🌓Cuarto Creciente
♦ ° VII ° ♦
Narradora
Paso una y media semana y Hotaru se negaba a pasar por el local de los Kitaeru.
La pobre Tetsuko ya extrañaba su presencia.
Días atrás había tenido que ir a la casa de su maestro, Shinjuro Rengoku, para darle el pésame, debidamente, por la muerte de su hijo mayor.
En cuanto regreso.
Tetsuko había intentado ir al taller de Hotaru y hablar con él, pero no lo había encontrado.
Su ultimo recurso era ir al hogar del jefe de la villa, Tecchin Tecchikawahara.
Esa mañana, Tetsuko había recibido un anuncio, era una nueva misión.
Tetsuko se coloco su uniforme y se dirigió con Tecchikawahara, aprovecharía la visita para también avisarle de su salida.
-Saludos, Tecchikawahara-sama -saludo la chica tras hacer una reverencia.
-Ah, Tetsuko-chan. Como haz estado? Veo que pronto saldrás a una misión- comento tras ver a la chica con su uniforme de cazadora.
-Me encuentro bien, gracias por preguntar- la chica se volvió a colocar recta y sonrio- Venia a avisarle que saldría, efectivamente, a una misión. Sera un poco larga, si le soy sincera.
-Entiendo. Te deseo éxito- respondió el anciano de mascara.
-También... Quiera preguntarle sobre Haganezuka-san- la preocupación era notoria en su voz- hace ya tiempo que no lo veo y sinceramente estoy muy preocupada.
El anciano miro a través de su mascara a la preocupada chica.
-No podría decirte donde esta- respondió- pero seguro que podrás verlo en cuanto regreses de tu misión, Tetsuko-chan.
-Eso espero...
En eso, un cuervo entro gritando por la ventana.
-Tetsuko vamos rápido, rápido- el cuervo se poso en su hombro y le picoteo un poco la mejilla.
-Ya escuchaste, es hora de que partas. Ten cuidado.
-Si, señor. Nos vemos!- la chica volvió hacer una reverencia y se marcho.
-Tetsuko parecía muy decaída y preocupada. No lo crees así, Hotaru?- el anciano giro su cuerpo hasta dar con el pelinegro.
Este se encontraba en una habitación continua.
Había llegado antes que la afligida Tetsuko, para hablar con Tecchikawahara, pero en cuanto la escucho entrar se escondió.
Hotaru permaneció en silencio por unos momentos, y Tecchikawahara aprovecho esto para seguir hablando.
-Tetsuko es una buena chica, de buena familia, muy hermosa y trabajadora- comento el anciano- seria una gran esposa.
-Que insinúa? No me casare con esa niña!- le grito.
-Ya tienes 37 años. Tu primer matrimonio no resultó bien a causa de tu temperamento y Tetsuko es, al parecer, la única mujer que te soporta!- vio como el pelinegro fue avanzando a la salida- yo pronto moriré, ya estoy muy viejo, pero antes quiero verte con hijos!
-NO ME CASARE!- volvió a gritar y salio rápidamente del lugar.
El anciano solo suspiro mientras negaba.
-Cuando dejaras de ser tan necio- murmuro el anciano, a la nada.
Aprovechando la salida de la chica, Hotaru decidió ir a comprar dangos.
Ya paso un tiempo desde la ultima vez que los comió, estaba realmente enojado y necesitaba comerlos ya.
-Maldicion- murmuro al ver a la dueña de su tormento parada frente a él, en la entrada del local.
-Haganezuka-san, que bueno que lo veo. Yo...!
Hotaru hubiera preferido no verla, para así evitar explotar como en ese momento.
Pero el hubiera no existe.
-Que no puedes dejarme en paz, estoy cansado de que siempre estés tras de mi, tu presencia me molesta!- lanzo su furia a ella, sin poder con tenerse- no me gustas y nunca me casare contigo. ESTOY HARTO DE QUE TODOS DIGAN LO MISMO Y ESTOY HARTO DE TI!
Silencio.
La chica solo lo miraba a través de la máscara Okame que solía utilizar al salir de la aldea.
Hotaru retrocedió un paso al verla avanzar.
-Que demonios quieres aho...- cerro la boca en cuanto la vio pasarle una caja y luego marcharse sin decir nada, el aire al alrededor de la chica era frío, lo que le provoco escalofríos al pelinegro.
Tetsuko solo siguió avanzando, hasta que Hotaru la perdió de vista.
Con un chasquido de lengua, Hotaru abandonó la idea de los dangos y se retiro a su taller, frustrado y mas enojado que nunca.
En cuanto llego al taller y abrió la caja que le había dado la chica, su enojo solo aumentó.
Era una caja de mitarashi dango, sus favoritos. Ahora si que estaba furioso, pero no con la chica, sino, con él mismo.
Lanzo un puñetazo a la pared, junto a varias maldiciones.
Mientras tanto con Tetsuko.
La pobre chica agradecía que la mascara tapaba perfectamente su rostro.
Gracias a esto Haganezuka no había visto su cara de tristeza y las lágrimas que empezaron a brotar después.
Se sentía herida, destrozada.
No era la primera vez que Hotaru se desquitaba con ella de esa manera, pero esta vez la pobre Tetsuko simplemente no pudo mas.
Negó varias veces con la cabeza, debía enfocarse en lo importante.
Según la información que le había dado el cuervo sobre su misión, Tetsuko debía enfrentarse a varios demonios que atacaban regularmente pueblos cercanos.
Seria una larga misión, dependiendo del tiempo que le tome encontrar a cada demonio, lo aprovecharía para pensar en que hacer al regresar a la aldea.
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CONTINUARA...
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