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CHAPTER ONE;
hawkins aburrido ، ˖

Regresar a Hawkins después de un año increíble en California parecía muy irreal, pues los estilos de vida eran totalmente diferentes. Hawkins era un pueblo tranquilo donde nunca sucedía nada interesante, la mayoría de las personas llevaba una vida monótona y casi todos se conocían en el pueblo, nunca se veían rostros nuevos. No había nada especial en ese pueblo y es por eso que Kiara no se sentía feliz de haber regresado, mucho menos después de haber pasado unos geniales meses junto a su madre.

La casa de su padre no se comparaba en nada con la de su mamá que era más alegre, llena de vida con decoraciones coloridas y plantas por todos lados, a un lado de la bahía donde llegaba el dulce sonido de las olas y el olor de la brisa mañanera. Era todo lo contrario a su casa en Hawkins que, aunque muchos decían que les parecía linda, a los ojos de Kiara esta era lúgubre y carente de alegría, se podía sentir una energía tensa en el aire todo el tiempo.

Kiara no estaba feliz de regresar.

Había intentado distraerse cuidando de las plantas que había comprado para tener en su cuarto como decoración, su madre le había enseñado un poco sobre los cuidados necesarios, pero no lograba dejar de sentirse inquieta.

Tan pronto como pudo, salió de su casa para dirigirse al colegio no sin antes prepararse un café frío para poder sobrevivir a la mañana.

Era otoño y el frío recorría las calles abrazando los cuerpos de las personas que habitaban en aquel pueblo. Kiara se había puesto una camisa de cuello blanca y encima una sudadera amarilla, claro, no podían faltar sus pulseras coloridas y dos o tres collares de su gran colección, amaba los accesorios y no podía salir de casa sin portar alguno.

Al llegar a la escuela pudo ver la ola de adolescentes caminar de un lado a otro, acompañados de sus amigos, algunas parejas se encontraban besándose, por otro lado, se podían ver grupos de amigos platicando, había muchas personas en el lugar, aquello provocó que sus manos se volvieran sudorosas y su respiración pesada, un cosquilleo se instaló en su estómago y tuvo dificultad con tragar saliva.

─ ¡Walters! ─ Alguien gritó antes de sentir un impacto contra su cuerpo

Una cabellera rubia apareció en su campo de visión, el olor fresco de jabón de frutas llegó a sus fosas nasales haciéndola sonreír. Se trataba de Valery Griffin, amiga de Kiara y de lo poco rescatable de Hawkins.

Sin perder más el tiempo, Kiara la rodeó fuertemente con sus brazos alegre de volver a verla, de saber que aún tendría compañía en el colegio.

─ ¡Te extrañe tanto! ─ Valery chilló separándose de ella

─ Hey, si lo conservaste─ la morena exclamó con emoción al notar el collar en el cuello de su amiga

Se trataba de una tira de cuero donde colgaba una concha de mar que había encontrado en su primer día en California, ella misma había hecho, había sido un regalo de cumpleaños que tuvo que enviar debido a que no podía volver aún. Kiara había hecho otro igual para ella.

─ Por supuesto─ Respondió sonriente─. Estoy feliz de volver a verte, Kiki, cuéntame cómo fue estar en California

─ Te mandé cartas contándote todo─ Kiara soltó una leve risa mirando los orbes esmeraldas de su amiga que brillaban de emoción.

─ Eso no fue suficiente─ La rubia se quejó─ ¡Me encantan tus pantalones! Deberías pintarme los míos

Los labios de Kiara se curvaron formando una sonrisa mientras bajaba su vista hacia sus jeans, tenían flores coloridas pintadas a mano por ella misma, le gustaba dibujar sobre su ropa, tenía grandes dones para la pintura.

Ambas caminaron al interior de la escuela mientras Kiara relataba una vez más cómo fueron sus días con su mamá.

La primera hora de clases fue eterna para Kiara, le tocaba matemáticas y no era específicamente buena para ellas, en general, no era buena para casi ninguna de las materias que cursaba. Su pasión era el arte y sus conocidos más apegados lo sabían, pero era obligada a vivir en un mundo donde el arte era poco valorado.

