[Armonía: combinación agradable de dos o tres notas tocadas juntas en el fondo mientras se toca una melodía; también se refiere al estudio de las progresiones de acordes]

Historia original: https://archiveofourown.org/works/1877970/chapters/4045119

Todos los derechos a su autor original (blackkat) y a Kishimoto, dueño de Naruto.

"Hay un barco Kiri dando vueltas alrededor de la isla", dice Utakata, su voz sospechosamente suave, las manos cuidadosamente metidas dentro de las mangas de su kimono "Parece que están tratando de encontrar una forma de sortear la barrera"

Gaara levanta la vista de las pilas de papeleo que cubrían su escritorio y en silencio levanta una ceja. Sabe mejor que nadie que Utakata no siente amor por su antiguo pueblo, y menos aún por cualquiera que esté considerando atacar el nuevo. Ante su forma encantadora y despreocupada, es fácil olvidar lo que es, lo que puede ser. Pero Saiken es un oponente formidable, y Utakata siempre ha tenido una conexión cercana con él, incluso desde antes de que Killer Bee le enseñara al jinchuuriki de Uzushio cómo comunicarse con su bijuu.

"¿Estás seguro?" pregunta después de un momento, porque todos están un poco tensos con su Kage desaparecido, y Gaara no quiere que Naruto regrese y se ría de ellos por saltar a las sombras. Aunque, por supuesto, tampoco quiere descartar algo importante y que Naruto vuelva a ser una cáscara quemada.

Utakata asiente, solemne y pensativo "Lo estoy. Lo ocultan bien; si no hubiera echado un segundo vistazo, podría haberlo descartado como un simple barco de pesca. Pero me entrené en un oficio así, y conozco las señales. Hay shinobis a bordo, y si no son la mayoría de la tripulación al menos, me comeré la pipa"

Esto no es... una situación ideal. Gaara frunce el ceño hacia la superficie del escritorio, reflexionando sobre qué hacer. Podrían hundir el barco, por supuesto, incluso los genin de Gaara serían capaces de tal hazaña, dadas las pautas de entrenamiento de Naruto, pero ese sería el primer paso hacia la guerra. Y Uzushio, con toda su fuerza, no está preparado para una guerra. No con Danzo siendo todavía una amenaza.

"Tendremos que hacer algo", le recuerda Utakata, casi con delicadeza "Todavía hay shinobi que recuerdan la última vez que Kiri estuvo en nuestras fronteras y lo que sucedió. Incluso si la suma de sus acciones es enviar un halcón mensajero para notificar a Uzukage-sama, los mantendrá felices. Quizá no tan feliz como destrozar una nave Kiri, pero suficiente"

Gaara recuerda la destrucción que vio por primera vez, cuando él, Naruto y Haku llegaron al borde del cadáver de una ciudad. Recuerda los huesos que amontonaron, cientos de vidas perdidas y prácticamente olvidadas en el esquema del mundo. Recuerda las lágrimas de un anciano, su cabello blanco apenas teñido de rojo, cuando puso un pie en los muelles y vio la ciudad levantarse orgullosa y majestuosa ante él una vez más.

Frente a eso, Gaara piensa que él también sería muy feliz haciendo pedazos una nave Kiri.

"Le enviaré un halcón a Naruto", acepta finalmente, mirando hacia atrás para encontrarse con la firme mirada ámbar de Utakata "¿Fū y Roushi todavía están dentro del pueblo?"

El subcomandante asiente "Roushi acaba de regresar de una reunión con el Daimyo, y Fū actualmente está entrenando a su equipo genin. ¿Debería llamarlos?"

"No, pero ponlos en alerta y tenlos listos si llega un ataque", ordena Gaara, poniéndose de pie "Notificaré a las fuerzas jounin y haré que Karin revise la barrera. Aparte de declarar una guerra, eso es todo lo que podemos hacer por ahora"

Se da la vuelta cuando Utakata se inclina y se retira, deja que su atención caiga en la amplia ventana que da al pueblo, hasta el mar azul. Hay personas, civiles y shinobi por igual, moviéndose hacia abajo, y Gaara se pregunta si es paranoia pensar que se ven un poco más cautelosos que en su caminata aquí.

