15. Salomé (Hades x Shaka)
Sus ojos no se podían separar de aquel ser que estaba frente a sus ojos, esos cabellos tan rubios como los rayos del sol, esa piel que parecía tan suave, esos ojos azules que le veían de manera provocativa y esa sonrisa ladeada, Dioses, juraba estar babeando por la belleza que tenía enfrente, despues de todo, no siempre veías a un hombre guapo hacer una danza privada para el rey y su corte, pero más que sorprenderse por la destreza con la que esas finas caderas se movían, el rey Hades estaba embelesado con la belleza de aquel muchacho.
Aquellas finas telas que cubrían solo la parte inferior de su cuerpo no dejaban nada a la imaginación, la manera tan hipnótica con la que se movía, podía sonreír con descaro porque lo sabía, bien lo sabía, sabía demasiado bien que había cautivado al rey, pues más de una vez sus azules ojos se toparon con los del soberano de Kárpatos, no dejaba de moverse ni de provocar al rey con sus movimientos.
— ¿Quién es él? — preguntó el rey Hades.
—Su nombre es Shaka, pero gusta ser llamado Salomé, es un joven hindú. — respondió uno de sus consejeros.
Sonrió, si mal no recordaba, "Salomé" era una princesa judía que bailó para Herodes y pidió como pago la cabeza de Juan, un predicador cuya acusación molestó a la joven; se quedó viendo como sus pasos se volvían mucho más eróticos y provocadores, se relamió los labios, en un momento Shaka se sentó a los pies de Hades, sus ojos suplicantes le veían y una de sus manos recorría con descaro una de las piernas de aquel soberano.
—Baila para mí, Salomé — dijo a la par que acariciaba una de sus mejillas
Shaka se levantó de su lugar, se acercó al rostro de Hades, lo suficiente para rozar sus labios, luego, con lentitud acercó sus labios a su oído, dejó un beso en ella.
—Como ordene, mi señor, pero quiero una recompensa — cada una de las células del cuerpo del rey se erizaron, ese tono de voz le provoco muchas sensaciones.
—Lo que quieras, belleza— respondió mientras una de sus manos rodeaba aquella fina cintura.
—La cabeza de Athena en una charola de plata, mi señor.
Ni tiempo le dio para decir sí o no, volvió al centro y comenzó de nuevo esa hermosa danza, sonrió, aquella mujer, de quien Shaka pedía la cabeza no era más que una de las comandantes de su ejército, sin pensarlo dio la orden, en cuanto el mandato fue cumplido, el rey Hades le entregó aquel premio a Shaka, quien sonrió complaciente.
—Bailaré para usted, mi señor, hasta que mi vida se extinga. — la sentencia más hermosa que le gusto escuchar, tenía a su Salomé entre sus brazos y jamás le dejaría ir.
😈👩
¿que les parece esta parejita?
Ame escribir esto, se me erizo la piel
si hay alguna duda no se abstengan y preguntenme.
Dan R
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