Kiara se alegró en cuanto escuchó sonar la chicharra que indicaba el fin de la clase. Guardó sus cosas con rapidez al ver qué su amiga la esperaba para salir juntas, de pronto Valery sacó de su bolsa un papel naranja, invitación a una fiesta de Halloween.

─ Tienes que ir─ Valery habló con firmeza entregando a Kiara la hoja.

─ No creo que sea una buena idea─ La morena hizo una mueca mirando la hoja en sus manos

─ ¡Tenemos que celebrar que has regresado! Se que no estás feliz, pero tienes que divertirte un poco y no creo que quieras pasar la noche de Halloween leyendo un libro deprimente mientras tienes que abrirles la puerta a niños irritantes para darles dulces─ Habló con rapidez haciendo reír a Kiara

─ No suena mal ese plan─ Habló con sarcasmo reconsiderando la propuesta de su amiga viendo la invitación en de la hoja naranja.

Mientras pasaban por un pasillo, a lo lejos observaron una pareja besándose, de inmediato Valery comenzó a hacer gestos burlones haciendo reír a Kiara quien le seguía el juego pero se detuvo al notar que se trataba de Steve Harrington quien no tardó en captar la presencia de la Walters borrando su sonrisa y elevando sus cejas demostrando su sorpresa al verla ahí.

A pesar de estar varios metros separados se podía notar la tensión, una especie de campo magnético invisible había entre ambos pues ninguno podía apartar la vista del otro.

─ ¡Sé quién estará muy feliz de verte! ─ Valery exclamó sin notar lo que pasaba entre los dos adolescentes tomando de la muñeca a su amiga y jalándola lejos de Steve─ ¡Byers!

El nombrado paró su caminar y se dio media vuelta, su postura antes decaída cambió poco completo al ver a su amiga recién llegada; la alegría invadió su rostro.

─ ¡Regresaste!─ Exclamó con emoción abrazándola fuertemente

Kiara le regreso el abrazo intentando transmitir todo su amor y apoyo hacia su mejor amigo. Estaba al corriente de la desaparición de Will y de su supuesta muerte, había convencido a su mamá de regresar a Hawkins solo para acompañar a los Byers en el funeral del menor de la familia, es por eso que se llevó una gran sorpresa al recibir una carta de Jonathan contándole que Will en realidad estaba vivo, a pesar de que pidió una explicación sobre cómo pasó eso, Johnatan no había querido dársela.

Sabía que Will ahora estaba con su familia, sin embargo, podía deducir que tenía secuelas de lo sucedido y quería verlo, estaba preocupada por él.

─ Yo también te extrañe, bebote─ Se burló del apodo que Valery le había puesto en un pasado.

─ El trío de tres se reunió otra vez─ La rubia abrazó a sus amigos por los hombros─ Y festejaremos yendo a la fiesta de Tina, ¿Verdad, bebote?

─ Por favor no─ Se quejó lanzando una risa

─ ¡Vamos! Podemos ir disfrazados en conjunto─ Intentó convencerlos

─ Aprecio que quieras que pasemos juntos─ Johnatan dijo─. Pero eso no sucederá

─ Son unos nerds aburridos─ Les hizo una mueca de disgusto─. Nos vemos más tarde, los amo, guapos─ Estampó un sonoro beso en las mejillas de cada uno

Los dos se quedaron mirando como Valery desaparecía detrás de la puerta de un salón, por inercia Kiara giró a mirar a dónde antes había estado Steve, aún se encontraba ahí junto a Nancy Wheeler quien miraba en su dirección, la morena le regaló una sonrisa a la chica que fue devuelta.

─ ¿Estás bien? ─ Jonathan preguntó al notar la mirada de Kiara sobre Steve.

─ Si, pero me sorprende que alguien como Nancy Wheeler ande con él─ admitió─. Las cosas han cambiado mucho desde que me fui

Su mirada siguió sobre la pareja en los casilleros.

─ ¿Quieres pasar a ver a Will?─ Comentó Johnatan atrayendo su atención

─ ¿Se sentirá cómodo?─ Kiara preguntó con curiosidad ─Es decir, quería pasarlo a ver y también a Joyce pero no estaba segura si le molestaría porque... tal vez se ha sentido abrumado con todo y...

