Los bosques de sauce, dice la tradición, eran habitados por hermosas criaturas, entre ellos las doncellas y donceles de estos árboles, quienes poseían una belleza hipnótica, pero que muy rara vez se dejaban ver, cuidaban y protegían los sauces, incluso a costa de sus vidas, dentro todas estas creaturas destacaba él, un doncel de cabellos tan rojos como la sangre misma, tan largos que parecían ser extensiones de las ramas de aquel gran sauce, con piel nívea aterciopelada y llena de un brillo casi irreal, con los ojos carmín y las pupilas fríamente cálidas, su nombre era Camus.

Un día, Saga, un cazador y miembro de una familia noble, se adentró en aquel bosque atraído por el hermoso y delicado canto de un doncel, cuando llegó hasta aquel lugar, le vio sentado en una de las ramas de aquel gran árbol, se quedó prendado de aquella belleza que no paraba de cantar con armonía.

— ¡Ven conmigo, bello doncel! — dijo detrás de un circulo de setas rojas para captar la atención del joven

— ¡Mírame!, no puedo dejar este lugar — dijo con una media sonrisa — Escúchame ahora, no puedo seguirte, no me pidas que siga por donde tú vas.

Resignado, Saga dio media vuelta pero a los cuantos minutos regreso con una pequeña flor entre sus manos a donde estaba su amor, el aire movía aquellos mechones rojizos como la sangre misma de un lado para otro y aquel doncel danzaba con su belleza en las ramas del sauce, Saga se paró frente al gran árbol y le atendió la pequeña flor amarilla.

— ¡oh bello doncel, mi corazón has cautivado!, ¡oh bello doncel yo seré tu marido!

— ¡Mírame!, no puedo dejar este lugar, escúchame ahora, no puedo seguirte, no me pidas que siga por donde tú vas, no me he de casar contigo, ni dentro de poco, ni de lejos, ni pronto — dijo con frialdad y tristeza.

Volvió a irse regresando de nuevo con un hacha entre sus manos, con fuerza y furia comenzó a talar aquel sauce, provocando que aquel doncel llorara por aquella acción.

—Tomare al doncel de ojos rojos, con él me casaré y criare a mis hijos, con él viviré mi vida — el sauce cayó con un sonido estrepitoso — Ahora tu sauce ha caído, ahora me perteneces.

Le tomo de la mano y se lo llevó, a las afueras del bosque, aquel doncel se desvaneció, sus pies habían caminado una distancia considerable lejos del lugar donde nació, se desvaneció en la tierra y se convirtió en una flor tan roja como sus cabellos que se marchita demasiado rápido, Saga no pudo tomar del bosque lo que nunca debió salir.  

😈❄
para dianaoviedo9480, perdón por cambiar el origen de la leyenda, pero no encontraba una que me agradara para estos dos, espero que te haya gustado 

espero que les haya gustado, esta basado en una leyenda celta que se llama "la doncella del sauce"

Dan R