❛❛ LA LÁPIDA ❜❜
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Brooke estaba en la habitación de Stefan junto a Rebekah. Ambas se encontraban allí para hablar sobre la cura. La castaña descansaba en la cama mientras la rubia hojeaba el diario de Stefan con curiosidad. De repente, la puerta se abrió, revelando al menor de los Salvatore entrando sin camisa, con solo una toalla envuelta en la cintura.

─Hola, Brooke ─saludó Stefan con una sonrisa dirigida hacia ella.

Brooke le devolvió la sonrisa, pero antes de que pudiera responder, él giró su mirada hacia Rebekah.

─Y tú... Sé que estuviste inconsciente un tiempo, pero aquí seguimos tocando la puerta antes de entrar ─comentó Stefan con un tono irónico.

─¿Cómo escribir en diarios, parece? “Estoy buscando dudas, nunca se puede ser demasiado cuidadoso con el amor” ─comenta Rebekah leyendo el diario─ Primero me pides que te hipnotice para olvidar a Elena y después me apuñalas por la espalda.

─Sí, piensa lo que quieras. Ya la superé ─respondió Stefan mientras sacaba una camiseta de un cajón.

─Hasta que consigas la cura, ¿no? ─preguntó Rebekah con burla y él guarda silencio─ ¡Oye, te estoy hablando!

─Sí, lo sé, y yo te estoy ignorando ─respondió Stefan con indiferencia mientras se vestía.

─Oh, espera, ahora que lo recuerdo... No importa si Elena consigue la cura, porque ayer admitiste que te sentías confundido por Brooke. ¿De verdad crees que ella va a considerar estar contigo nuevamente? ─se burló Rebekah.

─¡Rebekah! ─la regañó Brooke, pero la rubia solo respondió con una sonrisa.

─Bueno, estamos en desventaja con esto de la cura. El equipo de Klaus tiene a Jeremy, y el equipo de Shane a Bonnie, la bruja ─comentó Rebekah.

─Sí, lo sé. Estamos en último lugar. Soy consciente de ello ─admitió Stefan.

─Yo tengo un plan ─anunció la rubia original─ La cura está enterrada con Silas, ese inmortal que mi hermano Kol teme. Shane solo quería demostrar que Silas existe, y mencionó que tiene una llave para resucitarlo... su lápida.

─Entiendo. Quieres robarla ─dijo Stefan, captando rápidamente la idea.

─Exacto. Así, el equipo de Shane se une al mío y el equipo de Klaus queda fuera de la carrera ─explicó Rebekah pero Brooke negó con la cabeza, visiblemente preocupada.

─¿En serio necesitamos hacer todo esto por una cura? ─preguntó Brooke─ Además, Kol parecía realmente asustado cuando mencionaron a Silas. ¿Y si terminamos liberando algo peligroso?

─Brooke, Kol es un idiota por creer esa historia de Silas. Y sí, necesitamos hacer esto por la cura ─respondió Rebekah con seguridad.

Brooke no parecía convencida, pero decidió no insistir más. Rebekah se levantó y se dirigió hacia la puerta.

─Ya levántate. Además, no tienes nada mejor que hacer ─dijo la rubia original.

─De hecho, tenía mejores cosas que hacer, como dormir. Pero tú me llamaste y me despertaste muy temprano ─se quejó Brooke mientras se acomodaba de nuevo en la cama de Stefan y él soltó una leve carcajada.

─No te burles de mí, Stefan. ¡Estoy cansada! ─dijo la castaña, cruzándose de brazos.

─Vamos. Te compraré un café ─ofreció Stefan con una sonrisa, mientras la ayudaba a levantarse.

─¿Acaso me estás chantajeando con café? ─preguntó Brooke con incredulidad mientras se ponía de pie.

─Quizás ─respondió él, encogiéndose de hombros.

Finalmente, ambos salieron de la habitación.

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Stefan, Rebekah y Brooke buscaban la lápida en la oficina del profesor Shane, pero no parecían tener suerte.

─Bueno, al parecer la lápida no está aquí ─comentó Stefan, visiblemente molesto.

─Calma, destripador. La encontraremos ─replicó Rebekah, divertida─ ¿Estás molesto, Stefan? Tal vez encontremos una muñeca vudú o algo...

Mientras hablaba, Rebekah tomó un frasco de hierbas idéntico al que Bonnie había llevado a la reunión anterior que tuvo con sus amigas.

─Ah, esto servirá. Es lo que necesitas, ¿no? ─dijo la original mientras examinaba las hierbas.

─No me interesan ─respondió Stefan.

─¿Qué te pasó, Stefan? Eras divertido en los años 20 ─se burló Rebekah, con algo de nostalgia.