─ Por favor, eres tú, por supuesto que se alegrará de verte─ El chico le dio un empujón amistoso haciéndola sonreír

─ Estupendo, entonces nos vemos más tarde─ Sonrió abiertamente antes de seguir con sus clases

Cuando Kiara estaba a punto de salir de su casa encontró a su padre esperándola en la puerta observándola con una mirada acusadora. Mordió el interior de su mejilla intentando esconder su nerviosismo.

─ ¿A dónde vas?─ Hiram preguntó fríamente

─ Yo... iré a visitar a los Byers, quiero saber cómo está Will después de... haber desaparecido─ Intentó no tartamudear.

─ Sabes que no apruebo que te involucres con esa gente, están malditos─ Habló cruzándose de brazos─. Joyce Byers hizo un escándalo solo para llamar la atención. Uno de sus hijos desaparece y el otro andaba metido en peleas callejeras y asuntos extraños, ¿Sabes que encontramos en el coche de tu amiguito Jonathan? Trampas de cacería. Ese chico está demente. Se nota que esa mujer no sabe cómo criar a sus hijos

Kiara apretó los puños mientras su rostro se tensaba de una manera notoria claramente irritada por los comentarios de su padre.

─ Joyce hace lo que puede─ La defendió con cierto temblor en su voz─. No es fácil ser una madre soltera con dos hijos y sin tener la ayuda de alguien. No tienes derecho a criticarla─ Habló con propiedad, no quería tener una discusión con su padre, otra vez─. Tengo que irme.

─ Te lo prohíbo─ La detuvo bruscamente por la muñeca─. Tengo que regresar a la estación y tú no saldrás de está casa. Y quítate eso, te ves ridícula─ Señaló los pantalones de la menor.

Sin decir más, el hombre salió nuevamente cerrando la puerta con llave.

Kiara soltó un suspiro pesado mientras subía arrastrando los pies hacia su cuarto, al llegar se observó en el espejo, específicamente la prenda que su padre había criticado. Intentó ignorar aquel comentario y recordar el halago que Valery le había dado en la mañana, pero no pudo y en verdad había creído que se veía ridícula por lo que cambió sus pantalones por otros sin pintar.

Segundos más tarde dio un vistazo a su ventana y al ver qué el auto de su papá ya no se encontraba, tomó su mochila antes de salir por la ventana del baño de la planta baja.

Miró la hora en su reloj, tenía exactamente cuatro horas antes de que Hiram volviera de su trabajo y si tenía suerte, en la estación le pediría que hiciera guardia así no lo tendría que ver hasta mañana.

Tomó su bicicleta y emprendió camino a casa de los Byers, había llevado algunas películas y obsequios que había comprado en California para sus amigos.

Se encontraba de pie frente a la puerta esperando a que le abrieran, pasaron unos segundos antes de que un señor regordete apareciera detrás de la puerta con una amplia sonrisa, Kiara se desconcertó al no estar actualizada sobre quién era ese tipo por lo que ladeó su cabeza mientras su frente se arrugaba.

Por un momento dudo de su memoria, creyó que se había equivocado de dirección, pero eso era imposible puesto que la mayor parte de su vida había recorrido el mismo camino a casa de su mejor amigo donde prácticamente era su segunda casa, la otra opción, fue que se habían mudado, pero de haber sido así, Jonathan le habría avisado. Cualquier rastro de duda y confusión cambió al ver a Joyce detrás de ese señor.

No pudo evitar sonreír y correr a abrazarla, sentir el calor de sus abrazos era algo hermoso, la hacía sentir cerca de su mamá.

─ Has crecido─ Joyce dijo separándose─ y estás muy linda─ acaricia su rostro haciéndola sonrojar─. Oh, Kiara, él es Bob, Bob ella es Kiara

─ Mucho gusto─ Dijo el hombre

─ ¿Es tu novio?─ Susurró sin apartar la vista de Bob a lo que Joyce asintió─ Mucho gusto, Bob, y vengo advirtiendo que si vas a estar con Joyce deberás aceptarme como hija adoptiva─ Sonrió con inocencia

─ No es problema para mí─ Respondió Bob con amabilidad

─ Este tipo me cae muy bien─ Lo señaló─ ¿Puedo ver a Will? Le traje algunos obsequios, este es para ti─ Le extendió una bolsa a Joyce quien agradeció con un abrazo─ Lamento no haberte traído ningún obsequio, Bob, pero en mi defensa, no sabía de tu existencia, pero puedo regalarte unas rosquillas, las compré en el camino— Dijo extendiéndole la caja.

