045. Feelings and Insecurities

❛❛ SENTIMIENTOS E INSEGURIDADES  ❜❜

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Brooke pasó toda la noche preocupada por Klaus. Le había enviado varios mensajes para saber cómo estaba, pero él no le respondió.

Ahora se encontraba en la conmemoración de Carol Lockwood, quien había sido asesinada la noche anterior. Brooke no tenía pruebas, pero podía suponer que Klaus era un presunto responsable.

─"Carol Lockwood siempre dijo que la unidad en tiempos de tragedia ayuda a sanar" ─pronunció la sheriff Forbes frente al micrófono mientras todo el pueblo encendía sus velas─ "Que una comunidad es mucho más que sus miembros. ¿Pero cómo se mantiene una comunidad al perder a su líder?"

Caroline encendió la vela de Brooke, quien le devolvió una leve sonrisa.

─"Carol no era solo la alcaldesa, era una amiga de mente abierta, una madre devota que se fue demasiado pronto por un terrible accidente" ─continuó Liz, mientras Tyler abandonaba el gimnasio bajo la mirada de todos los presentes.

─"Les pido que guardemos un minuto de silencio en su memoria"─solicitó Liz, y todos cumplieron con la petición, respetuosamente.

─"Muchas gracias. Con esta tragedia, el pueblo ha elegido a un alcalde interino. Muchos lo conocen, denle la bienvenida a Ruddy Hawkins" ─concluyó Liz, y los aplausos resonaron en el gimnasio.

─"Gracias, sheriff... Carol Lockwood siempre puso al pueblo como prioridad, y ahora debemos pensar en el futuro que tenemos por delante..." ─comenzó Ruddy, pero Brooke dejó de prestar atención.

Cuando terminó la conmemoración, Brooke decidió llamar a Stefan, ya que no lo había visto en el evento.

─Oye, Stefan, te perdiste la asamblea obligatoria ─le dijo la Gilbert al teléfono.

─Oh, eso es porque estoy en una sesión de bebida obligatoria ─respondió el Salvatore con sarcasmo.

─¿Es en serio, Stefan? ¿Vas a volver a tu actitud de destripador? ─preguntó ella, frustrada.

─Mi hermano se acostó con Elena, eso cambia todo ─contestó Stefan, amargamente.

─Primero, Caroline no tenía por qué decírtelo. Y segundo, Klaus me está ignorando desde que le mencioné el plan de ayer ─dijo Brooke, preocupada.

─Sabes cómo es Klaus, puede ser complicado. ¿Qué esperabas? ─respondió Stefan con simpleza.

─Se supone que estamos juntos, debería hablar conmigo, no evitarme. Si me evita, no tengo idea de lo que le pasa ─respondió la castaña, frustrada.

─¿Puedo hacerte una pregunta? ─preguntó Stefan después de un breve silencio.

─Ya lo estás haciendo, pero adelante ─dijo ella, burlona.

─¿Crees que Klaus mató a Carol? ─soltó Stefan.

─No quiero asumir nada, pero Klaus es temperamental y no suele controlar sus impulsos. Así que, podría ser una posibilidad ─admitió Brooke bajando levemente la voz, mientras el vampiro guardaba silencio.

─Aunque realmente espero que no lo haya hecho, porque si es así, Tyler intentará matarlo de nuevo, y tendremos más problemas. Así que, por favor, contrólate y no te conviertas en un borracho ─le pidió ella, con un tono de preocupación.

─Haré lo que pueda ─respondió el Salvatore, y luego terminaron la llamada.

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Brooke caminaba por los pasillos de la escuela hasta que vio a Caroline con una estaca de roble blanco en las manos.

─¿Qué haces aquí? ─le preguntó, entrecerrando los ojos.

─Mm... yo... nada, solo vine a buscar algo ─respondió la rubia, mintiendo visiblemente.

─Mira, Caroline, eres una pésima mentirosa, y llevas una estaca de roble blanco. Así que, lo que sea que planeas, no es nada bueno ─dijo Brooke─ ¿Me vas a decir qué tramas?

