"Hazle sentir que te pertenece, que es tuyo y que tú eres de él, gobierna su mente y tendrás su cuerpo a tu merced"

Se trataba de decir a si mismo que las palabras de Thanatos no tenían sentido, su gemelo se había empeñado en decirle que esa era la única forma en la que podría tener a Minos solo para él, creyó que la insistencia de su hermano no tendría fruto alguno pero se equivocó, cada noche miraba muy de cerca aquella fotografía que su hermano le había proporcionado, imaginando un sinfín de escenarios, siempre con la constante de verse poseyendo el cuerpo de Minos, imaginando su voz llamándolo y rogando por más, para su desgracia, esas imágenes solo eran una fantasía.

Uno de esos días, se armó de valor, podía ser el dios del sueño, pero, como todos, era vulnerable en cuestiones del corazón, apareció en la sala del juicio como si estuviese en su palacio, parándose frente al juez albino y sonriendo con malicia, había decidido entonces, hacerle caso a su hermano, se acercó al rostro confundido de Minos y lo tomó con brusquedad, esa sonrisa ladeada le dio una mala espina al pobre juez que no supo cómo reaccionar ante aquellas acciones.

—Ven conmigo — ordenó Hypnos.

Sin pensarlo lo siguió, estaba nervioso, había que admitirlo, despues de todo, aquel que iba a unos pasos delante suyo era un dios, uno demasiado paciente pero demasiado cruel, supo a donde habían llegado, la habitación de Hypnos en su palacio en los Elíseos, sin algún tipo de cuidado lo arrojo sobre la cama, la mente de Minos estaba en blanco, no obstante reacciono en cuanto sintió los dedos del soberano del sueño sobre su túnica, lo comprendió, su mirada, sus acciones, aquella sonrisa intimidante pero a la vez sensual, esos ojos deseosos de clavarse en su piel, sus sentimientos fueron aclarados.

Quizá no estaba enamorado de Hypnos pero su cuerpo comenzaba a arder en aquel impuro deseo, era incorrecto, él no era más que uno de los jueces del inframundo, no, no era correcto lo que estaba a punto de hacer, pero... se estaba dejando llevar por lo que aquel dios le ocasionaba.

"Una lujuria ardiente para tocar la llama, estas ardiendo como un cigarrillo, me tomo el tiempo para inhalarte, vuélveme loco y esparce tus cenizas en mi"

Junto toda la fuerza de voluntad que le quedaba y con la fuerza que sus brazos le permitían empujo a Hypnos cambiando de posición, ahora él estaba arriba, con el pecho al descubierto, con el rostro pintado de carmín y con el corazón latiéndole a mil, si iban a jugar, entonces impondría sus reglas.

—Gobiérname, ¡oh amado y benevolente dios del sueño! — Los labios de Minos se acercaron al oído de Hypnos — ponme de rodillas, hazme rogar por más, haz enrojecer esta blanca piel. — dijo en un susurro.

Y despues de aquella petición, despues de aquel susurro cargado de lujuria, está de más decir lo que pasó.

😴🐥
¡AH! !Me acabo de dar cuenta que me salieron muy tóxicos los muchachos!

me encantó escribir sobre ellos y al leerlo otra vez se me puso la piel de gallina. 

el siguiente no va a ser de una pareja, va a ser algo que he estado planeando desde el one-shot 1, espero me quede bien.

Dan R