─Déjame aclararte: era un psicópata sin emociones en los 20 ─replicó el ojiverde.

─Quizá asesinaste, pero tenías emociones. Te divertías, y lo sabes. El jazz, el whisky, nuestra mesa con Gloria... ─le recordó Rebekah─ No me hagas hipnotizarte.

Stefan suspiró.

─Bien, creo que era divertido ─admitió de mala gana.

─Gracias. Y ya que establecimos que la diversión en este grupo era posible, podrías relajarte. Si no, arruinas el ambiente ─concluyó la original. Lanzando el frasco con las hierbas hacia Stefan, quien apenas lo atrapó.

─Y no te preocupes por el profesor. Yo ya me encargué ─dijo Rebekah con una sonrisa.

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Era de noche, y el grupo, compuesto por Brooke y los vampiros, no había encontrado absolutamente nada tras horas de búsqueda. La castaña, cansada, se refugiaba en un café caliente, mientras Rebekah y Stefan seguían revisando entre los objetos de la oficina del profesor Shane.

─Tanta basura inútil aquí ─murmuró Brooke, mirando el escritorio desordenado.

─¿Basura? Tal vez, pero inútil no. Parece que Shane tiene un fetiche por la muerte ─respondió Rebekah mientras señalaba algunos objetos en el escritorio─ Plumas Hopi, una urna de la dinastía Han y... esto, un cuchillo de sacrificio polinesio. Una forma horrible de morir, pero al menos aplaca a los dioses.

─¿Desde cuándo te volviste experta en artefactos? ─preguntó Stefan con sarcasmo.

─Me interesan las culturas, Stefan. Sé que es difícil de entender para alguien que salía con una niña tan egoísta ─respondió la original, refiriéndose a Elena.

Sin previo aviso, Stefan tomó el cuchillo y lo lanzó hacia Rebekah con velocidad vampírica, pero ella lo atrapó fácilmente en el aire.

─Vaya, aún es un tema delicado ─se burla Rebekah─ ¿Sabes por qué no te hipnotice para que olvidaras a Elena?

─Para que sufra ─respondió Stefan.

─Exacto. Solo así aprenderás. Me tomó mil años y cientos de traiciones entender que el amor, el cariño... te arruinan ─sentenció Rebekah con amargura.

─Eso suena horrible ─respondió el Salvatore.

De repente, unos pasos afuera de la oficina llamaron su atención. Antes de que Brooke pudiera reaccionar, Stefan la sujetó con velocidad vampírica y ambos se escondieron en un armario. Desde allí, escucharon cómo alguien movía cosas y abría muebles, hasta que el ruido se detuvo. 

─¿La encontraste? Ahora la pregunta es: ¿quién eres? ─la voz de Rebekah rompió el silencio.

Cuando Brooke y Stefan salieron del armario, vieron a Rebekah junto a un hombre desconocido. 

─Siéntate ahí. Te haremos unas preguntas ─ordenó la original, empujando al hombre hacia una silla. 

Stefan encontró unas cadenas y lo ató con rapidez, mientras Rebekah tomaba el cuchillo polinesio y hacía un pequeño corte en la mano del desconocido. 

─Si quieres que me detenga, más te vale decirnos quién te envió ─dijo Rebekah, relamiendo la sangre de su dedo─ Estás lleno de verbena. No estás hipnotizado. 

─Tal vez alguien lo hipnotizó antes de que la tomara ─sugirió Brooke.

─Vino por la lápida. Tenemos que averiguar quién lo envió ─comentó Rebekah. 

─Está bien. Nos lo llevamos a casa, lo retenemos hasta que la verbena salga de su sistema y luego conseguimos lo que queremos ─propuso Stefan con calma. 

─No es mala idea ─admitió Rebekah. Pero, antes de que pudieran actuar, el hombre comenzó a toser, escupiendo sangre. 

Stefan se acercó para inspeccionarlo. 

─Se arrancó la lengua ─informó, frunciendo el ceño. 

─Eso significa que sabe algo ─dedujo Brooke, el hombre agarró el cuchillo que sostenía Rebekah y se lo clavó en su propio cuello, terminando con su vida. 

─Creo que sí estaba hipnotizado ─dijo Stefan, quitándole el cuchillo con cuidado. 

─¿Fue tu hermano o el mío? ─preguntó Rebekah, mirando al vampiro.

─Tal vez haya una tercera opción. Podría haber otro grupo en esta carrera ─respondió el Salvatore, y ambas asintieron en silencio. 

El sonido del teléfono de Stefan llamó la atención de Brooke, al mirar la pantalla, vio que era Elena. 

─Es Elena. ¿No vas a contestar? ─preguntó la castaña, curiosa. 