Antes de que Caroline pudiera responder, sintieron cómo alguien las agarraba a velocidad vampírica.

─Rebekah ─dijo Brooke al verla aparecer frente a ellas.

─¿Me extrañaste? ─preguntó la original con una sonrisa, a lo que Brooke asintió.

─Debo encargarme de una última persona y volveré ─dijo Rebekah─ Tú, Caroline, ahora eres parte del juego, y seguirás todas las reglas. Ve a sentarte.

Caroline obedeció de inmediato y fue a sentarse, mientras Rebekah salía de la biblioteca a la misma velocidad con la que había llegado.

─¿A quién planeabas atacar, Caroline? ─le preguntó la Gilbert.

─A Rebekah ─respondió la Forbes, y su amiga se quedó en silencio, procesando la información.

Poco después, Stefan entró junto a Rebekah, quien ahora sostenía la estaca de roble blanco.

Elena se levantó para acercarse a Stefan, pero Rebekah la detuvo.

─¿Acaso dije que podías levantarte? ─espetó Rebekah, y Elena se sentó nuevamente.

─Es bueno verte de nuevo, Bekah ─comentó Brooke, a lo que la original le sonrió.

─Supongo que me extrañaron. Ya hacía falta un poco de drama ─dijo la Mikaelson, divertida.

─La sesión va a comenzar. Están hipnotizados, ya conocen las reglas. Responderán con honestidad, sin desobedecer. Nadie se va a ir ─anunció Rebekah con una gran sonrisa.

Rebekah había hipnotizado a todos los presentes menos a Brooke, su mejor amiga, ya que no quería involucrarla en su juego.

─April, querida, anota todo. Así es como se consigue la verdad aquí ─ordenó Rebekah, y la adolescente sacó un cuaderno.

─Comencemos con una historia. En mil ciento catorce, mi hermano se enteró, gracias a mí, de una hermandad de cazavampiros con un tatuaje que crecía con cada muerte. ¿Y esos tatuajes revelan qué, Elena? ─preguntó la Mikaelson.

─Un mapa ─respondió la doppelganger contra su voluntad.

─¿Y ese mapa lleva a...? ¿Caroline? ─inquirió Rebekah, con la mirada fija en la rubia.

─Una cura para el vampirismo ─contestó la Forbes.

─Perfecto. Stefan Salvatore, la última vez que te vi tenías un cazador, pero para decodificar el mapa necesitabas una espada, la cual te dije dónde encontrar después de que usaste trucos sucios. Supongo que tienen la espada, pero siguen siendo vampiros, así que algo falló ─dijo Rebekah, evaluando la situación.

─¿Qué estás haciendo? ─le preguntó Rebekah a April.

─Me dijiste que anotara ─respondió la Young, nerviosa.

─No lo dije literalmente, linda, pero ya que lo haces, haz un diagrama. Trae fichas bibliográficas ─ordenó Rebekah, y April salió corriendo a buscarlas.

─Desperdicias tu tiempo, no sabemos nada ─comentó Stefan, molesto.

─¿Te diste por vencido, Stefan? Creí que harías lo que fuera por Elena, incluso tomar la cura para envejecer juntos y morir ─dijo Rebekah, con malicia, mientras la de cabello marrón lo miraba sorprendida.

─¿Por qué esa cara de sorpresa? ─preguntó la original─ Algo me falta, díganme.

─Elena terminó con Stefan ─informa Brooke con simpleza y su amiga sonríe burlona.

─Déjanos ir ya ─pidió Caroline, cansada de la situación.

─¿De verdad? Me confunden. Creí que Elena era tu gran amor, Stefan. Te pregunté qué pasó, tienes que decírmelo ─insistió Rebekah.

─Se revolcó con Damon ─contestó Stefan, y Elena miró, furiosa a Caroline.

─Asumo que tú se lo dijiste ─espeta la Gilbert menor mirando a la rubia.

─Lo lamento ─se disculpa Caroline, ya que la acusación de su amiga era cierta.