"Vuelve a casa rápido, Naruto", murmura a la oficina vacía que casi irradia la fuerza de voluntad de su ocupante normal. Reconfortante, en esos tiempos, pero no suficiente. No cerca. Uzushio es el pueblo de Naruto, de principio a fin "Se te necesita aquí"

Lo primero que registra es un latido sordo detrás de sus sienes. Luego está su garganta reseca, el mal sabor de boca y la sensación de un chakra familiar y afilado cerniéndose sobre él.

"Caray", resopla una voz igualmente familiar "¿Así que esto es lo que hace la élite de Konoha un jueves por la noche? No sé si desaprobar tus elecciones de vida o estar decepcionada de que no me hayas invitado"

"Ino, perra arpía cruel y malvada", gime Sakura" Ay. Y fue un consejo de guerra improvisado y una sesión de intercambio de ideas. ¿Qué ibas a aportar exactamente?"

"Te voy a cortar en pedazos", dice Ino alegremente, sentándose con las piernas cruzadas en el suelo junto al sofá al que Sasuke y Sakura se las habían arreglado para arrastrarse la noche anterior "Despacio. Almas en pena. Lee estará desconsolado, estoy segura"

Sasuke logra levantar un párpado a pesar de las estridentes protestas de su cuerpo. Cuando nada implosiona o se incendia, prueba el otro y está vagamente satisfecho con los resultados. El dolor de cabeza es manejable, al igual que el estado de su estómago. Siempre ha sido bastante resistente, y viajar con Jiraiya requirió una fuerte dosis de coraje líquido suficientes veces para que su tolerancia sea al menos respetable.

"Creemos que Naruto fue a Uzushio", dice una vez que está lo suficientemente semi-erguido para fingir coherencia "Tal vez alguien de su familia lo conoció y le dijo que estaban reconstruyendo el pueblo, o simplemente se lo llevaron, pero dado que lo dejaron fuera del mapa, es la mejor apuesta que tenemos"

Ino le sonríe, brillante y malvada y luciendo muy, muy despierta para esta hora de la mañana. También está perfectamente vestida con su uniforme limpio y sin arrugas, e incluso su cabello se ve alegre. Sasuke vagamente la odia por eso, ya que siente que fue atropellado por una pequeña manada de ñus en algún momento de la noche anterior "Aww, qué decepción. Quería verlo vestido como una bailarina", se queja, pero luego su tono se vuelve un poco divertido "Déjame adivinar, ¿vas a organizar un secuestro y sacar a la linda rubia en busca de respuestas?"

Sasuke gruñe. Lo habían considerado, alrededor de dos botellas. Pero... "Tsunade se comería mi cara", dice, y finge que no suena triste "Ella es delicada con lo de Uzushio"

"La mía también", interviene Sakura, claramente decepcionada mientras se apoya en un codo, viéndose mayormente no afectada por la noche. Aparentemente, tener una exuberante amante del sake como maestra es bueno para algo "Incluso si tienen información sobre Naruto, él es oficialmente solo un ninja perdido de nivel genin, y causar un incidente diplomático con una aldea shinobi recién restablecida, y uno de los aliados tradicionales de Konoha, sobre él probablemente hará que su cabeza explote por todos lados debido a las repercusiones políticas"

Eso es, en pocas palabras, exactamente por qué Sasuke simpatiza con la determinación de Jiraiya de nunca convertirse en Hokage. Tsunade es bueno en eso. A Sasuke simplemente no le importaría una mierda, sin importar las consecuencias. Es malo en ese tipo de cosas, y siempre lo ha sido.

"¿Interrogatorio cortés, entonces?" pregunta Ino "O, bueno, cualquiera que sea la versión de Sasuke-kun"

Sasuke sospecha que debería estar ofendido por eso, pero su deseo por el café lo anula y se levanta del sofá, desenredando sus piernas de las de Sakura y dedicando un momento para estar profundamente agradecido de que no fue Lee quien los encontró. Después de todo, solo puede soportar unos cuantos desafíos en nombre del honor de Sakura, y ya ha alcanzado su cuota mensual.

"Sasuke, café", ordena Sakura, luego lanza una mirada a Ino, quien sonríe y asiente "Dos de ellos. Y luego sal, encuentra al ninja Uzushio y obtén algunas respuestas"

"¡Esta es mi casa!" Sasuke protesta, aunque ya se dirige a la cocina "¡No puedes echarme!" La única respuesta son risitas gemelas y él pone los ojos en blanco, acercándose para agregar agua a la cafetera. Recuerda a Naruto recibiendo los golpes de Sakura, sin entrenar como estaban, y luego quitándoselos de encima cuando eran niños, y está un poco asombrado por eso. Prefería sufrir sus órdenes y acabar con esto de una vez que arriesgarse a que ella le diera un puñetazo a través de otra pared.