─Yo lo haré ─dijo Rebekah, arrebatándole el teléfono antes de que Stefan pudiera reaccionar. 

─Hola, Elena ─saludó la original con un tono burlón─ Lo rescaté de su aburrida vida, pero aún insiste en que no está de humor para hablar. 

Puso el teléfono en altavoz, permitiendo que todos escucharan. 

─Sé que ya no te importo, Stefan, pero Kol hipnotizó a Damon. Va a matar a Jeremy. Están en los túneles. Es un laberinto y no lo encuentro. Si te importa la cura, o que Jeremy viva, ven a ayudarme ─la voz de la Gilbert menor sonó antes de que colgara.  

Brooke miró a Stefan, esperando su reacción. 

─¿Es en serio? ¿No la ayudarás? ─preguntó incrédula, pero el vampiro permaneció en silencio.   

─Bien, entiendo. Yo me voy. Debo salvar a mi hermano ─dijo con molestia mientras se dirigía al coche. 

Cuando estaba a punto de subir, sintió una mano sujetándola del brazo. Se giró para ver a Stefan. 

─¿Qué quieres, Stefan? ─preguntó, algo irritada. 

─Te ayudaré, pero no lo hago por Elena ─respondió el ojiverde.

─Bien. Sube al auto ─ordenó Brooke, sonriendo levemente.

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Brooke y Stefan caminaban entre los árboles, dirigiéndose hacia la cueva donde se encontraban Elena y Jeremy. 

─Huelo la sangre de Jeremy ─dijo el Salvatore, avanzando con rapidez. 

Brooke lo siguió hasta que encontraron a Jeremy sentado junto a un árbol, con el brazo cubierto de sangre. 

─¡Oh, Dios! ¡Jer! ─exclamó Brooke, corriendo hacia él. 

Mientras ella lo ayudaba a levantarse, Damon apareció a la distancia, con una mirada fija en Jeremy. 

─Damon, mantente alejado de nosotros ─ordenó Brooke, poniéndose delante de su hermano. 

─No puedo. Tengo que matarlo ─respondió el recién nombrado. 

─¡Damon, detente, por favor! ─suplicó Elena, apareciendo entre los árboles─ Sé que no quieres herir a Jeremy. ¡Por favor, detente! 

─No lo haré ─negó él ojiazul sin importarle lo que ella decía. 

─Sí, sí lo harás, porque puedes resistir la hipnosis. Yo lo sé ─insistió Elena, acercándose.

─Porque te amo. Porque tú me amas. Harías cualquier cosa por mí. Así que no lo hagas ─insistió la doppelganger acariciando su rostro.

─Lo siento, Elena ─susurró Damon, moviéndose a velocidad vampírica hacia Jeremy. Pero antes de que pudiera alcanzarlo, Stefan lo detuvo y, con un movimiento rápido, le rompió el cuello. 

─Era más fácil así ─dijo Stefan con una sonrisa falsa, mientras el cuerpo de su hermano caía al suelo. 

Elena lo miró con desaprobación, pero no dijo nada al respecto.

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─Auch ─se queja Jeremy mientras Brooke cura su herida.

─Lo lamento, ¿si? Ya casi termino ─dice ella con una leve sonrisa.

─¿Dónde está Elena? ─pregunta el Gilbert menor.

─Fue a ver a Damon ─respondió Brooke y el bufa─ ¿De que te quejas?

─No la entiendo, no entiendo cómo es que no se da cuenta que Damon es malo y la está controlando ─espeta Jeremy, haciéndola reír levemente.

─¿De que te ríes? ─pregunta él.

─Es solo que te molesta que Damon este con Elena, porque según tú punto de vista el es malo, pero cuando yo estaba con Klaus a ti nunca te molesto ─explica la castaña

─Es algo irónico, pero agradezco que no me hayas juzgado ─agrega Brooke rápidamente.

─La mayor parte del tiempo estuve en Denver, además tu y Klaus es diferente ─justifica Jeremy.

─¿A qué te refieres con diferente? ─preguntó la castaña con curiosidad.

─Ya sabes eso de la alma gemela y que deben estar juntas, pero Elena está con Damon por el vínculo señorial ─explica Jeremy.

─Es una posibilidad de que este con el por el vínculo señorial ¿Pero si no es así? ¿Aún no lo aceptarías? ─pregunta Brooke algo sorprendida.

─No ─responde él pero duda al pensar en Elena─ Bueno no lo se…

─Ya estás listo ─dice Brooke tomando las vendas para ir a tirarlas al baño.

─Gracias ─dijo Jeremy con una leve sonrisa.

─No me agradezcas, Siempre estaré aquí cuando me necesites ─asegura Brooke.