─Así que a la vampiro Elena le gustan los chicos malos. Por eso Stefan bebe alcohol, lo que no entiendo es cómo la dulce, hermosa e inocente Elena hiere así a su Stefan ─comentó Rebekah con sarcasmo─ ¿Cómo te lastimó, Stefan? Contesta, por favor.

─Ella no lo sabía, pero tiene un vínculo señorial con Damon ─explicó el ojiverde.

─Un vínculo fascinante. ¿Y qué opinas de eso, Elena? ─indagó la Mikaelson.

─Que estás triste, aburrida y te hacen falta pasatiempos ─respondió la doppelganger, molesta.

─Estás ocultándome algo, confiesa ─ordenó Rebekah, hipnotizándola nuevamente.

─No dormí con Damon por el vínculo, lo hice porque estoy enamorada de él ─admitió Elena, y todos la miraron, sorprendidos.

─Bueno, parece que lastimaste a Stefan con eso, Elena. Hagamos que él te lastime a ti ─dijo Rebekah, disfrutando de la situación

─Supe que te gustaba Brooke, Stefan. ¿Fue un sentimiento real o solo confusión? ─preguntó Rebekah, mientras la castaña negaba con la cabeza.

─Rebekah, esto no es… ─trata de detenerla la Gilbert.

─Deja que Stefan responda, Brooke ─la interrumpió Elena prestando atención y ella suspiró, resignada.

─Fue un sentimiento real ─respondió Stefan con honestidad, para mirar a la chica.

Stefan y Brooke se miran el uno al otro, la castaña se sentía bastante apenada por lo mal que lo estaba pasando el Salvatore e incluso se sentía algo triste de no poder corresponder sus sentimientos después de todo era un chico genial, solo que no el corrector para ella.

Por otra parte el vampiro solo podía pensar en lo que hubiera sido sí él y Brooke hubieran tenido la oportunidad de estar juntos, tal vez muchas cosas en ese preciso instante serían muy diferentes, mejores…

─Bueno, después de que mataste a Klaus y Elena se convirtió en vampiro, todos tus sentimientos por Brooke se desvanecieron. ¿Por qué pasó eso? ─preguntó Rebekah.

─Elena era vampiro, y sus emociones estaban intensificadas. Pensé que tendría una oportunidad. Además, Brooke me rechazó ─contestó Stefan.

─Bien, pero cuando pensaste que tú y Elena podían tener una oportunidad, ¿ya no te gustaba Brooke? ─cuestionó la original.

─Seguía teniendo sentimientos por ella, pero la única opción que tenía era Elena ─admitió el ojiverde, mientras Elena lo miraba, sorprendida y levemente herida.

─¡Bekah, basta ya! ─exclamó Brooke, comenzando a molestarse.

─Unas últimas preguntas, Brooke, no te preocupes ─calmo Rebekah, con una sonrisa.

─¿Y ahora? ¿Ya no tienes sentimientos por Brooke? ─preguntó Rebekah.

─Siento una gran atracción por ella. Todo este tiempo he sentido atracción por ella, pero no estoy seguro de si me gusta ─confesó Stefan, haciendo que Brooke lo mirará con una leve mueca.

─¿Y esto qué tiene que ver con la estúpida cura? ─interrumpió Caroline, molesta.

─Es cierto, esto no viene al caso. Stefan, ¿cómo encuentro la cura? A menos que prefieras hablar de Elena y Brooke todo el día ─dijo Rebekah.

─Hay un profesor que sabe dónde está la cura ─respondió el Salvatore, finalmente.

─Gracias, ¿y dónde encuentro a ese profesor? ─preguntó Rebekah, satisfecha con su avance.

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El ambiente en la habitación estaba cargado de tensión. Rebekah lanzó una mirada divertida hacia Brooke.

─Siguen todos aquí, y la tensión se corta con cuchillo, ¿no es así, Brooke? ─comentó Rebekah y su amiga asintió.

─Vamos a animar un poco las cosas. Elena, ¿verdad o reto? ─dijo Rebekah con una sonrisa juguetona.

─Ya nos cansamos de tus juegos, Rebekah ─protestó Stefan.

