¿Sabes lo que es ser acosado?,¿sientes el terror e incomodidad de una persona que lo sufre?, pues ahora lo sentiras.

Te presento a Blitzo, un jefe de empresa que tuvo un "pequeño" acoston con su acosador, por el bien de su empresa. Stolas es un principe, un chico de alta sociedad que se enamoro de el pequeño demonio Blitzo.

Y no se rendira hasta que Blitzo lo acepte como su Alfa, en el infierno es cabron no ser de la alta sociedad, aun mas es cuando eres un omega, pues en el infierno solo eres una puta, pero Blitzo no lo era, porque aunque lo engaño el sabia que se habia llevado la virginidad del chiquito.

Habia estado vigilando cada pasito del pequeño Omega desde que se fue de su lado, necesitaba rapidamente un respuesta, pero...¿como obtener una respuesta a una pregunta que nunca habia sido formulada por su labios?.

Mientras el Omega conocido como Blitzo estaba en su oficina, se encontraba asustado, ¿Que se supone que haga con el idiota de Stolas?, sentia su presencia en todos lados y eso lo comenzo a asustar tanto, que termina escondiendose en la casa de sus empleados, ¿acaso tendria que esconderse por siempre?.

¡Claro que no, él era un demonio libre!,nadie tendria nunca el derecho a intimidarlo, ademas tenia a su familia a su lado para apoyarlo, y si ellos se encontraban a su lado, pero nadie esperaria las sucias jugadas de el principito de Stolas.

Un horrible día en que Blitzo decidio salir a caminar ,por su asquerosa y por su puesto mal oliente ,pero amada ciudad, miraba a los pequeños diablillos cometer travesuras, esperando algun día encontrar a alguien con quien formar su familia.

-Tú y yo podriamos tener a uno~-Una mano recorrio todo su pecho y el quedo literalmente anonadado, ¿que hacia el en un lugar como ese?, y ademas ¿porque le ofrecia algo como eso?.

-¡Haaaa!-Miro a Stolas sorprendido y asustado, ¿trataria de violarlo?, no no podria hacer eso en un lugar publico-H-h-.

Sin pensarlo en pajaro salto sobre el pequeño demonio, comenzando a frotarse en su zona trasera.

-¡¿Que carajos?!-Grito Blitso, llamando la atencion de la gente que se encontraba en el lugar, y todo el que queria ayudar se encontraba con que era el principe Stolas, asi que se alejaban pues nada podian hacer.

-Quedate tranquilo~-Stolas comenzo a bajar las manos por el pequeño cuerpo del demonior rojo, pero este ya sintiendose humillado, golpeo el pecho del mas alto empujandolo lejos.

-No te me acerques-Y salio corriendo, como alma que lleva al diablo literalmente, regreso a su compañia y se metio a su cuarto, se escondio entre las blancas sabanas de su cama, nervioso, asustado, sintiendose asqueado, pero aparte habia algo más entre todo eso, sentia deseo, se sentia como una joya y eso le gustaba.

-Blitzo~-Stolas lo miraba desde un edificio, que tierno y exitante era el pequeño demonio, pero debia aceptar que su amor era extremadamente enfermiso y horrendo, aunque el aun asi lo amaba y esperaba que Blitzo tambien.