Ambos escucharon como alguien toca la puerta, cuando llegan al primer piso ven a Elena sentada en el sofá. Intercambian una mirada nerviosa, dándose cuenta de que probablemente los había escuchado.

La puerta vuelve a sonar, y Brooke se apresuró a abrirla.

─Buenas noches, amor… y hermanitos Gilbert ─saluda Klaus.

─¿Qué quieres Klaus? ─espeta Elena visiblemente cansada.

─He venido por mi cazador ─responde el híbrido─ Kol se está volviendo un problema, así que Jeremy estará más seguro conmigo.

─Creo que pasó, ya maté a suficiente gente por ti  ─comenta Jeremy, cruzándose de brazos.

─¿Creés que estás a salvo aquí? ─replica Klaus incrédulo─ No conoces a Kol, él no se detendrá para obtener lo que quiere y aunque suene raro, yo soy su mejor opción.

─Lo siento pero preferimos correr el riesgo ─interviene Elena y él híbrido se acerca a la entrada.

─¡Bien, pero cuando Kol venga y va a venir! Por favor avísenme, de preferencia antes de que su hogar quede hecho cenizas ─indica Klaus

─Jeremy no creo que sea una buena idea que te quedes aquí ─interfiere Brooke, preocupada.

─Tú puedes ir con Klaus sí así lo deseas, Brooke. Pero Jeremy sé queda aquí, él estará bien ─asegura Elena con tranquilidad.

─¿Por qué no lo dejas decidir a él, Elena? Y no tomas tú las decisiones por el ─dice la castaña dándole una mirada a su hermana.

─Bien ¿Qué dices Jeremy? ─pregunta la doppelganger.

─Lo lamento, Brooke. Quiero quedarme en mi casa ─respondió él.

─Espera, ¿prefieres que Elena y Damon te cuiden a que yo y Klaus? ─preguntó Brooke algo confundida.

─No necesito que nadie me cuide, solo quiero quedarme aquí, está es mi casa ─aclara Jeremy.

─Bien, el jóven Jeremy tomó su decisión. Vamonos amor ─dice Klaus, girándose hacia la salida.

Brooke sale tras él y cierra la puerta. Al verlo avanzar, toma su mano para detenerlo.

─¿Qué ocurre? ─pregunta Klaus, girándose hacia ella.

─Me quedaré aquí esta noche ─dice la castaña.

─Amor, mi hermano Kol puede ser peligroso. No deberías quedarte aquí ─advierte Klaus con preocupación.

─Le agrado, Klaus, no me lastimara. Además, yo cuidaré a Jeremy por ti e iré a verte ─indica Brooke y él la mira no muy convencido.

─Porfavor Klaus, si Kol se presenta aquí te llamaré de inmediato ─promete ella.

─Está bien. Pero llámame si algo sucede ─insiste el híbrido, para acercarse a ella y besarla suavemente.

─Adiós, descansa ─dice ella entrando nuevamente a su casa.

─¿Entonces te quedarás aquí? ─pregunta Elena levemente sorprendida, ya que hace mucho no pasaba una noche ahí.

─Sí, quiero asegurarme de que Jeremy esté bien ─responde Brooke y ve a su hermana asentir.

─Que ambos estén bien ─corrige ella─ Bueno, ya es tarde…

─Brooke ─interrumpe Elena con algo de duda─ Pedí comida china, estaba pensando que podríamos ver una película…

─Solo sí tú quieres ─ofrece la menor mordiendo el interior de su mejilla.

─Sí, eso suena bien ─acepta Brooke y Elena sonríe genuinamente.

Brooke asiente, para caminar hasta el sofá y sentarse a su lado. El ambiente entre ambas aún resultaba algo incómodo, ya sea por las traiciones de Elena o las dolorosas palabras de Brooke, pero ambas se estaban esforzando por comenzar de nuevo.

En especial Elena, ya que ella era la que lo había arruinado todo.

─¿Qué hacen ustedes dos? ─pregunta Jeremy, bajando las escaleras con curiosidad.

─Decidimos hacer una noche de películas ─responde Elena.

─Como en los viejos tiempos ─dice Brooke con una leve sonrisa.

─Yo me uno ─indica Jeremy sonriente para sentarse entre ellas.

─¡Jer! ─se quejan ambas hermanas al unísono, cuando él las aplasta con su peso.

El trío de hermanos comparte una mirada y sonríen felices, hace mucho tiempo no tenían un momento de normalidad.

Y tal vez, después de todo, eso era lo único que necesitaban… Lo único que querían.

Voten y comenten que les pareció esté capítulo, ya que me motiva mucho a actualizar 🤍 ✨

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