"Debería haberme escapado con Naruto", se queja, viendo cómo la cafetera se llena de café, solo el olor le devuelve la vida a sus extremidades "Si hubiera sabido que quedarme significaba convertirme en tu mono entrenado ..."

"Deja de quejarte", aconseja Ino, entrando y colocando tres tazas. Sasuke entrecierra los ojos hacia ella; a pesar de las apariencias y los aparentes conceptos erróneos de Sakura y ella, esta es su casa, maldita sea "Sabes que nos amas a las dos con locura y tu vida sería una cosa estéril y desperdiciada sin nosotras"

Sasuke no sabe tal cosa, y le da una mirada que espera que indique esto, cruzando los brazos sobre su pecho. Es completamente consciente de que tiene una figura impresionante, una que intimida por completo a los aprendices ANBU y los envía acobardados hacia Ino, que es menos intimidante, con sus preguntas. Por supuesto, después de eso, aprenden rápidamente que hay una razón por la que Ino usa una máscara de tigre, y no se debe a un sentido de autoestima demasiado inflado.

Ino lo ignora, como siempre lo hace y siempre lo ha hecho , y alegremente ordena: "Azúcar, Sasuke-kun", con una sonrisa brillante.

Sasuke ni siquiera duda en pasar el tazón de sal, mostrando sus dientes de vuelta.

Sakura, entrando sigilosamente en la cocina, toma la mano de Ino medio segundo antes de que la rubia toque su taza, vuelca la sal en el tazón y recupera el azúcar del estante superior. Le lanza a su compañero de equipo genin una mirada seca y le dice a Ino: "A Sasuke no le gustan las cosas dulces, así que nunca las tiene a mano. Si está al alcance, no es azúcar"

Eso también le gana a Sasuke una ceja levantada por parte de la rubia, pero Ino simplemente murmura, "Anotado", y se aleja con su taza. Sasuke puede oírla tirarse en el sofá y se estremece, imaginando manchas marrones por todas partes.

"Sé amable, Sasuke", advierte Sakura, tomando su propia taza y agregando leche hasta que sea de un color beige pálido. Sasuke también se estremece ante eso. Agregar cualquier cosa al café negro parece un sacrilegio. Toma un largo sorbo, tarareando de satisfacción, solo para ser mezquina, luego baja la taza con un suspiro y dice: "¿Vas a hablar con ellos hoy?"

Sasuke no tiene que preguntar de quién está hablando "Por supuesto. Si Naruto está en Uzushio, será memorable. Ellos lo conocerán" De eso, al menos, Sasuke no tiene dudas. Nadie puede olvidar a Uzumaki Naruto. Ni siquiera cuando lo intentan. Sasuke lo sabe por experiencia, no es que se haya esforzado mucho o por mucho tiempo. Era solo... frustración. Desesperación.

Pero por primera vez en mucho tiempo siente esperanza. Esta es una oportunidad.

Vuelve a tragar su café, apenas registrando el calor, y luego se dirige a su habitación para cambiarse de ropa. Incluso si nunca ha sido de los que gustan de las sutilezas sociales, aparecer frente a dos hombres que conocen a Naruto, que podrían recordarle, con ropa que huele como el piso de un bar con la sombra de las cinco de ayer cubriendo su rostro es inaceptable. Además, es algo que Jiraiya podría hacer, y Sasuke se tiraría por un precipicio solo para contradecir si Jiraiya le dijera que no lo hiciera.

"No destruyan mi casa", les gruñe a las dos mujeres que están tiradas en su sala de estar mientras pasa con paso majestuoso. Ino solo brinda por él con su taza, mientras que Sakura pone los ojos en blanco y le hace una mueca.

"Vive un poco, Sasuke", responde ella "¿Qué es un sofá sin algunas manchas de café?"

"Mí sofá ", responde Sasuke al instante "Te atraparé en una pesadilla donde Shikamaru es tu esposo si derramas una gota. E Ino, haré que la tuya esté casada con Lee"

Eso les provoca gritos gemelos de protesta y ofensa, pero Sasuke ya salió por la puerta y se fue.