─Elena, ¿verdad o reto? Estás hipnotizada, responde ─ordenó Rebekah, ignorando al ojiverde.

─Reto ─respondió Elena, sin voluntad propia.

─Te reto a decirle a Stefan la verdad sobre cómo te sientes con Damon ─dijo Rebekah, cruzando los brazos con satisfacción.

─¿Es en serio? ─bufó Caroline.

─Estar con Damon me hace feliz ─respondió Elena, aunque su voz no sonaba del todo convincente.

─¿Te hace feliz? Por favor, los payasos te hacen feliz. Ve más a fondo, Elena ─replicó la Mikaelson con un tono burlón.

─Con él se siente... impredecible, como si tuviera libertad ─dijo Elena con más sinceridad esta vez.

─¿Y cómo te sientes con Stefan? ─preguntó Rebekah, mientras Caroline suspiraba con frustración.

─Siento que soy su proyecto, un problema que necesita ser arreglado. Creo que lo entristezco, y no quiero estar con alguien que me ve de esa forma, porque cuando me mira, solo ve a alguien roto ─explicó la de cabello marrón algo triste.

─¿Aún aprecias a Stefan? ─continuó Rebekah.

─Sí ─contestó ella, sin dudar.

─¿Estás enamorada de Stefan? ─insistió Rebekah.

─No ─admitió Elena, bajando la mirada.

─¿Te dolió Stefan? ¿Fue como una daga clavada en el pecho? ─preguntó la original, cruelmente.

─¡Cállate, idiota! ─espetó Stefan, visiblemente irritado.

─¿Eso te dolió? ─preguntó Rebekah nuevamente.

─Sí, un poco ─admitió Stefan.

─Solo quiero que sientas lo que yo he sentido durante 900 años ─replicó Rebekah con una sonrisa amarga, justo cuando Tyler entraba en la biblioteca.

─Ah, ya llegaste, me estaba deprimiendo ─dijo la Mikaelson, sarcástica.

─¿Qué está ocurriendo aquí? ─preguntó Tyler, confundido.

─Escucha las reglas. Quédate en el edificio, no pueden correr como vampiros ─ordenó Rebekah.

─¿Por qué haríamos eso? ─intervino Caroline, impaciente.

─Transformarte ─dijo Rebekah dirigiéndose a Tyler.

─¿Qué? ─preguntó Brooke, claramente confundida.

─Así no tendrá control ─murmuró Caroline, adivinando las intenciones de la original.

─Ese es el punto. Ya escuché lo que quería oír. Tengo al profesor para la cura. Ustedes son mi competencia, y quien la encuentre decidirá qué hacer con ella: usarla, compartirla, destruirla, conservarla... Y quiero ser yo ─dijo Rebekah con determinación.

─Los mataría si lo hago ─comentó el moreno, dudando.

─Exacto. Hazlo, Tyler ─ordenó Rebekah con frialdad.

─Vámonos de aquí, Brooke ─dijo la Mikaelson, tomándola del brazo y llevándola a un aula cercana.

Al entrar, encontraron a Kol sosteniendo al profesor Shane por el cuello, mientras lo ahogaba.

─Oh, hola Brookie ─la saludó Kol con una sonrisa macabra.

─Hola, Kol ─respondió Brooke, observando algo sorprendida cómo él volvía a apretar el cuello del profesor.

─¿Para qué quieres la cura si eres humano? ─preguntó Rebekah con curiosidad.

─Yo no quiero la cura, ustedes pueden tomarla. Yo solo quiero a Silas ─respondió Shane, entrecortado.

─¿Qué? ¿Qué sabes sobre Silas? ─preguntó Kol, alzando al profesor por la camisa.

─Es el primer inmortal y está atrapado junto con la cura. Yo lo liberaré ─contestó Shane, antes de que Kol lo sumergiera nuevamente en el agua con velocidad vampírica.

─¡Basta! No nos sirve de nada muerto ─espetó la original, y su hermano lo sacó del agua.

─¿Escuchaste lo que dijo? Silas nos matará a todos ─advirtió Kol.

