguien pendiente a él. ¿Desde cuándo no tenía algo así?
Quizá sea bueno relajarse por hoy y dejar de pensar tanto, no pierde nada con esto.
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Lamento la tardanza para actualizar, jaja.
Sé que los apodos se escriben con mayúscula, pero me da flojera y lo prefiero en minúscula. Así que lo dejaré como "el idiota"/ "idiota". Si hay algún error, va por mi cuenta.
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