Es bastante fácil encontrar la posada donde se alojan los dos ninjas de Uzushio: es la única en Konoha con un contingente de ANBU acampado a su alrededor. Sasuke se detiene en el borde de un tejado, estudiando encubiertamente al guardia. Reconoce al escuadrón y sabe quién estará sin duda al mando, por lo que hace una señal subrepticia y luego se deja caer en un callejón estrecho entre la tienda de una costurera y una licorería.

Cinco segundos después, otra forma lo sigue hacia abajo, familiar a pesar de la máscara de gorrión que lleva puesta. Neji aterriza suavemente, apenas levantando el polvo debajo de sus sandalias, y asiente "Uchiha"

"Hyuuga", responde Sasuke, aunque siente que parte de la tensión en sus hombros se alivia. Neji es... no un amigo, exactamente, sino un aliado. Ambos han estado buscando a Naruto, ambos conscientes del doloroso agujero de su presencia y el valor de él, aunque pocos lo vean, e incluso si Neji no es tan ferviente por verle como Sasuke, bueno, pocas personas lo son.

Ambos son genios, ambos idiotas absolutos. Y fue Naruto quien hizo que se dieran cuenta.

"¿Los visitantes?" pregunta Sasuke, cruzando los brazos sobre el pecho y recostándose contra la pared.

Neji resopla, sonando levemente ofendido "Al principio levantaron algún tipo de barrera", dice sombríamente, "una que el Byakugan no podía traspasar. Bloqueó tanto la vista como el oído dentro de la habitación durante la primera hora, pero desde entonces el componente de la vista se ha reducido. Hemos estado de servicio desde ayer por la tarde y no ha ocurrido nada más" Miro a Sasuke por un momento y luego agrego en voz baja: "Siguen mencionando a su Kage. Un Uzumaki"

Sasuke asiente, pero no entra en detalles; Neji es más que capaz de leer entre líneas, y sabe que Naruto ha sido la primera prioridad de Sasuke durante casi una década "Voy a hablar con ellos", dice, prácticamente desafiando a Neji a que lo detenga, y se mueve como un borrón, saltando al techo y aterrizando en el balcón al lado de la habitación en la que Ino registró al ninja extranjero.

Para su sorpresa, el de cabello oscuro, Yuki, está sentado en el alféizar de la ventana, limpiándose el senbon con el cabello suelto pero con la visera en su lugar. Mientras Sasuke se endereza, deja el paño de limpieza a un lado y mira hacia arriba, luego interrumpe a Sasuke antes de que pueda abrir la boca.

"Querrás dirigir cualquier pregunta que tengas hacia Youko", ofrece, con una leve sonrisa irónica en las comisuras de su boca "Él es el que tiene el cargo y la autorización para contestarlas. Solo estoy aquí para asegurarme de que no se mate haciendo algo noble y tonto"

Sasuke resopla "¿Es eso probable?" Pero luego recuerda la confianza fácil y alegre de Youko en la puerta, y agrega: "No importa. ¿Está el aquí?"

Yuki niega con la cabeza y apunta al sur con uno de sus senbon "Él fue a explorar el mercado antes. Dado que asumí que no habría problemas que pudiera encontrar con un pelotón de guardia ANBU completo a cuestas, elegí quedarme aquí. Debería ser fácil de encontrar, solo escuche la risa"

Apenas tragando un resoplido de su propia diversión ante la imagen, Sasuke asiente agradeciendo y salta a la azotea de nuevo, inclinando la cabeza hacia Neji y luego dirigiéndose al mercado con pasos rápidos.

No es tan fácil encontrar a Youko como lo hizo parecer Yuki, por supuesto. El mercado es grande, ajetreado y ajetreado, pero Sasuke era bueno recuerdo para el chakra, y el de Youko se había sentido como el aire del mar en su rostro ayer, lo suficientemente fácil de identificar contra el calor del fuego y el calor de la tierra de la población de Konoha. Se pregunto, mientras observaba la multitud, si Youko es un Uzumaki, ya que no dio un nombre de clan, pero al final no importa. De cualquier manera, debería tener la información que Sasuke necesita.

Un momento de mirar y finalmente se aferra a ese susurro de chakra, fresco y ligero, casi como el de Naruto pero más débil, no tan profundo. Reservas más pequeñas, supone Sasuke, o Youko es mejor escondiendo su chakra. El rubio está encaramado en un techo a la izquierda de Sasuke, observando a la gente de abajo con una especie de humor fácil. Levanta la vista cuando Sasuke se acerca, cortésmente manteniendo baja la velocidad para no asustar al ninja Uzushio, y ofrece una sonrisa apenas visible debajo de su máscara.