─ Descuida, las glaseadas son mis favoritas─ dijo Bob aceptando la caja con una amplia sonrisa─ Joyce me ha hablado mucho de ti.

─ ¿En serio?─ Exclamó sorprendida mirando a la mujer a su lado que sonreía─ ¿Qué te dijo?─ pregunto con curiosidad.

─ Que eres una gran artista─ Comentó sonriendo con amabilidad hacia Kiara

─ En eso no se equivoca─ Dijo Kiara mirando a Joyce con una amplia sonrisa.

─ Will está en su habitación─ Joyce habló mientras negaba con diversión

Cómo si se tratara de un torbellino, Kiara se dirigió hacia la habitación del menor, estaba emocionado por verlo por lo que olvidó tocar antes de entrar al cuarto.

─ ¿Cómo está mi Byers favorito?─ Exclamó extendiendo sus brazos al aire

─ ¡Kiara!─ Will se levantó de un salto y corrió a abrazarla

La morena lo rodeó con sus brazos y lo sacudió haciendo reír al menor. Se quedó unos segundos más abrazándolo, se sentía tan irreal tenerlo en sus brazos pues había presenciado cómo enterraban el ataúd donde supuestamente se encontraba Will.

─ Te traje algunos regalos, son colores y crayones, también algunos cuadernos de dibujo─ Comentó sacándolos de la bolsa y poniéndolos en el colchón para que Will, emocionado, los observaba─ Podemos pintar juntos si quieres. También traje algunas películas, por si querías verlas

─ Gracias─ Exclamó emocionado abrazándola

Mientras Will veía sus obsequios, la vista de Kiara recorrió la habitación hasta reparar en un dibujo en el suelo, se agachó a recogerlo para poder mirarlo mejor. Se trataba de una persona en medio de un bosque con el apodo de "niño zombie" a un costado.

─ Es un buen dibujo, ¿Quién es el niño zombie─ Preguntó animada, pero la sonrisa en el rostro del menor se esfumó.

─ Yo─ Dijo Will, en un susurro casi inaudible, apartando su mirada

─ ¿Te dicen así? ─ Cuestionó con delicadeza, pero Will no respondió─ Puedes hablar conmigo, lo que sea que te esté pasando.

─ Por favor, tú no me trates así─ Kiara frunció el ceño ante la petición del niño─. Todos me tratan como si fuera frágil, como un bebé que necesita protección. Me hace sentir como si fuera raro.

─ ¿Y qué hay de malo en ser raro? Las personas normales son aburridas─ Kiara exagero dejándose caer en la cama─ Ser raro es genial, yo soy rara... Jonathan también, Valery... y son las personas más geniales que conozco

─ Si, pero a ustedes no los tratan como bebés─ Will hizo una mueca sentándose a un lado de Kiara

─ ¿Quieres un consejo? Pero no le digas a nadie que yo te lo di─ Susurró con gracia─ En séptimo grado, había muchas personas crueles en la escuela, ¿Sabes que loca idea tuvo Valery para que pararan de molestar? Colocó una mantequilla congelada en una calceta ─Hablo con suspenso combinado con diversión─ ¡Y golpeaba a todos con ella!─ Hizo extraños movimientos fingiendo golpear de un lado a otro haciendo reír al menor─ Puedes hacer eso y golpear a quienes te traten como un bebé frágil que no puede protegerse, porque estoy segura de que no eres un bebé frágil.

En forma de agradecimiento, Will la abrazo. Kiara había intentado distraerlo a través de la risa, sin embargo, estaba muy preocupada por él y de lo que le estaba pasando.

Estando ahí, se dio cuenta de que en realidad sí había extrañado Hawkins, sobretodo a los Byers y a Valery.

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