─¿Quién es Silas? ─preguntó Brooke, aún confusa.

─Silas no existe, es un cuento de hadas para que los niños se coman sus vegetales ─respondió Rebekah con incredulidad.

─Silas es muy real. Sé dónde está la tumba y tengo el hechizo para despertarlo ─declaró Shane.

─Un segundo, eso no es cierto, no puedes llegar a él ─negó Kol.

─No sin su lápida, ni sin una docena de sacrificios. Créeme, lo sé, ya lo hice antes. Esas masacres no son fáciles de organizar ─dijo Shane, revelando su verdad.

─Tú fuiste quien mató al consejo, ¿verdad? ─preguntó Brooke, horrorizada.

─Fue un sacrificio noble y temporal, porque cuando despierte a Silas, él traerá de vuelta a todas las almas que murieron por él ─respondió Shane.

Kol, sin pensarlo, le clavó una barra de metal en el estómago.

─Agradécemelo ─dijo el castaño, dirigiendo una mirada satisfecha a su hermana.

─Mataste mi única posibilidad de encontrar la cura ─reclamó Rebekah, frustrada.

─Silas traerá un infierno. La verdad, hermana, no puedes con eso ─respondió Kol, mostrándole la estaca de roble blanco.

─¿Cómo la conseguiste? ─preguntó la original, sorprendida.

─Demasiado fácil ─respondió Kol, saliendo del aula, seguido por Brooke y Rebekah.

─Rebekah, me largo de aquí ─anunció Brooke, comenzando a alejarse, ya estaba cansada de estos estúpidos juegos.

─¿Estás molesta conmigo? ─preguntó Rebekah, con un toque de preocupación.

─Es solo que todo lo que pasó en la biblioteca, son muchas cosas que asimilar… ─admitió ella algo abrumada─ Además es tarde y debo encargarme de algo.

─Lo lamento, no quería involucrarte ─asegura su amiga levemente arrepentida─ Y supongo que ese "algo" tiene que ver con Nik

Brooke asintió en silencio.

─Vé, nos vemos mañana ─dijo Rebekah con una sonrisa, mientras la castaña se dirigía hasta la salida de la escuela.

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Una vez dentro de la casa, Brooke buscó al híbrido, recorriendo cada una de las habitaciones hasta qué lo encontró en el estudio, de espaldas a ella, pintando con trazos bruscos en un lienzo oscuro.

─Aquí estás… ─murmuró Brooke con alivio, pero también con una mezcla de frustración─ Te llamé ayer, te mandé mensajes hoy… Y no me respondiste.

Klaus no apartó los ojos del lienzo, sus manos seguían moviéndose con precisión.

─Klaus ─repitió ella, esperando que su voz lo hiciera reaccionar. Pero él la ignoraba, lo que solo la hacía frustrarse más.

─¿Mataste a Carol Lockwood? ─preguntó la Gilbert finalmente, buscando captar su atención.

Klaus dejó de pintar. Su cuerpo se tensó por completo, y entonces, muy lentamente, giró la cabeza hacia ella.

─¿Y qué si lo hice? ─respondió Klaus, a la defensiva.

Brooke sintió una sensación de decepción, ante su comportamiento. Dio un paso hacia él, pero él retrocedió un poco, creando una visible distancia entre ellos y no solo física.

─Bien, no entiendo qué te ocurre ─contestó Brooke, frustrada─ Ayer Tyler intentó matarte y te lo dije porque me preocupo por ti, pero ahora actúas como si no existiera.

Klaus apartó la mirada, sus ojos volviendo al lienzo dejando claro que prefería enfrentarse a su obra antes que a las emociones que estaba sintiendo.

─Solo vete, Brooke. Soy malo para ti ─dijo Klaus, fríamente.

Brooke sabía que Klaus estaba tratando de alejarla, pero no entendía por qué. Se acercó, con pasos lentos y sus ojos fijos en él.

─¿Por qué me estás alejando de ti? ─cuestionó ella, suavemente, buscando alguna respuesta ante su comportamiento.