"Uchiha-san" saluda alegremente, recostándose sobre sus manos "Hermoso día, ¿no es así?"

Sasuke asiente, apenas conteniéndose de golpear al rubio con preguntas, y lentamente se sienta a su lado. Se pregunta cuál es la mejor manera de abordar el tema, y ​​luego decide que, dado que su tacto es prácticamente inexistente de todos modos, también podría lanzarse de cabeza como siempre lo hace.

"Uzumaki Naruto", dice, y espera que su voz no sea tan desesperada como se siente "¿Lo conoces?"

Youko no se pone rígido. Todos sus músculos permanecen relajados y su postura sigue siendo fácil, pero Sasuke está observando y puede ver la forma en que las líneas alrededor de sus ojos se profundizan, el verde se oscurece muy levemente. Una reacción, lo que significa que al menos ha oído hablar de Naruto.

"Hay muchos Uzumaki en el País del Remolino", es todo lo que dice el hombre, sin embargo, su tono es ligero y despreocupado "¿Puedo preguntar por qué quieres saber, Uchiha-san?"

Esa no es una respuesta si Sasuke alguna vez ha escuchado una, y puede sentir que los latidos de su corazón se aceleran ligeramente en su pecho. Si pudiera-

"Naruto era mi compañero de equipo genin", dice uniformemente, sin dejar que su repentina euforia se muestre "Desapareció hace siete años y lo he estado buscando desde entonces. Dijiste que Uzushio es el hogar del clan Uzumaki, así que pensé..."

Se queda en silencio y Youko no retoma el hilo. Simplemente mira hacia el mercado, con la expresión oculta mientras aparta la cara, pero Sasuke ha aprendido a ser paciente a lo largo de los años y lo espera.

Para Naruto, incluso por la más vaga pista, podría esperar una década.

"La población de Uzushio se dispersó después de la invasión", dice Youko finalmente, sacudiendo la cabeza. Los cascabeles colgados de sus palillos para el cabello repican con fuerza, una burla de la ligereza contra el tono de la conversación "Uzukage-sama los llamó para reconstruir. Hay... ninjas desaparecidos entre nosotros. Ninjas desaparecidos, desertores y shinobi que nunca tuvieron un lugar propio. Es un pueblo de marginados y náufragos, y todos venimos de otro lugar, o por medio de otro lugar. Puedes... entender por qué podría dudar en dar información sobre un posible shinobi de Uzushio"

Sasuke entiende, pero eso de ninguna manera significa que tiene que gustarle, o incluso aceptarlo. Aprieta los dientes cuando las palabras resuenan en su cabeza: un pueblo de marginados y náufragos, y si algo ha descrito alguna vez lo que Naruto era para Konoha, eso es todo. Prueba suficiente, probablemente, de que Naruto está en esta nueva aldea, entre otros como él—

Las piezas se conectan.

Los jinchurikis, quiere decir, recordando la información de Jiraiya sobre Utakata, sobre Roushi, sobre Fū, recordando a Gaara y su tipo de furia solitaria. Ninjas desaparecidos o marginados o ambos, todos ellos, y seguramente, seguramente Uzushio no estaría tan a la defensiva si no tuvieran nada que proteger, nada que ocultar.

Cuando Sasuke parpadea para alejar la repentina oleada de pensamientos y mira, se encuentra con unos solemnes ojos verdes enmarcados por mechones caídos de cabello rubio decolorado por el sol, una expresión con gravedad y determinación y una feroz y feroz protección, todo unido.

Youko no le va a decir nada más, y hay una advertencia en sus ojos para que Sasuke se guarde lo que se ha dicho. Es una muestra de confianza cuando no se pidió nada, una ofrenda que dice, más que nada, que la esperanza de Sasuke no está fuera de lugar. Porque Uzushio es un pueblo para los perdidos y los desplazados, los vagabundos y los desposeídos, poblado por jinchurikis y Uzumakis y shinobis sin ningún otro lugar a donde ir, y seguramente Naruto está entre ellos.

Sasuke cierra los ojos, y la sensación en su pecho es demasiado agridulce para ser una victoria, demasiado aguda, caliente y dolorosa para cualquier tipo de triunfo, pero es algo.

Después de casi una década de nada en absoluto, algo es en sí mismo una victoria.