─No lo entiendes, Brooke. Soy malo para ti ─replicó el híbrido, su voz se quebró por un momento, pero se recompuso rápidamente─ Lastimo a tus amigos… y ellos me lastiman a mí. ¿De verdad crees que podemos estar juntos y ser felices?

─Sí ─respondió la castaña, sin dudar ni un segundo─ Creo que podemos estar juntos a pesar de todo eso.

─Si no fueras mi alma gemela, ya me habrías dejado hace mucho tiempo ─dijo Klaus, sorprendiendola─ Soy realmente malo para ti, Brooke…

─¿No lo ves? Soy Klaus Mikaelson, el gran híbrido malvado ─dijo con sarcasmo─ Y tú... tú eres demasiado buena para esto. Para mí.

─Eres solo una chica condenada a pasar la eternidad conmigo ─sentenció, evidentemente molesto.

Brooke lo observó, sus ojos entrecerrados, intentando descifrar lo que se ocultaba detrás de esas palabras. Poco a poco, lo comprendió: Klaus estaba intentando protegerse. Había un dolor profundo en él, el miedo a ser abandonado de nuevo. Sabía que él prefería empujarla lejos antes que permitirle ver sus debilidades. Pero ella no iba a permitir que él siguiera escondiéndose tras esa fachada del gran lobo malo.

Klaus, aunque se negaba a admitirlo, comenzaba a dudar de su relación. Cuestionaba si alguna vez sería lo suficientemente bueno para ella. Temía el día en que Brooke despertara y comprendiera quién era realmente, y lo abandonara.

─Quizá si no fuera tu alma gemela, ya me habrías matado ─sugirió Brooke, con una leve sonrisa.

─Pero las cosas no son así, Nik ─continuó, ella llamándolo por primera vez por su nombre mientras acariciaba su rostro. Klaus la miró, sorprendido por el gesto.

─Eres mi alma gemela, y no me importa lo malo que pienses que eres. Quiero estar contigo... solo contigo, Nik. ─

Brooke acarició su rostro con delicadeza, y Klaus cerró los ojos por un instante, dejándose llevar por su toque.

─¿Entonces no me abandonarás? ─preguntó el híbrido, con una vulnerabilidad rara en él.

Klaus por más que intentara ocultarlo, se sentía inseguro. La muerte de Carol Lockwood había rondado su mente toda la noche, haciéndole pensar que Brooke lo rechazaría, que le diría que no podía seguir con alguien como él después de todo lo que había hecho.

Pero ahí estaba ella, frente a él, diciéndole que no lo dejaría, sin importar nada.

─No, Nik. Claro que no te abandonaré, nunca ─aseguró Brooke. Klaus se acercó y la besó suavemente, aliviado.

─Te amo ─admitió el híbrido, finalmente permitiéndose mostrar su vulnerabilidad.

─Yo también te amo ─respondió Brooke, acariciando su mejilla.

─¿Vamos a dormir? ─le preguntó ella, y él asintió.

Ambos se dirigieron a la habitación. Brooke se recostó sobre el pecho de Klaus, pero en su mente, las palabras que habían intercambiado aún resonaban. Se dio cuenta de que cada palabra que Klaus había pronunciado no estaba dirigida a ella, sino a él mismo, como si intentara convencerse de que no merecía su amor.

─Estaremos juntos siempre y para siempre ─prometió Klaus, depositando un beso en su cabello.

─Siempre y para siempre ─repitió Brooke, antes de caer profundamente dormida sobre el pecho de Klaus. Definitivamente había tenido un día largo y solo necesitaba esa sensación de protección y tranquilidad que solo él le podía brindar.

Klaus la observó durante varios minutos más antes de cerrar sus ojos, su mente aún atrapada en sus inseguridades. Pero por ahora, con Brooke en sus brazos y el amor incondicional que ella le ofrecía, todo parecía estar bien.

Por ahora, el gran híbrido malvado se permitía creer que, tal vez, merecía ese amor.

Voten y comenten que les pareció esté capítulo, ya que me motiva mucho a actualizar 🤍 ✨

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